Hoy tenemos con nosotros en el blog a Luis E. Hernández Agüe, un creador multidisciplinar y traductor de Puerto de Sagunto, Valencia, autor de diversas recopilaciones de cuentos fantásticos con una especial predilección en sus textos por lo sobrenatural y lo fantasmagórico.
Hola Luis, bienvenido a “Mi experiencia como escritor”. Había ganas de tenerte por aquí.
Hola, Leonardo. Muchas gracias por tenerme en
cuenta para tu blog. Tengo que decirte que esta es la primera vez que “me dejo”
entrevistar, pues la verdad es que no soy muy dado al autobombo y no se me da nada
bien venderme. De hecho, nunca he hecho presentaciones de mis libros ni me he
preocupado siquiera en aparecer en prensa ni en otros medios, aparte de mis
modestas RRSS y mi blog. Creo que esta fase del “cara a cara” y de las
relaciones públicas es una carencia que tengo como autor y que debería mejorar,
pues al final parece que es inevitable todo este aparato que rodea a la
creación y publicación de un libro o de cualquier otra cosa.
Vamos con la primera
pregunta. Para aquellos que no te conozcan, ¿quién es Luis E. Hernández Agüe?
Otra alma inquieta más de las muchas que
pululan por el mundo dotada de cierto talante creador. Alguien con un arma de
doble filo que es una desmesurada capacidad para la fantasía y el ensueño, lo
que ha demostrado ser poco sensato en muchas ocasiones a lo largo de mi vida, pero
también me ha llevado a escribir varias docenas de cuentos, una novela corta, algunos
fanzines e innumerables artículos, además de a otras aficiones como la música,
el modelismo o los juegos de tablero.
¿A qué edad comenzaste
a escribir?
Siendo un escolar ya redactaba periódicos y
cómics cuya única copia compartía con mis amigos más íntimos. Creo que desde
pequeño demostré aptitudes para el lenguaje y los idiomas, pero por desgracia
no supe aprovecharlas para hacer de ello un medio de vida. Desde muy joven
también comencé a devorar tebeos y libros, aunque es al final de mis últimos
años de instituto cuando, de alguna forma, descubro o reafirmo mi pasión por la
literatura. En esa época, mediados de los 80, escribí lo que podría llamarse mi
primer cuento “oficial”, “El visitante nocturno”. A esta primera historia le
siguieron muchas otras durante los siguientes años. Fue una época muy prolífica
pero que permanece y permanecerá inédita.
¿Qué recuerdo tienes de esos primeros textos?
Mucho entusiasmo y mucho afán por crearlos.
Naturalmente, fueron lo que fueron: cuentos primerizos de un adolescente o
postadolescente. No los he dado a leer a casi nadie y tampoco tengo interés en
que se lean. Sirvieron como preparación o entrenamiento e hicieron su trabajo.
Todavía tengo las libretas en las que los escribía. Las rescaté hace poco del
garaje.
¿Qué aporta la escritura a tu vida?
Pasión, frustración, necesidad, catarsis… Ha
sido todo ello dependiendo del momento, bien de forma alternativa o
consecutiva, a veces al unísono. Cuando comencé a escribir cuentos era algo que
me apetecía mucho hacer, porque supongo que cuando eres joven todo es nuevo y
apasionante. Después estuve casi veinte años muy desganado, dando a luz a
alguna historia cada mucho tiempo. Con la publicación de mis tres libros,
primero ha habido un repunte de ese interés por escribir narrativa, pero ahora
estoy volviendo a desmotivarme. Supongo que me afectan diferentes
circunstancias, algunas de ellas personales, y también que la disciplina no es
mi mejor amiga. Admiro a la gente que escribe a diario y con constancia, algo
de lo que yo soy incapaz.
También, ahora que llevo cerca de 70 cuentos
escritos, lo que me empieza a preocupar es no repetirme en argumentos, temas, situaciones…
Algo difícil de lograr. Aunque no tengo claro si eso puede hacer aburrida la
obra de un autor o, por el contrario, es lo que le da personalidad.
Tu primera obra publicada fue “Cuentos sombríos” (2017), una colección de historias cortas que estuviste recopilando nada más y nada menos que durante dos décadas. ¿Qué sentiste al verla publicada?
