viernes, noviembre 29, 2024

10 PREGUNTAS a Antonio Tocornal

Hoy tenemos en “Mi experiencia como escritor” a Antonio Tocornal, un caso peculiar, porque es un autor que lleva una década publicando novelas y relatos sin estar vinculado a ninguna editorial; lo hace tras ganar, uno tras otro, importantes certámenes literarios. Poco a poco y gracias al boca a oreja, Tocornal se ha ido construyendo una comunidad de lectores que lo leen con devoción y con una fidelidad absoluta, hasta el punto de ser considerado por muchos un autor de culto. En las redes sociales ya se encuentran a menudo términos como «tocornalidad» o «tocornaliano» para referirse a su personal estilo.

Hola, Antonio. Bienvenido a este pequeño rincón virtual dedicado a las letras.

Hola y muchas gracias por considerar que mis libros y lo que tenga que decir en esta entrevista puedan tener algún interés para alguien.

Primera pregunta: ¿Quién es Antonio Tocornal?

Un lector que se ha acercado tanto al abismo de la literatura que ha acabado por caerse del otro lado, del de la escritura.

¿Qué es para ti la literatura?

Una forma de anestesia; un lenitivo para poder soportar la estancia en un mundo que percibo como inhóspito. Una forma de vida que en cualquier caso ya no depende de mí porque he sucumbido —sin ningún esfuerzo por evitarlo— a una suerte de adicción.

¿Quisiste siempre ser escritor o llegaste al oficio por otros motivos?

No siempre. Mi vocación llegó a una edad tardía. Supongo que llegó cuando tuve la madurez suficiente como para no escribir demasiadas banalidades.

Antonio, he leído que ante todo eres lector, ¿qué tipo de libros consumes?

Sobre todo narrativa de escritores que escriben en español, tanto clásicos como novedades. Huyo de la lectura fácil y de la literatura de género, que me aburre. Prefiero el cuento y la novela contemporánea o la «novela literaria», que, como dice un personaje de una novela de Juanma Gil, es un término que inventaron ciertos editores para consolar a los autores que venden poco. «Que vendemos poco», añado yo.

¿Algún autor/a que creas que haya podido influenciarte en tu estilo de escritura?

Cada lectura influye en nuestra forma de escribir; absolutamente todas. Uno aprende tanto de las buenas como de las malas si es capaz de leer con ojos de escritor para así determinar qué es lo que uno debe imitar y qué es lo que nunca debe hacer. Cualquier canon o listado de referencias que intentase sería injusto debido a mi pésima memoria, y además tendría una caducidad muy inmediata.

Con tu novela “La noche en que pudiste haber visto tocar a Dizzy Gillespie” ganaste el XXII Premio de Novela Vargas Llosa. ¿Cómo se forjó esta historia en tu cabeza?

Es una novela autobiográfica; en ella se narran, condensados en una sola noche, los siete años que viví en París —entre mis veinte y mis veintisiete— como joven artista. Todos los personajes que aparecen son reales, aunque eso sea algo casi imposible de creer.

Con “Bajamares” (Ediciones insólitas, 2018) consigues otro galardón en el Premio de Novela Corta Diputación de Córdoba. La portada de este libro es de lo más llamativa, ¿qué se oculta tras ella?

La portada de Bajamares es de un gran artista contemporáneo sevillano, Antonio Sosa. En esa novela emprendí un reto estilístico complejo, porque fue tejida con unas mimbres mínimas: solo aparece un personaje que vive aislado y que prácticamente no se relaciona con nadie, en un escenario también muy limitado —una isla desierta en la que solo hay un faro y un pequeño cementerio poblado por cadáveres de náufragos anónimos—, y además se narran sesenta años de su vida. Por lo tanto, lo único que se puede contar de él son sus interioridades.

En 2020 llegó el Premio València de Narrativa en Castellano Alfons el Magnànim con la publicación de “Pájaros en un cielo de estaño” (Editorial Versátil) —por cierto, qué título más hermoso—, obra que recibió una excelente acogida entre el público y la crítica. En ella despliegas tus aptitudes para la escritura, entre ellas, el humor. ¿Es ese uno de los sellos de Antonio Tocornal en sus obras?

El humor es el ingrediente más peligroso en literatura, el más resbaladizo, porque es muy fácil pasarse de rosca, caer en el chiste, y no hay nada más patético que un autor que pretende hacerse el gracioso. Está presente en mayor o menos dosis en casi todas mis novelas y mis cuentos, si bien hay algunas voces que no admiten un tratamiento humorístico. Digamos que cuando lo consigo introducir con naturalidad es el azúcar con el que hago que el lector se trague los bocados más amargos.

