Hoy damos la bienvenido a “Mi experiencia como escritor”
a Abel Banda, el niño que soñaba con publicar un libro.
Antes de nada, agradecerte que hayas contado conmigo para. Es un honor y un placer cruzarse en el camino de personas como tú. Con vuestras entrevistas nos hacéis mucho más visibles, sobre todo cuando somos tan pequeños en este mundo editorial tan enorme y selectivo.
Vamos pues con la primera pregunta: ¿Quién es Abel Banda?
Soy una persona bastante sencilla. Me gusta la vida tranquila y relajada, sin sobresaltos. No soy muy de pensar en ir a hacer puénting. Vivo en Madrid y con el tiempo, espero, poder mudarme a un pueblo y vivir allí. Creo que después de demasiado estrés madrileño he terminado muy tocado, y necesito cambiar.
No soy de
necesitar muchos lujos, pero sí que necesito una terraza o jardín donde poder
cultivar plantas (que me encantan), estar con los gatos por allí, poder leer
entre el verde de las plantas… eso lo sí lo considero un lujo.
Realmente, he podido empezar cuando las circunstancias de la vida me lo han permitido. Desde muy pequeño, cada vez que leía un libro, quería dejarlo para empezar a escribir yo uno. Por temas de estudio y luego trabajo (en el que seguía estudiando), me era imposible hacer algo que se acabara. Es decir, que empezaba a escribir y nunca lo terminaba. En 2022, la empresa en la que trabajaba hizo un ERE y yo fui uno de los que de forma voluntaria se marcharon. Después de más de 20 años trabajando ahí, se había convertido más bien en una pesadilla, en la que cada vez que salía de casa para ir a trabajar, incluso llegaba a vomitar por los nervios que me producía. Aproveché este parón para dedicarlo cien por cien a la escritura. En un año he publicado cinco novelas y estoy a punto de terminar la sexta.
¿Qué recuerdos guardas de esos primeros textos?
Pues el primero (un relato de terror escrito a mano en hojas sueltas), cuando lo leyó mi madre lo tiró a la basura porque decía que le dio miedo ―lo que supuse, que el relato era bueno…
Con el segundo,
que también quedó a medias en un disquete de pc (que mayor me hace eso), fue
muy emotivo, ya que escribía sobre algo muy personal que me dejó marcado. Quise
continuarlo, porque quien lo leía, decía que le gustaba mucho, pero no fue a
más.
Por eso, ahora
que puedo aprovechar este tiempo, no voy a dejar ninguno a medias y verán la
luz.
¿Qué aporta la escritura a tu vida?
Relajación, felicidad. Me evade del mundo y de los problemas (al menos mientras escribo).
Si fuera un
trabajo del que poder vivir, sería como no ir a trabajar. Una vez me dijeron:
«trabaja en lo que te gusta para no tener que trabajar».
Después de
empezar a escribir y tomármelo como un trabajo cualquiera (comienzo a las ocho
de la mañana y me da la hora de comer sin darme cuenta) es como no trabajar. Me
reconforta y me da la sensación de que solo me apetece escribir y escribir.
Tantos años
trabajando en banca y nunca nadie te dice lo bien que has hecho tu labor
(aunque hayas ganado premios, como es mi caso) y, eso duele y desmotiva.
Escribir un libro y que alguien que lo ha leído te diga que le ha encantado o,
que le ha hecho llorar o pasar miedo, eso reconforta tanto como para seguir
escribiendo una nueva historia.
En la primavera de 2022 publicaste tu primera novela bajo el nombre “La granja olvidada”. ¿Cómo fue tu experiencia?
Maravillosa, para resumirlo en una palabra. No tenía previsto escribirlo, porque iba a hacer uno que tratara sobre minimalismo y temas bancarios (una mezcla extraña, pero supuse que sería bueno). Unos amigos me comentaron que debería escribir terror, que era lo que me gustaba. Solté en el libro (según mi hermana) toda la ira que acumulaba de tantos años de estrés.
Disfruté
muchísimo escribiéndolo y creo que lo transmito en él.
