miércoles, abril 30, 2025

10 PREGUNTAS a Toni Solano (Versión escrita)

Hoy tenemos en Mi experiencia como escritor a Antonio Solano. Toni Solano es catedrático de Lengua y Literatura Española, reconocido por su compromiso con la educación pública y su enfoque innovador en la enseñanza. Actualmente, dirige el IES Bovalar en Castellón, un centro catalogado de difícil desempeño, donde ha implementado proyectos centrados en la inclusión y la innovación pedagógica.​

Su trayectoria profesional es diversa: ha impartido clases en academias, colegios privados, institutos y universidades, y ha sido formador del profesorado en áreas como tecnologías educativas, aprendizaje basado en proyectos y planes lectores. Además, es autor del ensayo Aula o jaula: La Escuela en tiempos convulsos. Reflexiones de un profesor vocacional, donde reflexiona sobre los desafíos del sistema educativo actual y propone soluciones prácticas desde su experiencia docente.

Solano también es conocido por su labor divulgativa a través de su blog Re(paso) de lengua y su activa participación en redes sociales, donde comparte recursos y reflexiones sobre la enseñanza y el aprendizaje.​

Su enfoque humanista y crítico lo convierte en una voz influyente en el ámbito educativo, abogando por una escuela más inclusiva, equitativa y adaptada a las necesidades del alumnado.

Toni. Vamos con la primera pregunta. ¿Qué motivaciones le llevaron a escribir Aula o jaula y qué mensaje deseabas transmitir a los lectores con la publicación del libro?

El detonante fue la pandemia que nos tuvo confinados tres meses y que dio lugar a muchas reflexiones sobre el papel de la escuela en la sociedad y la necesidad de ofrecer una atención presencial como uno de los elementos fundamentales de la educación, al menos en etapas obligatorias. También consideré que se hablaba del sistema educativo con mucho desconocimiento por parte de políticos, periodistas e incluso familias, lo que me llevó a este proyecto pensado como instrumento de divulgación para el gran público.

También tienes un blog en el que abordas diferentes temáticas. ¿Cuándo y cómo Re(paso) de lengua?

El blog Repaso de lengua surge en 2006 coincidiendo con mis primeros años como docente. El propósito era compartir dudas y experiencias de aula y sirvió durante muchos años para conectar con gran cantidad de colegas que tenían una visión de la educación enfocada en la mejora y en la innovación. El blog por tanto era una ventana y un escaparate de mi práctica docente en eso que se llamó blogosfera educativa en un principio y claustro virtual más tarde con la irrupción de las redes sociales. Los contenidos más relevantes del blog han sido los artículos de reflexión educativa, la memoria de actividades y proyectos de aula y las reseñas de lecturas.

En tu experiencia, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrenta actualmente el sistema educativo español?

El principal desafío es mantener en las etapas obligatorias una educación inclusiva de calidad. Se ha avanzado mucho en este aspecto, con normas que garantizan los derechos del alumnado, pero arrastramos un déficit de recursos que impide que esa inclusión sea real. Las ratios actuales no favorecen las buenas intenciones de las leyes, que se quedan muchas veces en papel mojado. Una ratio reducida y una dotación de recursos adaptados a las necesidades de los centros son el mejor punto de partida para mejorar de verdad. El otro desafío es acabar con un modelo altamente segregador que sigue manteniendo en su red centros privados sostenidos con fondos públicos en los que no se controlan adecuadamente los principios de gratuidad, inclusión y laicidad de la escuela pública.

 ¿Cómo ha evolucionado la figura del docente en las últimas décadas y qué cambios consideras más significativos a la hora de adaptarse al aula por parte del profesorado?

Creo que el profesorado, de manera general, se ha ido adaptando bien a las exigencias de la educación actual. Es cierto que los condicionantes de las altas ratios y escasez de recursos provocan a menudo un desencanto y frustración difíciles de sobrellevar, pero en un sistema tan vasto y complejo como el nuestro podemos sentirnos satisfechos de dar respuesta a esos retos que surgen año tras año y para los que hemos de prepararnos sobre la marcha. Aun así, es muy necesaria la formación permanente del profesorado y la sensibilización ante la diversidad, con grupos cada vez más heterogéneos y con barreras de aprendizaje cada vez más visibles.

¿Qué papel juega la administración en la calidad de la enseñanza y cómo podría optimizarse?

Por un lado, la administración debería garantizar que todos los centros sostenidos con fondos públicos cumplen la ley, sin trampas para reservarse el derecho de admisión por cuestiones ideológicas, religiosas o socioeconómicas. Además, debería proveer de recursos suficientes a los centros para que puedan atender al alumnado y enseñar en condiciones. Hacen falta mecanismos de control más para prevenir que para sancionar, inspecciones educativas que acompañen y asesoren a los docentes para que puedan trabajar mejor. También convendría que los políticos llegasen a consensos en cuestiones educativas a largo plazo, en lugar de disputar por medidas cortoplacistas que solo sirven de anzuelo electoral.

Quizá los adultos, hoy en día, tengamos un concepto de los jóvenes algo sesgado. Tú que estás más cerca de ellos en el día a día, ¿cuáles dirías que son las principales preocupaciones y aspiraciones de los adolescentes hoy en día?

Aunque parezca que no, a los jóvenes les preocupan muchos aspectos de la sociedad como el futuro laboral, la sanidad, la política, etc. Sin embargo, ven que se les ignora a menudo en la toma de decisiones que les afectan, o que se les trata con condescendencia en temas en los que pueden aportar mucho. Es habitual en los centros organizar jornadas de debate sobre medio ambiente, sobre feminismo, sobre inmigración o sobre muchos temas de actualidad, en los que los estudiantes se muestran muy informados y concienciados. No obstante, hay que señalar también que la Escuela debe educar en esos ámbitos en los que es frecuente que exista una red paralela de desinformación y bulos.

Esta pregunta va dedicada a los jóvenes estudiantes. ¿Qué estrategias recomiendas seguir para fomentar la motivación y el compromiso de los estudiantes con su aprendizaje?

