martes, diciembre 13, 2022

ARTÍCULO: El placer (y el poder) de la lectura

De vez en cuando subo alguna foto en la que aparezco leyendo y que suelo titular: “El placer (y el poder) de la lectura”.

Y lo hago porque pienso que ese poder y ese placer que otorga la lectura al lector van unidos de la mano. 

Por un lado, el placer. ¿Quién no disfruta leyendo? ¿Quién no sufre leyendo? ¿Quién no se excita leyendo? Visualizando el mismo escenario que observan los protagonistas. Experimentando las mismas emociones que los personajes. ¿Quién no se ha removido en el asiento mientras leía cómo la protagonista de la historia pasaba por un mal trago?

Y por otro, el poder. La magia de la lectura reside en poder convertirse en un personaje diferente a quienes somos, lo que nos permite empatizar con él. Nos introducimos en ella gracias a los cuentos, cuando no somos más que niños. Esos cuentos nos transmiten enseñanzas, una moraleja que hace que podamos comprender conceptos complejos de una manera sencilla y cercana, ya que suelen contárnoslos personas con las que tenemos bastante apego. A esas mismas edades, los niños participan en actividades colectivas como puedan ser el teatro de títeres o los cuentacuentos, en el que una persona narra a otros una historia y la representa ante un público generalmente infantil, al mismo tiempo que interactúa con este.

Con la edad, vamos eligiendo los libros y los géneros que más nos interesan, desde el fantástico hasta la novela negra, pasando por el terror o el suspense. La cuestión es que al igual que no renunciamos al placer de ver una serie o película, deberíamos hacer lo mismo con una buena historia. Porque a fin de cuentas, un libro te permite imaginar lo que estás leyendo a tu modo, en tu cabeza, es un proceso individual, en el que entra en juego la conexión que exista con el autor. Y si bien en el cine, la imagen nos viene dada, en la literatura somos nosotros quienes la creamos de acuerdo con nuestra interpretación del texto.

Lo que está claro es que la literatura te permite viajar a otros mundos, cabalgar a lomos de un dragón, de convertirte en caballero, en heroína, en vampiro o detective. En definitiva, en todo aquello que desees. Y todo gracias a la magia que todo libro atesora en sus páginas.

Hasta ahora me había enfocado en la ficción, pero si trasladamos todo este discurso a la no ficción, nos damos cuenta de que gracias a este género podemos aprender, profundizar o adentrarnos en aficiones que nos hayan atraído y que no hayamos podido llevar a cabo por el motivo que sea.

Y no podemos pasar por alto,  los beneficios que aporta la lectura, que no son pocos. Entre ellos se encuentran el hecho de que sirva como entretenimiento, lo que la convierte en una herramienta ideal para vencer el aburrimiento y reducir el estrés al mismo tiempo. Ejercita la mente, con lo que ayuda a prevenir el deterioro cognitivo. Además de culturizar, despierta la curiosidad por el saber, por lo que a la larga esos nuevos conocimientos te permitirán conversar con los demás sobre ciertos temas de interés, y también impulsa la adquisición de nuevo vocabulario y expresiones con lo que mejora el discurso, entre otros muchos aspectos.

¿Leemos?

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