jueves, agosto 31, 2023

10 PREGUNTAS a Sebastián G Sancho (31/8/23)

Después de dos años en el espacio, hoy tenemos en “Mi experiencia como escritor” a Sebastián G. Sancho.

*Para quienes prefirais ver esta entrevista en vídeo, podéis hacerlo a través de Youtube o Tiktok.

Buenos días, Sebastián, ¿qué te parece repetir con nosotros para celebrar que ya llevamos más de un centenar de charlas con autores en el blog que inauguramos con tu entrevista allá por el 30 de abril de 2021?

 

Lo estaba deseando. Ya sabes que hablar contigo siempre es un placer y que tu web es mi página hermana, así que estoy más que encantado.

 

Vamos con la primera pregunta: ¿Qué transformaciones ha sufrido Sebastián G. Sancho desde ese primer encuentro que tuvimos en “Mi experiencia como escritor”?

 

Honestamente, te diría que no demasiadas. He tenido la suerte de poder ver publicada mi novela y de disfrutar de las valoraciones positivas que me llegan. En ese sentido, y por poner un cambio, te diría que lo que antes era una afición, ahora lo afronto con la responsabilidad de una profesión. Es el cambio que me he autoimpuesto para que este sueño que estoy viviendo se perpetúe con mi siguiente novela y las que estén por venir.

 

Dime, ¿qué aporta la escritura a tu vida?

 

Para mí es una terapia. Creo, generalizando mucho, que los escritores en general somos personas peculiares, porque lo que nos motiva no nos permite ser de otra manera. Estamos buscando constantemente una historia, contemplando la vida con los ojos de un soñador. Eso puede verse de un modo muy romántico, pero como decía Nietzsche, cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti. Esta frase la entenderán muy bien profesionales de la salud (mental y física), guardias civiles, policías, bomberos…

Obviamente, el escritor no lo hace de la misma manera que los profesionales que menciono, pero la profundidad de lo que observa, el dolor, el miedo, la rabia, la pasión… eso no le es para nada ajeno. Así que, la única terapia que tiene el escritor de afrontar todos esos sentimientos es escribiendo y volcando en una página en blanco lo que lleva dentro.

 

Cuando hablamos en 2021 estabas trabajando en tu primera novela: “La cuna de tejo”. Hace unas semanas que ha visto la luz, ¿cómo ha sido tu experiencia?

 

Muy reconfortante. Siempre es un orgullo ver que tu trabajo llega a las manos de los demás, y cuando encima la acogida es buena, uno siente que tanto trabajo mereció la pena. Pero esto no es una carrera de velocidad, sino una carrera de fondo. Hay que seguir y seguir trabajando, porque ahora viene lo realmente difícil: continuar para que lo que está por venir no desmerezca a lo anterior.

 

¿Por qué “La cuna de tejo”?

El tejo es un árbol milenario; un árbol mágico. Las hojas y la propia corteza producen una sustancia que provoca alucinaciones e incluso la muerte. Por eso los griegos y los romanos lo llamaban el árbol de los muertos. En la Edad Media, en cambio, lo rebautizaron como el árbol de las brujas, ya que con el tejo se hacían ungüentos que se usaban como medicinas y, a su vez, también se utilizaba como alucinógeno. Pronto esto hizo que muchos pensasen que, en torno a él, las brujas hacían sus aquelarres para invocar al diablo. En los jardines del cortijo que presento en La Cuna de Tejo hay un ejemplar que es prácticamente un símbolo de la familia. Con su madera se realizaron las cunas de los siete hijos que tuvieron los señores; cunas que aún siguen intactas a pesar de que todos esos críos fallecieron al poco de nacer. Y, dentro del cortijo, aún hay quien las oye mecerse, a pesar de que llevan años vacías.

 

¿Qué temas tratas en tu novela?

 

A grandes rasgos, te diría que es una novela de terror y suspense, con elementos de ficción histórica. Pero la novela, en realidad, tiene un gran componente de crítica social. Al estar ambientada a finales del siglo XIX, los elementos son aún más palpables, pero no dejan de ser los mismos que vivimos hoy día en el siglo XXI. La lucha de la mujer es un mensaje vital en la obra, así como todo lo que la rodea: desde el matrimonio hasta los hijos, o la “rebeldía” de ser una mujer que quiere vivir su vida sin que nadie le diga cómo debe hacerlo. También hay mucho de la lucha de clases, de cómo la sociedad es una pirámide encumbrada por gente poderosa a costa de una enorme masa pobre y analfabeta. Del mismo modo, trato la discriminación sexual o incluso la inclusión de personas con discapacidad, sin olvidar nunca el contexto histórico. Y por último, y lo que más gustará a los lectores más oscuros, como yo, es que mi novela no tendría sentido sin el cristianismo, el satanismo, la superstición y el terror más descarnado.

 

¿Qué es lo que más disfrutaste del proceso mientras la escribías?