Como ya he adelantado, desde mediados de los 90
hasta la publicación de ese libro prácticamente abandoné la narrativa. Daba a
luz algún cuento cada mucho tiempo, aunque lo cierto es que no dejé de
escribir, pero me centré más en artículos para revistas y fanzines, cree dos de
estas últimas publicaciones, Summertime Blues y Fantplastic, y,
ya en el presente siglo, di luz a varios blogs, aunque poco a poco los he ido
abandonando. Entre ellos estaba “El castillo de Lord Ruthwen”, el más
prolífico, centrado sobre todo en el cine y la música, pero también con cabida
para muchos otros temas como la literatura. También di salida a mi afición a
los juegos de tablero con “La ludoteca de Lord Ruthwen”, que ya no redacto
pero que aún se puede visitar pinchando en el enlace. Todo ese trabajo y esos
años, al final, también sirvieron para darme más soltura y cancha a la hora de
escribir. Con la aparición de Cuentos
sombríos decidí centrar mis
esfuerzos en la narrativa y fui descartando estos blogs.
El caso es que
—volviendo a tu pregunta— en 2017 me dio por rescatar esas pocas historias que
había creado durante las dos décadas anteriores y publicarlas. Cuentos sombríos fue un librito con
tan solo diez cuentos con una tirada muy humilde que, sin embargo, tuvo muy
buena acogida entre familiares y amigos. Sin vender en internet ni publicitarme
en ningún sitio, en un año conseguí vender sus 75 ejemplares, lo que supuso una
alegría para mí a pesar de ser un hito tan humilde y me animó a retomar la
narrativa. Tanto fue así que, en tan solo año y medio, ya tenía compuesto otro
libro de relatos.
Aprovecho para
comentar que Cuentos sombríos puede descargarse gratuitamente en este enlace.
No directamente, pero sí en estilo y espíritu. Son
cuentos en una línea parecida: historias fantásticas con mucha presencia del
elemento sobrenatural y de la ultratumba influenciadas por la literatura
decimonónica, pero en esta ocasión abordé el género desde diferentes formatos y
perspectivas, por lo que me siento muy orgulloso de esta recopilación. Hay un
par de cuentos ambientados en la Guerra Civil Española, otro de humor macabro,
uno de fantasía oscura, algunos próximos a la ciencia ficción, etc, etc. En algunos
de ellos jugué con narraciones no lineales o con diferentes líneas temporales,
con soliloquios, etc.
A principios de febrero de 2022 publicaste de
la mano de la editorial Esqueleto Negro, “Praderas Malditas”, ¿qué tipo de
historia nos narras en ella?
Este libro es un tanto diferente a sus
predecesores en tanto que su historia principal, Los muertos te acosarán
hasta el fin, partió de una propuesta ajena. En un principio iba a servir
de base para un libro de ilustraciones que al final se malogró, por lo que, ya
escrita la historia, decidí publicarla por mi cuenta. El ilustrador me dio unas
directrices básicas, pero tuve bastante libertad para crear la que se convirtió
en mi primera novela corta. Fue, en cierto modo, un experimento, una forma de
crear algo diferente a lo que normalmente escribo, ya que nunca me había
interesado por enmarcar algo en el subgénero del weird western ni soy
demasiado aficionado a la temática zombi. Una vez acabada, he de confesar que me
costó un poco aceptarla como algo mío, pero acabé haciéndolo. Al fin y al cabo,
seguía dentro del marco del fantástico sobrenatural y de ese siglo XIX que
tanto me gusta.
Cuando Esqueleto Negro se interesó por publicar
la novela, la complementé con dos cuentos-precuela con los mismos personajes,
ya que algunos de los primeros lectores se habían interesado por ellos y me
habían pedido más historias. Todo ello dio forma a mi tercer libro, Praderas
malditas.
¿Cuándo y cómo nace tu blog “Cuentos sombríos”?
Pues a la vez que el libro del mismo nombre,
con la idea de ayudar a promocionarlo un poco. Después lo mantuve para seguir
informando de mis creaciones literarias y escribir algún artículo de vez en
cuando, aunque no me prodigo mucho. En él también se pueden leer algunos de mis
cuentos.
¿Eres más dado a escribir sobre un género en
particular o eres de los que escribes la historia que te pide el cuerpo?
Decididamente —y como ya he adelantado— lo mío
es el género fantástico. La mayoría de mis historias recurren al elemento
fantástico en diversos grados y modos, casi siempre siguiendo una estructura
muy clásica con la sorpresa o clímax al final de ellas. Me gusta mucho tratar
sobre la ultratumba y lo fantasmagórico, aunque esto lleva a algunos a pensar
que escribo únicamente cuentos de terror y esto solo es verdad la mitad de las
veces. He escrito historias de fantasmas con un tono humorístico, cuentos que
flirtean con la ciencia ficción —aunque no soy especialmente fan del género—,
relatos de ambientación histórica, etc, etc.
También debo insistir en que soy un gran fan de
la literatura del siglo XIX, desde el Romanticismo hasta la época victoriana e
incluso más allá, hasta ya entrado el siglo XX, por lo que mis historias creo
que rezuman un cierto halo a las obras y al estilo de esa época, pero con un
toque personal. Por esa influencia, incluso cuando escribo dentro del género
del terror, no me gusta regodearme en lo truculento y escabroso. Siempre busco
una aproximación más elegante y pulcra, e incluso muchas veces ambiento mis
historias en épocas pasadas porque me parecen más apropiadas para la fantasía y
el romanticismo y porque, al fin y al cabo, es lo que he bebido durante mis
años de formación.
Sé que entre tus pasiones se encuentra la música, ¿también escribes letras de canciones?
Ocasionalmente, pero se me da mejor la prosa
que el verso. En la mayoría de grupos en los que he tocado por lo general hemos
hecho versiones.
¿Algún consejo que te haya servido y que crees
pueda ayudar a quienes comienzan en esta pasión que es la escritura?
Pues el de siempre: hace falta leer mucho y de
todo, sin ponerse límites. Oigo o leo a mucha gente hoy día que devora novelas
pero es incapaz de abordar un ensayo o una recopilación de cuentos, o que no
lee nada que sea de épocas anteriores; incluso que no sea muy reciente. Es
sorprendente, porque a mí me encanta variar. Además, el cuento me parece
esencial en la literatura. Muchos grandes escritores no salieron de ese género
y aun así tienen una obra ingente y admirable. También creo que es el formato
ideal para empezar a escribir. Me asombra y admira la gente que comienza
directamente escribiendo novelas. Yo de momento he sido incapaz de elaborar
algo tan largo, aunque me gustaría hacerlo. Los muertos te acosarán hasta el
fin, con unas 22000 palabras, ha sido lo más extenso que he logrado
redactar, pero llevo ya años dilatando una novela que tengo muy avanzada en mi
mente. ¡Ahora falta lo más difícil, que es plasmarla en palabras y papel!
Creo que también es importante alimentar tu
cultura general a través de otros medios. A mí por ejemplo me apasionan el cine
o la música. De alguna forma, una mente inquieta y abierta te ayuda a
enriquecerte como persona y como artista.
Finalmente está el tema de la disciplina y el
tesón, pero ahí yo no puedo hablar mucho, ya que me dejo llevar muchas veces
por la desgana y por otras ocupaciones o distracciones y paso largas temporadas
sin forjar nada nuevo. Ya me sucedió durante veinte años, y ahora llevo también
un par de ellos sin escribir mucho, aunque he ido recopilando historias para un
nuevo libro que seguramente titularé Cuentos sombríos II. En fin… ¡no seguid
mi ejemplo y escribid mucho! :D
Luis, muchas gracias
por tu visita. Un placer haberte tenido por aquí.
¡Muchas gracias a ti por toda la gran labor que
haces para divulgar la literatura y la escritura, no solo como autor sino a
través de tus numerosas RRSS!
https://cuentossombrioslibro.blogspot.com/
https://www.goodreads.com/author/show/17352586.Luis_E_Hern_ndez_Ag_e
Hola. Soy J. C. Wieland, amigo a distancia (a través de Facebook) de Luis, y por supuesto, seguidor de su obra. Me gusta mucho su forma de escribir y de expresarse, un talento al que hay que dar una oportunidad, sin duda. Su obra es muy recomendable y animo al lector que se precie no dejar pasar la oportunidad de hacerse con sus libros. Un saludo y a seguir con la labor.
ResponderEliminarP. D. La única pega... Hay que ser más constante y no perder nunca las ganas. Así que te llevas un tirón de orejas. 😉
Tirón recibido ;)
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