En primer lugar tratarlos con confianza, sin prejuicios, aceptando que son menores pero muy capaces de aprender y mejorar cuando se les dan las herramientas y estrategias adecuadas. Es necesario crear un clima de convivencia favorable en el aula (y en el centro) para que las clases no se conviertan en un espacio de batalla, sino en un taller de aprendizaje compartido. También creo que es fundamental reforzar los aspectos positivos, especialmente en el alumnado con más necesidades educativas.


En una sociedad en la que hay tantos impactos de imágenes que invitan al consumo y a pensar de esta manera o de la otra, y que hay tanta desigualdad en algunos aspectos. ¿Cómo pueden los docentes abordar eficazmente la diversidad cultural y socioeconómica en el aula?

Es una tarea complicada, porque la sociedad (e incluso la familia) alimenta ese modelo competitivo en el que la colaboración se ve como un lastre en vez de considerarla una virtud. Parece que la Escuela está diseñada solo para alcanzar la mejor nota de corte para acceder a la universidad o a un grado de formación profesional, sin tener en cuenta todas las demás habilidades y competencias que vienen marcadas por el currículo, muchas de ellas relacionadas con aspectos como el trabajo cooperativo, la gestión emocional, la autorregulación del aprendizaje, etc. A todo esto se añade que cada alumno tiene su propia mochila detrás, un bagaje que puede ser una ventaja o un lastre, dependiendo de las condiciones socioeconómicas familiares. Compensar esto es muy complicado si no contamos con recursos suficientes.

¿Qué importancia tienen las habilidades socioemocionales en la formación integral del alumnado?

Precisamente son las que le permiten abordar el día a día en las aulas y avanzar adecuadamente curso a curso. En una sociedad en la que los problemas de salud mental han aumentado considerablemente tanto en adultos como en menores, la educación no puede dejar de lado este aspecto. No se trata tanto de ejercer de psicólogos cuando no lo somos, sino de acompañar y mostrarse empáticos en el trato académico con el alumnado. Considero que si como profesionales merecemos unas condiciones dignas de trabajo, los menores las merecen con igual o mayor razón.

¿Consideras más importante el conocimiento de la materia o la formación como personas de cara a afrontar la vida?

Para ejercer la docencia son necesarias al menos dos capacidades: el conocimiento de lo que vas a enseñar y el dominio de estrategias para enseñar. Ambas son complementarias e igual de importantes. No veo viable plantear un debate acerca de cuál es más importante, porque somos ante todo docentes, es decir enseñantes, lo que obliga a tener conocimientos didácticos y pedagógicos suficientes para que el alumnado aprenda. En las aulas, tan inútil es un profesor que no sepa de lo suyo como un erudito incapaz de conectar con su alumnado. En este sentido, no comparto esa tendencia que demoniza la pedagogía culpándola de todos los males de la escuela: sin un saber enseñar no hay un saber aprender. A todo ello hay que añadir esas competencias transversales que no son estrictamente académicas: cooperación, autonomía, gestión del tiempo, gestión de las emociones, empatía, y todos los valores democráticos que van incluidos en el currículo. No somos meros instructores, somos educadores que tenemos la responsabilidad de una formación integral.

¿Cómo influye el entorno digital y las redes sociales en el desarrollo académico y personal de los jóvenes?

A veces, según el entorno sociofamiliar, las redes sociales son la principal influencia para muchos jóvenes. Hay que tener en cuenta que, por cuestiones laborales, muchos de ellos apenas ven a sus progenitores en toda la semana y que se relacionan con sus iguales más a través de las redes que en persona. Si bien es cierto que esas redes sirven en ocasiones para el apoyo personal o académico (recordemos por ejemplo la pandemia), en ciertos jóvenes también contribuyen a verse envueltos en una burbuja que puede ser peligrosa, especialmente en los casos de acoso, ludopatía, extremismo político o religioso.

¿Qué papel juegan las tecnologías en la práctica docente? ¿Hay que prohibir los móviles y pantallas en las aulas?

Las tecnologías están presentes en todos los aspectos de la vida y por eso mismo la Escuela no puede permanecer ajena. El profesorado debe conocer y saber utilizar los dispositivos que faciliten su labor tanto de cara al alumnado como en sus tareas burocráticas. En cuanto al uso de dispositivos móviles en las aulas, creo que el sistema educativo debe educar en ese uso responsable de móviles y plataformas, incluidas las redes sociales cuando sea pertinente, porque precisamente es el aula el lugar en el que se puede abordar un aprendizaje de esas tecnologías con fines educativos. Si solo nos dedicamos a prohibir, nunca pondremos freno a problemas como el ciberacoso o la difusión de bulos.

¿Podrías compartir alguna experiencia que haya reforzado tu compromiso con la docencia?

Creo que todos los docentes tenemos muchas experiencias de ese tipo, muchas de ellas difíciles de contar sin comprometer la privacidad de los menores. Casi todas ellas tienen detrás historias de superación de barreras, de lucha contra adversidades, de pequeños triunfos que son muy grandes para los que se habían rendido. Esos pequeños avances son los que dan sentido a nuestro trabajo, los que compensan los malos ratos.

¿Es tan duro ser profesor hoy en día?

Creo que es el peor trabajo si no te gusta educar. Veo que hay bastantes colegas que hablan mal continuamente de los adolescentes, que les molesta que no tengan educación, como si eso no formase parte de su trabajo. Sin embargo, a la mayoría de compañeros con los que trabajo les encanta ser docentes y saben reconocer las penas y alegrías que ello conlleva. En definitiva, es un oficio que conviene conocer muy bien antes de entrar en él, ya que hay bastante desconocimiento de lo que supone y de las responsabilidades que exige.

En un tiempo en que la desazón a la hora de enseñar es una constante por la falta de motivación del alumnado. ¿Cómo manejas los momentos de desánimo en tu labor educativa?

Como apuntaba antes, hay más alegrías que penas, y concibo mi trabajo como un servicio público, en el que precisamente hay que ayudar más a quienes más lo necesitan, que puede ser que ni siquiera lo agradezcan. Debemos entender que la educación de los menores es un derecho para ellos, pero también una garantía de futuro para toda la sociedad. En cualquier caso, los problemas y conflictos derivados de situaciones laborales deberían enfocarse y dirigirse siempre hacia arriba, a la administración y los políticos, nunca hacia abajo, al alumnado y familias.

