Hoy tenemos en Mi experiencia como escritor a Antonio Solano. Toni Solano es catedrático de Lengua y Literatura Española, reconocido por su compromiso con la educación pública y su enfoque innovador en la enseñanza. Actualmente, dirige el IES Bovalar en Castellón, un centro catalogado de difícil desempeño, donde ha implementado proyectos centrados en la inclusión y la innovación pedagógica.
Su trayectoria profesional es diversa:
ha impartido clases en academias, colegios privados, institutos y
universidades, y ha sido formador del profesorado en áreas como tecnologías
educativas, aprendizaje basado en proyectos y planes lectores. Además, es autor
del ensayo Aula o jaula: La Escuela en
tiempos convulsos. Reflexiones de un profesor vocacional, donde reflexiona
sobre los desafíos del sistema educativo actual y propone soluciones prácticas
desde su experiencia docente.
Solano también es conocido por su labor
divulgativa a través de su blog Re(paso) de lengua y su activa participación en redes
sociales, donde comparte recursos y reflexiones sobre la enseñanza y el
aprendizaje.
Su enfoque humanista y crítico lo
convierte en una voz influyente en el ámbito educativo, abogando por una
escuela más inclusiva, equitativa y adaptada a las necesidades del alumnado.
Toni. Vamos con la primera pregunta. ¿Qué motivaciones le llevaron a escribir Aula o jaula y qué mensaje deseabas transmitir a los lectores con la publicación del libro?
El detonante fue la pandemia que nos
tuvo confinados tres meses y que dio lugar a muchas reflexiones sobre el papel
de la escuela en la sociedad y la necesidad de ofrecer una atención presencial
como uno de los elementos fundamentales de la educación, al menos en etapas
obligatorias. También consideré que se hablaba del sistema educativo con mucho
desconocimiento por parte de políticos, periodistas e incluso familias, lo que
me llevó a este proyecto pensado como instrumento de divulgación para el gran público.
También tienes un blog en el que abordas diferentes temáticas. ¿Cuándo y
cómo Re(paso) de lengua?
El blog Repaso de lengua surge en 2006
coincidiendo con mis primeros años como docente. El propósito era compartir
dudas y experiencias de aula y sirvió durante muchos años para conectar con
gran cantidad de colegas que tenían una visión de la educación enfocada en la
mejora y en la innovación. El blog por tanto era una ventana y un escaparate de
mi práctica docente en eso que se llamó blogosfera educativa en un principio y
claustro virtual más tarde con la irrupción de las redes sociales. Los
contenidos más relevantes del blog han sido los artículos de reflexión
educativa, la memoria de actividades y proyectos de aula y las reseñas de
lecturas.
En tu experiencia, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrenta
actualmente el sistema educativo español?
El principal desafío es mantener en las
etapas obligatorias una educación inclusiva de calidad. Se ha avanzado mucho en
este aspecto, con normas que garantizan los derechos del alumnado, pero
arrastramos un déficit de recursos que impide que esa inclusión sea real. Las
ratios actuales no favorecen las buenas intenciones de las leyes, que se quedan
muchas veces en papel mojado. Una ratio reducida y una dotación de recursos
adaptados a las necesidades de los centros son el mejor punto de partida para
mejorar de verdad. El otro desafío es acabar con un modelo altamente segregador
que sigue manteniendo en su red centros privados sostenidos con fondos públicos
en los que no se controlan adecuadamente los principios de gratuidad, inclusión
y laicidad de la escuela pública.
¿Cómo ha evolucionado la figura
del docente en las últimas décadas y qué cambios consideras más significativos
a la hora de adaptarse al aula por parte del profesorado?
Creo que el profesorado, de manera
general, se ha ido adaptando bien a las exigencias de la educación actual. Es
cierto que los condicionantes de las altas ratios y escasez de recursos
provocan a menudo un desencanto y frustración difíciles de sobrellevar, pero en
un sistema tan vasto y complejo como el nuestro podemos sentirnos satisfechos
de dar respuesta a esos retos que surgen año tras año y para los que hemos de
prepararnos sobre la marcha. Aun así, es muy necesaria la formación permanente
del profesorado y la sensibilización ante la diversidad, con grupos cada vez
más heterogéneos y con barreras de aprendizaje cada vez más visibles.
¿Qué papel juega la administración en la calidad de la enseñanza y cómo
podría optimizarse?
Por un lado, la administración debería
garantizar que todos los centros sostenidos con fondos públicos cumplen la ley,
sin trampas para reservarse el derecho de admisión por cuestiones ideológicas,
religiosas o socioeconómicas. Además, debería proveer de recursos suficientes a
los centros para que puedan atender al alumnado y enseñar en condiciones. Hacen
falta mecanismos de control más para prevenir que para sancionar, inspecciones
educativas que acompañen y asesoren a los docentes para que puedan trabajar
mejor. También convendría que los políticos llegasen a consensos en cuestiones
educativas a largo plazo, en lugar de disputar por medidas cortoplacistas que
solo sirven de anzuelo electoral.