Con Malasanta (Grupo Planeta, 2022) sigues recibiendo elogios por parte de los lectores. ¿Cómo maneja alguien como tú, que ha recibido tantos galardones y menciones a lo largo de su carrera literaria, las críticas, tanto positivas como negativas, de sus obras?

Las positivas las recibo con una indiferencia absoluta aunque con el agradecimiento sincero que merecen; intento olvidarlas enseguida porque sé lo peligroso que puede ser dejarle a la vanidad la posibilidad de engordar. Las negativas me pesan más, porque me hacen preguntarme por qué no he sabido llegar a esa persona o incluso si es posible crear algo que agrade a todo el mundo.

Con Cadillac Ranch (Editorial Sloper, 2023), tu primer y único libro de relatos, has conseguido dos premios mayores: el XXX Premio Andalucía de la Crítica y el XXI Premio Setenil 2024 al mejor libro de cuentos publicado en España en 2023. Es el mayor reconocimiento en España a un libro de cuentos, conocido como el «Oscar de los cuentos». ¿Qué nos puedes decir sobre eso?

Que es verdad que es mi primer libro de cuentos, pero que llevo más de una década escribiendo cuentos y que tengo más de doscientos. En realidad me considero más cuentista que novelista, a pesar de que de forma incomprensible en España el cuento se sigue considerando un género menor. Si he tardado tanto en decidirme a seleccionar quince de ellos para que tengan sentido en su conjunto y en publicarlos ha sido, una vez más, porque cualquier intento anterior no conseguía dejarme por completo satisfecho. En cuanto a lo de los premios, confieso que es un poco abrumador; es casi milagroso teniendo en cuenta la calidad de los libros de ese género que se publicaron en España el año pasado. Por supuesto ha jugado la suerte, ya que han coincidido con el gusto particular de determinados jurados, pero en todo caso es una confirmación de que no me he equivocado del todo en la selección y en el concepto del libro como unidad.

Árida, ganadora del I Premio Internacional de Francisco Ayala (Traspiés, 2024), es tu última obra publicada. En la sinopsis la describes como un wéstern de zombis; una novela coral construida con seis voces, de tres hombres y tres mujeres, que tienen una cosa en común: todos están muertos. Cuanto menos, impactante. ¿Qué poso te ha dejado esta obra tras ponerle punto y final?

El mismo poso que me ha dejado acabar cada uno de mis libros anteriores: el convencimiento casi absoluto de punto y final; de vacío rotundo. De que ya lo he dado todo y de que nunca más seré capaz de escribir nada que se acerque a los estándares de autoexigencia con los que se ha gestado ese último libro. La ventaja, en esta ocasión, es que como ya me ha pasado varias veces, ahora sospecho que tal vez en algún momento vuelva a surgir el milagro.

¿Qué proyecto tienes entre manos tras la publicación de “Árida”?

Leer muchos y muy buenos libros y estar atento por si surge de nuevo el milagro del que hablaba antes. Y si no surge, saber admitirlo con deportividad.

¿Cuál ha sido el mayor desafío al que te has enfrentado como escritor?

No repetirme; saber detectar las páginas malas —que son muchas— para que nunca salgan a la luz.

¿Qué es lo mejor que te ha dado la literatura?

Una razón para levantarme cada mañana en un mundo al que no le encuentro mucho sentido.

¿Y el mejor consejo que te han dado a lo largo de tu carrera literaria?

Que mantenga mi independencia, que nunca cambie una sola coma para agradar a la masa lectora, que no le haga caso al censor que llevamos dentro y que se empeña en castrar nuestro pensamiento, y que la única meta válida es la búsqueda de la excelencia, aunque reconozco que esos consejos me los he dado yo solo.

Además de escritor, eres asesor literario. ¿Qué tipo de servicios llevas a cabo en ella?

Como docente, imparto un taller de narrativa avanzada en la escuela Fuentetaja en Palma de Mallorca y unas clases de un máster en la Universidad de Granada. Como editor/corrector de estilo, intento poner mi experiencia al servicio de otros escritores —tanto principiantes como autores consolidados que publican en grandes editoriales— para que ellos mismos sean capaces de mejorar sus obras. Analizo todos los aspectos del texto: la voz narradora, el ritmo, el tratamiento de los personajes, la trama, el estilo, etc., y si veo algo mejorable, hago las oportunas sugerencias en un informe de lectura por si el autor quiere implementarlas.

