Hoy tenemos en “Mi experiencia como escritor” a Alma Alanís,
periodista
de formación que lleva veinte años dedicada a la comunicación, en todas sus
formas.
Hola Alma, bienvenida al blog.
Muchas
gracias por invitarme, Leo.
Vamos con la primera pregunta: ¿Quién es Alma Alanís?
Pues me
cuesta mucho definirme; creo que he sido muchas “Alma Alanís” en mis cuarenta
años de vida. Podría decir que soy onubense, de La Palma del Condado, una
persona que desde muy pequeña se interesó por la literatura, por la lengua, por
la comunicación, por la actualidad y que por eso se hizo periodista y que,
desde que salió de la facultad, no ha dejado de probar cada nuevo formato
mediático que va apareciendo.
Tienes un blog, ¿cómo nace este proyecto y qué tipo de contenidos tratas
en él?
Lo
correcto sería decir más bien “tuve” un blog. De hecho tuve dos. Como decía
antes siempre me ha interesado explorar los nuevos formatos comunicativos o
mediáticos que aparecen. Así que cuando “estallaron” los blogs me decidí a
crear uno, allá por 2014, con la opción gratuita de wordpress. Por aquella
época trabajaba en una televisión local que me absorbía todo mi tiempo y mi
energía, pero al mismo tiempo necesitaba hacer algo para mí, seguir explorando
esa parte de escribir de lo que una quisiera. Un año más tarde dejé aquel
trabajo para estudiar un máster de estrategias en marketing digital y ahí
tuvimos que crear un site desde cero, así que compré mi dominio y creé el otro
blog, en principio para escribir sobre temas relacionados con el marketing,
pero luego volqué ahí otras experiencias y proyectos. Hace mucho tiempo que no
actualizo ninguno de ellos, porque he ido probando otros formatos y colaborando
en otros blogs. De hecho, me estoy planteando dar de baja el dominio (risas).
Háblanos un poquito de tu faceta como podcaster.
Después
de los blogs, llegaron los podcast. Tenía mucha curiosidad por saber qué
implicaba crear un podcast, por si alguna vez tenía que poner en marcha alguno
en mi faceta profesional, ya que me dedico al marketing y a la comunicación
corporativa. Me llevé como un año rumiando la idea: mis primeras notas de lo
que podía ser el podcast eran de septiembre de 2018 y no fue hasta el 1 de
septiembre de 2019 cuando lo lancé. Fue un podcast diario, –bueno, solo lo
emitía los días laborables– en el que contaba tres cosas que había aprendido en
ese día, de ahí su nombre “Tres cosas que ayer no sabía”. Era un poco cajón de
sastre y cabía todo: algún dato curioso, una nueva herramienta o aplicación,
alguna serie, libro, canción, grupo, autora… que hubiera descubierto. Fue muy
satisfactorio porque de algún modo me obligaba a aprender cada día algo y eso
al final te hace sentir que no hay ningún día “perdido”, que siempre puedes
encontrar una cosa que te enriquezca, en cuanto a conocimientos, claro, ya de
dinero hablamos otro día (risas). Lo mantuve hasta marzo de 2020. Desde
entonces hasta aquí, he colaborado en distintos espacios de podcasting, como
Trending Podcast o el podcast de Windumanoth, pero ahora ando dándole vueltas a
una idea para un nuevo espacio propio, lo que pasa es que todavía no me he
decidido del todo a lanzarlo.
Sé que eres una gran lectora, ¿qué aporta la lectura a tu
vida?
Pues la
pregunta sería “qué no aporta”. Conocimiento, entretenimiento, creatividad…
porque hay libros que activan automáticamente mi imaginación. También deleite:
igual que disfrutas ante una obra de arte plástica –un cuadro o una escultura–
cuando te encuentras un texto bien estructurado con un estilo cuidado y que te
ofrece una narración poco habitual, también disfruto. Descubrir nuevas palabras
y expresiones, es otra de las cosas que me aporta. Últimamente, además, he
vuelto a participar en clubes de lectura, algunos en inglés, así que también me
está ayudando a desarrollar destreza en la lectura en ese idioma y en expresar
mis ideas sobre un libro en una lengua que no es la mía; por supuesto, se añade
la parte de socialización, que tampoco es desdeñable.