¿Qué consejos ofrecería a quienes están considerando dedicarse a la enseñanza?

Que se informen bien, que lean ensayos como Aula o jaula y artículos o monografías sobre didáctica y pedagogía, para ser conscientes de que enseñar no es plantarse delante de treinta adolescentes con un libro de texto y comenzar a explicar la lección. Que se informen bien y no piensen que van a enseñar como aprendieron ellos, porque cada alumno tiene unas necesidades que han de ser cubiertas. Que hablen con docentes en activo de entornos diversos y sepan de primera mano lo que pasa en las aulas, que ni es el caos que pintan unos ni el paraíso multicolor que dibujan otros.

¿Hace falta una formación continuada para el desarrollo profesional de la docencia? ¿Qué papel juega el estar formado a tiempo?

Por supuesto que es necesaria la formación permanente. Hay que tener en cuenta que la formación inicial es básica en la mayoría de los casos: en Primaria porque suele ser generalista y en Secundaria porque se reduce a los contenidos de la materia. Hace falta mucha formación a lo largo del tiempo, especialmente en aspectos pedagógicos y en didácticas específicas. No se puede ser buen docente sin estar actualizado.

Existe una controversia de que los profesores trabajan menos de lo que deberían. Quiero romper una lanza en su favor desde este espacio y me gustaría que me comentases aparte de las excursiones y las horas presenciales en el instituto hablando del ámbito escolar o de esta incidencia educativa o de tal otra en las reuniones que tenéis. ¿Cuántas horas pueden echarse en casa para preparar unas clases, corregir exámenes, pensar nuevas estrategias de enseñanza en las unidades didácticas y llevarlas a la práctica?

Hay mucha desinformación también en este aspecto. Por lo general, en las horas de permanencia en el centro apenas da tiempo a nada, porque son de ocupación real impartiendo clase, haciendo guardias o en reuniones de coordinación. Toda la faena de preparar clases, materiales, actualizar información, corregir, etc. queda fuera de esa franja presencial. Hay quien se queda en el centro cubriendo esa otra tarea invisible y hay quien la deja para casa. Supongo que, como en todos los trabajos, habrá quien dedique más tiempo o menos, en función de su disponibilidad o interés, pero creo que la mayoría de docentes ocupa sobradamente la jornada oficial de 37 horas y media, pues a lo mencionado anteriormente hay que añadir los claustros, las sesiones de evaluación, las elaboraciones de informes trimestrales o las salidas extraescolares.

¿Qué actividades o pasatiempos te ayudan a desconectar y recargar energías?

Imagino que es una cuestión muy personal: a mí me gusta leer, pasear, viajar… También es verdad que a los que somos frikis de la educación nos gusta asistir a encuentros y jornadas educativas en nuestro tiempo libre.

¿Qué valores considera fundamentales en su vida y cómo los integras en tu práctica docente?

Creo que hay que luchar por la justicia social, por favorecer a los que ya parten con desventaja y ayudarlos a llegar a lo más alto. Me molesta esa falsa meritocracia que busca justificar que el éxito depende exclusivamente del esfuerzo, como si no supiésemos que detrás de buena parte de los triunfadores solo hay riqueza acumulada y buenos contactos. Y creo en la Escuela Pública como garante de esa justicia social, una escuela potente, con recursos, inclusiva y de calidad, en la que los docentes somos corresponsables de los éxitos (y fracasos) del alumnado.

¿Cómo ha influido tu experiencia como director de un centro educativo en tu perspectiva sobre la educación?

El cargo de director te ofrece un panorama más amplio que el de profesor, porque la escala del grupo/clase se convierte en escala de centro, con facetas que no conoces desde abajo, con una visión global no solo del alumnado y sus familias, sino también del profesorado o la administración. Hace que relativices algunas cuestiones que te parecían vitales y que cobren importancia otras que desconocías. Pero sobre todo te obligan a pensar en colectivo y a trabajar en equipo. Para mí no tiene sentido ser director sin ser equipo, un equipo que no solo se refiere a los cargos, sino a todo el claustro.

Volviendo al plano literario, a finales del año pasado, presentaste un libro junto Ana Valero, de la autora María Pareja Olcina, su título: “Por no quererme”. ¿Qué impacto real está teniendo el porno en los jóvenes? ¿Podemos hacer algo los padres para abordar este problema?

Como decíamos antes, muchos jóvenes se relacionan casi exclusivamente a través de las redes sociales. En este sentido, la pornografía les llega muy fácilmente a edades tempranas. Sin una educación sexual y afectiva continua y eficaz, los dejamos expuestos a ese “entretenimiento” para el cual no están preparados. Creen que la pornografía es reflejo de la realidad y acaban pensando que se pueden relacionar así con sus compañeros y compañeras. En todos los cursos hay alguien que consume esos contenidos sexuales o violentos sin ningún tipo de filtro, alguien que, además, los difunde entre sus amigos o en el grupo de clase. Hace falta más implicación de todas las instituciones para abordar este problema, ya que no se puede dejar solo en manos de las familias, que muchas veces ni son conscientes ni saben qué hacer.

¿Algún proyecto o plan literario a la vista del que puedas hablarnos?

De momento el trabajo me tiene absorbido la mayor parte del tiempo, aunque sigo participando bastante en la formación del profesorado. De cara al futuro, me gustaría seguir escribiendo sobre educación y quizá algún día ponerme con la creación propia. Pero ya veremos…

Y por último, ¿dónde podemos saber un poquito más sobre ti y dónde podemos adquirir tu obra Aula o Jaula quienes estemos interesados?

De mí solo me queda decir que soy un profe entusiasta que se anima con facilidad cada vez que le proponen algún proyecto que puede mejorar su clase o su centro, un profe que mantiene después de 25 años la ilusión por cambiar el mundo a través de pequeños avances con sus alumnos. El resto lo podéis descubrir en Aula o jaula, disponible en formato papel en las principales librerías, y también en las plataformas digitales en formato ebook. Muchas gracias.