Por último, ¿cómo es posible que un autor con tu trayectoria y con las críticas recibidas no haya sido fichado hace tiempo por una de las grandes editoriales de España? Me parece algo incomprensible.

No es fácil comprender lo que mueve a las editoriales a tomar decisiones. Imagino que no ven negocio en mis libros porque no toco temas de moda o porque mi perfil como autor no encaja en lo que ellos buscan. Me preocupó durante un tiempo; ahora ya no; no es un asunto realmente literario. En cualquier caso habría que preguntárselo a ellos, aunque lo más probable es que le contestasen: «¿Antonio qué?».

Muchas gracias, Antonio, por acompañarnos hoy. Un verdadero honor haber podido contar contigo en nuestro espacio.

El honor ha sido mío. Muchas gracias de nuevo a ti por el interés y a quienquiera que vaya a emplear cinco o diez minutos de su tiempo en leer esto.

 

jueves, noviembre 28, 2024

RESEÑA: K.O. Auschwitz de José Ignacio Pérez

Título: K.O. Auschwitz

Autor: José Ignacio Pérez

Editorial: Roca Editorial (Córner)


Año de edición: 2022


ISBN: 9788412138238


Número de páginas: 318 

Sinopsis: La sobrecogedora historia real de los presos que tuvieron que boxear para sobrevivir en el infierno nazi.


Mi opinión: 


José Ignacio Pérez, Premio Nacional de Periodismo Deportivo Manuel Alcántara nos cuenta la historia de muchos de los prisioneros de los campos de exterminio nazi que sobrevivieron gracias a saber boxear, o decir que sabían hacerlo, para el entretenimiento de los oficiales y soldados alemanes.


La pregunta que formulaban era: ¿Quién sabe boxear? Y a quienes levantaban la mano de entre todos los prisioneros les colocaban los guantes y pasaban a formar parte de su grupo de púgiles.


Historias terribles, duras, algunas de ellas ponen los vellos de punta, en las que el autor nos narra pasado, presente y futuro de cada uno de los contendientes que lucharon a las ordenes de los jerifaltes nazis, y que pudieron resistir los horrores del Holocausto gracias a esas sopas con un trozo de carne, aquellas raciones de pan y la mantequilla extra a las que tuvieron acceso antes y después de los combates.


Entre otros testimonios estremecedores, nos encontramos con el de Young Pérez, boxeador profesional y campéon del mundo del peso mosca con tan solo veinte añitos, y que fue asesinado en Auschwitz por robar un trozo de pan para otro prisionero. 


También nos cuenta la historia de Harry Haft, que fue llevada al cine por Barry Levinson, bajo el título El Superviviente de Auschwitz y los traumas que le quedaron tras su paso por el Holocausto y que causaron estragos en su vida y en ámbito familiar. De hecho, en el libro aparece una emotiva carta póstuma que le escribe su hijo Alan.


Las declaraciones de Noah Klieger, Tadeusz Pietrzykowski, Jacko Razon, Judah Vandervelde, Solomon Roth, Salamo Arouch, Andrzej Rablin... entre otros púgiles fueron inmortalizadas en este fantástico ensayo por parte de su autor, además de las de muchos de los testigos que presenciaron este genocidio en primera persona.


Sobresaltar el esmero y la dedicación puestos por el autor en este ensayo, así como las innumerables horas que ha debido de llevarle su documentación y las entrevistas llevadas a cabo para su realización.


Un libro que me ha fascinado.



domingo, noviembre 24, 2024

RESEÑA: Kolymá de Mauro Barea

Título: Kolymá

Autor: Mauro Barea

Editorial: Universidad Autónoma del Estado de México

Año de edición: 2022

Número de páginas: 199

Premios: Mención Honorífica “Ignacio Manuel Altamirano 2022”

Sinopsis:

Estamos en la Siberia profunda, en la sombría carretera de Kolymá, vía famosa por su terrible pasado y que la convierte en una kilométrica tumba de innumerables presos del Gulag soviético. Alan y Luis intentan atravesar la conocida «carretera de los huesos» hasta que su vehículo se detiene en medio de la nada.

Mi opinión:

Conocí al autor Mauro Barea gracias al Festival Literario de Novela Negra Gaditanoir 2024, en el que estuvo presente en la Mesa Iberoamericana para dar una charla sobre El humor negro de Jorge Ibargüengoitia en la Novela Negra Mexicana junto a Willy del Pozo, que por su parte, habló de La Novela Negra Peruana. Aunque no tuve el placer de asistir, sí que conseguí ponerme en contacto con él y conseguir que aceptase una provechosa entrevista para mi blog, que podéis leer en el siguiente enlace: Entrevista a Mauro Barea.

