Desde Tala hasta Montevideo, la voz de Rocío Ravera viaja entre cuentos, poemas y archivos. Escritora, bibliotecóloga escolar y estudiante de Archivología, ha construido una trayectoria marcada por la sensibilidad, la observación y la palabra precisa. Su libro Cualquiercosario le valió la Medalla de Oro en los International Latino Book Awards 2023, y su nueva obra, Los extraños, publicada por la editorial Alectrión, confirma su madurez literaria y su expansión internacional.
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jueves, octubre 09, 2025
miércoles, octubre 08, 2025
Entrevista a Lucia Rodríguez - Versión vídeo y audio
Lucía Rodríguez irrumpe en el panorama poético con CAOS, un primer libro que desvela una voz joven y a la vez madura, íntima y valiente. Su poesía se mueve entre la fragilidad y la fuerza, entre el vértigo y la calma, y nos invita a mirar de frente el desorden de la vida para encontrar en él un nuevo sentido. Conversamos con ella para descubrir no solo a la autora, sino también a la mujer que late detrás de cada verso.
martes, octubre 07, 2025
ENTREVISTA a José Luis Pascual - Versión vídeo y audio
José Luis Pascual (Madrid, 1974) es escritor, crítico y divulgador especializado en literatura de género. Es el creador de Dentro del Monolito, un espacio web de referencia dedicado a la reseña, análisis y difusión del terror, la ciencia ficción y lo extraño. Además, coordina la revista T.ERRORES, antología que reúne a destacados autores contemporáneos del terror independiente. Como autor literario ha publicado dos libros de relatos: Conocerás el mar, esa ancha tumba (2020), donde explora la huella de la muerte y la memoria, y Con pájaros muertos dibujo coronas (2023), una colección de trece cuentos que combinan horror, surrealismo y simbolismo. Su estilo se caracteriza por la fusión entre lo inquietante y lo poético, con un fuerte componente atmosférico. Apasionado lector desde la adolescencia, influido por autores como Clarke, Asimov, Lem y el cine de Kubrick, Pascual se ha consolidado como una voz singular dentro del panorama literario español del horror y la narrativa breve.
ENTREVISTA a Lucía Rodríguez - Versión escrita
¿Qué significa para ti haber
convertido en libro tus emociones más íntimas bajo el título de CAOS?
Me parece algo completamente fuera
de mí misma, no soy una persona que deje las cosas sin acabar, pero si es
cierto que jamás me había imaginado a mí misma con un libro, mío, en las manos.
Dicen que en esta vida se tienen que hacer tres cosas: plantar un árbol,
escribir un libro y tener un hijo, la última no está en mis planes, pero puedo
decir orgullosamente, que las dos primeras ya las he hecho.
Cuando escribías estos poemas,
¿pensabas ya en un libro o fue el propio caos el que fue reuniéndolos poco a
poco?
Al principio iban a ser dos
poemarios de cuarenta poemas cada uno, eran “CAOS” y “Pasar la
Página” pero, en el momento en que decidí publicar me di cuenta de que
cuarenta me parecían pocos, así que esos dos libros, haciendo un buen depurado
y cambiando algunas cosas, se convertirían en solo uno, con cerca de sesenta
poemas y que se quedaría con el nombre del primero, porque era la única forma
de que se sintiera correcto.
¿Cómo describirías el momento exacto
en el que sostuviste tu poemario impreso por primera vez?
Irrealista, lo sostuve en mis manos
y se lo enseñé a mis padres, era impresionante darme cuenta de que, da igual lo
mucho que te lo imagines en tu cabeza, la realidad es mucho mejor que la
ficción en este caso. Lo ves y debes repetirte una y otra vez “esto es mío, lo
he hecho yo, lo elegí yo, aquí está ahora”.
¿Qué temas aparecen una y otra vez
en tu escritura sin que apenas lo busques?
Las emociones y la pérdida, dentro
de las emociones la nostalgia y, además, la memoria y la familia ligadas casi
como un mismo concepto. La memoria recorre toda mi poesía. También es un tema
recurrente el amor, en todas sus facetas, no solo el amor romántico. Estos
temas rodean mi poesía porque, al mismo tiempo, son los más presentes en mi
vida.
¿Qué te inspira más: la calma
después de la tormenta o la tormenta misma?
La tormenta, siempre. La paz ayuda,
está bien para corregir, para matizar, pero es la tormenta la que de verdad me
hace escribir, la necesidad. No escribo como un trabajo, porque si convierto la
poesía en mi trabajo acabaría muriendo, y no solo de hambre, también de
creatividad reducida. Necesito la necesidad, el deseo absoluto de querer
escribir mis vivencias, eso es para mí la tormenta.
De la experiencia, no encuentras la
fuerza, la vas reuniendo poco a poco. Cuando vives durante años dentro de un
bucle de caos, de perdida, de no tener una cuerda, construyes la cuerda con lo
encuentras en el camino, sabiendo, por lo que has vivido, lo que a ti te va
bien, lo que te ayuda. Así fui encontrando mi propia fuerza.
¿Qué autores han dejado huella en tu
manera de ver la poesía?
Mis
mayores influencias en la escritura diría que son,
sobre todo, Cernuda, Safo y Madeline Miller. Cernuda es mi poeta por
excelencia, adoro su poesía, su forma de manejar la lengua para dejarnos
algunos de los versos que, a mi parecer, son los más hermosos del mundo entero.
Safo me llama por su deseo, por su conciencia del “yo” un “yo” que desea, que
quiere hablar, como mujer en aquella época, toma la palabra y decide usarla y,
Madeline Miller me encanta por su forma de escribir, ella no es poeta, pero sus
libros son poesía.
¿Cómo es tu proceso creativo:
necesitas tenerlo todo bien planificado o eres más de esperar a las musas?
Soy más de esperar a las musas, he intentado
escribir de forma planificada pero siempre sale de forma desastrosa, no sé
escribir como una especie de obligación o trabajo. La inspiración me llega y es
entonces cuando escribo, cuando me siento y dejo que mis manos llenen el vacío
de la hoja.
Si tuvieras que elegir un poema de
CAOS para recitar a alguien que no te conoce, ¿cuál sería y por qué?
Creo que, como favorito total para
mis lectores y, porque define bastante bien mi forma de poesía, diría que “La
casa vacía”. Un poema sobre la pérdida de los seres queridos y el sentimiento
de absoluta “nada” cuando vuelves a ver su casa, pero ahora, sin ellos, sin los
recuerdos, sin la vida y las risas y alegrías que estas personas le daban. Un
poema dedicado a mis abuelos, que tanta alegría me dieron.
¿Cómo manejas el pudor de exponer tu
intimidad en público a través de los versos?
Creo que jamás me ha dado pudor, he
tenido la suerte de que mis sentimientos y experiencias siempre han sido
abrazadas con cariño por todo el mundo. He entendido que, aunque la intimidad
es algo propio, es, al mismo tiempo, un sentimiento y experiencia compartida.
Mis vivencias y las de muchas personas llegan a parecerse en algún punto, como
dice una frase de Albert Espinosa “si nos enseñaran a perder ganaríamos
siempre”, todos perdemos, caemos, echamos de menos y sonreímos después, esa
intimidad es humana, como todo lo que siempre he decidido escribir, de ahí que
no haya pudor.
La Línea de la Concepción ha sido en
muchos casos olvidada por Gibraltar o tachada de un mal sitio por malas
prensas. Para mí, mi tierra huele a sal y se escucha como risas, es el viento
agradable del verano y es esa leve llovizna en invierno. La Línea ha sido donde
vivían mis abuelos, donde están mis padres y mi familia, ellos son mi
inspiración. Mi tierra es algo que tengo siempre con cariño y que siempre me
llenará de orgullo, porque soy linense por todos los costados de mi cuerpo. Mi
pueblo está en mi habla, en mis experiencias y en mi piel. Ser linense me ha
definido como persona y como artista.
¿Y Granada: lugar en el vives ahora?
Granada me ha dado una nueva
perspectiva de amor y de casa, darme cuenta de que hogar es donde está la gente
que te quiere. He hecho muchísimos amigos, me he enamorado de personas y
lugares, me he movido y perdido por todas las calles. Granada era un sitio
vacío hasta que lo llené de recuerdos y la volví parte de quien soy ahora. Ir
al Carmen de los Mártires o al Lorca a escribir son los mayores placeres que he
tenido en esta etapa de mi vida.
¿Crees que tu poesía tiene un papel
social o prefieres verla como un territorio íntimo y personal?
Creo que pueden ser ambas, todo lo
íntimo tiene un papel social, todos vivimos experiencias parecidas en vidas
diferentes. Lo personal puede ser algo común. Si tengo poemas más reivindicativos
donde hablo de luchas sociales y me parece importante que la poesía se implique
a cambiar el mundo, a inspirarlo (es más, me parece obligatorio que lo haga) y,
al mismo tiempo, soy incapaz de dividir esas luchas sociales de la intimidad
personal y humana, de comprometerme con la experiencia, la mía, para volverla
de todos, para crear un reflejo en el que todos podamos vernos y abrazarnos,
aunque tenga que ser un abrazo mutuo.
¿Cómo ha sido el encuentro con los
lectores en presentaciones o recitales? ¿Qué te han regalado sus palabras?
Los encuentros han sido mucho más
bonitos de lo que creí que sería, el encuentro con el otro, el vernos las
caras, el escuchar el eco de la habitación. El saber que te escuchan, que te
entienden, reconocernos mutuamente como si fuéramos dos griegos en medio de
batalla, me parece una experiencia hermosa. El mayor regalo me lo dieron en mi
primera presentación, cuando, al leer uno de los poemas, escuche como
intentaban no llorar y es que la poesía toca partes de nosotros que a veces ni
nosotros mismos conocíamos, ver esa emoción compartida fue mi mayor regalo.
¿El caos es solo dolor o también puede ser una forma de belleza?
Es una forma de belleza de todas las
formas posibles, el caos es dolor, pero también es una alegría incontrolable.
Caos es llorar todo el día y luego reír toda la noche. Caos es perderte en tus
pensamientos y sonreír en medio de estos porque te das cuenta de que no todo en
esta vida es negativo. Es tomarte un café y entrar en clase y aun así quedarte
dormido. Nunca pensaré en el caos como algo que no pueda ser bello, las
personas somos la mayor representación de lo bello que es el caos.
Cuando no escribes, ¿qué otras cosas
alimentan tu mundo creativo: música, cine, lectura, viajes…?
La música es una parte importante de
mi vida, junto al cine y la lectura. Soy bastante cinéfila y bastante ratón de
biblioteca (por algo estudio Literaturas Comparadas), también me gustan las
manualidades, como la arcilla y la pintura. Los viajes es algo que tengo en
proceso, he ido mucho al norte de España y he recorrido casi todos los pueblos
de Andalucía, pero me queda cambiar de país, espero conseguir eso pronto.
¿Qué le dirías a una persona que
piensa que la poesía es un género menor?
¿Siendo sincera? Que es un imbécil,
y perdón por la palabra. Si hablamos históricamente, los escritores y la
literatura existen desde el siglo XVIII, a finales, con Madame de Staël, antes
de eso, todos los “escritores” se consideraban poetas, toda la literatura giraba
mayormente a partir de la poesía y, la novela y el ensayo se crearon más tarde de
esta. Hablando en el plano de la necesidad, la poesía es completa necesidad,
cuando Brecht se exilió escribía poesía para salvar su tierra, para hablar de
esa Alemania consumida, Baudelaire nos dijo como los poetas son paseantes, como
la poesía atraviesa nuestra vida, y eso puede verse en “Las flores del mal”.
Habría que ser muy tonto, no haber
leído mucho o no tener ni idea de literatura para decir que la poesía es un
género menor.
¿Estás trabajando ya en un próximo
proyecto poético o narrativo?
Sí, tengo otro proyecto entre manos,
estoy en proceso de un segundo poemario que estará profundamente definido por
el “castigo” divino, es decir, por la mitología griega y como los dioses
castigaban de forma excesiva y cruel ha muchísimos personajes y ahora tratamos
como cotidianos.
Si tuvieras que definir tu voz
poética con tres palabras, ¿cuáles serían?
Humana, lírica y experimental.
viernes, octubre 03, 2025
ENTREVISTA a Natalie Lof - Versión escrita
Natalie Lof es una escritora que ha cautivado a los lectores con su serie Turquesas, una trilogía de misterio, suspense y atmósfera costera. Con Turquesas en la marea y Turquesas al amanecer, ha creado un universo donde el mar esconde secretos insondables, la memoria se convierte en amenaza y los personajes se debaten entre el amor, el miedo y lo inexplicable. Su narrativa poética y envolvente la ha consolidado como una voz fresca dentro del thriller psicológico y la fantasía oscura.
Tu serie Turquesas combina misterio, lo
sobrenatural y el ambiente costero. ¿De dónde nació la idea de Bebelias, la
piedra verde y ese nexo entre el mar y lo oculto?
Bebelias es un lugar inventado, no quería poner
ningún lugar que ya existe, todo sale de mi imaginación, en cuanto a la
historia, siempre me ha fascinado el mar, tengo mucha imaginación y tenía claro
que la historia giraría en torno a él. Las piedras turquesa son un símbolo de
la historia, se repite en la serie, es como la seña de identidad del/la
protagonista.
En tus novelas, el mar parece tener vida
propia: susurros, olas que esconden secretos, memorias sumergidas… ¿Qué
significado tiene el mar en tu vida?
El mar es muy importante para mí, he crecido
junto a él, de niña tengo recuerdos preciosos en la playa con mis primas y mis
abuelos, me da paz y vida, no podría vivir lejos de él.
Héctor es un investigador con una mirada
racional, y Vera es un personaje cargado de misterio y vínculo emocional con lo
sobrenatural. ¿Te costó mucho construir estos personajes?
La verdad es que no, tenía muy claro los
personajes antes de empezar a escribirla, además Héctor está inspirado en
alguien muy importante en mi vida, así que no me costó nada hacerlo, en cambio
yo soy todo lo contrario a Héctor, emocional e impulsiva.
¿Qué función tiene para ti la infancia en
esta serie?
La infancia en esta serie y en mi vida en general tiene muchísima importancia, creo que es la raíz de todo, marca como nos enfrentaremos a la vida, los traumas y alegrías que arrastraremos como vivencias durante nuestra vida adulta.
En la segunda parte de la serie, Turquesas Al
Amanecer, plasmo el contraste entre la pureza de la infancia y lo oscuro de lo
oculto.
¿Cuál fue la idea seminal de la serie?
El mar, con esa mezcla de misterio y belleza, a
partir de ahí fueron apareciendo las leyendas, el pueblo, los símbolos…
Tenía
claro que sería una serie, la idea principal también la tenía en mente, pero
conforme iba escribiendo iban surgiendo nuevas ideas, a la hora de escribir no
soy rígida, voy fluyendo, a veces empiezo con una idea y conforme avanzo la
cosa va transformándose.
¿Qué autores tienes como referentes a la
hora de escribir?
Leo de todo, me gusta variar, no me ciño a un
solo autor o género, igual te puedo decir que leo a Dolores Redondo, Megan
Maxwell o Bram Stoker, es más, últimamente estoy descubriendo autores
emergentes, autopublicados, que tienen historias preciosas que contar.
Aunque mi primer contacto con la lectura fue con
Pablo Neruda, de niña, con un librito de poemas de amor, soy una persona muy
emocional.
La narrativa de tus novelas es ágil y
mantiene el suspense sostenido. ¿Cómo diseñas tus capítulos y giros para
mantener al lector atrapado?
Soy mucho de improvisar, no suelo llevar un
esquema, aunque es cierto que a veces me pongo a revisar y puedo cambiar toda
la historia otra vez…
Y he de reconocer que me gusta jugar con los
silencios, con lo que no se dice del todo porque eso mantiene la intriga, o es
lo que intento.
Entre Turquesas en la
marea y Turquesas al amanecer,
¿qué retos surgieron al mantener coherencia, sorpresa y evolución en la
historia?
Creo que Turquesas en la Marea evolucionó de
manera natural a Turquesas al Amanecer, ya había un pasado que pesaba,
personajes que habían cambiado, surgió solo, quería que se sintiera como una
continuación real, no una repetición.
¿Qué pueden anticipar los lectores sobre la tercera entrega de la serie?
Estoy con los últimos retoques, creo que es el culmen
de la historia, donde los personajes llegan a su máximo de desarrollo, será
emocional e intensa, no quiero desvelar nada pero creo que los lectores
sentirán que la historia llega a su momento más fuerte y definitivo.
¿Para cuándo podemos esperarla?
Saldrá el 2 de diciembre de este mismo año.
Me gustaría que cuando el lector termine la
trilogía, se quede pensando en lo realmente importante de la vida, que no es
tanto lo que tenemos si no a quien tenemos, los vínculos que construimos y lo
que vivimos.
En mis libros, aunque hay misterio y fantasía, todo
gira en torno a las emociones humanas.
Después de concluir la trilogía, ¿ya
tienes nuevas ideas o proyectos literarios que quieras contar?
Sí, habrá una precuela de la serie Turquesas,
estoy trabajando en ella, y para el próximo año tengo una obra de fantasía
oscura que creo que sorprenderá mucho, actualmente estoy valorando si
autopublicarla o trabajar con alguna de las editoriales que se interesaron, es
una decisión que quiero meditar con calma.
Y por último, ¿qué recomendaciones darías a
quienes comienzan en el apasionante mundo de la escritura?