¿Qué título recuerdas como el primero que tuviste entre las
manos?
Ufff,
¡pues no sabría decirte! Pero sí recuerdo el que más leí de niña –al principio
era el que mi madre me leía y luego cuando fui capaz ya lo leía yo– Vamos a buscar un tesoro, de Janosh.
¿Qué le pides a un libro para que te gane como lectora?
Que me
ofrezca algo distinto: puede ser su
temática, su historia, sus personajes, su estilo narrativo, su ritmo… También
que me remueva, que no me deje
indiferente, que me haga sentir cosas: emoción, miedo, risa...
¿Cuál es tu género literario favorito?
Diría
que la ciencia ficción, el terror y la fantasía, aunque los que más me cautivan
son aquellos libros difíciles de etiquetar, porque mezclan géneros. De todas
formas, suelo ser una lectora bastante abierta y me gusta leer propuestas de
cualquier género.
¿Libros que te hayan cautivado de esa temática?
Te
podría dar una lista bastante extensa… Algunos de los últimos libros que he
leído, de esos que son difíciles de clasificar son Carcoma, de Layla Martínez; Paisaje
con Reptiles, de Pilar Pedraza; y Crónicas
del randonauta, de Jesús Relinque.
¿Cómo definirías tu evolución como lectora?
En los
últimos años del colegio y en el instituto, era esa niña pedante a la que normalmente
le gustaban los libros obligatorios que todo el mundo odiaba. Recuerdo lo
impactada que me dejó El árbol de la
ciencia, de Pío Baroja y cuánto me reí con El Lazarillo de Tormes. Hubo una época en la que apenas leí y
retomé mi lectura al comenzar la facultad. Ahí descubrí el realismo mágico y a
los autores hispanoamericanos: Borges, Rulfo, Quiroga, García Márquez, Lugones,
Cabrera Infante, Bioy Casares… Me topé también con los microrrelatos de Augusto
Monterroso y con la faceta cuentista de Rubén Darío. Luego pasé una época más
“comercial” en la que “consumía” muchos de los libros de los que todo el mundo
hablaba. Hace unos cinco o seis años algo hizo “clic” y me dí cuenta de que en
mi librería apenas tenía libros de autoras, que cuando intentaba mencionar
alguna escritora que me hubiese cautivado y que fuera un referente para mí, no
era capaz. Así que desde ese momento comencé a priorizar en mis lecturas libros
escritos por mujeres, para poder ir haciéndome con una lista de nombres que
acompañara a la de hombres que ya tenía desde hacía años en las que estaban
Jorge Luis Borges, Italo Calvino, Horacio Quiroga, Juan Rulfo, Augusto
Monterroso, Eduardo Mendoza y Carlos Ruiz Zafón, entre otros.
Sé que lees a muchas autoras, ¿a quiénes destacarías dentro
del panorama literario actual?
Ahora
ya sí que puedo dar una lista bastante larga (risas). Del panorama nacional
actual destacaría a Elia Barceló, Pilar Pedraza, Rosa Montero, por mencionar
algunas que tienen una larga carrera literaria, aunque ya he comentado que Carcoma de Layla Martínez me fascinó, y El Dárico Gris, de Eva Amuedo también me
gustó mucho. De la escena internacional diría que Anna Starobinets, Catriona
Ward o Naomi Novik, sin olvidarme de Margaret Atwood. En mi pila faltan muchos
otros nombres más por leer como Sara Mesa, Mariana Enríquez o Mónica Ojeda,
pero no me da la vida (risas).
¿Títulos que recomendarías?
De Elia
Barceló me gustan mucho su La Maga y
otros cuentos crueles y El secreto
del orfebre, de Rosa Montero La
ridícula idea de no volver a verte, aunque tengo pendiente leerme algunos
suyos que sé que me van a gustar; de Anna Starobinets Una edad difícilI y La
glándula de ícaro, ambos son antologías de relatos de los que me cuesta
elegir un favorito. La casa al final de
Needless Street, de Catriona Ward y Un
mundo helado de Naomi Novik.