Había tenido la oportunidad de leer dos de los relatos de este escritor natural de Cancún, y afincado en Cádiz. El primero de ellos fue publicado por la editorial Zenda y cuyo título es Aquello que nos está reservado solo a nosotras. El segundo de ellos por la revista Carátula. Su título: Los peces muertos sonlos únicos que siguen la corriente. Ambos me llevaron en volandas de la primera a la última palabra del cuento por la emocionalidad que desprendían en un espacio y un tiempo tan reducidos. Así que en cuanto tuve la oportunidad de echarle el guante a su novela, eso hice.

Sin duda, ha sido un acierto. Kolymá ha sido toda una experiencia, un viaje desde mi pasado en la niñez, ya que aunque no compartimos zona geográfica, sí que compartimos una generación que creció en una cultura similar. Y cuando Alan, el protagonista del libro, hablaba en su infancia de las corcholatas, yo me imaginaba las que en Cádiz denominábamos como las latillas de las botellas de refrescos, para nosotros «cascos», y que también devolvíamos en las tiendas vacías para que nos hicieran un descuento a la hora de llevárnosla llenas a casa. Ese mismo lenguaje de la calle, se suma al extenso vocabulario del que hace gala a lo largo de la obra.

Me gusta la manera en la que Mauro controla el tempo de la historia, y sobre todo, el modo en el que la historia te va envolviendo gracias a unos personajes con aristas que demuestran ser de carne y hueso, con matices y claroscuros, grises, que te hacen partícipes de sus inquietudes, algo que a veces es tan difícil de encontrar en la literatura actual, y que ayuda a que te sientas un personaje más, testigo de la historia.

Para ello, nos traslada, por un lado a Tamul, ciudad turística del caribe mexicano, cuyo escenario sirve para adentrarnos en la mente de un Alan adolescente, y nos cuenta su turbulenta infancia y adolescencia. Y por el otro, a la realidad actual, el presente, que se desarrolla en «la carretera de los huesos», Kolymá, una kilométrica tumba de innumerables presos del Gulag soviético, situada en la Siberia profunda.

El estilo de Barea me ha parecido sencillo, sin florituras, a la par que directo, lo que ha hecho que pueda disfrutar de las escenas de cada una de las escenas, palpar el sudor del protagonista, arrugar el gesto por el hedor que desprenden ciertos lugares o personas, sentir el pulso del protagonista en todo momento, lo que conseguido que estuviese a su lado en esa escena final, en la que se desentrañan algunas de las incógnitas que plantea en la historia.

En ese mismo desenlace, Mauro hace un despliegue de herramientas literarias y un deleite sensorial gracias a un uso acertado de los sustantivos y unos adjetivos contundentes, que me han sumergido de manera brutal en el ambiente opresivo y aislado que presenta la obra y que me ha recordado a un grande de la literatura como es H.P. Lovecraft.

Antes de acabar la reseña, me gustaría mencionar la espléndida fotografía de portada de la obra, con esos matices grises, blancos, que os dejo en la cabecera de la reseña, y que da una idea del paraje frío e inhóspito en el que nos encontraremos cuando nos adentremos en sus páginas.

10 PREGUNTAS a Juan Francisco Marín

Hoy damos la bienvenido a “Mi experiencia como escritor” a Juan Francisco Marín, licenciado en Derecho, jurista, metido a escritor.

Vamos pues con la primera pregunta: ¿Quién es Juan Francisco Marín?

Como yo mismo me defino, soy un jurista metido a escritor. Mi trabajo está relacionado con el Derecho y de ello vivo, no de escribir. Pero me apasiona la escritura y no creo que jamás la abandone.

¿A qué edad empezaste a escribir?

Desde muy joven. Siempre fui de letras. Desde siempre escribía, a veces, pequeños relatos. Lo hacía de forma esporádica y sin disciplina. A partir de los treinta descubrí el mundo de los blogs y las redes. Ahí comencé a  dedicar tiempo a la escritura y a practicarla de modo más constante.

¿Qué recuerdos guardas de esos primeros textos?

Pues fueron una sorpresa para mí. Pensé que no había perdido del todo cierto don para las letras. Vi que no lo hacía tan mal y empecé a fraguar la posibilidad de un libro.

¿Qué aporta la escritura a tu vida?

Las escritura supone muchísimas cosas: evasión, creatividad, da un toque de locura mi día a día…También significa dejar un legado a los demás (a algunos gustará y a otros no, claro)

A finales de 2022 publicaste tu último libro: “La odisea del labrador” con Kaizen Editores. ¿De qué trata?