Bueno, no
creo que sea nadie para dar lecciones, aprendo día a día, pero para mí lo
principal, si tuviera que decirles algo, es que disfruten de lo que hacen, que
disfruten y hagan lo que les hace feliz, independientemente de modas o lo que
creen que se espera de ellos, que lo
demás si tiene que llegar, llegará, pero lo importante es ser feliz con lo que
uno hace.
jueves, octubre 02, 2025
ENTREVISTA a Eduardo Lacambra - Versión escrita
Eduardo, Espirales de luz es tu
primer poemario y surge en plena pandemia. ¿Cómo influyó aquel contexto en tu
necesidad de escribir poesía?
La pandemia, y en
especial el confinamiento, fue un antes y un después para toda la sociedad,
pues estar encerrados en el domicilio sin realmente haber cometido ningún
delito, fue un shock, que en mi opinión aún perdura, para dicha sociedad
y para mí personalmente.
La necesidad de
expresar lo que sentía en ese momento me impulsó a escribir, en mi caso en
forma de poesía, un género en el que había escrito algún texto previamente,
siempre sin publicar, y que es excelente para expresar el estado emocional,
principalmente de desasosiego que yo, como mucha otra gente, sentía.
El libro se compone de 17 fábulas
poéticas. ¿Qué te llevó a elegir la fábula como forma para transmitir tu visión
del mundo?
La fábula es un género que desde siempre
se ha utilizado para transmitir de una forma amable y quizás sutil determinados
conceptos e ideas, y que se puede observar en muchos textos sagrados, como puede
ser en las parábolas de los evangelios, o en la permanente fabulación presente
en el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas quiché.
Estas fábulas pueden estar perfectamente
inspiradas en hechos de la vida real, como ocurre en mi libro en el poema La
otra mejilla, inspirada en la sonora bofetada que le propinó Will Smith a Chris
Rock en la gala de los Oscar, la cual, aunque el lector no la asocie fácilmente
al poema, posiblemente le resuene.
Tus versos dialogan con textos
espirituales como el Evangelio de Mateo, las Analectas de Confucio o el Tao Te
King. ¿Qué significa para ti beber de esas fuentes tan diversas?
Para mí estos textos contienen
una sabiduría eterna que brota de un lugar que nadie conoce bien, pero que se
intuye, y que claramente trasciende y complementa nuestra realidad otorgando
una visión positiva y amplia del mundo que debe facilitar nuestra existencia.
En mi caso
particular, ojalá que esta sabiduría se haya transmitido de forma adecuada al
poemario, y el lector pueda en algún grado disfrutarla.
En tus poemas aparece la idea de
libertad como condición inherente al ser humano. ¿Hasta dónde consideras que
debe llegar la libertad de una persona?
El ser humano para mí es totalmente libre,
lo cual le permite trascender los condicionamientos sociales, con efecto tan
limitante, siempre que se conecte interiormente con la fuente, que yo podría
definir con el amor.
En este sentido para mí la libertad del
ser humano no tiene límites.
Espirales es una metáfora poderosa. ¿Por
qué ese título? ¿Por qué Espirales de luz?
La espiral como metáfora corresponde a
una estructura que asciende, y en este sentido fue elegida en mi poemario Espirales
de Luz para reflejar el ascenso que se logra por medio de la luz que emana de
los textos sagrados, que no es otra que el amor (o si empleamos conceptos de cosmología
oriental, la virtud, definida en base a cuatro conceptos, amor, disciplina
interior, armonía y verdad).
¿Qué tiene la oscuridad para estar tan
denostada?
Pienso que la oscuridad es denostada porque
nos hace sufrir, nos genera dolor, y la consideramos ajena a nuestro ser, seguramente
porque socialmente estamos condicionados a aceptarnos solo como luz, pero sin
duda la sombra es parte de nosotros y debemos aprender a gestionarla, lo cual,
para mí, se puede realizar a través de los textos sagrados, conectándonos con
la luz espiritual, que siempre se manifestará en el plano material.
Con Santiago Expósito Amaro hablaba yo
de ritmo, de música. ¿Qué papel juega el ritmo en tu escritura?
La música en mi escritura está muy presente
a través de la permanente rima con que está escrita, que pienso le confiere un
ritmo musical de lectura, y, consecuentemente, armonía.
Este efecto armónico lo he extendido a
la presentación del poemario, tanto en las estrofas que contienen versos de una
longitud similar, lo cual visualmente resulta atractivo, como a la maquetación,
en la que la editorial Loto Azul ha puesto un exquisito cuidado.
Hablemos del silencio, ¿qué lugar ocupa
en tu poesía?
En mi caso silencio y
poesía son sinónimos, pues sin alcanzar un estado de silencio resulta complicado
encontrar la inspiración que ha de resultar en el poema que uno sabe tiene en
su interior, el cual solo se puede derivar de un conocimiento, que ha de ser
profundo, de los sentimientos, emociones y de la problemática que los ha
generado.
Lógicamente mi poesía
deriva de ese silencio previamente buscado.
En este sentido puedo
decir que soy un «ratón de biblioteca», pues me encanta el ambiente que se
encuentra ahí, el cual, evidentemente, también se puede hallar en la
naturaleza.
¿Podrías explicarnos qué es una analecta
y cómo influyó en la construcción de tu obra?
Una analecta es un
pensamiento de Confucio (nacido en el S. VI aC), o la de algunos de sus
discípulos principales, que fue recogida por sus seguidores una vez fallecido,
y cuya recopilación constituye lo que se ha denominado las Analectas de
Confucio.
Las Analectas,
conjuntamente con el I Ching y el Tao Te King, son los textos orientales en los
que he encontrado más inspiración dentro de su cosmología, siendo un
complemento perfecto a los Evangelios.
¿Cómo fue ese proceso de selección de
los textos que finalmente conforman Espirales de luz?
Los textos que conformaron mi poemario fueron
elegidos entre los que se caracterizan por ser fábulas poéticas o cuentos de
índole espiritual, en los que existe una inspiración, a veces oculta, en los
textos sagrados de la antigüedad.
La Editorial Loto Azul se caracteriza
por un catálogo con fuerte impronta espiritual. ¿Qué significó para ti publicar
tu primer poemario con ellos?
Trabajar con Loto Azul ha sido una
experiencia muy satisfactoria, pues buscan más que escritores, amigos, así como
una literatura que pueda aportar algo positivo a la sociedad, teniendo una
componente espiritual que marca su línea y catálogo editorial, en la que la
trascendencia está muy presente.
Puedo decir además que el trato recibido
ha sido excelente por parte de todas las personas con las que he interactuado
de esta editorial, por lo que estoy muy agradecido.
En tus poemas hablas de retos del
camino, de bienaventuranzas y de pruebas vitales. ¿Qué retos personales
marcaron tu escritura?
Evidentemente escribir sobre temas de
actualidad con un componente espiritual ha exigido un intenso proceso de
conocimiento, tanto interior, como del entorno en que vivimos, así como de la
espiritualidad, y por tanto un crecimiento interior, acompañado sin duda alguna
de crisis e interrogantes.
Además esta temática exige un respeto
profundo a las opiniones ajenas, lo que precisa también de un persistente
trabajo interior, y que, en mi opinión, es facilitado por la lectura y
comprensión de los textos sagrados.
En tu libro aparecen tanto temas eternos
como problemáticas actuales. ¿Buscas un diálogo entre lo atemporal y lo contemporáneo?
Por supuesto, de hecho el libro tal como
se ha concebido es la consecuencia de este diálogo.
El mundo actual en el poemario está
siempre presente, como no podría ser de otra forma, con sus luces y sombras.
La incorporación de forma dialogada de lo
atemporal (tan denostado e ignorado por nuestra sociedad), como puede ser una
bienaventuranza, creo que le aporta el complemento preciso para darnos
soluciones a las problemáticas contemporáneas, cada vez, desgraciadamente, más
complicadas.
Has participado en un libro benéfico.
¿Qué nos puedes contar sobre ese proyecto y cómo conecta con tu visión de la
literatura como servicio?
Sí, he sido seleccionado para participar
en el libro benéfico «Pero no te olvides de Valencia», en favor de los
damnificados de la Dana, con un relato corto inspirado en las jornadas técnicas
organizadas por el Colegio de Ingenieros de Caminos, del cual formo parte.
Yo, además de colaborar con este relato,
lo haré con los beneficios de la venta del poemario durante el crowdfunding
del libro benéfico.
Personalmente creo que la literatura
debe estar en servicio de la sociedad, más allá de los intereses personales de
cualquier índole, y, en la humilde medida en que me sea posible, yo aportaré acorde
a ello.
¿Cómo reaccionan los lectores cuando se
acercan a tu obra por primera vez? ¿Qué comentarios te han marcado más?
En general bien, a muchos les sorprende
la dureza con la que empieza, con relatos basados en la actualidad, pero acaban
entrando en el poemario conforme se desarrolla.
Los comentarios que más me han marcado
son los de lectores que expresan que el libro les ha producido emociones
extremas, como pueden ser pesadillas, o una necesidad imperiosa de tener que
parar unos días en su lectura para reposar dichas emociones y después
continuar.
También me han marcado los comentarios de
lectores que afirman han encontrado espiritualidad y misticismo en sus letras,
pues lo han expresado en un grado que quizás yo ni siquiera busqué.
Si tuvieras que definir en una sola
imagen lo que significa escribir poesía para ti, ¿cuál sería?
Para mí el concepto de poesía se puede
expresar precisamente en la imagen de la portada del libro, una espiral de luz,
pues escribiendo poesía puedes elevarte hacia la luz y encontrar así las
mejores soluciones a los problemas presentes y cotidianos de nuestras
existencias
¿Qué esperas que quede en el lector
después de cerrar las páginas de Espirales de luz?
Me conformaría con que al lector le
quede un rictus de satisfacción, con la sensación de que ha leído un libro, que,
aunque realmente no entiende muy bien, pues tanto la poesía como los textos
sagrados no son para entenderlos, sino para sentirlos, le quede una sensación agradable
y positiva.
Y por último, Eduardo, una recomendación
para quienes empiezan en el camino de la escritura.
Mi recomendación es
que no se centren en tener éxito, sino en escribir algo que les haga crecer
como personas, a ellos y a la sociedad en que se enmarcan.
Si consiguen disfrutar
y escribir algo con lo que se sienten satisfechos, el éxito será lo de menos, y
de alguna forma, tarde o temprano, les llegará entre su público verdadero.
Gracias, Eduardo, por acompañarnos, por
mostrarnos que la palabra puede ser alimento para el alma. Espero que cada
nuevo verso que escribas esa pureza que toca, con hondura y sin artificio, el
corazón de quienes te leen.
miércoles, octubre 01, 2025
ENTREVISTA: Alma Alanís - Versión vídeo y audio
Hoy nos acompaña una autora que ha sabido transformar el mes de octubre en un territorio literario lleno de voces, imágenes y emociones.
Alma Alanís es la creadora de Taletober I y Taletober II, dos colecciones de microrrelatos que nacieron como un reto personal y que han terminado convirtiéndose en una experiencia compartida con los lectores, donde cada página late con la intensidad de un instante atrapado en palabras.
Además, Alma ha participado en la antología Crónicas del Randonauta, coordinada por Jesús Relinque, con el relato “Gris”, que nos muestra otra faceta de su universo narrativo.
RESEÑA: Tiburón de Peter Benchley
Autor: Peter Benchley
Año de edición: 2025 (publicada en 1974)
Número de páginas: 416
Sinopsis:
Amity es una pequeña población de la costa atlántica de Estados Unidos que vive principalmente del turismo. Un día cualquiera, al alba, poco antes de empezar la temporada de verano aparecen en la playa los restos de una joven que al parecer ha sido devorada por un tiburón. La policía, la prensa y los comerciantes ocultan la noticia que podría espantar a los veraneantes. Pero a los pocos días un bañista ve desde la costa cómo un animal gigantesco ataca a un muchacho. Entonces empieza la batida: un grupo de hombres hábiles y decididos se lanzarán al mar para enfrentarse a la bestia.
Publicada en 1974, Tiburón alcanzó el éxito inmediatamente. Al año siguiente se estrenó la célebre adaptación al cine dirigida Stephen Spielberg, y en la que Peter Benchley colaboró como co-guionista,. Desde entonces, Tiburón se ha consagrado como un absoluto clásico contemporáneo de la cultura pop.
Esta edición incluye contenido adicional de los archivos de Peter Benchley, como reproducciones del manuscrito original, fotografías del rodaje y varios textos del autor en los que narra en primera persona la escritura de Tiburón y su colaboración con Steven Spielberg.
Mi opinión:
Estamos ante una de las novelas de terror y suspense más influyentes de la historia. Su fama no proviene tanto de la versión literaria como de la cinematográfica, convertida en todo un hito tras la magistral adaptación de Steven Spielberg a la gran pantalla. Una película que, sin exagerar, marcó y traumó a toda una generación de adolescentes.
Hemos analizado tanto la película como la novela en uno de los episodios veraniegos del podcast Voces de Metrópolis, junto a mis compañeros y amigos Sebastián G. Sancho y Jacobo Cortes. Para la ocasión, me sumergí de nuevo en la lectura del libro, y debo decir que me ha sorprendido más de lo que recordaba.
Lo que más me ha llamado la atención es esta relectura por su 50 aniversario es la crítica soterrada que Benchley desliza entre sus páginas, perfectamente aplicable a nuestra realidad medio siglo más tarde. La novela aborda cuestiones como la turistificación y las presiones políticas que recibe el jefe de policía Martin Brody por parte del alcalde del pueblo para evitar el cierre de la playa y la entrada de dinero en la etapa estival, primando la economía sobre la seguridad de los ciudadanos, en una trama que además se entrelaza con la crisis matrimonial que atraviesa su familia.
La historia se construye alrededor de esa familia, que sirve como trampolín narrativo para contar la aparición del «monstruo» que habita bajo las aguas y amenaza de la comunidad. Sin embargo, lo inquietante es que, en realidad, es la propia ciudadanía la que invade y explota el espacio de su tiburón. Benchley concibe a lo largo de sus páginas al animal como un depredador implacable que lo único que busca es su supervivencia y actúa por instinto.
Su pez, (así lo llama el narrador en todo momento), aterroriza las costas de Amity, aunque, si de algún modo, le diésemos la vuelta a la historia y la contase desde su perspectiva, se convertiría en la víctima de la historia.
Con personajes memorables y un argumento bien tejido, la novela ofrece una profundidad y unas capas de significado que, a mi juicio, superan a su célebre adaptación cinematográfica. Spielberg prefirió centrarse en la bestia y en el terror que provoca en la gente, mientras que Benchley nos ofrece una obra con más aristas, capaz de incomodar y de hacernos reflexionar incluso hoy.
En definitiva, una obra llena de una crítica mordaz hacia el sistema en la que el verdadero monstruo no es el pez, sino la avaricia humana, la corrupción política y la presión económica que cincuenta años después siguen estando tan presentes (o incluso más) en nuestra sociedad.
martes, septiembre 30, 2025
RESEÑA: Taletober II de Alma Alanís
Título: Taletober II
Autor: Alma Alanís
Año de edición: 2025
Número de páginas: 97
Sinopsis: ¿Y si cada día de octubre pudieras adentrarte en un nuevo mundo diferente con apenas unas líneas?
Ese es el espíritu de Taletober II: treinta y un microrrelatos que condensan los elementos más característicos de la literatura fantástica, la ciencia ficción y el terror en pequeñas dosis de imaginación y misterio.
Futuros distópicos, viajes espaciales y temporales, bestias mitológicas o futuristas, criaturas de las sombras… Cada historia es un bocado que te invita a saborear la lectura con calma, como un ritual rutinario, pero sagrado.
Este segundo volumen recoge los relatos escritos por Alma Alanís durante el reto creativo Taletober 2024, un desafío que consiste en escribir un texto cada día del mes de octubre. Junto a ellos encontrarás notas que desvelan las inspiraciones detrás de cada pieza: desde pesadillas y recuerdos de la autora, hasta libros y escenas cotidianas que se transformaron en literatura.
Taletober II. Cuentos breves para leer en otoño es un libro para amantes de las lecturas cortas, perfectas para disfrutar en el trayecto del día, antes de dormir o en cualquier paréntesis que te permita el trabajo. Cierra esta antología un relato algo más extenso, de una atmósfera tétrica y fantasmal, como corresponde al primer día de noviembre.
Déjate llevar por estas historias mínimas y descubre cuánta magia cabe en menos de una página.
Mi opinion:
Taletober II es,
ante todo, un regreso, un reencuentro de Alma consigo misma y con su Taletober
I. Un viaje en el tiempo
hacia otro otoño anterior, un octubre que permanece en su retina y cuyos matices
traslada al lector de una manera magistral. Esa mirada atrás supone, paradójicamente,
un paso al frente. Un crecimiento como escritora que Alanís sabe reflejar con
madurez y frescura.
Entre dosificar la lectura o bebérmela de un
trago, opté por lo segundo. Sí, la esperaba como agua de mayo, o más bien como
agua de octubre. Lejos de caer en un empacho, la sensación final es la de quedar
plenamente saciado. Esta segunda entrega consolida a Alma como una autora que
reivindica la brevedad como arte, donde cada microcuento es un pequeño universo
condensado.
La obra se sostiene en un tono lírico,
reflexivo, me atrevería que a decir catártico, cargado de evocación, donde las resonancias
del pasado se ramifican como los afluentes de un río para llegar al corazón del
lector. Fresca en aroma, pero teñida de nostalgia, Taletober II invita tanto a
la emoción como a la reflexión.
Entre los relatos destacaría varios por su
fuerza y originalidad:
BestIa por
su potente arranque, una palabra que da juego, pero a la que solo Alanís ha
sabido sacarle todo el ju(e)go que merece y cuyo título es ya de por sí, un
reclamo a la lectura.
Delirio es
arriesgado, y ese mismo riesgo contribuye a su eficacia. En él, la autora reivindica
la importancia de pensar en un mundo que a menudo desprecia la introspección.
Histeria es
otro de esos relatos que brilla por su fuerza erigiéndose como un grito
feminista contra la misoginia y en defensa de la feminidad.
Mientras
Ñoñería sorprende por su
ternura, breve y delicada.
Palabras como «Glicinia», «Zuzón» o «Xilolita»
despiertan en el lector la sensación de pequeñez lingüística frente al vasto
conocimiento y, al mismo tiempo, la curiosidad de seguir aprendiendo al lado de
la autora en un futuro y esperado Taletober III.
La autora se revindica también como una gran
lectora, versátil donde las haya, y regalándonos un ejercicio de metaliteratura
vinculado con su propio proceso creativo.
Cuando supe que Alma Alanís publicaría una
continuación de su primer libro me emoción, porque deseaba, de verdad,
sumergirme en una nueva entrega de este Otoño Literario, con mayúsculas.
Y la espera ha merecido la pena.
ENTREVISTA: Cristina Calderón - Versión Vídeo y Audio
Cristina Calderón nació en Madrid a finales de los ochenta. Desde muy joven comenzó a escribir, primero en un diario donde narraba las peripecias de su Barbie, hasta que años después cumplió su sueño de publicar. Es autora de literatura romántica con Vas a Quedarte (Phoebe, 2023) y Vas a Tenerme (Phoebe, 2025). Además, trabaja como gestora de contenidos, es historiadora del arte de corazón y ha participado activamente en ferias, encuentros y presentaciones literarias en ciudades como Madrid, Barcelona, Murcia, Valencia, Cuenca o Badajoz. Colaboradora en podcasts y en librerías independientes, su voz empieza a consolidarse dentro del panorama de la novela romántica actual.
lunes, septiembre 29, 2025
Podcast Mi experiencia como escritor T1E14 ¿Cómo generar tensión narrativa y suspense?
Sebastián G.
Sancho es autor publicado por Ediciones T&T, se ha consolidado como
una de las voces narrativas más prometedoras de la actualidad. Su obra incluye
las novelas La cuna de Tejo y Dopplegänger, dos títulos que
muestran su capacidad para tejer historias intensas, cargadas de misterio y
sensibilidad hacia la condición humana.
Su talento ha
sido reconocido con el Premio Riverside de GadiTaNoir, donde resultó
ganador con su relato La bella escondida, confirmando así su lugar en el
panorama literario contemporáneo.
Con un estilo
que mezcla emoción y profundidad, Sebastián G. Sancho nos invita a descubrir
universos donde el suspense convive con lo humano, y donde cada página es una
puerta abierta a nuevas preguntas y revelaciones.
Hoy tenemos el privilegio de presentar a un autor que escribe con pasión, rigor y cercanía: Sebastián G. Sancho.
Jesús Relinque
es un escritor gaditano que ha sabido conjugar con maestría la imaginación
narrativa y la investigación ensayística. Como narrador de ficción, nos ha
regalado obras tan sugerentes como La llave de los misterios, La
ciudad oscura o Los jinetes del sueño, donde el misterio, la
fantasía y lo onírico se entrelazan para dar forma a mundos tan inquietantes
como fascinantes.
En su faceta
de ensayista, ha explorado con rigor y pasión universos cercanos a la cultura
popular y al imaginario colectivo en títulos como Expediente V o Siguiente
fase.
Su escritura,
siempre inquieta y cercana, refleja tanto la fuerza de la ficción como la
solidez de la investigación. Presentar hoy a Jesús Relinque es descubrir a un
autor que escribe desde la curiosidad y la pasión, y que nos invita a mirar la
realidad con otros ojos, entre la lucidez del ensayo y la magia de la
narrativa.
ENTREVISTA: «Viaje de 'cercanías' al teatro de José Moreno Arenas»
Hoy tenemos el privilegio de conversar con uno de los dramaturgos más notorios del panorama teatral contemporáneo. Granadino de nacimiento, su teatro ha sabido analizar el comportamiento humano desde todas las vertientes y dialogar con la crítica social.
Hablo
de José Moreno Arenas,
cuyas creaciones enlazan el teatro surrealista y esperpéntico con el más humano.
Su
pluma se ha cruzado con la de autores cuya fama trasciende toda frontera
intelectual e incluso popular; recientemente lo ha hecho con la de otro icono
del teatro mundial, Fernando Arrabal, en un libro bilingüe (publicado en
español y francés) titulado Entremeses
/ Impromptus,
un volumen que aún sigue siendo presentado y que incluye tres piezas breves de
cada uno de ellos. Por su lado, Arrabal nos presenta tres entremeses y José
Moreno sus tres «impromptus», cuyos títulos son El reloj, La cabeza y El purgatorio. Las tres han sido recientemente
estrenadas: la primera y la tercera, en Albolote, su pueblo natal; y la segunda,
en una localidad muy querida por el dramaturgo: Chiclana de la Frontera (Cádiz).
A
su ya extensa producción, se sumó su sobrecogedora obra Federico, en carne viva,
que se estrenó en el Teatro Echegaray (Málaga,
2018) y que, además, tuvo una gran acogida y éxito en su gira por los Estados
Unidos, siendo programada en el Frida Kahlo Teatro (Los Ángeles, California).
En ella, José nos invita a una reflexión profunda sobre el legado de Federico
García Lorca cuya herida aún permanece abierta en nuestra historia más reciente.
Charlaremos
también sobre el arte de lo breve, la palabra como aguijón, la memoria, el
cuerpo y el tiempo.
——José, muchísimas gracias por estar hoy con nosotros.
——Es un placer atenderos y responder a
todas aquellas cuestiones de mi dramaturgia que puedan interesar a los lectores
teatreros.
——Comienzo por una pregunta afectiva para poder acercarnos más a tu
persona: ¿Cuál fue el momento en el que supiste que el teatro sería tu forma de
representar cómo percibes tú el mundo ante los demás?
——Aunque hay un momento puntual de toma de conciencia, no surge por ensalmo; existió un proceso, unos hechos cruciales, que conviene, siquiera a vuelapluma, reseñar: la afición de mi madre al teatro, determinante para esa decisión de escribir; la suscripción a la colección Teatro de la editorial Escelicer, que me permitió leer comedias y dramas sin descanso y estar pendiente de las carteleras de Madrid y Barcelona; la biblioteca del colegio, tan básica como valiosa, que hizo de mí un empedernido lector del mundo de la escena (desde los trágicos griegos hasta las vanguardias más actuales); el trato alentador de mis profesores de literatura –práctica inusual entre los docentes de la época–, que vieron con buenos ojos mis inclinaciones y apoyaron mis inicios como creador de personajes para los escenarios… Todo este «totum revolutum», a modo de caos arrabaliano, desembocó en una decisión –conflicto, por seguir con la filosofía de Arrabal– que acabó cayendo por su propia inercia.
——Echando la vista atrás y haciendo un poquito de autocrítica, ¿cómo describirías esos primeros textos que escribiste en tu juventud?
——En una palabra, bisoños. Cuando se
empieza a escribir a una edad tan temprana, solo puedo repetir lo que el profesor
de literatura me dijo después de leer una de mis primeras creaciones: «Moreno,
usted apunta alto». Pues eso: tenía
hechuras, maneras; pero aún era pronto, demasiado pronto. El problema es que
esos esbozos tuvieron buena acogida en el ámbito estudiantil, lo que propició
que quedaran definitivamente unidos a mi nombre. Confieso que, dada su bisoñez,
con el paso del tiempo me ha provocado no pocos dolores de cabeza. Fue el
magnífico dramaturgo Jaime Salom, durante un encuentro en Málaga, quien me dijo
que la larga carrera de un creador era
comparable a una escalera, y que era imposible llegar a la parte más alta sin
pasar por los primeros peldaños. Sabias palabras, que me hicieron reflexionar: desde
la adolescencia hasta la madurez, haciendo escala en las etapas intermedias, la
vida es un continuo aprendizaje.
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Portada del libro de actas del Seminario Vanguardia, confusión y caos |
——La brevedad para ti, además de economía, es filo. ¿Cómo llegaste a esa conciencia de que lo breve, a veces podía contener un mensaje más profundo que lo extenso, si sabía tratarse de la manera más adecuada?
