Hola Juan, un gusto tenerte hoy en el blog con nosotros.
Hola, Leo. Un gusto también para mí, y muy agradecido de recibir este regalo en forma de entrevista.
Agradecerte también la gran labor de difusión que haces entrevistando a
autores noveles, independientes o autopublicados.
Vamos con la primera pregunta: ¿Quién es Juan Bauty?
Pues soy un ilustrador y diseñador gráfico de 47 años, recientemente reciclado en escritor. Apasionado del cine fantástico, de los dibujos animados y de las bandas sonoras de películas. También un ávido lector de novela juvenil de aventuras, fantasía y terror. Me considero el típico “Peter Pan”, un niño grande, y me ilusiono fácilmente por casi cualquier cosa.
Nací en 1974 en Barcelona y me mudé con mi
madre a Zaragoza en 1980. Desde entonces he vivido casi siempre en la “ciudad
del viento”, salvo un breve período (2002-2008) en el que regresé a mi ciudad
natal en busca de empleo como diseñador gráfico (sin mucho éxito), experiencia
tras la cual decidí regresar a Zaragoza y volver a intentarlo en la que
considero “mi otra tierra”. Fue entonces cuando publiqué mi primer libro como
ilustrador: “El vuelo de las luciérnagas” (2009), de la autora zaragozana Ana
Alcolea. Ella apostó por un ilustrador desconocido para ilustrar su libro (por
lo que le estaré eternamente agradecido, a ella y a la editora Paloma Orozco,
por dar su visto bueno) y gracias a aquella oportunidad pude realizar mi sueño
de ilustrar libros e introducirme en el mundo editorial.
Principalmente, supone una vía de escape. Mientras escribo me evado de los problemas del mundo real; me lo hace más llevadero y soportable. También me ayuda como terapia, ya que en mis escritos vuelco mis pequeños traumas y trato de darles solución en el mundo ficticio. Por lo que sea, siempre me ha funcionado que, al escribir mis problemas o preocupaciones en un papel, estos parecen suavizarse, pierden gravedad.
Al margen de lo terapéutico, me aporta una enorme felicidad porque
siempre me ha gustado contar historias a la gente (fuera el formato que fuera),
y este medio me ha permitido hacérselas llegar al público mucho más fácilmente
que cualquier otro. Me encanta dibujar, pero soy tremendamente lento dibujando;
sin embargo, soy mucho más productivo con la escritura.
¿Qué recuerdo tienes de tus primeros escritos?
Siempre me gustó escribir, desde muy temprana edad. Escribí mi primer cuento con 7 u 8 años, era sobre una princesa de un reino encantado. Siempre me quedará “trauma” porque un día llevé ese cuento al colegio para enseñarlo en clase, y la profesora que teníamos me lo requisó en un cajón de su mesa, diciéndome que “ya me lo devolvería al terminar la semana”. Nunca me lo devolvió.
A los 12 años hice mis primeros pinitos en la
autopublicación, editando una revista de historietas llamada “Bicharracos”, que
fotocopiaba y después vendía copias a mis compañeros de clase. Ya tenía
espíritu emprendedor…
Dos obras tuyas han visto la luz el año pasado, la primera de ellas a principios de año. Su nombre “Paranoid Kids”, y que ha cosechado muy buenas críticas. ¿Qué nos puedes contar sobre la experiencia con tu ópera prima?
Con “Paranoid Kids” cumplí varios sueños a la vez: publicar mi primera obra como escritor adulto sin pasar por el trámite de someterla al juicio aleatorio de editoriales tradicionales o concursos literarios. Quería ser el dueño total de la obra, y si esta era un éxito, que dicho éxito me perteneciera, pero si era un fracaso, que fuera también mi fracaso. También quería exponerme solo a la opinión de las únicas personas que me importan: los lectores.
Como algunos ya sabrán, autopublico mis libros
en exclusiva en la plataforma de Amazon, y mi experiencia no ha podido ser más
satisfactoria. En lo personal, pero también en lo económico. Que Amazon se
encargue únicamente de vender mis libros, imprimirlos y distribuirlos (es
decir, liberándome de las partes más aburridas del proceso), y yo tenga
libertad creativa sobre mi obra, sin juicios aleatorios de editores ajenos a
mí, así como un porcentaje de regalías tal vez no ideal, pero sí mucho más
justo que el de una editorial convencional, hace que me haya merecido
totalmente la pena dar este paso.
Volviendo a los lectores… No puedo estar más
agradecido. Además del apoyo recibido por mi entorno cercano, lo que me
impresiona de verdad es que personas que no conozco personalmente me hayan
comprado el libro, lo hayan leído, les haya gustado y, encima, me hagan llegar
sus impresiones. Me emociona y me inyecta nuevas energías para seguir por este
camino.