Paco, cantante, abogado,  se embarca en un crucero tratando de viajar hacia su destino. Allí encuentra todo tipo de personajes insólitos: el anciano Salustiano y su rica novia, el monje Stephen Carmona, extravagantes figuras del mundo de la música, Lola Norris, cantante italiana en decadencia… Asesinatos y misterios en una asombrosa e hilarante aventura que lo conducirá al recóndito país tropical Puerto Gocera. Sobre este libro agradezco a la editorial Kaizen su confianza.

El mismo personaje central aparece en “Labrador de Medianoche”.

Son dos libros independientes pero vinculados. ¡No os perdáis su lectura! Me enorgullece especialmente que hayan sido calificados en varios medios como “esperpento”. Ese era precisamente el estilo que quería imprimir. Todo tipo de locuras, pero con un tono de cierta realidad costumbrista.

Reconozco que he cogido cariño al personaje adicto a la filosofía y al anís. Por ello, no descarto nuevas apariciones en novelas en el futuro.

El humor tiene un importante papel en parte de mi obra.

Entre tus publicaciones, me ha llamado la atención un título: “Relatos, falsos poemas, cosas”. ¿Qué tipo de textos la componen?

Se trata de relatos muy breves, incluso micro relatos, ideas, algún poema, pensamientos… Todo ello mezclado con ilustraciones (no mías, sino de las grandes ilustradoras Lourdes Guerrero y Julia Camacho). Es un libro muy personal.

Además, tienes una obra de relatos cortos, titulada “Relatos cortos, reflexiones y desvaríos”. Como autor de cuentos, ¿qué características debe reunir un relato de extensión corta?

Esta obra es muy especial para mí, al tratarse de mi primer libro publicado. No creo que los relatos cortos necesariamente tengan que seguir unas reglas o tener unas características. En ni caso concreto, intento que sean densos, narrando lo máximo en poco espacio. Y, a veces, son crípticos o enigmáticos.

¿Qué podemos ver en tu web  “escaparate literario?

Hay una compilación de entrevistas y artículos míos. En la actualidad colaboro con tres medios escritos.

También aparece una recopilación de reseñas de mis libros. Creo que resulta interesante conocer las distintas opiniones que suscitan mis libros. Considerar las opiniones puede llegar a ser productivo, pero sin perder la cabeza. Hay que relativizar las reseñas.

Eres un gran cinéfilo. Si te pidiese que me recomendases solo tres películas. ¿Cuáles serían y por qué?

Pues es imposible recomendar sólo tres, pero ahora me vienen a la mente “Vértigo”, “Taxi Driver” y “Sin Perdón”. El porqué lo tiene que averiguar el lector.

Excelentes elecciones. ¿Algún libro?

Por ejemplo “Anoxia”, del murciano Miguel Ángel Hernández . Un libro muy actual.

Anotado. ¿Algún proyecto literario en el que estés envuelto en este momento?

Estoy terminando un libro de relatos cortos.

Y para despedirnos, ¿qué consejo/s les darías a quienes se están iniciando en la escritura?

Que tengan en cuenta las opiniones y consejos, la técnica… Y sobre todo que rebusquen en su interior, ya que cada uno posee su propio estilo.

Gracias por visitarnos hoy, Juan Francisco. Ha sido un placer compartir este ratito charlando contigo entre letras.

Gracias a vosotros, un honor. Si no es inconveniente, dejo enlace de mi web, donde aparece mi información y redes: https://escaparateliterario.com/juanfranciscomarin/

Hasta pronto. 

sábado, noviembre 23, 2024

RESEÑA: Cuando éramos los mejores

Título: Cuando éramos los mejores

Autores: Larrie Bird, Earving «Magic» Johnson, Jackie McMullan

Editorial: Contra


Año de edición: 2021


ISBN: 978-84-944033-3-0


Número de páginas: 368

 

Sinopsis:

Desde el instante en que Earvin «Magic» Johnson y Larry Bird saltaron a la pista como rivales, entablaron una batalla física y psicológica sin parangón. Con el verde de los Celtics estaba Larry Bird, un chaval de Indiana duro, exigente y perspicaz armado de un infalible tiro exterior. Vestido con el oro y púrpura de los Lakers estaba «Magic» Johnson, Mr. Showtime, el hombre espectáculo, una personalidad arrolladora que jugaba al baloncesto como los ángeles. Jóvenes y atrevidos, ambos ardían en deseos de ganar a toda costa.
Su inusual relación acabó siendo el símbolo de la rivalidad por excelencia de la NBA: Lakers contra Celtics, el Este contra el Oeste, el físico contra la sutileza, la vieja escuela contra el Showtime, incluso los negros contra los blancos. Cada uno empujó al otro hacia lo más alto, y juntos sumaron ocho campeonatos, seis premios MVP y contribuyeron a que una NBA en horas bajas se convirtiera en lo que es hoy en día. Al principio fueron acérrimos rivales, pero durante el trayecto acabaron fraguando una amistad imperecedera.
Con todo lujo de detalles, Cuando éramos los mejores nos transporta a una época inolvidable y revela por primera vez los entresijos de la carrera de dos jugadores cuya máxima aspiración era derrotar a su rival. Cuando éramos los mejores es, en definitiva, la crónica de la trayectoria de dos gigantes durante la época dorada del baloncesto profesional estadounidense.


Mi opinión:


Tras una breve dedicatoria por parte de Jackie McMullan a sus padres, y de Larry Bird y «Magic» Jhonson para sus fans, nos adentramos en la carrera deportiva de estos dos monstruos del baloncesto con los que hemos crecido muchos aficionados a la NBA.

 

Siempre se ha dicho que tiempo pasado siempre fue mejor, y que como el baloncesto de los 80-90s no habrá ninguno. Lo atestiguan figuras como Michael Jordan, Isaiah Thomas, Scottie Pippen, Danny Ainge o Kevin McHale, o los propios Kareem Abdul Jabbar, James Worthy, Byron Scott, y otros tantos muchos que formaron parte de una generación de jugadores inigualables que saborearon la miel del éxito cuando se hicieron con sus anillos de campeones de la NBA.

 

En “Cuando éramos los mejores” se nos cuenta la historia de estos dos acérrimos rivales, que acabaron siendo amigos inseparables en una época en la que el baloncesto era más que un deporte, y que alimentaron la rivalidad entre Boston Celtics y Los Ángeles Lakers con sus grandes canastas y su manera de leer cada jugada y luchar por la victoria en cada partido.

 

En el libro se cuenta la vida de Johnson y Larry desde prismas diferentes y se ahonda en su lado más humano. Cómo crecieron y se hicieron jugadores de élite, sus influencias, cómo se gestó el mítico Dream Team de las Olimpiadas de Barcelona 92, sus rivalidades más importantes hasta llegar a la retirada de ambos. La de Larry por sus insoportables dolores de espalda, y la de «Magic» por la contracción del VIH. Las reacciones del público y compañeros ante la fatídica noticia anunciada por el propio Johnson en rueda de prensa y cómo las personas que lo rodeaban, entre ellos, compañeros y amigos, se alejaron de él cuando se enteraron de su enfermedad.

 

Tras el repaso de sus fantásticas carreras deportivas, se nos habla de la vida de ambos tras colgar sus camisetas y las diferentes vidas que tomaron como entrenadores y empresarios. El libro finaliza con las estratosféricas estadísticas de ambos jugadores.

 

Para despedirme, comentar que este maravilloso ensayo me ha fascinado y ha alimentado mi nostalgia y mis recuerdos de una época dorada en la que me quedaba esperando durante horas que llegase la madrugada para ver los partidos de la NBA de la mano del inolvidable Ramón Trecet.

 

 

10 PREGUNTAS a Blanca Cabañas

Hoy tenemos en Mi experiencia como escritor a Blanca Cabañas, maestra de educación especial, pedagoga y escritora. Cuenta con distintos reconocimientos en certámenes literarios. En 2022 publicó su primera novela Perro que no ladra y este año vuelve con El hambre del pelícano. Escribir thrillers ambientados en su tierra, Chiclana, con gran acogida entre los adeptos al género le han valido títulos como ese que la bautiza: la revelación del noir andaluz.

Hola, Blanca. Encantado de tenerte hoy en nuestro blog.

Un placer, Leo.

Vamos con la primera pregunta: ¿Quién es Blanca Cabañas?

Me gusta pensar que la cualidad que me define y me sitúa donde estoy es la tenacidad. Soy maestra, actualmente es la profesión que me sostiene económicamente. Y no hace mucho que, por fin, conseguí mi plaza como funcionaria. En ese último año terrible de oposiciones, estaba viviendo fuera cubriendo una sustitución y corrigiendo las tripas finales de mi primera novela. Si miro hacia atrás no sé ni cómo pude con todo. Te lo cuento porque creo que me define bastante como persona. Soy muy perseverante. Al margen de la docencia y de la escritura, soy bastante normal. Me gusta leer, viajar, la playa y el chocolate.

