Encantado de que hayas aceptado mi invitación para estar hoy aquí con
nosotros.
Más encantada estoy yo.
Vamos con la primera pregunta. ¿Quién es María Zaragoza?
Una persona creativa, cabezona, persistente, un poquito bruta, un poquito sensible, contradictoria, creo que inteligente, más lectora que escritora, más cinéfila que guionista, quisiera pensar que alguien con mucho sentido del humor.
¿Desde cuándo escribes?
Desde que descubrí que podía cambiar las cosas que no me gustaban en los libros infantiles que leía y hacer mis propias versiones. Aproximadamente a los seis o siete años. Luego descubrí que había gente que escribía esos libros y decidí que quería ser uno de ellos.
¿Qué recuerdos tienes de esos primeros textos?
Los primeros cuentos eran lo que hoy llamaríamos «FanFic», historias con personajes preexistentes de cuentos que me gustaban. Luego empecé a inventar mis propios personajes, casi todos relacionados en mayor o menor medida con la fantasía.
En el año 2000, con tan solo dieciocho años, presentaste al público tu primera obra, un libro de cuentos titulado “Ensayos sobre un personaje incompleto”. ¿Qué sentiste en ese momento?
La verdad es que, sobre todo, desconcierto. Nunca creí que publicaría tan pronto. No sabía nada del mundo literario, no sabía nada de lo que hoy sé. Lo cierto es que me alegra haber llegado descontextualizada, sin ideas preconcebidas, fue todo mucho más divertido.
Publicaste tu primera novela poco más tarde, en el 2002: “Amores que matan”, la cual resultó ganadora del Premio Psyco-Tau de ese mismo año. ¿Cómo fue tu experiencia?
Cómica. Creo que fue la primera vez que comprendí que el terror y el humor podían casar muy bien, y es una de las cosas que he ido puliendo y perfeccionando con los años.
Durante los años siguientes continúas escribiendo. En 2007 publicas “Realidades de humo”. En 2008 “Tiempo gemelos”. Y en 2010 consigues el “Premio de novela Ateneo Joven de Sevilla” por “Dicen que estás muerta”. ¿Cómo se gesta esta historia?Realidades de humo fue el libro que escribí en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores, de cuya beca disfruté entre 2004 y 2005, y creo que lo escribí en trance. Es posible que por ello me haya traído siempre tantas cosas bonitas. Tiempos gemelos fue un experimento, un texto muy loco que me ha servido para descubrir cosas que no sabía que podía hacer (salieran bien o mal). Dicen que estás muerta surgió del shock de haber conocido a un asesino sin saberlo, de haber visto casi cada domingo a una persona a la que acusarían después de un crimen, pero sobre todo de la sorpresa de que fuese alguien corriente, una persona como cualquier otra, uno más.
¿Cómo ha evolucionado tu escritura desde que comenzaste a escribir hasta la actualidad?
Pues me gustaría pensar que soy mucho más consciente. Sobre todo me gustaría pensar que todo lo que he leído en los últimos veintitantos años ha tenido algún efecto sobre mi mano y mi aprendizaje. Ahora tiro menos, por ejemplo. Ya no disparo al aire, suelo saber a dónde voy.
¿Cuál es el proceso que sigues a la hora de llevar a cabo una novela?
Cada una es un mundo. No soy ni de mapa ni de brújula, si es de lo que hablamos. Cada historia me ha pedido un método y, de hecho, creo que, si no fuese así, me aburriría. Soy una persona con cierta facilidad para aburrirme de mí misma, y necesito que la literatura me ponga retos distintos. Por eso, cada reto tiene una forma única de resolverlo. Lo que no cambia es que casi siempre empieza todo por un sonido. Algo se me mete en la cabeza, normalmente una voz, pero puede ser una canción, un ruido, y eso crece hasta dar las primeras pinceladas de lo que luego será la historia. Ese sonido puede aparecer por algo fortuito: una experiencia, una foto en un periódico, una cita de un libro... pero cuando llega no se va.