Cuando escribí el libro únicamente quería
contar algunas de mis vivencias de infancia con mi pandilla de amigos, y
también homenajear algunas de mis películas favoritas en aquellos años 80.
Pero, que un año después de su publicación, todavía siga vendiendo ejemplares y
llegándome opiniones de nuevo lectores, es un sueño que todavía no me
creo.
En octubre publicaste tu segunda obra, en este caso un volumen de relatos “Creepyrecord: pesadillas de alquiler”. ¿Tienen algún nexo de unión entre ellos?
Sí. Mi idea siempre fue conectar (aunque fuera de un modo sutil) todos mis libros, (un poco a la manera de Stephen King o R.L. Stine), que puedan leerse de manera independiente e incluso desordenada, pero que, si los lees todos, encuentres “guiños” (unos más ocultos, otros más evidentes) entre ellos. Uno de los relatos (no diré cuál) está íntimamente ligado a “Paranoid Kids”, y tendrá mucho que ver con “algo” que sucederá en las dos secuelas de ese libro que pretendo publicar en un futuro cercano. Intento también vigilar mucho la línea cronológica de todos ellos, para preservar una coherencia interna y que todo encaje. No quiero agobiar al lector con esto, no suelo darle mucha publicidad a este asunto, sí he comentado a veces que hay “conexiones” entre todos, pero prefiero que sean los lectores quienes descubran esas cosas, así es más divertido.
Teniendo en cuenta el espíritu “ochentero” que destilan ambas de tus obras, ¿podrían tomarse los ochenta como fuente de tu inspiración?
¡Totalmente! Como nacido en 1974, mi paso de la infancia a la adolescencia fue durante los años ochenta, así que todo lo que vi, leí y escuché en aquella década, me ha marcado para siempre. Mis libros son mi manera de viajar a una época que considero mágica, y mi objetivo también es hacer viajar al lector a aquellos tiempos. Mi tercer libro también tendrá espíritu 80s (y 70s).
¿Te sientes más cómodo en el relato o en la novela? (o los dos por igual)Los dos por igual. Ofrecen distintos alicientes. Con la novela puedo explayarme y crear un mundo complejo y darle una estructura narrativa convencional. Por crear un símil con el mundo cinematográfico, una novela la enfoco como si dirigiera un largometraje, pero con palabras en lugar de imágenes. Con el relato siento que puedo innovar un poco más, hay más libertad y no estás sujeto a una extensión estándar como sí debe tener una novela. Sí he notado que en novela soy más “comercial”, y en relato soy más “experimental”.
¿Alguna otra pasión que destacarías en ti que esté al nivel de la escritura?
La ilustración. Como ya sabes, también diseño e ilustro las portadas de mis libros (no por acaparar todos los logros, sino porque, teniendo esa otra faceta, veo bien aprovecharla en mi favor), y es la otra parte del proceso que disfruto casi tanto como la de la escritura. También me gusta mucho la composición musical, esa sería mi tercera gran pasión, pero la tengo totalmente abandonada.
Como este es un blog literario, y los que escribimos solemos ser también grandes lectores ¿tres obras que nos recomiendes?
Pues voy a tirar por compañeros autopublicados; primero porque son muy buenos escritores, y segundo porque creo que es bueno darnos apoyo entre autores independientes, ya que no gozamos del mismo alcance que los autores que vienen respaldados por grandes editoriales.
Recomendaré los tres últimos libros que he
leído:
-“Cartas marcadas” de Moi Gascón. Una
antología de tres relatos largos de terror (casi tres novelettes).
-“Oculto” de Antonio Heras. Una novela de
terror vampírico LGBT+ con ambiente distópico.
-“Te lo daré todo” de Arwen Grey. Una novela
de romance histórico ambientada en la cruda New York de 1839.
Y para despedirnos, ¿qué consejo le darías a alguien que empieza en la afición de la escritura?
Que no se deje convencer por todas esas voces (incluidas las nuestras) que nos repiten sin cesar que “no merece la pena”, que “no lo intentemos”, que “vamos a fracasar”, que “para qué perder el tiempo” o que “ya es demasiado tarde”. NUNCA es tarde. Yo autopubliqué mi primer libro en marzo del año pasado con 46 años.
Muchas gracias, Juan. Un placer haber podido tener esta charla contigo en nuestro espacio.
Muchas gracias a ti, Leo. El placer es mutuo. Un abrazo y un saludo a todos los que nos estén leyendo.