Toni, ha sido un verdadero placer charlar contigo y adentrarnos en tu manera de ver y construir el mundo a través de las palabras. Gracias por tu generosidad, tu tiempo y por recordarnos que la literatura, como la educación, es siempre un acto de fe en el ser humano. Un abrazo y hasta la próxima.

Muchas gracias por el trabajo que realizas, Leo. Ha sido un placer charlar contigo y que me hayas invitado en tu espacio.

domingo, abril 27, 2025

10 PREGUNTAS a María de los Ángeles Fornero - Versión escrita

Hoy tenemos el enorme placer de conversar con María de los Ángeles Fornero, escritora, psicóloga social y profesora de lengua. Su voz literaria, cargada de sensibilidad y profundidad, se ha hecho presente en obras como La mujer que no está, Viaje entre dos orillas y poemarios como Úlcera, sal, papel y carbón (Editorial El Mensú, Córdoba, 2021) y La devolución de las texturas.

María de los Ángeles eres escritora, psicóloga social y profesora de lengua: ¿qué papel ha jugado tu formación profesional en tu narrativa?

Mucha, claramente. En la Psicología Social reconozco un abrevadero fundamental a la hora de elaborar personajes y ponerlos a accionar en una obra. Trabajar la relación mundo interno-contexto-histórico-social concreto de un personaje es una tarea en la que la tarea de escribir opera con las herramientas de la psicología social, sin dudas. Mi militancia en el movimiento de mujeres de Argentina y en la lucha política y social de mi país son verdaderas ventanas para la ficción.  Aunque yo siempre cuento que la literatura, los relatos ficcionales me son heredados desde la oralidad campesina en la que me crie.

Además de escritora de prosa, eres poeta, me gustaría que me describieras, ¿qué es para ti la poesía y qué papel juega en tu vida?

En general, la gente que ha leído mis trabajos coincide en que se trata de una prosa poética. Lo lírico recorre el relato. Yo también siento que es así. Si bien hay un trabajo en el que me detengo mucho que es en el uso del lenguaje, desde ya, también es cierto que hay como un natural fluir poético, de imágenes en lo que se va contando. Además, creo que me viene de esa historia personal en donde mi padre, bajo la galería de la casa del campo, en noches de tormenta o de estrellas, lo misma daba, podía contarnos a sus hijos una historia de indios tehuelches o entonar la zamba de “Mi Esperanza” con ese coro de niños (éramos varios hermanos)

Entre tus títulos publicados destacan algunas obras como La mujer que no está (Alción Editora, Córdoba, 2023 y Maquinaciones, Lima 2025). ¿Cuál fue la semilla para escribir este libro?

La semilla es la desaparición de una mujer de 38 años en el año 2005 que ya no volvió a aparecer en la ciudad de Villa María. Se sospecha del ex marido, pero nunca en Córdoba se llevó a juicio el hecho y fue como quedando en el “olvido”. Luego la trama eslabona otros hechos, también reales, de principio del siglo XXI, el despojo de tierras ancestrales a los campesinos pobres del norte de la provincia en beneficio de viejos y nuevos terratenientes que dominaron el agro-negocio de la soja. Luego, la ficción, que tiene de gótico y fantástico dentro de lo que sería un policial negro, hace todo lo demás. La novela está ganando lectores lenta pero permanentemente, lo que me llena de alegría.

Viaje entre dos orillas (Mesa Redonda, Lima, 2022) y (Alción Editora, Córdoba, 2019) es otra de tus obras más laureadas. ¿Qué historia nos cuentas en esta obra?

Este es mi primer libro publicado, aunque escribí desde adolescente y tuve algún que otro premio o menciones que fueron a parar a publicaciones colectivas o antologías de editoriales, folletos, revistas unders, blogs, etc. Viajes entre dos orillas se enmarca en lo que llamaríamos una auto-ficción con cierto estilo de crónicas de viaje. Cuenta un último diálogo entre una hija que acaba de llegar de un viaje por el Perú andino, profundo y un padre, ya moribundo en su última inspiración. Es un diálogo ficcional en donde los recuerdos, los debates, los enojos, los sueños de cada uno y de ambos se entrelazan con los debates políticos, los sueños no cumplidos, las historias pendientes de una América Latina que sigue buscándose. 

La mujer que no está es una historia trágica y lírica, enmarcada en una Córdoba que conoces muy bien. En ella, narras a los lectores una historia de ficción basada en hechos reales. ¿Qué te llevó a querer contar esta historia al mundo?

Es una historia que se repite de nuevas formas. La invasión de los territorios ancestrales por los poderosos de afuera o de adentro, la apropiación de los cuerpos de las mujeres y de las niñas, la negación de las lenguas originarias y la imposición de lenguas ajenas y como contracara las formas de resistencia desde los sincretismos culturales y religiosos, la entronización de los mitos como modo de sobrevivencia y en última instancia, las luchas guerrilleras, clandestinas o la movilización callejera pese a quién le pese.

También has publicado varios poemarios, entre los que se encuentran Úlcera, sal, papel y carbón (Editorial El Mensú, Córdoba, 2021) y La devolución de las texturas (Tinta Libre Editores, Córdoba. 2020). ¿Qué temas tratas en dichas obras?

Siempre escribo poesías, tengo dos trabajos de poesía que ya podrían ser libro. Pero los dos poemarios publicados son de los tiempos del Covid-19. Contiene mucho de esos perros de la calle que éramos, aislados, ajenos, sarnosos para el otro y a la vez el amor y lo solidario en contraposición. Hay mucho de identitario en los dos poemarios también. Un volver a preguntarse el “de dónde vengo” el “quién soy” el “cuál es mi función por estos valles” Y una cierta convicción de que “no salimos mejores de la pandemia” sino con un mundo mucho más desigual y más cruel. Con tantas aberraciones como las que vemos en la argentina, hoy.

Una pregunta que suelo hacer a los y las poetas con las que me encuentro en el camino de la escritura, ¿cómo sabes si un poema está “terminado”?

Nunca lo sé. Solo digo “hasta acá”. Un poema es un lugar donde se vuelve a demostrar que la completud no existe. Solo terminará de escribirse con el final de la vida del yo-lírico que lo engendró. Puedo decir “ya está, no lo toco más”. Es una obligación dejar de corregir y de retocar en algún momento. Pero un poema está vivo como el poeta que necesitó escribirlo.