Aunque parezca que no, a los jóvenes
les preocupan muchos aspectos de la sociedad como el futuro laboral, la
sanidad, la política, etc. Sin embargo, ven que se les ignora a menudo en la
toma de decisiones que les afectan, o que se les trata con condescendencia en
temas en los que pueden aportar mucho. Es habitual en los centros organizar
jornadas de debate sobre medio ambiente, sobre feminismo, sobre inmigración o
sobre muchos temas de actualidad, en los que los estudiantes se muestran muy
informados y concienciados. No obstante, hay que señalar también que la Escuela
debe educar en esos ámbitos en los que es frecuente que exista una red paralela
de desinformación y bulos.
Esta pregunta va dedicada a los jóvenes estudiantes. ¿Qué estrategias
recomiendas seguir para fomentar la motivación y el compromiso de los
estudiantes con su aprendizaje?
En primer lugar tratarlos con
confianza, sin prejuicios, aceptando que son menores pero muy capaces de
aprender y mejorar cuando se les dan las herramientas y estrategias adecuadas.
Es necesario crear un clima de convivencia favorable en el aula (y en el
centro) para que las clases no se conviertan en un espacio de batalla, sino en
un taller de aprendizaje compartido. También creo que es fundamental reforzar
los aspectos positivos, especialmente en el alumnado con más necesidades
educativas.
En una sociedad en la que hay tantos impactos de imágenes que invitan al
consumo y a pensar de esta manera o de la otra, y que hay tanta desigualdad en
algunos aspectos. ¿Cómo pueden los docentes abordar eficazmente la diversidad
cultural y socioeconómica en el aula?
Es una tarea complicada, porque la
sociedad (e incluso la familia) alimenta ese modelo competitivo en el que la
colaboración se ve como un lastre en vez de considerarla una virtud. Parece que
la Escuela está diseñada solo para alcanzar la mejor nota de corte para acceder
a la universidad o a un grado de formación profesional, sin tener en cuenta
todas las demás habilidades y competencias que vienen marcadas por el
currículo, muchas de ellas relacionadas con aspectos como el trabajo
cooperativo, la gestión emocional, la autorregulación del aprendizaje, etc. A
todo esto se añade que cada alumno tiene su propia mochila detrás, un bagaje
que puede ser una ventaja o un lastre, dependiendo de las condiciones
socioeconómicas familiares. Compensar esto es muy complicado si no contamos con
recursos suficientes.
¿Qué importancia tienen las habilidades socioemocionales en la formación
integral del alumnado?
Precisamente son las que le permiten
abordar el día a día en las aulas y avanzar adecuadamente curso a curso. En una
sociedad en la que los problemas de salud mental han aumentado
considerablemente tanto en adultos como en menores, la educación no puede dejar
de lado este aspecto. No se trata tanto de ejercer de psicólogos cuando no lo
somos, sino de acompañar y mostrarse empáticos en el trato académico con el
alumnado. Considero que si como profesionales merecemos unas condiciones dignas
de trabajo, los menores las merecen con igual o mayor razón.
¿Consideras más importante el conocimiento de la materia o la formación
como personas de cara a afrontar la vida?
Para ejercer la docencia son necesarias
al menos dos capacidades: el conocimiento de lo que vas a enseñar y el dominio
de estrategias para enseñar. Ambas son complementarias e igual de importantes.
No veo viable plantear un debate acerca de cuál es más importante, porque somos
ante todo docentes, es decir enseñantes, lo que obliga a tener conocimientos
didácticos y pedagógicos suficientes para que el alumnado aprenda. En las
aulas, tan inútil es un profesor que no sepa de lo suyo como un erudito incapaz
de conectar con su alumnado. En este sentido, no comparto esa tendencia que
demoniza la pedagogía culpándola de todos los males de la escuela: sin un saber
enseñar no hay un saber aprender. A todo ello hay que añadir esas competencias
transversales que no son estrictamente académicas: cooperación, autonomía,
gestión del tiempo, gestión de las emociones, empatía, y todos los valores
democráticos que van incluidos en el currículo. No somos meros instructores,
somos educadores que tenemos la responsabilidad de una formación integral.
¿Cómo influye el entorno digital y las redes sociales en el desarrollo
académico y personal de los jóvenes?