 

La revisión suele ser lo que más disfruto, porque es el momento en el que la obra me permite “hacer trampas”. Me explico: con la novela acabada, puedes tomarla e ir dejando pequeñas pistas aquí y allá desde la página uno, y además hacerlo con la mala leche de saber que el lector no puede comprender en ese momento el significado oculto de lo que le muestro. Es casi un juego entre ellos y yo: como en esas escenas de cámara oculta donde, desvelado ya todo, te señalan dónde estaban escondidas para que no te dieras cuenta.

 

¿Y lo que menos?

 

La eterna espera entre el punto y final de la escritura y el momento en el que, por fin, ves el libro entre tus manos. Es algo por lo que hay que pasar, no hay otra, y además creo que la mayoría de escritores coincidiremos en este punto.

 

Lectores cero, ¿sí o no?

 

Sí, al 100%. Cuando haces una novela, sueles acabar tan saturado que hay cosas que se te escapan. Además, hay otras que en tu cabeza son tan obvias que puede ser que las omitas, y ahí es donde entra el lector cero para señalarlas. Eso sí, no vale un lector cero cualquiera. Si esa persona solo te dice: “qué chula la novela”, ese lector no vale. Tiene que ser alguien que vaya a buscar el fallo, a verificar lo que has hecho, a mejorar lo que expones. Se trata de perfeccionar tu obra, no de que te la adulen.

 

Todos sabemos que publicar de manera tradicional, como se suele decir, requiere esfuerzo, y sobre todo paciencia. ¿Cuánto tiempo esperaste para recibir una respuesta positiva por parte de una editorial?

 

Entre año y medio y dos años. Creo que suele ser lo habitual, y además es lógico; tienen que leer la novela (a la vez que están leyendo otras cientas), ver si encaja en su línea editorial, llegar a un acuerdo con el escritor, después hacer una o varias correcciones, maquetar, encontrar la mejor portada, etc, etc. Y, después de todo eso, buscar el mejor momento para lanzarla al mercado.

 

En ese tiempo, ¿te planteaste autopublicar tu novela en algún momento?

 

Con honestidad, no, pero esto es algo muy personal. No tengo nada en contra de la autopublicación, de hecho creo que, como todo en la vida, tiene ventajas e inconvenientes respecto a la tradicional. Pero volviendo a tu pregunta, yo no quería afrontar ciertos procesos inherentes a la autopublicación, y que prefería poner en manos de profesionales. Así lo hice y, en lo particular, no puedo estar más contento con mi editorial, pero eso no significa que todas las demás sean iguales, por lo que entiendo que haya escritores que opten por esta otra vía.

 

¿Qué opinas de aquello de que las novelas autopublicadas no tienen la misma calidad que las publicadas por editorial?

 

Se publican cientos de miles de libros anualmente, y pretender que todos sean de una calidad extrema, es porcentualmente imposible. Y esto es aplicable tanto para las editoriales, como para los autopublicados. Haciendo una correlación con el cine, todos sabemos que en Hollywood se hacen maravillas a la par que bodrios protagonizados por grandes actores; y del mismo modo, en el cine de autor también hay joyas y películas muy olvidables. Yo, como lector, me fio de quien cuida su obra, ya sea una gran editorial, una independiente, o un autopublicado.

 

¿Algún proyecto literario a la vista del que puedas hablarnos?

 

Acabo de terminar mi siguiente novela, y ahora estoy en ese proceso largo del que te hablaba anteriormente. Pero, al igual que con mi anterior libro, en ese proceso de espera, ya he empezado otro. Así que, de momento, mi proyecto es escribir, escribir y seguir escribiendo.

 

Además de escribir ficción, también eres divulgador de contenido en tu blog Sebastián G. Sancho. ¿Qué clase de artículos tratas en él?

 

En su mayoría, artículos de carácter histórico y de curiosidades. Etimología de las palabras, origen de ciertas expresiones, o acontecimientos del pasado que, por regla general, suelen caer en el olvido. Soy un enamorado de la historia, y creo que para despertar ese amor en otra persona, el mejor camino es el de hacer que pique la curiosidad. Algo simple, pero a la vez atractivo, que te obligue a querer saber más y más. Y si con mis artículos consigo que solo una persona se interese por la historia, entonces el objetivo está conseguido.

 

Y para despedirnos, ¿qué consejo/s les darías a aquellos que aún no han publicado?

 

Que no dejen de escribir. Que se pongan unas metas realistas: no todos podemos llegar a ser Best Sellers traducidos a veinte idiomas. Hay que tener los pies en la suelo, pero con la mirada y el corazón en el cielo. Que busquen consejos para mejorar, para progresar y, sobre todo, que aprendan de los mejores. Sus obras están ahí, y son una fuente inabarcable de sabiduría.

 

Sebastián, muchas gracias por habernos acompañado hoy y dejarnos saber un poquito más sobre ti.

 

A ti por todo, y muchas gracias por dejarme volver a tu página. Un abrazo.

 

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