Eres autora integrante de la Antología de cuentos Historial de la Cuerda Floja, 10 cuentos de 10 escritoras argentinas. (Ed. Lago. Córdoba, 2022) y Ventura Ccalamaqui y Manuela Gandarillas, dirigentas de un colectivo social. (Ed. Qellqa. Lima 2024). También has colaborado en numerosos blogs, revistas y periódicos digitales en Argentina, Estados Unidos, Perú y España y asistido a una variedad de presentaciones en Ferias Internacionales del Libro en Argentina y en el extranjero. ¿Cuán de importante es que una autora esté presente en eventos colectivos para su carrera profesional?

Fundamental, me parece a mí. Aquella idea de los “escritores de puertas adentro” recibiendo la “inspiración divina” es pura fabulación idealista, perimida. La literatura es la vida misma dando tumbos. La vida cotidiana, lo social, lo político, los conflictos, la interacción, la alteridad es lo único que alimenta la mismidad. El acopio de belleza del lenguaje es solo producto de ese “meterse en el barro”. Las más diversas ferias de libros, grandes o pequeñas, de aquí a la vuelta o de los grandes centros literarios, los debates, las diferencias son verdaderos documentales que me nutren y me afinan.

¿Qué desafíos representan para ti publicar un nuevo libro? ¿Sigues sintiendo el gusanillo de la primera vez?

Sí, cada libro es un nido de gusanillos bullendo. Me refrenda y me asusta esa forma de corazón bombeando sangre.

¿Sientes que tu estilo ha evolucionado a lo largo de tu carrera?

Sí, claro. Después, un libro puede lograr una mayor solidez que otro, seguramente, pero tiene que haber una evolución en la obra que es la evolución del escritor en su propio movimiento vital. Bienvenidas las influencias, todas, las críticas, todas.

Como lectora, ¿qué autoras o autores te marcaron y se reflejan de algún modo en tu escritura?

Difícil respuesta. Me marcó José María Arguedas, en primer lugar. Su reconocimiento de sí mismo, eso me obligó al mío. El realismo mágico y lo real maravilloso. Todos. García Márquez, Rulfo, Alejo Carpentier, Augusto Roa Bastos, Julio Cortázar y el gótico sureño norteamericano, Faulkner, Flannery O´Connor y los poetas españoles Antonio Machado, Federico, Miguel Hernández, Pablo Neruda, César Vallejo. Bueno: Margaret Mitchell, Jorge Amado, Carson McCuller, Saramago, Clarice Lispector, Rodolfo Walsh, Marguerit Duras, el “Martín Fierro”. Y en las últimas dos décadas las mujeres narradoras latinoamericanas que han vuelto a impulsar la literatura en habla española a un nuevo vuelo.

¿Qué lugar ocupa la memoria —personal o colectiva— en tu literatura?

La memoria como concepto, a partir de lo que plantea Benjamín, es siempre colectiva ¿no? En La mujer que no está la memoria colectiva es lo que le da voz a la mujer desaparecida. Todas las otras voces arrebatadas, canceladas de los últimos siglos toman la palabra, cada una desde sus lenguas ancestrales y salen en comunidad de la garganta de ese personaje. Y esa forma colectiva es la única que puede tener fuerza frente al poder que la desaparece.

Desde tu perspectiva, ¿qué lugar ocupan hoy las mujeres en la literatura argentina contemporánea?

Primerísima. Creo que la literatura argentina actualmente goza de muy buena salud y uno de los motivos es la irrupción de una cantidad de mujeres escritoras que crecieron en su escritura al calor de la lucha democrática de los últimos cuarenta años, los juicios de lesa humanidad a la dictadura y la condena a los genocidas, la fortaleza de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y un movimiento de mujeres insubordinable que logró la ley de interrupción voluntaria del embarazo, el matrimonio igualitario, el abrazo a las diversidades, etc. No voy a nombrar a ninguna, porque por suerte son muchas y de todas las regiones del país.

Si pudieras dialogar con un personaje de alguno de sus libros, ¿a cuál elegirías y de qué hablarías?

Elegiría a María Muratore, de El río de las congojas, de Libertad Demitrópulos en primer lugar y me pasaría horas conversando con ella a orillas del Río Paraná tomando mates, sobre cómo fue ser la querida de Juan de Garay mientras moría con los suyos cuando el conquistador bajó de Asunción para la fundación de Buenos Aires. Y en segundo lugar me encantaría escuchar a Cometierra, de Dolores Reyes, una niña del conurbano bonaerense que seguramente repudiaría a Milei.

¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto literario? ¿Puede adelantarnos algo?

Sí. Editorial Altazor de Lima está maquetando un libro que trabajamos con Ángel Mendoza, un ayacuchano, fotógrafo y docente de la Universidad de Huamanga, sobre Ventura Ccalamaqui y los rastros que nos llevan a ella a partir de la memoria reciente. Ese trabajo está esperando editorial argentina, también. Y, estoy trabajando en una novela que ya está bastante avanzada, pero le falta pulido, donde de nuevo hay mezcla de fantástico con un policial sui-géneris. 

Para alguien que quiera iniciarse en su obra, ¿por cuál de sus libros recomendaría empezar y por qué?

Por La mujer que no está.

Y antes de despedirnos, para quienes empiezan en el arte de la escritura, ¿qué recomendaciones les darías para que no pierdan la ilusión y continúen luchando por ese sueño que para muchos es la publicación?

Que escriban. Que escriban mucho, que se animen a equivocarse mucho y a empezar de nuevo. La otra sugerencia es que lean. Leer mucho, autores de los más diversos y meterse con la vida. Que de esa conjunción va a salir el material para volver a sentarse en la computadora o frente al papel.

María de los Ángeles Fornero nos has abierto la puerta a tu mundo de palabras y emociones. Te agradezco desde aquí este ratito que nos has dedicado y espero que tu obra siga inspirando, con la misma intensidad, a lectores de todas las generaciones. Muchas gracias y mucha suerte.

Igualmente, Leo. Ha sido un placer estar aquí contigo conversando.

