Buenos días, buenas tardes, buenas noches dependiendo de la hora a la que estéis escuchando este programa. Soy Leonardo Jiménez, creador del blog Mi experiencia como escritor. Podéis encontrarme en http://miexperienciacomoescritor.com . Estoy grabando este séptimo episodio de la primera temporada de nuestro podcast, un domingo 19 de noviembre a las 8:05, desde Valencia, España.
Todos los que llevamos a cabo alguna actividad, ya sea por placer o de manera profesional, estamos sujetos al juicio de los demás. Y más hoy en día, con la aparición de las redes sociales.
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Si extrapolamos este análisis al ámbito de la escritura, nos damos cuenta
de que nuestros textos son objetos de las opiniones de los demás según los
colguemos en nuestra web, blog o perfil personal. Y con más razón, si lo
ponemos a la venta y alguien paga por ellos.
En ese caso, tenemos varias alternativas:
La primera es aceptar y sopesar aquellas críticas que consideras
constructivas y tratar de mejorar en aquellos puntos en los que puedas flaquear
como autor.
O bien podemos optar por no hacer caso al juicio de los que te rodean.
Lo que no te aconsejo es que te enfades o te enfrentes a aquellos que
critican tu trabajo. De normal, la primera reacción a la crítica es la réplica.
Y aunque a priori parece el mejor modo de proteger tu orgullo y defender tu
trabajo, no es siempre la opción más adecuada, ya que lo único que conseguirás
a largo plazo será alimentar tu falta de confianza cuando otras opiniones menos
cercanas lleguen a tus oídos. En estos casos, lo mejor es oír a la gente de tu
círculo más cercano con una sonrisa en los labios y con las orejas bien
abiertas, porque lo más probable es escuchar y sopesar sus comentarios sea la
clave de tu crecimiento como autor a corto plazo. Piensa también que, si
reaccionas a cada crítica con una negación o una réplica, lo único que
conseguirás es que esas personas decidan no darte su opinión nunca más para no
entrar en discusiones innecesarias contigo. Y si te das cuenta, eres tú el que
necesitas de su opinión y no al contrario, con lo que saldrás perdiendo dos
veces, como amigo y como autor.
Del mismo modo, te sugiero que aprendas tanto de las críticas positivas
como de las negativas que estén hechas desde la educación y el respeto. Y sobre
todo, no te hundas, simplemente trabaja en seguir mejorando. Trata de potenciar
tus virtudes y de atajar o atenuar las carencias que crees que tengas como
autor.
Grandes escritores como Haruki Murakami o Stephen King fueron criticados y
no por ello dejaron de escribir. Perseveraron y se convirtieron en autores de
éxito. En este caso, ellos tomaron la segunda vía, igual de válida que la
primera, que es no hacer caso de las opiniones de los demás, venga de quien
venga. ¿Por qué? Porque seguramente ellos escribían para sí mismos (como hacen
muchos autores), y como les va bien así, no necesitan calentarse la cabeza
prestándole atención a las opiniones de unos y de otros. Ahora bien, el hecho
de que sigas sus pasos y no le eches cuenta a las críticas no quiere decir que
te vayas a convertir en un autor de culto o de renombre de la noche a la
mañana, ni mucho menos, ya que eso está al alcance de muy pocos, pero sí que te
asegurarás de que aquellos que disfrutan con tus textos, lo sigan haciendo. Ten
en cuenta que hacer demasiado caso a las críticas también podría provocar un
cambio en tu estilo, lo que podría llevar a que esos lectores a los que les
gustabas tu forma de escribir o de narrar las cosas, dejen de leerte, lo que
por otro lado, no significaría que ganases ningún lector entre aquellos a los
que no les gustabas anteriormente.
Una cosa está clara, la crítica va a estar siempre ahí, acechando, por
mucho que te tapes los ojos y los oídos, y lo mejor que puedes hacer para que
esté de tu parte es aceptarlas y esmerarte en sacar lo mejor de ti mismo cada
día. El hecho de que tu primer escrito no sea el mejor no quiere decir que ese
del que te sientas más orgulloso no esté por llegar.
He escuchado a escritores (y seguro que tú también) renegar de algunos de
sus textos, incluso desear no haberlos escrito jamás, pero eso es algo que se
deberá seguramente a que tras llevar varios años escribiendo, habrán notado un
crecimiento una mejora sustancial en su técnica y estilo. Y si ellos han
mejorado, seguro que tú también puedes hacerlo, a un nivel diferente eso sí,
pero seguro que esa proyección también está al alcance de tu mano. En mi caso,
me he marcado una máxima, que es que me debo a mí mismo y a mis lectores, y mi
objetivo no es otro que ellos disfruten tanto leyendo mis escritos como yo lo
he hecho escribiéndolos.
En definitiva, la decisión es tuya, pero lo que no deberías hacer es dejar
de escribir si disfrutas de esa actividad por temor a lo que piensen los demás,
sino porque a ti ya no te apetezca hacerlo. Tomarte demasiado a pecho las
críticas negativas a lo único que te llevará es al bloqueo, y a fin de cuentas,
el poder de seguir haciendo aquello que te gusta y con lo que disfrutas no
depende de los demás, sino de ti mismo.
Para despedirme por hoy, os dejo una frase de Jorge Amado que dice: “Cuando
un libro es malo, una crítica mala lo termina destruyendo. Pero cuando es
bueno, una crítica igualmente mala no lo afecta."
Espero que estas recomendaciones os sirvan en un futuro cercano. Y ya, por último, antes de despedirme, comentaros que podéis poneros en contacto conmigo a través de mi correo: jimenezleo1976@gmail.com., el cual encontraréis en la página de contacto del blo. Y recordaros que podéis encontrar mi página de autor y mis obras en Amazon.
Ahora os dejo con la música de cierre: Painting clouds,
extraída de la plataforma FiftySounds, y de la que podréis encontrar más
información en la descripción de este episodio.
Muchas gracias por vuestra atención, y hasta la próxima.
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