La segunda parte la sacaste al mercado a finales de ese mismo año. ¿Te resultó más fácil escribirla teniendo en cuenta que ya sabías cómo afrontar un proyecto de este calibre?
Aunque parezca mentira, fue mucho más difícil que la primera. Lo primero porque intento superarme siempre y como es lógico, quería romper el mito de «segundas partes nunca fueron buenas». (Da mucho miedo estropear algo que ha salido bien con un segundo libro que no lo supere). Lo segundo, es porque la escribí por petición de lectores que decían que necesitaban saber más sobre el primer libro (no es que sea una novela con final abierto, pero creo que sí sucede todo tan rápido que te deja con esa necesidad de querer leer más).
Luego publiqué
la edición Deluxe, que son los dos libros en uno para quien quisiera leer los
dos a la vez. Ojalá se convirtiera en una edición para coleccionistas (hay
mucho friky del slasher, como yo).
Incluso me gustó más. Pienso que al soltar toda la ira y agresividad en una novela más sangrienta, al escribir Mientras Alicia duerme, estuve muy a gusto. Me gustó que fuera más relajada, pero sin perder ese toque de misterio que te engancha en la lectura. La historia fluía sola y eso es bueno.
Con El misterio
de lady Caleson también disfruté mucho. Me dejó muy buen sabor de boca el
cambio tan radical si lo comparamos con La granja olvidada. Los personajes en
la granja son jóvenes, con su argot y sus cosas que no tienen nada que ver con
los personajes elegantes de lady Caleson. La vida de principios de siglo
siempre me ha gustado y como es lógico, tenía que escribir algo situado en esos
años. Hacer algo similar a Agatha Christie, me supuso un reto y creo que lo
cumplí.
La última de tus obras la publicaste hace tan solo unos meses. Su título: “La chancla voladora”, ¿qué nos cuentas en ella?
Pues quería otro reto y fue este. Otro giro radical. Hacer reír a la gente es más difícil que hacerla llorar o pasar miedo. Quería hacer un homenaje a esas madres de los ochenta (que solo te mimaban cuando había que hacerlo), volver al tiempo de cuando se jugaba en la calle y se disfrutaba como salvajes (que ahora también se hace, pero no tiene la misma esencia). He intentado (sobre todo para los que ya tenemos los cuarenta pasadillos), hacer revivir esos juegos de cuando éramos pequeños, traer de nuevo algunos recuerdos de la época o simplemente, hacernos recordar cuando las madres nos dejaban en la cola del mercado mientras se iban a otro puesto (era terrorífico hasta que la veías regresar).
¿Recomendarías autopublicar a otros autores?
Aunque sería aumentar la competencia, rotundamente sí. Por supuesto. Sobre todo si es una espinita que tienen clavada. El mundo editorial es muy cerrado y puede ser muy frustrante. Tener la oportunidad de que ahora podamos autopublicar, es para agarrarla fuerte y aprovecharla.
Disfruto mucho con el terror y el misterio. Me evade y me atrapa como ninguno. No tengo ningún género en especial aunque sí me decanto por estos. Leo de todo porque de todo lo leído se aprende e incluso, podemos sacar ideas o descubrir gustos que no sabíamos que teníamos.
¿Algún autor/a/s que te tenga ganado por su estilo a la hora de narrar historias?
Sonará muy
típico, pero Stephen King (lectura para incultos, según me decía una jefa
cuando veía mis libros sobre mi puesto de trabajo) siempre me ha llamado mucho.
Creo que es sencillo y se amolda muy bien a cualquier lector. No se me hace
pesado y siempre me sorprende.
Y para despedirnos, ¿qué consejo/s les darías a quienes se están iniciando en la escritura?
Que no dejen morir ningún texto en el cajón. Que lo acaben y lo publiquen. Que lo lean cinco mil veces antes de publicarlo y corregirlo, pero que después de tanto trabajo, lo saquen al mundo.
Gracias por visitarnos hoy, Abel. Ha sido un placer compartir este ratito contigo.
Muy agradecido a ti por el trato, la cortesía y tu interés. Muchísimas gracias de corazón.