Me encanta la gente con tu fuerza de voluntad y coraje, mi enhorabuena por esa perseverancia. Cuéntame, ¿a qué edad empezaste a escribir?

Recuerdo escribir ya desde niña. En el colegio gané un concurso de cuentos. En casa escribía historias en cuadernos, elaboraba mis propias revistas y de adolescente escribía pequeñas novelas que leían mis amigas. ¡Incluso me pedían segunda parte!

¿Qué es lo que aporta la escritura a tu vida? 

Escribo porque me encanta, porque hace que me evada por completo del mundo y viaje a uno muy distinto donde todo es posible y quien lleva los mandos soy yo misma. Publique o no, voy a escribir siempre, pero que los lectores me lean y me escriban para contarme que han disfrutado con mis novelas, es muy ilusionante. Vale todo el esfuerzo y el trabajo que hay detrás. Lo vivo todo con mucha emoción. Cada pequeño logro es importante.


En 2022 vio la luz tu ópera prima: “Perro que no ladra (Suma de Letras), una novela de suspense y misterio, que tuvo una excelente acogida entre los lectores. ¿De qué trata?

La historia se cuenta desde los ojos de Lara, una joven aparentemente fría y distante que, a raíz de una llamada repentina de tu hermana y tras 14 años sin noticias de su familia, vuelve a su Chiclana natal y con ello, tal y como se cuenta entre sus páginas, regresa a la cicatriz, al origen de sus pesadillas, pues allí tuvo lugar el hecho que precipitó su marcha: la desaparición de una de sus mejores amigas en extrañas circunstancias. Y al volver, siente la necesidad inexplicable y la responsabilidad de buscar la verdad.

Es una novela que habla de supersticiones, de cómo una tragedia te perfila y de lazos familiares, pues la antagonista de Lara es su propia madre, una mujer que tras un accidente doméstico sufre síndrome de Capgras, un síndrome muy poco común que hace a aquel que lo padece no reconocer a personas de su entorno.


Pues tiene muy buena pinta por lo que me cuentas. ¿Me gustaría saber cuál fue tu experiencia con la publicación de tu primera novela?

La experiencia fue maravillosa. Autopubliqué Perro que no ladra en diciembre de 2020. La acogida fue abrumadora, incluso me recibió el alcalde de mi ciudad. Envié la novela a varias editoriales y, al cabo de tres meses, Suma de letras me escribió para decirme que estaban interesados. Es el momento que lo cambia todo. Es un sueño que mis novelas estén en las librerías de todo el país.

Tu segunda obra se tituló “El Hambre del Pelícano” (2024), también publicada por Suma de Letras. Las cubiertas de ambas novelas comparten una estética similar, ¿tienen algo que ver la una con la otra o son totalmente independientes?

Son independientes y autoconclusivas. Lo que comparten es la ambientación, ya que ambas se sitúan en Chiclana, ciudad en la que vivo y he vivido la mayor parte de mi vida. La similitud entre ambas fue una de las sugerencias que le hice a la editorial. Quería que compartieran estilo a nivel visual y fueran fácilmente reconocibles para el lector.


Qué hermoso es que escribas sobre nuestra tierra, porque, sin duda, se lo merece. Dime, ¿qué tiene el sur de España, y en especial, Chiclana, para que hayas decidido ambientar tus obras en la localidad gaditana?

Considero que ambientar mis novelas en Chiclana me permite hablar desde la verdad. Conozco los escenarios; incluso puedo desplazarme a recorrerlos como harían los personajes, conozco la forma de hablar de su gente, las distancias, las costumbres, los problemas sociales. Me gusta pensar que a partir de mis historias se reconoce a Chiclana por algo más que por su interés turístico y que alguien puede mirar con otros ojos lo que siempre ha estado ahí.

¿Compartirías con nosotros algunos de los escenarios de tu última novela: “El Hambre del Pelícano”?

El hambre del pelícano bebe de las leyendas que circulan en torno al castillo de Sancti Petri, del santuario de Melkart, cuya ubicación a día de hoy sigue siendo un misterio y de las estatuillas fenicias que aparecieron en su caño al remover un depósito de exvotos con una draga en el 84. Un cuerpo aparece sin vida a los pies de los acantilados de Sancti Petri. A partir de ahí, el tiempo de bifurca: viviremos quince días antes de la muerte, cuando la víctima es contratada como detective privada para ser la sombra de un marido infiel y viviremos el presente, de la mano de la última persona que vio con vida a la protagonista y que emprenderá una investigación con la ayuda de su mejor amigo, cabo de la Guardia Civil. El personaje estrella sin vida y sin voz que lo tuerce todo es una estatuilla fenicia que dispara la avaricia de aquellos que quieran atesorarla. Esta es la tesitura en la que he puesto a los personajes e incluso al lector: ¿qué haría si se encontrara con una reliquia de incalculable valor histórico y económico; se la entregaría a su dueño legítimo, el Estado, o, por el contrario, se la quedaría e intentaría sacar provecho de semejante tesoro?

¿Nos dejarías algún extracto como aperitivo de la historia?

La novela comienza así:

Voy a morir. Y lo único que sé, llegados a este punto, es que la vida vale la pena
vivirla.

Siento el abdomen como un corsé a punto de explotar. Contengo el aire. La agitación no me deja casi respirar. Ya no noto el sudor que resbala por las sienes, marcando eses en mi rostro. Ahora soy yo la que cae guiada por la inercia de la gravedad. Algo se aviva dentro de mí debido al sobresalto. Es la adrenalina, esa que se agarra a la vida y no acepta el desenlace. La aflicción me invade, me desgarra. Busco consuelo en un grito, pero lo que soy capaz de emitir es más bien un suspiro. Aprieto mis ojos temerosos y me concentro en la última visión que se me ha regalado antes de precipitarme.

Vuelvo a tener poder de sujeción. Estoy en el borde del acantilado. No es muy alto, lo suficiente. Calculo que la caída durará aproximadamente un segundo interminable. Dirijo la vista al frente. El claro de luna ilumina la tiniebla. Observo el mar sin límites ni orillas. El agua luce limpia, mansa. No se oye nada, salvo la lluvia mecida por el viento y el sonido de las olas al bailar en una coreografía natural. Siento el hechizo, presa de esa quietud, de esta contemplación. Me invade un sentimiento absorbente, indescriptible. De bienestar, donde no hay sitio para el sufrimiento. De abandono, de redención.

Como en una partida de ajedrez, mis movimientos se han visto condicionados por el plan del contrario. Y sé que he perdido.

La visión se desvanece y el eterno segundo se consume. Mis pensamientos dejan de agolparse. Estoy lista para el remate final. Crujo como un insecto contra la roca. Exhalo la última brizna de aire entre mis labios y me dejo ir.

Es la conciencia la que hace saber a todo ser humano que está vivo. O la he perdido, o ya estoy muerta.

Conozco a otros autores de suspense, terror y misterio, que también ambientan sus novelas en nuestra provincia. ¿Dirías que el noir andaluz está en auge?

Sin duda, el género está en alza y lo soporta todo, es decir, podemos hacer crítica social, contar una historia de amor, arrancar desde un hecho histórico... Desde el thriller podemos hablar de lo que sea. En cuanto al género en Andalucía, yo creo que el talento en nuestra tierra siempre ha estado. Lo que quizá ha sucedido en estos tiempos es que unos cuantos hemos tenido la fortuna de tener cierto reconocimiento y de alcanzar editoriales de prestigio.

 ¿Algún proyecto literario futuro del que puedas hablarnos?

Todas mis novelas se nutren de una fuente de conocimiento, de información real a partir de la cual construyo una historia. Actualmente, me encuentro en la fase de selección de ideas y de documentación. Había olvidado cuánto me gustan y me fascinan estos momentos antes de sentarme a escribir. Me permite empaparme de aquello que, por alguna razón, me impacta, para luego compartirlo en forma de entretenimiento con los lectores.

Tras toda escritora con normalidad siempre se haya una gran lectora, ¿podrías recomendarnos algún título que hayas leído en el último año y que te haya cautivado?

Pues voy a nombrar a un compañero de letras, La maestra de José Antonio Lucero. Me envío un ejemplar de su novela y yo con gusto la leí. No es el género que suelo leer y, sin embargo, la disfruté muchísimo. Escribe con una sensibilidad especial.

Y para despedirnos, ¿qué consejos les darías a quienes están empezando en esto de la escritura?

Yo les recomendaría leer historias con las que disfruten, autores que les inspiren y no descartar apuntarse a cualquier plataforma de cursos de escritura. Un primer paso interesante es participar en certámenes literarios. Tener un pequeño curriculum literario puede resultar goloso si el objetivo es que una editorial ponga los ojos en ti. Y sobre todo no desanimarse. Es un mundo complicado y desear el éxito inmediato es frustrante y solo va a mermar nuestra autoestima. Así que paciencia y a vivir, sino poca cosa vamos a poder contar.

Blanca, muchas gracias por habernos visitado hoy. Ha sido un placer enorme contar contigo entre nuestros invitados.

Muchísimas gracias. ¡Un abrazo! :)