——Antes que nada, me apresuro a decir
que mi apuesta por el teatro breve y, sobre todo, por el mínimo, siempre me la
he planteado como un reto personal, pues, de acuerdo con mi colega valenciano
Eduardo Quiles, la brevedad no solo es cuestión de folios; también depende de
la capacidad de síntesis del creador. Dicho esto, mi dedicación al teatro breve
se debe a dos razones: la primera, a la lectura del gran ramillete de
entremeses de nuestro irrepetible Siglo de Oro. Al decir ramillete, es obvio
que no me estoy refiriendo solo a Cervantes; hay una nómina de dramaturgos,
maestros todos ellos del entremés, de la dramaturgia breve, que deberían
conocer quienes se consideren amantes de la buena literatura: Lope de Rueda,
Juan de Timoneda, Quiñones de Benavente, Salas Barbadillo y un largo etcétera,
en el que no falta el ingenio de Quevedo. La segunda, a Antonio Martínez
Ballesteros. He contado en innumerables ocasiones que mi asistencia con
dieciséis años, en el Teatro Asuán (Jaén), a La muy legal esclavitud, fue decisiva para mi dedicación preferente
al teatro breve. Desde un primer momento tuve claro que con lo breve se llegaba
más directamente al espectador. No quiero entrar en detalles porque sería
prolijo. Si acaso, hacer mención a un comentario de John P. Gabriele, uno de
los grandes hispanistas norteamericanos, estudioso de mis «pulgas
dramáticas», de las que llegó a
decir que eran flashes dramáticos con
los que logro revolver la conciencia del público.
——Recientemente has compartido publicación con Fernando Arrabal. Entiendo
que para escribir una obra conjunta hay que tener una gran afinidad con la otra
persona. ¿Me hablarías de la relación que os une?
——Una ligera salvedad: no se trata de
una obra conjunta, sino de un volumen que contiene textos suyos y míos. Dicho
esto, está claro que tanto para lo uno como para lo otro, ha de haber una
mínima afinidad, un nada desdeñable grado de empatía personal y proximidad
creativa. Está claro que ambas dramaturgias siguen caminos distintos; no
obstante, hay un momento en que confluyen. Un segmento de mi producción conecta
con Ionesco y Beckett, lo cual me acerca –así lo reconocen reputados analistas–
a Arrabal. Tan es así que, en noviembre de 2022, convocado por la Universidad
de Granada y el Ayuntamiento de Albolote, y organizado por Karma Teatro, se
celebró el seminario «Vanguardia,
confusión y caos en Fernando Arrabal y José Moreno Arenas»,
al que acudieron expertos de las dos dramaturgias. Ahí se forjó la excelente
relación entre ambos.
——El libro Entremeses/Impromptus contiene tres textos
inéditos tuyos: El reloj,
La cabeza, El purgatorio… y otros tres de Fernando. ¿Qué
criterio seguiste para seleccionar estas tres piezas como parte de esta edición
bilingüe y no otras?
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Portada de Entremeses / Impromptus |
——¿Cómo ha sido la experiencia de ver representadas estas obras tan
recientes en los escenarios españoles, y qué sentiste el día del estreno de La cabeza en Chiclana
de la Frontera?
——Siempre que asisto al estreno de una
de mis obras me acompaña ese cosquilleo del que hablamos todos los dramaturgos,
actores, directores... Cierto que a estas alturas de la vida –somos animales de
costumbres–, con menos intensidad. Quizá porque la madurez nos proporciona
ánimo sereno –no confundir con indiferencia– y una pizca de distancia –no
equivocar con despreocupación–. Dicho esto, un estreno es siempre un estreno; y
al estado personal de cada momento se unen otros condicionantes: lugar,
asistencia, recepción... Una de las mayores inquietudes de antaño –la crítica–
ya no me quita el sueño; posiblemente porque hay una opinión generalizada de mi
dramaturgia. Albolote, donde nací, resido y «vivo», siempre me inyecta un plus de adrenalina;
en sus calles y plazas me tropiezo a diario con amigos de la infancia,
familiares, simples conocidos y fieles seguidores de mis creaciones. Chiclana
es como mi segunda casa; mi teatro es siempre recibido junto a Sancti Petri con
los brazos abiertos.
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Estreno de El purgatorio en el Auditorio (Albolote, Granada, 2025) |
——Cuando escribes, ¿piensas más en la palabra que se lee o en la palabra que se dice en escena?
——En ambas. Mientras no está sobre el
escenario, el texto teatral es texto literario. Con esta premisa, el autor ha
de ser respetuoso tanto con el espectador como con el lector. Tanto a uno como
a otro ha de procurar que llegue, ha de saber transmitirlo.
——Federico,
en carne viva
es un título que llega a lo más profundo de quien lo lee. ¿Qué motivación te
impulsó a elegirlo para tu obra?
——Soy políticamente incorrecto. No sé si
por naturaleza; pero la rebeldía forma parte de mi personalidad, de mi
auténtico yo. Tengo criterio propio, al que he llegado y sigo llegando a través
del estudio, de la investigación. Siempre he pensado que el Federico que se nos
ha enseñado no se ajusta al real; se nos ha transmitido un Federico creado por
una sociedad ávida de personajes legendarios, afines a sueños de todo tipo y
condición: el Federico-mito. Como en cierta ocasión me dijo Alfonso «Tomatés», un sencillo labriego de Valderrubio que
llegó a conocer al poeta-dramaturgo de la Vega de Granada, «Federico ha tenido muchos “barniceros”.
Hora va siendo de despojarlo de ese barniz para conocer al verdadero Federico»; y añado yo: al Federico-hombre, desnudo,
en carne viva.
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Portada de Federico, en carne viva |
——«La importancia de la recepción del público», uno de los temas clave que traté con Susana Báez Ayala, profesora mexicana de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, durante el tiempo que dedicó a realizar la tesis doctoral sobre mi dramaturgia. Es evidente que no todos los públicos recepcionan de igual manera una obra dramática. Depende de muchos factores: cultura del país, sensibilidad por determinadas formas teatrales, formación, educación, etc. Está claro que la calidad literaria de la obra es intrínseca y, por tanto, universal para los ojos de todos los espectadores; sin embargo, cuando el protagonista de la obra es un personaje histórico, lleva un plus biográfico, que puede ser aceptado o rechazado por el público, según el conocimiento que se tenga del mismo. En atmósferas como la de Granada, lugar de nacimiento de Lorca, existe un problema añadido: no todos los granadinos están de acuerdo con el tratamiento dado a diversos aspectos de la vida y obra de Federico, que, como aseguraba el mencionado Alfonso «Tomatés», había pasado por muchos filtros ajenos a su propia existencia: estéticos, ideológicos, biográficos… Federico, en carne viva, historia de un acercamiento al ser humano que habitó en Federico, ha recibido los aplausos del público en todos los teatros visitados: desde el estreno mundial en el Echegaray (Málaga, 2018) hasta el estreno americano en el Frida Kahlo (Los Ángeles, California, 2018), pasando, entre otros, por la Sala Távora (Sevilla) y el Corral del Carbón (Granada).
Confieso que esperaba
en Granada una reacción de rechazo más importante. Era más que previsible. No
ha sido así porque, en cierta medida, el amor a Federico García Lorca de buena
parte de sus paisanos (los conformes con el barniz) es más pasional y, por
tanto, más cercano a lo irracional, que fruto del conocimiento de su obra, de
su verdad, plasmada por el propio Federico en las cartas, en las conferencias,
en las entrevistas que concedió…
——¿Podría decirse que hay algo universal en García Lorca y su obra?
——Sin lugar a dudas. Cervantes y Lorca comparten el honor de ser los autores españoles más traducidos y, por tanto, más conocidos y leídos en todo el planeta. Su poesía es ofrecida de continuo por las editoriales más emblemáticas de los cinco continentes y su teatro adorna constantemente las luces de neón de los grandes teatros del mundo.
——En la obra aparece, como un susurro que va cobrando cada vez más cuerpo,
Juan
Ramírez de Lucas, el rubio de Albacete. ¿Qué lugar ocupa esta figura en la
vida de García Lorca y qué representa para ti?
——Federico García Lorca es como un recinto arqueológico, palabras que pronuncié durante mi estancia en El Cairo a propósito de mi intervención en su Feria del Libro y en varias universidades (2018) y que Khaled Salem, estudioso y traductor de mi teatro al árabe, rememora en la edición de Federico, en carne viva (Diputación de Granada, 2022). Federico conoce a Juan Ramírez de Lucas, el rubio de Albacete, gracias a su amiga Pura Ucelay, directora y empresaria teatral, que los presentó en el Club Anfistora (1934). El romance dedicado por Federico a Juan y la carta que le envía el 18 de julio de 1936 dejan al descubierto la relación amorosa del poeta-dramaturgo de la Vega de Granada con el joven manchego, cuya minoría de edad es el motivo de la negativa de Federico a abandonar España, a pesar de las invitaciones de varios gobiernos del otro lado del charco, e incluso una de su amiga Margarita Xirgu, que le ofreció su apartamento de México. Juan se convierte así –por supuesto, de manera indirecta e involuntaria– en la causa de la muerte de Lorca. Tal es el lugar que ocupa en la vida de Federico: transcendental. En Federico, en carne viva, Juan, siendo un personaje ausente –como Pepe el Romano en La casa de Bernarda Alba–, impregna con su «presencia» la obra, de principio a fin.
