domingo, agosto 20, 2023

ESCRITURA CREATIVA: Los estilos de diálogo

Una de las claves para que un relato funcione y fluya con naturalidad son los diálogos, de ahí que debamos construirlos para que suenen lo más orgánicos posible.

De ahí que, a la hora de llevarlos a cabo, debamos prestar atención a varios factores:

  •  Vigilar las voces de los personajes
  •  Uso de verbos que no suenen impostados
  •  Acotaciones precisas, claras y concisas

Como habrás oído más de una vez, los personajes tienen que parecer de carne y hueso, y para ello lo que deberemos hacer es que además de tener una personalidad coherente a cómo se comportan, que hablen de manera adecuada a su pasado y su trasfondo en la historia, lo que viene a ser crearles una voz y un tono propios a la hora de expresarse para que el lector pueda reconocerlos con facilidad, porque de ese modo nos ahorraremos un buen número de acotaciones innecesarias.

Recomiendo no abusar de aquellos verbos declarativos o «dicendi» a los que no estamos acostumbrados (ni tampoco los lectores). Verbos como «barbotar» o «bisbisear», pero si lo hacemos, debemos saber su significado exacto y que el momento en el que aparecen sea el adecuado para lo que queremos transmitir. Del mismo modo, no nos debemos exceder en el uso del verbo “decir” para no cansar al lector con dijo, dijo, dijo… de ahí que lo mejor sea alternarlo con verbos que no suenen impostados como puedan ser: exclamar, preguntar, declarar, manifestar…

 

Habremos conseguido nuestro propósito si el lector es capaz de identificar qué personaje habla en cada momento sin necesidad de que mencionemos su nombre cada vez que interviene y la práctica ausencia de acotaciones que lo indiquen, sobre todo en aquellos casos en los que en diálogo solo haya dos interlocutores. También podemos intercalar un párrafo en el que se deje clara una acción o reacción de alguno de los personajes sin necesidad de una acotación, de esa manera, le daremos un respiro al lector de tanta conversación y pausaremos el ritmo de la conversación para indicarle qué está ocurriendo en cada momento y que pueda imaginarse la escena de manera más fidedigna y real.

 

En el artículo dedicado a los diálogos y las rayas de diálogo profundizo más en estos aspectos. Si te interesa alguno de ellos, tan solo clica en el enlace y te llevará a la página en la que los trato.

 

Y ahora me centraré en el tema que nos ha traído hoy aquí: los estilos de diálogo.

 

Quizá con el que más cómodos nos sentimos y con el que estamos más habituados a la hora de escribir sea con el estilo directo. El escritor se vale de guiones, comillas y acotaciones para que los personajes hablen entre ellos de manera directa, y de ese modo, expresar sus opiniones. Ejemplifico con un extracto de mi obra El santuario de la mariposa:

 

—Que te crees que eres el ombligo del mundo. Y las personas que te rodean van a su bola. Les importa un comino tu vida. Lo que quieren es que las dejen en paz.

—Ya, pero ambos sabemos que en mi caso es diferente.

—Bueno, cambiemos de tema, que de este ya hemos hablado lo suficiente por hoy. ¿Qué estabas haciendo tan importante para no cogerme el teléfono?

Morgan se removió incómodo, inseguro de cómo debía afrontar la situación para que Ted no se enfadase.

—Intentar escribir. ¿Qué voy a hacer?

—¿Cómo que intentar escribir? Querrás decir escribiendo.

—Es que estoy un poco bloqueado —tartamudeó.

 

Como puede apreciarse, el narrador tan solo interviene para realizar las acotaciones pertinentes y aclarar el modo en el que se está produciendo la conversación para que el lector pueda hacerse una mejor idea de lo que está ocurriendo con los personajes.

 

Sin embargo, en el caso de que usemos el estilo indirecto, será el narrador quien nos diga quién habla y qué dice en cada momento, similar al reported speech en lengua inglesa, que seguro todos conocéis. Ramón Gallart hace uso de él de un modo magistral en “Las cartas que nos tocan”. Os coloco un fragmento de la obra previa autorización de su autor:

 

    […] Me temía lo peor, el corazón me iba a mil. Cuando llegué, no contestó nadie a mis llamadas.    Aguardé en el portal. Llegó una vecina y le pregunté por Aurora, la del segundo, ¿sabe si está en casa, estos días? Ay, hijo, esta chica viaje continuamente, hace tiempo que no la veo. […]

 

Por último, también tenemos la posibilidad de usar el estilo indirecto libre, que podríamos decir se trata de una hibridación de ambos, de manera que podemos encontrarnos con que el autor nos presenta las emociones, percepciones y pensamientos del personaje a través de la voz del narrador, con lo que podemos sentir una mayor cercanía hacia el protagonista de la obra. En el estilo indirecto libre no se utiliza ningún signo ortográfico como puedan ser rayas de diálogo o comillas. En ocasiones también se prescinde de los verbos declarativos, con lo que se convierte en el más complejo de los tres, así que debemos prestar especial cuidado a la hora de utilizarlo.

 

Grandes escritores de la literatura universal han plasmado esta técnica en sus obras, tales como Gustave Flaubert, Francis Scott Fitzgerald o Ray Bradbury. Lo ejemplificaremos a través de un extracto de su obra Crónicas Marcianas:

 

[…] Quería ir a Marte en el cohete. Bajó a la pista en las primeras horas de la mañana y a través de los alambres les dijo a gritos a los hombres uniformados que quería ir a Marte. Les dijo que pagaba impuestos, que se llamaba Pritchard y que tenía el derecho de ir a Marte. ¿No había nacido allí mismo en Ohio? ¿No era un buen ciudadano? Entonces, ¿por qué no podía ir a Marte? […]

 

Personalmente, prefiero el uso del estilo directo, ya que lo considero más claro y específico, pero cada uno de ellos puede y debe ser usado según el momento y lo que queramos transmitir en nuestra escena. Aunque, lo mejor quizá sea optar por una combinación de los tres para dotar de una mayor lecturabilidad y dinamismo a nuestra obra.

 

Muchas gracias por vuestra atención. Espero que esta entrada os haya ayudado a conocer mejor los diferentes estilos de diálogo  de los que podemos hacer uso a la hora de escribir. Para más consejos sobre escritura, podéis ir a la sección correspondiente del blog.


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