A lo largo de tu vida has pertenecido a varios clubes de
lectura, ¿cómo ha sido tu experiencia?
Es algo
que me enriquece por muchos motivos: primero porque me ayuda a conocer a otras
personas y a mí eso de socializar me encanta. De ellos, aprendo otras maneras
de mirar un mismo libro, diferentes puntos de vista, detalles que a lo mejor,
me pasan desapercibidos; también sus sensaciones y sentimientos frente al
libro, datos contextuales que puedan tener sobre la lectura o quien escribe la
obra. En los clubes que son en inglés, además, pues todo lo que está
relacionado con desarrollar habilidades comunicativas en otro idioma (lectura,
expresión, pronunciación…). Ah! Y por supuesto, descubrir obras o autores a los
que por mí misma no me habría acercado. Así por ejemplo he descubierto a Jhumpa
Lahiri, una escritora norteamericana, de origen bengalí, que actualmente vive
en Italia.
No solo eres lectora, de vez en cuando también escribes. Hace poco uno
de tus relatos apareció en Crónicas de
randonauta, de Jesús Relinque. ¿En qué te inspiraste para escribir este
texto?
¡Que
conste que antes no recomendé su libro por eso! (risas) Jesús me habló de su
proyecto, que mezclaba ensayo y relatos de terror y fantasía, y me interesó
mucho, por lo que comentaba antes de la hibridación de género, pero también
porque se centraba en una aplicación –y todo lo que tenga que ver con la
tecnología y redes sociales me fascina– y porque cabían los géneros que me
apasionan, como el terror o la fantasía. Me pareció una idea muy original, así
que cuando me enseñó cómo funcionaba Randonautica, mi mente empezó a imaginar;
se me ocurrieron tres o cuatro historias y le pregunté si le parecía bien que
escribiera alguna para el volumen. Le gustó la propuesta y me puse a escribir
una de ellas. Así nació Gris, que es
el relato que se incluye en el libro. De todas formas soy una escritora muy amateur; he escrito mucho a lo largo de
mi vida, pero la mayoría de las veces con fines periodísticos, corporativos,
comerciales… He escrito muchos relatos y micro relatos, pero nunca me he
lanzado a publicar nada.
¿Algún tema o proyecto que no
hayamos tocado en la entrevista del que quieras hablarnos?
Ufff,
pues alguno que otro, porque he sido un “culo inquieto” toda mi vida y me ha
gustado probar y hacer muchas cosas, pero no quiero enrollarme más, ¡no vayan a
aburrirse tus lectores!
¿Red social favorita?
Twitter,
desde siempre; aunque desde hace unos meses no me gusta nada la deriva que está
tomando y me siendo un poco huérfana. He abierto mi perfil en BlueSky
–desarrollada por uno de los fundadores de Twitter–, pero no hay tanto
movimiento y no termina de engancharme.
Y ya para
despedirnos, una pregunta basada en tu experiencia profesional, ¿qué tipo de
estrategias podrían llevarse a cabo en las redes sociales para sacarles el
mayor provecho como escritores?
Difícil pregunta también, ya que la mejor estrategia es
siempre la que tiene en cuenta las peculiaridades de un proyecto concreto, y
dar un consejo general no creo que resultara muy útil. Creo que lo que más me
ha funcionado siempre en redes sociales y que sí puede aplicarse de una forma
más o menos genérica es la “regla” de la generosidad: cuando compartes
altruistamente conocimiento útil con una comunidad, la gente suele responder de
forma generosa también. La mayoría de tuiteros, instagramers, tiktokers,
streamers que ha visto crecer su comunidad, su número de seguidores, de una
manera orgánica (es decir, sin pagar publicidad) suele ser por eso: hacen
contenido interesante de forma desinteresada y la gente comienza a seguirles.
En este sentido la clave sería determinar aquel contenido que conoces o que
puedes dar, que interesa a la gente y compartirlo, sin caer en el autobombo o
en el spam, que eso suele generar mucho rechazo.
Muchas gracias por acompañarnos en nuestro espacio, Alma.
Un placer que nos hayas acompañado y haber sabido un poquito más sobre tus
gustos literarios.
¡Nada! Gracias a ti, Leo. Ha sido un placer :)