Puesta en escena de Federico, en carne viva en el Corral del Carbón (Granada, 2023) |
——Yo, que
he tenido la oportunidad de leer varias obras de Federico García Lorca, y que
quedé impactado por algunas de ellas como Yerma, Bodas de sangre o La casa de
Bernarda Alba, definiría su obra como desgarradora, por el
tratamiento que tiene de ciertos temas como el deseo reprimido, la opresión
social o incluso, la muerte. Con una lucha incesante contra un destino
inevitable, ese dolor contenido y esas emociones llevadas al límite. ¿Cómo
describirías tú su obra?
——En pocas líneas acabas de hacer una
descripción acertada de las tragedias rurales de ambiente andaluz (casi
exclusivamente granadino); a estas obras, de incontestable aceptación popular,
habría que añadir títulos como el de Doña
Rosita la soltera, Amor de don
Perlimplín con Belisa en su jardín y un largo etcétera de dramas y
comedias. Pero es que, además, el paisaje dramático de Lorca no se debe solo a las
musas que habitan en la vega que da luz y colorido a Valderrubio –la Asquerosa
de las haciendas agrícolas de don Federico, su padre–; musas de atmósfera
surrealista le inspiraron textos que, adelantándose en el tiempo a Beckett, no
constituyen, sin embargo, el referente europeo porque los entendidos, más
preocupados por extender el mito, escoraron el interés de su producción –poesía
aparte– solo hacia las tragedias rurales que acabas de mencionar. Aquellas
comedias imposibles que comentara a Felipe Morales, como El público y Así que pasen
cinco años, y aquel otro teatro breve, como El paseo de Buster Keaton, o mínimo, como los diálogos –Diálogo mudo de los cartujos o Diálogo de los dos caracoles–, a pesar
de ser obras maestras del surrealismo, están aún hoy en un segundo plano
respecto de las del «paisaje lorquiano» gracias a la deriva sectaria de los
mitómanos y al «ojo bizco» de unos analistas solo interesados –de momento, dejémoslo
es eso– en lo que vendía. Conviene que se sepa qué mensaje dejaba Federico en
esa entrevista de Felipe Morales: «En
estas comedias imposibles está mi verdadero propósito. Pero para demostrar una
personalidad y tener derecho al respeto he dado otras cosas». ¡Tremendo
testimonio! ¿Por qué se manipulan voluntades, se tergiversan comentarios, se
falsean declaraciones…? ¿Por qué cuesta tanto reflexionar y respetar…?
——¿Qué semejanzas y diferencias ves entre tu obra teatral y la de García
Lorca?
——Preguntado Federico por sus poéticas,
contestó que «podría hablar de ellas si no cambiara de opinión cada cinco
minutos», tras lo cual enfatizó: «Quemaré
el Partenón por la noche, para empezar a levantarlo por la mañana y no
terminarlo nunca». Cita cultural al margen, interrogante y respuesta
encierran no escasa complejidad, pues ambas producciones tienen más de una
poética teatral. A lo largo de la entrevista se ha ido hablando de las de
Federico: una, en la que podíamos incluir el teatro comercial, el teatro
poético, compuesto por las tragedias, los dramas y las farsas (dependiendo del
estudioso al que nos acerquemos, nombres y clasificación varían); y otra, la
surrealista. En cuanto a la mía: uno, el teatro indigesto, que incluye las «pulgas
dramáticas» y el teatro de trazo surrealista, y otro, el que se inicia con El inframundo y Federico, en carne viva, y que tiene continuidad, de momento, con
la trilogía …Y Dios bajó de la nube (El silencio, El olvido y La soledad).
El primero –según Méndez Moya–, integrado en la alegoría irónica, alejado de
todo realismo, con un humor desgarrado y sin concesiones; el segundo, en
palabras del director de escena Miguel Cegarra, de lenguaje poético (aunque,
según confiesa el propio Cegarra, entre líneas sigue viendo en Federico, en carne viva amagos
indigestos).
Estreno de Federico, en carne viva en el Teatro Echegaray (Málaga, 2018) |
——¿Crees que el teatro tiene una función de justicia poética?
——Cada dramaturgo tiene su propia teoría
acerca de la función del teatro. Hay tantas posturas como autores. Yo he tenido
la suerte de tenerlo claro desde el principio. He mencionado a Antonio Martínez
Ballesteros, maestro y amigo, que perteneció a la «Nueva ola dramática
española» promocionada en los años sesenta del pasado siglo por el investigador
norteamericano George E. Wellwarth. Pues bien; la máxima sobre la que este
cimentó sus estudios fue: «La
función del teatro es estimular al pensamiento, no inculcar soluciones
dogmáticas». Ni que decir tiene que la hice mía de inmediato; ha presidido
desde siempre todos los folios y cuartillas que he emborronado. Mi dramaturgia,
amante de los finales abiertos, está a años luz de posturas maniqueas. El
público, que es soberano e inteligente, se merece un respeto. Sin pestañear, un
no rotundo a cualquier atisbo de justicia poética en el teatro.
——¿Hay algún tipo de intención reparadora en tu forma de escribir?
——Si de intención hablamos, no. La sentencia de Wellwarth no necesita explicación alguna; su enunciado es muy claro. Estimular la imaginación del espectador y abstenerse de inculcar soluciones dogmáticas lleva implícito el reconocimiento de plena libertad para el espectador. Ello no es óbice para que en mi condición de dramaturgo adopte una postura inconformista y, haciendo uso de la provocación, deje al descubierto las miserias de la sociedad que nos da cobijo y desenmascare a sus causantes. El público tiene la última palabra. Llegados a este punto, no me resisto a traer a colación a Federico García Lorca, que exhortaba a los espectadores a tener propio criterio, lo que evitaría que otros decidieran por ellos. Aunque expresadas con distintos vocablos, las intenciones de Wellwarth y de Lorca tenían una base idéntica: la educación y la libertad del público.
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Portada de Teatro indigesto |
——Hay una tendencia generalizada entre
los dramaturgos a bautizar la propia creación: teatro del compromiso, de la
crueldad, de protesta, difícil, antropofágico, caníbal, etc. En 1998 apareció Teatro difícil… de digerir, una
colección de textos dramáticos que seguía la estela de aquel Teatro difícil de los años setenta,
llamado así por las dificultades en llegar a los escenarios comerciales. El remate «de
digerir»
constituyó toda una intención de declaraciones que Adelardo Méndez Moya, uno de
los grandes estudiosos de mi teatro, en el prólogo a mi siguiente publicación, Teatro indigesto (2000), definió como «difícil
de aceptar por una mentalidad cultivada y acorde con lo tradicional y lo
convencional». En
respuestas anteriores he dejado entrever cuál es la poética de mi teatro, que es tanto como decir la poética de la dramaturgia indigesta. La concibo como «una
bacanal del inconformismo, la provocación y el desenmascaramiento; como una
orgía que, valiéndose de la lógica ingenua, estimula la imaginación del
espectador».
——¿Consideras esa molestia que provocas en el público una forma del arte?
——Como es fácil suponer, molestar al
público por el simple hecho de molestar al público dista mucho de ser arte;
otra cosa distinta es cómo se consigue. Si el instrumento es el uso de los
recursos literarios, podría serlo. Una poesía, un relato, una pieza teatral…
podría causar molestias al público y, no obstante, constituir una obra de arte.
Es el caso del «teatro
indigesto»:
los textos amparados bajo ese calificativo son literarios y responden, por
tanto, a las exigencias de lo artístico, causando, a un tiempo, –nos lo recuerda Méndez Moya– molestias
a los amigos de lo convencional. José Ruibal, uno de los dramaturgos de la ya
citada «Nueva ola dramática española», invitaba a escribir contra el público,
es decir, contra la rutina y la pereza mental de su tiempo. Era consciente el
gallego de que dicha actitud, de gran valor ético, suele acarrear dificultades
al autor dramático, ya que la posibilidad de que el público muestre su malestar
y rechace la obra es alta. ¿Es arte que el dramaturgo, después de meter el dedo
en el ojo del espectador, consiga que este brinde su aplauso a la caída del
telón? ¿La habilidad como costura literaria es arte? No me cabe la más mínima
duda: sí.
——Tus «pulgas
dramáticas» han sido una aportación originalísima
al panorama teatral actual. Explícanos la razón de ese concepto y qué te
permite este formato que otros no.
——Toda «pulga dramática» es teatro mínimo, pero todo teatro
mínimo no es «pulga
dramática».
Esta nace como una exigencia creativa, como –ya se ha dicho– un reto personal.
Es como el circense «más
difícil todavía».