 

RESEÑA de Aula o Jaula de Antonio Solano

Título: Aula o Jaula

Autor: Antonio Solano


Editorial: La Esfera de los Libros


Año de edición: 2023


ISBN: 978-84-13846-38-5


Número de páginas: 240

 

Sinopsis:

¿Son las aulas actuales tan terroríficas como las pintan algunos?¿La educación es peor ahora que antes?¿Los profesores cuentan con la formación adecuada?¿Es la Escuela un edificio a punto de derrumbarse?

Este ensayo responde a esas preguntas desde la experiencia de su autor, con muchos años de docencia a sus espaldas -en diversos niveles, incluido el universitario-, y también como formador del profesorado, catedrático y director de un centro educativo público de Secundaria catalogado como de especial dificultad.

No esperen los lectores las visiones apocalípticas que algunos vaticinan, pero tampoco justificaciones de un sistema anquilosado que provoca más frustración que éxitos académicos.

¿Soluciones? Claro que las hay. Para empezar, reducir el número de alumnos por clase, entre otros cambios fundamentales.

Con esta lectura se emprende un viaje del Olimpo al Averno (con billete de vuelta) para confirmar que una Escuela mejor es posible e indispensable.

Mi opinión:

 

Antonio Solano demuestra en este ensayo conocer muy bien el sistema educativo, que nos analiza a través de 11 capítulos, titulados de manera acertada como diferentes personajes de la mitología griega, utilizando un simbolismo que hace patente la tarea titánica, que es hoy en día la enseñanza. El autor se vale de mitos y personajes de la mitología clásica para abordar un asunto tan delicado e importante para nuestra sociedad como es la educación.

 

Apolo y Aula, Bienvenidos a la isla de Circe, Aracne era una madre o Sísifo en la escuela son ejemplos de nombres de estos capítulos, entre los que destacaría Jasón y los Argonautas, que para mí es el más esclarecedor, pero no porque el resto pueda tratar temas menos sustanciales, sino porque a mí, particularmente, me resulta más atractivo por mis inquietudes personales y por el modo en el que está presentado. A continuación, Solano nos escribe un epílogo, un glosario irreverente sobre aquellos términos, que en algunos casos, los padres desconocemos, para rematar la obra regalándonos un relato corto, titulado El otro, que deja claro que su autor no solo maneja el arte la redacción y los conceptos educativos de los que nos habla a la perfección, también sabe valerse de la narrativa para calar al lector y conseguir que se quede un regusto dulce a la hora de cerrar el libro.

 

Tras una emotiva dedicatoria a sus padres, hijas y quienes permanecen a su lado, Antonio se adentra en los entresijos y el sistema educativo actual y saca a la palestra los diferentes obstáculos con los que se puede encontrar el nuevo docente a la hora de desempeñar su tarea. Pero no solo eso, profundiza en las diferentes etapas por las que pasan los estudiantes, centrándose sobre todo en la secundaria, y basándose en su experiencia como docente y director de difícil desempeño.

 

El autor también trata temas que preocupan a los diferentes grupos implicados en la educación como son la administración, el profesorado, el alumnado y las familias, y lo hace, de manera esclarecedora, porque a medida que avanzas en la lectura, te vas percatando de que todos esos temas que tratamos los padres en tertulias y desayunos están presentes en esta obra, de recomendable lectura entre todos los grupos de los que estamos hablando.

 

Además, Solano no deja de lado temas como el acoso escolar, valiéndose del Minotauro del «bullying» como enemigo de la escuela, Analiza también las TIC, en el más apartado tecnológico. Además de la diversidad y la inclusión en el ámbito más relacionado con la convivencia y el respeto. Tampoco se olvida, del contexto social y económico tan diferente al que pertenecen los estudiantes. Situaciones complejas que deberían ser tratadas de manera urgente por la administración, que se halla desbordada en la actualidad por la cantidad ingente de dilemas a los que se enfrenta a diario.

 

En cuanto al estilo del autor es sencillo y ameno, valiéndose del humor y de un vocabulario al alcance de todos los públicos para analizar los temas que trata, con lo que, en todo momento, las ganas de seguir leyendo son una constante.

 

En resumen, estamos ante una obra completa y profunda, que ofrece un análisis atractivo y necesario del pasado y presente de la enseñanza en nuestro país.

jueves, abril 24, 2025

ENTREVISTA a Cristina Braza Noriega - (Video y Audio)

Hoy nos acompaña Cristina Braza Noriega, profesora y escritora gaditana.




10 PREGUNTAS a Cristina Braza Noriega - Versión escrita

Hoy nos acompaña en Mi experiencia como escritor, Cristina Braza Noriega, escritora gaditana cuya obra refleja la profunda conexión que tiene con su ciudad, Cádiz, sus tradiciones, y especialmente con el Carnaval, fiesta que no solo vive, sino que también inspira su literatura. Su obra está vinculada en gran parte con la figura icónica de Juan Carlos Aragón, uno de los más influyentes autores del Carnaval gaditano.

¿Cuál fue el momento o circunstancia clave en tu vida que te impulsó definitivamente a convertirte en escritora?

Pues si te digo la verdad, no hay un momento clave como tal ni una motivación previa. En mis planes no entraba dedicarme de forma profesional a la escritura. En realidad, mi primer libro surge de una forma totalmente fortuita. Comencé el libro de ensayo sobre la obra de Juan Carlos sin la pretensión de publicarlo y finalmente Tras los versos del Capitán Veneno fue el impulso para todo lo demás.  Gracias a ese primer libro, se abrió un gran abanico de posibilidades en torno al mundo de la escritura, por ejemplo, la oportunidad de ejercer como columnista en La Voz de Cádiz durante el COAC. Después de esa primera obra, sí que me encuentro con una nueva faceta y con la motivación y la inspiración idóneas para seguir escribiendo.

¿Existe algún libro o autor que te haya marcado especialmente y te haya servido como referente o inspiración en tu carrera literaria?

Libros y autores podría decir muchos que han sido para mí referentes y verdaderas joyas durante toda mi vida y especialmente en mi etapa universitaria, estudiando filología hispánica. Sin embargo, en mi carrera literaria precisamente con el primer libro de ensayo sobre la obra carnavalesca de Juan Carlos Aragón, no he tenido la sensación de tener ningún referente o modelo en el que poder encontrar lo mismo que estaba haciendo yo. Con esto no quiero decir que no los haya, por supuesto. Pero sí que podría afirmarte que bajo mi punto de vista, la bibliografía especializada en temática no gaditana, sino carnavalesca es bastante limitada. A mí me resultó muy llamativo que no había apenas libros en los que el Carnaval de Cádiz se tratara desde una perspectiva literaria. En este sentido, creo que ahí está precisamente el éxito de mi primera obra. Creo que hasta el momento de publicarlo, había muy poco de ese estilo de libros y fascinantemente el público es muy amplio. Pienso que puede ser muy interesante y que hay mucha gente que realmente disfruta de leer estos análisis y de nutrirse de las letras de Carnaval con una perspectiva diferente.

En cuanto a la novela, El secreto del ángel, sí que podría citarte diversos autores y autoras que me han marcado y a los que he seguido durante su carrera literaria, sobre todo, aquellos que se dedican al thriller y a la novela negra. Me gusta mucho el estilo y es una fuente de inspiración Benito Olmo, Daniel Fopiani, May R Ayamonte o Blanca Cabañas, por ejemplo.

Cuando escribes, ¿qué buscas generar principalmente en tus lectores: emoción, reflexión, o quizás una conexión íntima con tus propias experiencias?

Una pregunta muy acertada. Pues imagino que como todo escritor intento conectar con los lectores y entiendo que no a todos les puedo proporcionar las mismas sensaciones. También depende obviamente del género del que estemos hablando. En mis libros de ensayo, es verdad que uso un tono más didáctico y mi intención es no solamente que disfruten de la lectura, sino también que haya un aprendizaje. Sobre todo, en los libros de ensayo, mi intención es usar la literatura como herramienta para difundir y promover la cultura relacionada con el Carnaval de Cádiz, que a mi parecer, es muy escasa. Sin embargo, con el thriller, con la novela, el prisma es mucho más amplio. Me gusta que mis lectores se emocionen, pero también dejo lugar para la reflexión y para la crítica social. Al fin y al cabo, soy de las que piensa que los libros tienen que removernos por dentro de alguna manera. Un buen libro nunca te deja indiferente.

Sabemos que eres una gran amante del Carnaval. ¿Qué es lo que te atrae tanto de esta fiesta?

Creo que en mi caso, el Carnaval es transversal a toda mi vida. Desde pequeña, he tenido la inmensa suerte de haber crecido en un ambiente totalmente cercano al Carnaval. Mi padre salía como guitarra hace años y siempre me ha llevado a cuartos de ensayo. He estado en lugares auténticos y míticos con mi familia como en la peña del Erizo, me he disfrazado todos los años. Al final todas esas experiencias han ido construyendo mi amor por el Carnaval. Aunque, desde que ya fui adolescente y tenía claro que quería dedicarme a la literatura, siempre me han enamorado las letras del Carnaval. Yo soy incapaz de escuchar una letra y no fijarme en cómo está escrita filológicamente hablando. Y en ese sentido, creo que el Carnaval nos ofrece un manantial enorme todos los años para poder analizar y disfrutar de los tipos, de todos los tipos de figuras retóricas que podemos encontrar y recursos. En fin, es una maravilla.

Juan Carlos Aragón es una figura clave en el Carnaval gaditano. ¿Qué significó para ti su obra, y cómo valoras su legado hoy día?

Para mí, hablar de Juan Carlos Aragón y de su forma de escribir es hablar de Carnaval en mayúsculas. Su obra trasciende los límites carnavalescos, va más allá. Siempre digo que Juan Carlos no se caracteriza por ser solamente un autor del Carnaval de Cádiz. Aragón fue un poeta contemporáneo, que usó sus agrupaciones, ya fuera chirigotas o comparsas para volcar sus inquietudes filosóficas, políticas, sociales, etc. Te podría decir que no hay un legado tan auténtico y completo como la obra de Juan Carlos. Sus pasodobles sin música son piezas de literatura, poemas. Su forma de expresarse y de transmitir me parecen totalmente únicas.

De hecho, tu primera obra se tituló: Tras los versos del Capitán Veneno (2022), ¿cómo fue tu experiencia?

Mi experiencia con Tras los versos del Capitán Veneno fue una sorpresa, una fantasía, desde el principio. Primero porque el libro suscitó muchísimo interés y eso fue algo que no esperaba. Yo no tenía ningún tipo de experiencia escribiendo y tampoco había publicado, entonces imagínate la sensación cuando tuve tantas respuestas de editoriales interesadas en el libro. Y, en segundo lugar, todo el recorrido que tuvo el libro fue asombroso. Mi presentación oficial fue en el Café Teatro Pay Pay, con Luis García Gil, una figura destacada dentro de la literatura, y con el padre de Juan Carlos, Juan Aragón, con el que pude además compartir muchísimos más eventos y firmas. He estado en Jerez, Barbate, Zahara de los Atunes, Rota, Sevilla capital, en la mesa redonda que se organizó sobre Juan Carlos en Alcalá de Guadaira que presentó Manolo Casal, e incluso en Granada presentando el libro. Para mí, es una experiencia inigualable. Disfruté como una niña pequeña.



El secreto del ángel (2024) se convirtió en tu primera novela. Cuéntanos un poco sobre ella. ¿De qué trata?

Sí, es mi primera obra de género narrativo. El secreto del ángel es un thriller, una novela negra cuya protagonista es Ruth Lebón, una inspectora de policía en horas bajas, que se incorpora al trabajo tras haber estado ausente por problemas psicológicos. Pese a la oposición de sus superiores, la inspectora elige sus propios métodos para emprender una investigación de forma extraoficial. Su amante, que es también uno de los oficiales al cargo de la investigación, intentará mantenerla al margen, pero finalmente es la inspectora junto con otro personaje principal, una joven profesora, Almudena las resuelven el caso.

Es una novela que ha gustado mucho a los lectores  y que además fue elegida entre las tres novelas finalistas del año en el Concurso VII Encuentro de Literatura Gaditana.

Artículos de Carnaval y otros recuerdos (2025) se ha convertido en tu última obra, ¿qué puntos toca y qué sentiste cuándo la viste acabada?

Sí, exactamente, es mi último libro y, en realidad, tiene una estructura muy clara. En primer lugar, hay una parte que es la intrahistoria de aquella experiencia de Tras los versos del Capitán Veneno. Hago un recorrido muy emotivo por todo lo que supuso a nivel personal y cómo surgió aquella amistad tan especial con Juan Aragón, también incluyo textos que él me dedicó así como unas palabras inéditas que nunca llegaron a publicarse en Tras los versos que yo le escribí a él cuando falleció. Y una segunda parte en la que inserto todos mis artículos de opinión desde hace unos años hasta ahora sobre muchas y diversas cuestiones relacionadas con el Carnaval.

Creo que este último libro tiene un estilo mucho más espontáneo y fresco. Para aquellos que han leído el ensayo de Juan Carlos pienso que es una obra que les va a entretener bastante, y también es una buena opción para quienes están acostumbrados a leer artículos de opinión sobre temática carnavalesca, sobre todo, de las agrupaciones de los últimos años.

De todas las agrupaciones de Aragón, ¿cuál es aquella que más te ha marcado más y por qué?

Es muy complicado elegir solo una. Hay muchas letras de agrupaciones del Capitán Veneno que me han marcado y que según en qué etapa de mi vida me he encontrado ha significado mucho o ha tenido cierto peso. Aunque si tuviera que decir una agrupación me quedaría con Los ángeles caídos. Me parece una de las comparsas más profundas y complejas de su trayectoria. El asunto religioso es uno de los atributos más singulares de sus obras, especialmente en esta. El popurrí por ejemplo es un tratado de ateísmo.

¿Crees que Juan Carlos transformó el modo de hacer Carnaval en Cádiz?

Completamente. Este autor irrumpe en el Carnaval de Cádiz con una madurez y una forma de escribir que ya traía de casa por así decirlo. Cuando él llega al Carnaval, tiene un bagaje cultural inmenso y su creatividad aporta una visión totalmente innovadora, ya desde las chirigotas. Además, en cuanto a su forma de escribir, podemos afirmar que él fue quien inició esa forma culta, quizá más lírica o poética en los pasodobles y en el repertorio en general. El Capitán Veneno enriqueció la cultura carnavalesca y, por supuesto, sentó unas bases sólidas para entender de otra forma diferente el Carnaval de Cádiz.

¿Considerarías a ciertos autores del Carnaval de Cádiz como poetas?

Los autores del Carnaval pueden ofrecer repertorios más poéticos como hemos ido viendo estos últimos años en la modalidad de comparsa. Sin embargo, escribir de cierta forma no te convierte en poeta. Considero que hay una gran diferencia entre un letrista y un poeta. Todos los autores son letristas, pero no todos son poetas. Juan Carlos en este caso marca la diferencia, es poeta y, además, se dedica al Carnaval.

Tu obra refleja un claro amor por tu ciudad. ¿Piensas que la literatura puede ser un medio para preservar y difundir la identidad cultural de lugares como Cádiz?

Por supuesto que sí. La literatura es el medio idóneo para preservar y reflejar la identidad cultural y social de cualquier ciudad.  Cádiz, en realidad, es el motivo intrínseco de todo, es decir, no concibo escribir una novela y no elegir su ambientación en esta ciudad. Creo que en ese sentido la novela puede ser una forma bonita de descubrir los rincones de la ciudad y de entender la filosofía de vida de los gaditanos, al menos, en una dosis pequeña de ciento treinta páginas.

¿Qué rinconcito de la ciudad elegirías para escribir al aire libre? ¿O ya lo has elegido y vas allí a buscar inspiración?

Cualquier rincón de Cádiz puede inspirarme. Creo que es una ciudad mágica, con encanto. Si tengo el mar enfrente, cualquier sitio es ideal. Aunque si tuviera que elegir uno concretamente me quedaría con cualquier banco de La Alameda.

Y como curiosidad, te confieso que los primeros capítulos de la novela me acabo de acordar de que los escribí tomando un café en la plaza San Francisco.

¿Podrías hablarnos sobre algún personaje o historia en concreto de tus relatos que consideres significativo en tu vida?

Me quedo con la protagonista de la novela, Ruth Lebón. Ha cautivado al lector por ser tan particular y tener su propia forma de entender la justicia. También me gustan mucho de la novela Lola o el abuelo de Almudena que, a mi parecer, son personajes muy gaditanos que también han conquistado a los lectores.

¿Sueles ser una escritora muy autocrítica con tu obra?

Muchísimo. En general, soy una persona muy autocrítica con todos los aspectos de mi vida y con mis libros también como no podía ser de otra manera.

De hecho, la novela tuvo una primera versión que nunca se publicó. La dejé guardada y al cabo del tiempo, la reescribí de nuevo y ya se publicó con la inspectora como protagonista.

Cádiz es tu inspiración evidente, pero ¿hay algún otro lugar, experiencia o temática que aún no hayas explorado literariamente y que te gustaría abordar en un futuro próximo?

Sí, hay muchos lugares que me resultan maravillosos y que seguramente podrían ser también usados para una ambientación de próximos proyectos. Lo que tengo claro es que me gustaría seguir realizando novelas en las que además de ser negras o estar encuadradas dentro del thriller, se inspiraran también en lugares de Andalucía. Me parece que es muy necesario.

Si pudieras definir a Cádiz y a su Carnaval con una frase, ¿cuál sería?

El Carnaval es música y letra. En una palabra, arte, sin más.

¿Una recomendación para autores que comienzan en este arte de la escritura?

Sé que es muy típico, pero de verdad que es lo que pienso. Lo mejor para comenzar es leer mucho y escribir mucho. Para mí, no hay otra forma de aprender.

Muchas gracias, Cristina, por compartir con nosotros esta mirada tan personal sobre Cádiz, su Carnaval, su gente, y sobre la influencia imborrable de Juan Carlos Aragón en la cultura gaditana. Esperamos seguir disfrutando de tu literatura en un futuro. Muchos éxitos.

Gracias a ti, Leo, por cederme este espacio. Ha sido un placer charlar contigo este ratito.