Autor: Antonio Tocornal
Editorial: Ediciones
Insólitas
Año
de edición: 2020
ISBN: 978-84-121037-3-1
Número
de páginas: 231
Sinopsis:
Roque Espino es un pequeño islote deshabitado rodeado de
bajíos y de farallones como agujas que aparecen y desaparecen con las mareas.
La navegación por sus aguas es una trampa mortal en la que han zozobrado muchas
embarcaciones. El islote necesita de un farero para prevenir los naufragios,
pero nadie quiere ese trabajo. En el Roque solo hay arena y rocas, lagartos, el
cementerio donde se han ido enterrando los marineros muertos que a lo largo de
la historia han ido dejando las bajamares, y soledad. Un joven decide solicitar
el puesto y pasa allí toda su vida sin volver jamás a tierra firme. Solo se
relaciona con el barquero que le trae las provisiones, y con su «otro yo» que
descubre —o que intuye— en su interior. Para no perder el lenguaje, encarga a
tierra firme un gran diccionario enciclopédico ilustrado cuyos tomos estudia
durante toda su vida. La enciclopedia es su único vínculo con el resto del
mundo.
Mi
opinión:
Cuando
conoces el recorrido literario de Antonio Tocornal, no te sorprende tanto
encontrarte ante una obra tan atrayente como la que nos presenta en esta
ocasión. Se notan sus estudios de Bellas Artes y su gusto por las letras en una
obra que no hay palabra escogida al azar y ni una sola frase que no apuntale el
párrafo con precisión.
La
obra comienza tras un deleitoso prólogo titulado Puntos Cardinales a cargo de Josep
María Nadal Suau, un preámbulo tan sutil y lúcido, que mueve al lector a embarcarse
en la lectura del manuscrito sin más dilaciones.
Adentrándonos
en el análisis de la obra, en Bajamares, Tocornal no solo nos demuestra ser un tejedor
de palabras en una historia fraguada a fuego lento, como la relación entre el guardafaros
(una de las voces de la novela) y el barquero (otra de las voces del libro) además,
nos dibuja el escenario de Roque Espino, un islote perteneciente al municipio
de Malamuerte en el que se desarrolla la trama, en nuestra mente de manera soberbia.
Complementa este paisaje singular y amenazador paisaje mientras nos cuenta la
vida del farero que habita en la isla, y que a medida que avanza la obra, se va
convirtiendo en un anciano decrépito, al que le cuesta realizar las tareas cotidianas
que ha llevado a cabo toda la vida.
Con
un lenguaje claro y un vocabulario cultivado, Antonio nos estructura la obra de
manera tan original como acertada, haciéndola avanzar a través de capítulos dedicados
a la voz del guardafaros, los documentos que recibe por parte del ayuntamiento
de la localidad, la voz del narrador y la del barquero que lo visita para
llevarle las reservas y los pedidos.
No
pasar por alto, la maravillosa ilustración de portada del artista Antonio Sosa,
que va adquiriendo cada vez más matices se descubre ante tus ojos a medida que
avanzas en la historia.
En
definitiva, una obra que he degustado y que me ha ayudado a acercarme al autor,
al que ya tengo anotado en mi lista de futuras lecturas.
Si quieres leer la entrevista que le hice a Antonio Tocornal, puedes hacerlo a través del siguiente enlace: Entrevista a Antonio Tocornal.
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