Es un desafío al dios que llevamos dentro (creatividad), un pulso a la musa que
nos asiste (inspiración), un cuerpo a cuerpo con el hombre que habita en
nosotros (limitación). En definitiva, todo ello no es sino poner a prueba
nuestra capacidad de síntesis, es decir, dramatizar una historia en un par de
páginas o, incluso, en una acotación de tan solo diez líneas. Como todo lo
original, como todo lo novedoso, como toda ruptura, como todo atrevimiento… es
objeto de controversia.
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Portada de Pulgas dramáticas Portada de Dramatic Snippets |
——La acuñación del término «pulga dramática» se debe al estudioso y dramaturgo
Adelardo Méndez Moya, que tras definirla como un «género sintético que reúne unas características
propias, no cerradas»,
señala los rasgos esenciales comunes a la pulga animal y a la pulga teatral: «pequeñez de tamaño, brevedad de
extensión; ambas ‘saltan’, o pueden hacerlo, en la mente del receptor; son
molestas, si no dolorosas, por sus mordeduras o picotazos a determinadas
mentalidades y posturas vitales; por lo general, suelen ser graciosas. La
palabra, su fonética lo es, y el ser al que define, también...». Los demás investigadores, más que definirlas,
apuestan por desarrollar aspectos de las mismas. Es el caso de John P.
Gabriele, quien, al hilo de lo que estamos hablando, asegura que «desafían
y rechazan el sistema teatral convencional y las reglas que gobiernan el
diálogo, el personaje y la estructura dramática»; y apostilla que, aunque como dramaturgo me niego a crear textos convencionales, respeto, no obstante, «los
elementos esenciales que caracterizan todo texto dramático: el suspenso, la
anticipación, la ansiedad y la catarsis». Con esta
reflexión Gabriele hace pública demostración del gran calado de su estudio, ya
que, de un lado, deja bien a las claras mi inquietud e interés por la
innovación de las formas teatrales; y, de otro, observo en mis pulgas
dramáticas todos aquellos elementos necesarios para que el texto sea
considerado texto teatral.
——En cuanto a las controversias o
debates originados por tus «pulgas dramáticas», ¿qué puedes contarnos?
——Siempre se crea debate cuando alguna obra, estudio, concepto, etc., transciende. Uno de ellos se inició a raíz de un comentario del excelente dramaturgo y estudioso Jerónimo López Mozo, que puso en duda la consideración de texto teatral para las «pulgas dramáticas», entre otras razones, por su exigua extensión. Como digo, esta declaración generó una controversia –publicidad gratuita, que hizo crecer la popularidad de las «pulgas dramáticas»–, ya que el propio Gabriele, buen amigo de López Mozo, «respondió» a través de un artículo publicado en la revista La Ratonera (2009): «A pesar de su brevedad textual, las ‘pulgas dramáticas’ captan la simbiosis entre realidad y ficción, entre vida y arte, entre verdad y mentira. Hay planteamiento de conflicto, nudo, desenlace, verosimilitud, catarsis, causalidad, causa y efecto, etc.», conclusiones que remachó con una sentencia inapelable: «Pero son teatro». Ha habido más debates. Es significativa la postura del propio Gabriele, que considera «pulgas dramáticas» tanto los textos dialogados/monologados como los gestuales; no así Adelardo Méndez Moya, que reserva tal criterio solo para las primeras, pues «la realidad ficcional de la pulga nos viene dada por la interacción o discurso hablado de los personajes; y ahonda más en su juicio: «La pulga no propone, sentencia (…) la expresión corporal carece de la acidez y de la firmeza necesarias. No es lo mismo afirmar con rotundidad que insinuar».
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Estreno de La cabeza, en el Teatro Moderno (Chiclana de la Frontera, Cádiz, 2025) |
——¿Qué lugar ocupa en tu obra el humor? ¿Y en tu vida?
——Tengo noticias de que Adelardo Méndez
Moya está inmerso en estos días en un estudio acerca de mis «tragedias humorísticas». Dice la Real Academia Española que el
oxímoron es «una
figura literaria que une dos términos contradictorios para crear un nuevo
significado».
Nada que objetar. Ahora bien; movido por la reflexión, añadiría que la vida es
contradictoria, que el ser humano es «duda permanente»; y que una pizca de sal es capaz de
cambiar el sabor de las cosas, de la misma manera que la ironía, esparcida sobre
el momento dramático, es capaz de transmutar la tristeza y el dolor en risa
–mejor, sonrisa– soterrada. La mayoría de las veces –por no decir todas–
conviene que sean los estudiosos quienes se pronuncien acerca de cualquier
cuestión teatrera. Muchos de ellos han dejado su huella en relación con el
humor en mi dramaturgia. Me vienen ahora a la memoria las palabras que el
catedrático Antonio Sánchez Trigueros, gran conocedor de mi teatro, dedicó al
respecto en su trabajo «El
teatro de José Moreno Arenas, humor inteligente», reflexión de la que, por supuesto, me enorgullezco: «Su
teatro posee el humor corrosivo del Aristófanes más sarcástico». En mi vida, el humor está siempre
presente, aunque el color varía según la compañía, el momento, la situación: en
familia, siempre blanco; según el grado de relación, negro, amarillo, rosa o
combinación arcoíris; en el trabajo, gris perla, gris marengo, gris… serio.
——¿El absurdo en tu obra nace como un recurso narrativo, como una crítica social
o como su forma particular de ver el mundo?
——Vivimos bajo el
paraguas de una sociedad absurda, nos movemos en un mundo de relaciones
absurdas. No importa la justicia, sino que funcione el estado de derecho, que
se aplique la ley, sea o no justa. La verdad no cotiza; gobiernan las
apariencias. No buscamos la integridad ni condenamos al corrupto, ensalzamos la
pillería y aplaudimos al pícaro. Felizmente atrapados en el Callejón del Gato,
hemos hecho de la frivolidad la razón de ser de nuestra existencia cuando nos
reconocemos al miramos en los espejos. Asomado al privilegiado balcón de mi
despacho, soy crítico con lo que veo; y recurro al absurdo porque lo absurdo es
lo que me confunde. Creo en lo que escribo porque… «Credo quia absurdum»; o, como nos ha
enseñado Arrabal, «credo quia confusum».
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Fernando Arrabal y José Moreno Arenas (Marbella, 2023) |
——¿Has experimentado algún cambio en ese impulso de escribir que tenías al
comienzo de tu carrera literaria y el momento actual?
——Escribir, en general, es para mí una
necesidad vital; una función más, como respirar o comer. Escribir teatro, en
particular, implica además un compromiso, ya que es el instrumento escogido
para desarrollar mi poética, que, como ya he dicho, supone el
desenmascaramiento a través de la provocación, como consecuencia de mi espíritu
inconformista. En función del momento y de los temas tratados, en todo caso sin
salirme de las líneas «indigestas», me he sumergido en el surrealismo
beckettiano, en la prosa poética lorquiana o en el absurdo de Jorge Díaz o
Fernando Arrabal; además de acercamientos más o menos próximos al esperpento
valleinclanesco, al disparate de los dramaturgos de la otra generación del 27,
al teatro de protesta y paradoja de los protegidos por Wellwarth, etc.
——¿Algún
proyecto literario en el que estés trabajando en la actualidad y del que puedas
hablarnos?
——Dicen los
supersticiosos de la escena que no es bueno adelantar noticias acerca de
proyectos, pues se corre el riesgo de que no salgan adelante. Siempre hay
proyectos; ahora, más que nunca; y algunos de ellos, de envergadura. Me permito
comentarte que estoy trabajando en una nueva obra sobre Lorca, segunda parte de
una trilogía que ya se inició con Federico, en carne viva. Puedo confirmarte
que, con el trasfondo del resultado de las últimas investigaciones acerca del
universo lorquiano, el eje sobre el que gravitarán las tres obras será Juan
Ramírez de Lucas, el rubio de Albacete.
——Si tuvieras la oportunidad de volver atrás en el tiempo, hasta el día en
el que publicaste tu primer manuscrito. ¿Qué le dirías a ese José que comenzaba
a dar sus primeros pasos en el teatro?
——Decía mi padre que, en función de las
circunstancias, la experiencia podría ser espejo cóncavo o convexo en el
futuro. Dicho en el argot popular, no sé si
serviría de algo, ya que nadie escarmienta en cabeza ajena. Pero, ya que me
otorgas este privilegio, le aconsejaría que siguiera por el camino emprendido y
que no anduviera en hora tan temprana por el alambre de las publicaciones, que
no se apresurara a dar vida a unos personajes sobre el escenario; que
permitiera que esos personajes madurasen a la par que lo hiciese él como
persona; y que sea constante, pues todo llega.
José, gracias por este viaje entre palabras, entre obras y entre nombres propios. Pero sobre todo gracias por tu lado humano. Por esa cercanía, esa amabilidad y esa humildad que me has demostrado durante el tiempo que hemos estado preparando esta entrevista. Es un honor increíble poder contar contigo entre nuestros colaboradores e invitados en esta experiencia que compartimos desde la escritura y el diálogo.