sábado, abril 05, 2025

ENTREVISTA a Alberto Puyana

Hoy tenemos en Mi experiencia como escritor Alberto Puyana, escritor gaditano con una trayectoria envidiable en el mundo de las letras.

Alberto es gaditano de nacimiento, enfermero de profesión y escritor de vocación. Autor de novelas como El Preticante, Lo que no te conté, La horma del zapato ajeno o Corpore Insepulto, combina en su obra el humor, el suspense y la crítica social con un estilo personal y fresco.

Además, ha sido galardonado con varias decenas de premios literarios y ha sido el pasado año el comisario del festival de novela negra Gaditanoir, que tuvo una gran acogida en Cádiz.

Hoy hablaremos con él sobre su pasión por la literatura, su proceso creativo, el Cádiz que respira en sus novelas y corre por sus venas y mucho más.

¡Bienvenido, Alberto! Es un honor tenerte con nosotros. ¿Qué tal estás?

Muy bien, encantado de saludarte a ti y a todos tus lectores y oyentes.

Vamos con la primera pregunta: ¿Cuándo descubriste que querías ser escritor?

A ver, yo desde niño ya tenía claro que lo de escribir me gustaba mucho, y ya hacía mis relatos y cuentos con 10-11 años. Pero lo que me terminó de convencer de lo bonito que era “contar historias” y me animó a hacerlo, fue la lectura de “El camino”, de Miguel Delibes cuando estaba terminando la EGB. Leer esa novela fue una catarsis dentro de mi mente y fue lo que me hizo decir “yo quiero dedicarme a esto el día de mañana”.

¿Tuvo Cádiz algún papel en ese despertar creativo?

Por supuesto. Esos primeros escritos y cuentos siempre estaban ambientados en mi entorno, en ese Cádiz de los años ochenta, con sus luces y sus sombras, con esa sociedad que despertaba a la democracia y que miraba aún con mucha incertidumbre a su futuro. Todos esos matices que te rodean y que, en un principio, pueden parecer secundarios, van marcando tu forma de expresarte, tu forma de pensar e incluso tu personalidad, que luego trasladas al papel.

Tus obras suelen mezclar humor, suspense y sátira social. ¿Cómo decides el tono de una novela? ¿Te sale de manera natural o lo planeas desde el inicio?

Por norma general, esa acidez y esa sátira me viene de fábrica. Pienso que a los gaditanos nos sale de forma natural… forma parte de nuestra idiosincrasia. Estamos acostumbrados a convivir con esa ironía, por nuestras vivencias, nuestras costumbres. Ahora bien, es evidente que si el marco en el que se desarrolla la novela es Cádiz, está mucho más justificado que si se ambienta en algún pueblo de la Sierra de Madrid, por ejemplo. Aun así procuro no coartar ese punto ácido, como te digo, aunque la dosifico según qué obra.

El Preticante, La horma del zapato ajeno, Corpore Insepulto... Títulos muy llamativos. ¿Qué importancia tiene para ti el título a la hora de captar la atención del lector?

Es fundamental. Para los que somos autores anónimos o poco conocidos, la única manera que tenemos de intentar llegar a nuevos lectores que no sean familiares, amigos o conocidos es a través del “envoltorio” de nuestra novela, y esto se traduce, desde mi punto de vista, en tres pilares fundamentales: uno, el título. Dos, la cubierta o portada y tres, la edición. Si alguno de estos tres pilares falla, las posibilidades de venta disminuyen exponencialmente. Por eso la elección del título tiene la máxima importancia. Debe ser sonoro, original e inconfundible.

Has ganado más de 40 premios literarios. ¿Qué supone para un escritor enfrentarse a tantos concursos? ¿Es más una cuestión de aprendizaje o de reconocimiento?

Forma parte, como tú bien dices, de un aprendizaje. Participar en concursos es un campo de pruebas en el que tú expones tu narrativa a gente (a priori) experta que valora la calidad de tu obra. De otra manera es muy difícil calibrar si tienes o no tienes potencial para escribir, porque casi siempre tu círculo de lectores se circunscribe al entorno familiar y social, con lo cual siempre tendrás respuestas entusiastas y condescendientes que no te ayudan a crecer en absoluto. Pero sí es importante entender que los concursos literarios son una pata más, y no la única, de tu silla literaria. Deben ser un complemento, pero no un fin, desde mi punto de vista.

Has sido el comisario de la pasada edición de Gaditanoir, un festival de novela negra en Cádiz. ¿Qué nos puedes contar de este proyecto y cómo fue la experiencia?

La experiencia fue positiva, estresante y muy satisfactoria. Nos enfrentábamos a un proyecto ambicioso, planteando un festival de literatura negra que fuera el primero y el principal en Andalucía Occidental, donde no existe ningún otro, Es por eso que teníamos claro que, desde su primera edición, debíamos mostrar calidad contrastada, variedad y una vocación iberoamericana que nos distinguiese del resto. Y creo que logramos un Gaditanoir que cumplió con las expectativas del público y que esperamos superar en los próximos años.

La capital gaditana es un escenario recurrente en tu obra, pero nunca como postal típica. ¿Qué Cádiz te interesa mostrar en tus novelas?

