domingo, enero 14, 2024

MICRORRELATO: El poder de una sonrisa

Una sonrisa le iluminó la cara. La noticia de que el estado de su sobrino Juan había mejorado desde que comenzó la terapia le embargó de tal felicidad que, por un instante, le pareció estar flotando en el aire.

Se puso el casco de oso panda y se abrillantó la nariz ante los ojos atónitos de la niña que aguardaba turno junto a su madre en la sala de espera. Frotó con la palma de su mano la flor que llevaba cosida al pecho y extrajo de su interior un globo verde. Lo llenó ante su mirada risueña, lo retorció varias veces mientras imitaba el piar de un pájaro con el silbato que llevaba oculto entre los dientes, y se giró. Mientras bailaba de manera cómica, sacó con disimulo un rotulador del bolsillo y le pintó unos ojos y una boca sonriente a la paloma que le entregó a su espectadora.

Le lanzó un beso de despedida y se montó en el pequeño triciclo que había dejado aparcado en la esquina. Pedaleó hasta la planta infantil del hospital y continuó repartiendo sonrisas junto a su compañero Agustín “Botiquín” como había hecho durante los últimos cinco años.


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