A veces, según el entorno
sociofamiliar, las redes sociales son la principal influencia para muchos
jóvenes. Hay que tener en cuenta que, por cuestiones laborales, muchos de ellos
apenas ven a sus progenitores en toda la semana y que se relacionan con sus
iguales más a través de las redes que en persona. Si bien es cierto que esas
redes sirven en ocasiones para el apoyo personal o académico (recordemos por
ejemplo la pandemia), en ciertos jóvenes también contribuyen a verse envueltos
en una burbuja que puede ser peligrosa, especialmente en los casos de acoso,
ludopatía, extremismo político o religioso.
¿Qué papel juegan las tecnologías en la práctica docente? ¿Hay que
prohibir los móviles y pantallas en las aulas?
Las tecnologías están presentes en
todos los aspectos de la vida y por eso mismo la Escuela no puede permanecer
ajena. El profesorado debe conocer y saber utilizar los dispositivos que
faciliten su labor tanto de cara al alumnado como en sus tareas burocráticas.
En cuanto al uso de dispositivos móviles en las aulas, creo que el sistema
educativo debe educar en ese uso responsable de móviles y plataformas,
incluidas las redes sociales cuando sea pertinente, porque precisamente es el
aula el lugar en el que se puede abordar un aprendizaje de esas tecnologías con
fines educativos. Si solo nos dedicamos a prohibir, nunca pondremos freno a
problemas como el ciberacoso o la difusión de bulos.
¿Podrías compartir alguna experiencia que haya reforzado tu compromiso
con la docencia?
Creo que todos los docentes tenemos
muchas experiencias de ese tipo, muchas de ellas difíciles de contar sin
comprometer la privacidad de los menores. Casi todas ellas tienen detrás
historias de superación de barreras, de lucha contra adversidades, de pequeños
triunfos que son muy grandes para los que se habían rendido. Esos pequeños
avances son los que dan sentido a nuestro trabajo, los que compensan los malos
ratos.
¿Es tan duro ser profesor hoy en día?
Creo que es el peor trabajo si no te
gusta educar. Veo que hay bastantes colegas que hablan mal continuamente de los
adolescentes, que les molesta que no tengan educación, como si eso no formase
parte de su trabajo. Sin embargo, a la mayoría de compañeros con los que
trabajo les encanta ser docentes y saben reconocer las penas y alegrías que
ello conlleva. En definitiva, es un oficio que conviene conocer muy bien antes
de entrar en él, ya que hay bastante desconocimiento de lo que supone y de las
responsabilidades que exige.
En un tiempo en que la desazón a la hora de enseñar es una constante por la falta de motivación del alumnado. ¿Cómo manejas los momentos de desánimo en tu labor educativa?
Como apuntaba antes, hay más alegrías
que penas, y concibo mi trabajo como un servicio público, en el que
precisamente hay que ayudar más a quienes más lo necesitan, que puede ser que
ni siquiera lo agradezcan. Debemos entender que la educación de los menores es
un derecho para ellos, pero también una garantía de futuro para toda la
sociedad. En cualquier caso, los problemas y conflictos derivados de
situaciones laborales deberían enfocarse y dirigirse siempre hacia arriba, a la
administración y los políticos, nunca hacia abajo, al alumnado y familias.
¿Qué consejos ofrecería a quienes están considerando dedicarse a la
enseñanza?
Que se informen bien, que lean ensayos
como Aula o jaula y artículos o
monografías sobre didáctica y pedagogía, para ser conscientes de que enseñar no
es plantarse delante de treinta adolescentes con un libro de texto y comenzar a
explicar la lección. Que se informen bien y no piensen que van a enseñar como aprendieron
ellos, porque cada alumno tiene unas necesidades que han de ser cubiertas. Que
hablen con docentes en activo de entornos diversos y sepan de primera mano lo
que pasa en las aulas, que ni es el caos que pintan unos ni el paraíso
multicolor que dibujan otros.
¿Hace falta una formación continuada para el desarrollo profesional de
la docencia? ¿Qué papel juega el estar formado a tiempo?
Por supuesto que es necesaria la
formación permanente. Hay que tener en cuenta que la formación inicial es
básica en la mayoría de los casos: en Primaria porque suele ser generalista y
en Secundaria porque se reduce a los contenidos de la materia. Hace falta mucha
formación a lo largo del tiempo, especialmente en aspectos pedagógicos y en
didácticas específicas. No se puede ser buen docente sin estar actualizado.
Existe una controversia de que los profesores trabajan menos de lo que
deberían. Quiero romper una lanza en su favor desde este espacio y me gustaría
que me comentases aparte de las excursiones y las horas presenciales en el
instituto hablando del ámbito escolar o de esta incidencia educativa o de tal
otra en las reuniones que tenéis. ¿Cuántas horas pueden echarse en casa para
preparar unas clases, corregir exámenes, pensar nuevas estrategias de enseñanza
en las unidades didácticas y llevarlas a la práctica?
Hay mucha desinformación también en
este aspecto. Por lo general, en las horas de permanencia en el centro apenas
da tiempo a nada, porque son de ocupación real impartiendo clase, haciendo
guardias o en reuniones de coordinación. Toda la faena de preparar clases,
materiales, actualizar información, corregir, etc. queda fuera de esa franja
presencial. Hay quien se queda en el centro cubriendo esa otra tarea invisible
y hay quien la deja para casa. Supongo que, como en todos los trabajos, habrá
quien dedique más tiempo o menos, en función de su disponibilidad o interés,
pero creo que la mayoría de docentes ocupa sobradamente la jornada oficial de
37 horas y media, pues a lo mencionado anteriormente hay que añadir los
claustros, las sesiones de evaluación, las elaboraciones de informes
trimestrales o las salidas extraescolares.
¿Qué actividades o pasatiempos te ayudan a desconectar y recargar
energías?
Imagino que es una cuestión muy
personal: a mí me gusta leer, pasear, viajar… También es verdad que a los que
somos frikis de la educación nos gusta asistir a encuentros y jornadas
educativas en nuestro tiempo libre.
¿Qué valores considera fundamentales en su vida y cómo los integras en
tu práctica docente?
Creo que hay que luchar por la justicia
social, por favorecer a los que ya parten con desventaja y ayudarlos a llegar a
lo más alto. Me molesta esa falsa meritocracia que busca justificar que el
éxito depende exclusivamente del esfuerzo, como si no supiésemos que detrás de
buena parte de los triunfadores solo hay riqueza acumulada y buenos contactos.
Y creo en la Escuela Pública como garante de esa justicia social, una escuela
potente, con recursos, inclusiva y de calidad, en la que los docentes somos corresponsables
de los éxitos (y fracasos) del alumnado.
¿Cómo ha influido tu experiencia como director de un centro educativo en
tu perspectiva sobre la educación?
El cargo de director te ofrece un
panorama más amplio que el de profesor, porque la escala del grupo/clase se
convierte en escala de centro, con facetas que no conoces desde abajo, con una
visión global no solo del alumnado y sus familias, sino también del profesorado
o la administración. Hace que relativices algunas cuestiones que te parecían
vitales y que cobren importancia otras que desconocías. Pero sobre todo te
obligan a pensar en colectivo y a trabajar en equipo. Para mí no tiene sentido
ser director sin ser equipo, un equipo que no solo se refiere a los cargos,
sino a todo el claustro.
Volviendo al plano literario, a finales del año pasado, presentaste un
libro junto Ana Valero, de la autora María Pareja Olcina, su título: “Por no
quererme”. ¿Qué impacto real está teniendo el porno en los jóvenes? ¿Podemos
hacer algo los padres para abordar este problema?
Como decíamos antes, muchos jóvenes se
relacionan casi exclusivamente a través de las redes sociales. En este sentido,
la pornografía les llega muy fácilmente a edades tempranas. Sin una educación
sexual y afectiva continua y eficaz, los dejamos expuestos a ese
“entretenimiento” para el cual no están preparados. Creen que la pornografía es
reflejo de la realidad y acaban pensando que se pueden relacionar así con sus
compañeros y compañeras. En todos los cursos hay alguien que consume esos
contenidos sexuales o violentos sin ningún tipo de filtro, alguien que, además,
los difunde entre sus amigos o en el grupo de clase. Hace falta más implicación
de todas las instituciones para abordar este problema, ya que no se puede dejar
solo en manos de las familias, que muchas veces ni son conscientes ni saben qué
hacer.
¿Algún proyecto o plan literario a la vista del que puedas hablarnos?
De momento el trabajo me tiene
absorbido la mayor parte del tiempo, aunque sigo participando bastante en la
formación del profesorado. De cara al futuro, me gustaría seguir escribiendo
sobre educación y quizá algún día ponerme con la creación propia. Pero ya
veremos…
Y por último, ¿dónde podemos saber un poquito más sobre ti y dónde
podemos adquirir tu obra Aula o Jaula quienes estemos interesados?
De mí solo me queda decir que soy un
profe entusiasta que se anima con facilidad cada vez que le proponen algún
proyecto que puede mejorar su clase o su centro, un profe que mantiene después
de 25 años la ilusión por cambiar el mundo a través de pequeños avances con sus
alumnos. El resto lo podéis descubrir en Aula o jaula, disponible en formato
papel en las principales librerías, y también en las plataformas digitales en
formato ebook. Muchas gracias.
Toni, ha sido un verdadero placer charlar contigo y adentrarnos en tu manera de ver y construir el mundo a través de las palabras. Gracias por tu generosidad, tu tiempo y por recordarnos que la literatura, como la educación, es siempre un acto de fe en el ser humano. Un abrazo y hasta la próxima.
Muchas gracias por el trabajo que realizas, Leo. Ha sido un placer charlar contigo y que me hayas invitado en tu espacio.
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