Soy de los que piensa que quien quiera a Cádiz la tiene que querer con sus partes luminosas e icónicas y con sus zonas feas, que las hay, como en cualquier sitio. Quien diga que todo en Cádiz es bonito que se dé una vuelta por el entorno de la Zona Franca. Por eso no tengo ningún complejo en ambientar mis novelas en lugares alejados de las postales. La principal virtud de Cádiz radica en sus barrios, en su gente, más allá de zonas monumentales, kilómetros de playa o sus maravillosas puestas de sol en La Caleta. Y es esa cotidianeidad la que me gusta enseñar en mis novelas.

El humor en tus libros no es inocente: hay mucha crítica social debajo, un tanto negro, a veces. ¿Crees que el humor sigue siendo una de las mejores armas para hablar de cosas serias?

Para mí es la mejor. Es más fácil enseñar las miserias con una sonrisa, con la autocrítica. Ser conscientes de lo que somos y por qué lo somos. Porque nada es espontáneo, todo tiene un por qué. Y es evidente que la sociedad tiene muchas taras, no es perfecta ni creo que deba serlo. En todo caso, si reflexionamos sobre esos defectos con risas, siempre se puede conseguir mejor el objetivo de que la gente recapacite sobre lo que podemos hacer para cambiar determinadas actitudes.

Somos de una quinta similar, naciste en el 74, yo en el 76. ¿Ha influido la época en la que viviste en tu narrativa y tu estilo como escritor?

Mucho. Pertenecemos a la última generación analógica y a la primera digital. Somos el puente que conecta dos sociedades, el momento evolutivo. Conocimos las antenas de televisión, los radiocasetes, la prensa escrita, las dos únicas cadenas de televisión que, además, cortaban la emisión a las doce de la noche y no volvía hasta las ocho de la mañana… no teníamos ordenadores personales, jugábamos en la calle y no con videoconsolas. Nuestra moneda era otra. ¿Cómo no van a influir esas vivencias unidas a las que vinieron después con todos los cambios que se dieron en apenas un par de décadas? Es el caldo de cultivo perfecto para muchas historias.

Me gustaría que nos recomendases algunos autores o autoras gaditanos de los que crees que los lectores pudieran disfrutar, aunque te hagan dura competencia.

Hay muchos, y vaya por delante que no los tengo por competencia porque, a la mayoría de ellos, los considero amigos. Sería fácil irme a los más conocidos, a los que ya publican en grandes sellos editoriales, pero quiero romper una lanza por los que están currando para hacerse su camino y que tienen tanta o más calidad que algunos autores consagrados. Antonio Tocornal, Juan Manuel Sainz Peña, Rafa Marín, Eduardo Formanti, Luis Rodríguez Guerrero, Jesús Relinque, David Monthiel, Juan González Mesa, Ángel Osuna, Hugo de Andrés… o el tristemente desaparecido José Rasero Balón. Son autores que merece la pena descubrir.

¿Qué parte del proceso disfrutas más: idear la historia, escribir el primer borrador, corregir, ver el libro publicado, las presentaciones…?

Todos por igual. La parte creativa quizás sea la más satisfactoria, desde el proceso de documentación hasta el de redacción y corrección. Pero luego esa segunda parte, la promocional, es algo que estoy aprendiendo a disfrutar cada vez más con el paso de los años. Estar en contacto con lectores, saber su opinión directa sobre lo que escribes, te proporciona un feedback impagable.

Si pudieras recomendar a nuestros oyentes un libro tuyo para empezar a leerte, ¿cuál sería y por qué?

Recomendaría Corpore Insepulto. Es, desde mi punto de vista, la novela más redonda y la más madura hasta ahora. De las anteriores siempre he dicho que, si volviera a escribirlas, cambiaría muchas cosas. De Corpore Insepulto no cambiaría ni una coma.

¿Tienes alguna manía o ritual cuando escribes?

Acompañar las sesiones de escritura con música de fondo es fundamental. Además, para escribir, soy animal nocturno, me gusta más la oscuridad y, si es posible, con la iluminación de un par de velas, solamente. De mis manías gastronómicas a la hora de redactar, mejor hablamos con más tiempo y en otra ocasión.

Un consejo para quienes nos siguen y comienzan en este arduo camino de la escritura.

Que lean mucho y variado. Que toquen todos los palos posibles, clásicos y contemporáneos, sin prejuicios. Y, sobre todo, que se tomen esto como una carrera de fondo. Aunque sea un topicazo, no se trata de llegar antes a la meta sino de disfrutar el camino.

Y para terminar: ¿puedes compartirnos alguna anécdota divertida o inesperada que te haya pasado en tu carrera como escritor?

Tengo muchas. Daría para una hora, pero te contaré que en cierta entrega de premios en un pueblo de la Sierra de Madrid, tuve el honor de ser invitado después a una cena de gala en la que me sentaron en la mesa de autoridades. Allí coincidí con el alcalde, el comandante de la Guardia Civil… y el cura del pueblo. Creí estar dentro de una película de Berlanga. Con la diferencia de que corría el año 2015. Fue una cena muy pintoresca y estuve mirando de reojo a todos los sitios buscando la cámara oculta, porque no terminaba de creerme la situación.

Alberto, muchísimas gracias por habernos acompañado hoy en Mi experiencia como escritor. Ha sido un lujo poder conocer de primera mano tu experiencia y tu visión de la literatura.
Te deseamos muchísima suerte en tus próximos proyectos y esperamos verte muy pronto de nuevo en este espacio... o en la próxima Feria del Libro, como nos conocimos en persona en Cádiz. Un fuerte abrazo y hasta la próxima.

Muchas gracias a ti, Leo. Un abrazo.

 

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