¿Cómo construyes tus personajes para que sean lo más reales posible?
La verdad es que, en el fondo, eso tiene un poco de magia. Hay cosas estudiadas, a veces por pragmatismo: qué clase social va a tener, qué contexto, qué inquietudes... pero cuando se ponen en acción, siempre hay un momento en el que, lo consecuente para ellos, es que hagan algo que me moleste. Eso me gusta porque significa que se han alejado de mí, de lo que yo he planeado para ellos, y están viviendo por su cuenta.
Además de escritora y articulista, y haber sido tutora de narrativa y
dramaturgia de la Fundación Antonio Gala, también eres guionista de radio,
cómic y cine. ¿Te resulta más cómodo escribir una novela, un relato o un guion?
Creo que si algo me resultase cómodo, no lo haría, porque me aburriría. Pero lo que sí creo es que hay historias que piden ser contadas de una forma o de otra con mis ojos de ese momento. Si lo hago de otra manera, no funciona porque yo no estoy en el modo correcto y lo estoy forzando. De tal forma que necesitaría, por usar una metáfora, cambiarme las gafas. Hay historias que las miro con ojos de guion e historias que las miro con ojos de narración, como si me pusiese las gafas de cerca o de lejos. Después, el tipo de guion o de narración suele estar determinado por los detalles muy sutiles.
Tu obra “Realidades de humo” fue llevada al cine por Joaquín Loustaunau en el año 2016. ¿Cómo ha sido tu salto de la literatura al cine?
Pues estupendo. Ver cómo alguien adapta una obra mía ha sido lo más parecido a mirar dentro de la cabeza de un lector. Ya no está ahí lo que yo he puesto en el libro, sino lo que ha aportado el director de su propia experiencia. Eso es fascinante.
En 2022 cosechaste el prestigioso Premio Azorín de novela por “La biblioteca de fuego”. ¿Qué nos cuentas en ella?
La biblioteca de fuego es, principalmente, una historia sobre el amor a la cultura, sobre aquellas personas que no confunden lo urgente con lo importante y sobre no perder la humanidad en tiempos inhumanos. Cuenta la historia de Tina, una chica que siempre ha querido ser bibliotecaria y viaja a Madrid en los años 30 para estudiar. Allí, con una amiga que se llama Veva, contactará con una sociedad secreta que se dedica a rescatar libros prohibidos a lo largo de la historia: la Biblioteca Invisible. Formará parte de ella hasta que, al estallar la guerra civil, forme parte, como bibliotecaria de la Biblioteca Nacional, del rescate del patrimonio bibliográfico español. Es un homenaje a todas aquellas bibliotecarias olvidadas que hicieron de ese trabajo una heroicidad.
¿Qué nos depara el 2023? ¿Algún proyecto del que puedas adelantarnos algo?
Habrá más cine y más libros. Sólo puedo decir eso.
Antes de despedirnos, me gustaría pedirte algún consejo que te haya servido como autora y que creas que pueda valernos a los que escribimos.
Encontrar el ritmo propio, no tener prisa. Creo que es lo fundamental. Ahora todo está dispuesto para que nos fijemos en lo que consiguen los demás, pero no se muestra el esfuerzo, los fracasos, los sacrificios... sólo nos llega el éxito consumado, por lo que parece rápido. La literatura, nos guste o no, es la tierra de la constancia y de la paciencia. Todo lleva muchísimo tiempo. Leer todo lo necesario lleva muchísimo tiempo. Construir cualquier cosa lleva muchísimo tiempo y puede no llevar a ninguna parte. Hay que contar con ello. Eso me parece fundamental, aunque más fundamental todavía, y quizá obvio, es leer todo lo que caiga en nuestras manos, porque para poder escribir hay que leer mucho, pero también porque todo aporta, hasta lo que en principio podría parecer que no nos genera ningún interés. Eso puede servir, simplemente, para descartar.
Ha sido un verdadero placer tenerte hoy con nosotros, María. Muchas gracias por habernos acompañado.
Muchísimas gracias a ti por el interés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario