jueves, octubre 06, 2022

10 PREGUNTAS a Joseto Romero

Hoy tenemos en el blog a Joseto Romero, escritor de ciencia ficción, realismo mágico, infantil y librojuegos. Publica tanto a través de editorial como de forma independiente, por lo que puede considerarse autor híbrido.

Buenos días Joseto, gracias por acompañarnos hoy en el blog.

Muchas gracias a ti, Leo, por esta invitación a compartir unas líneas contigo y con las personas que siguen tu blog, es un placer.

Vamos con la primera pregunta. Un clásico en el espacio: ¿quién es Joseto Romero?

Soy escritor, lo he sido desde niño. Y, aunque luego he ido añadiendo a mi perfil un montón de hashtags como “ingeniero”, “alcorconero” o “papá”, la de escritor es la etiqueta que más tiempo me lleva acompañando.

¿A qué edad comienzas a escribir y qué te llevó a hacerlo?

Escribo desde que aprendí a empuñar un lápiz. Pero antes incluso ya creaba ficciones. Recuerdo que mi profesora de preescolar nos dio un folio a cada niño para que hiciéramos un dibujo libre. Una vez terminado, debíamos llevarlo a su mesa y ella escribiría el título que quisiéramos, porque éramos muy pequeños y aún no sabíamos escribir. Yo dibujé unas cuantas naves espaciales, explosiones y rayos láser y, cuando me llegó el turno y la profesora preguntó por el título, comencé a relatar toda una historia. Ella enseguida me paró porque todo aquello no cabía en una línea y tuve que resumirlo en algo así como “Todas las naves se dirigían a la batalla final”. Entonces no fui muy consciente y no me preocupaba nada más allá de la historia que estaba imaginando, pero el esfuerzo de síntesis que me pidió la profesora fue mi primera experiencia con la elipsis, quizá el recurso más importante de un escritor.

¿Te ha devuelto la escritura lo que esperabas de ella?

Cada día devuelve un poquito. Creo que la escritura se parece mucho a la agricultura. Según trabajas en ella, así te devuelve frutos. Por eso no creo que la creación literaria responda a expectativas: responde al esfuerzo. Desde luego, hay otros factores. Siguiendo con la comparación con la agricultura, uno siempre está expuesto a las condiciones climatológicas, por ejemplo, y una tormenta puede arruinar una cosecha, pero lo principal para recoger buenos frutos será siempre el esfuerzo que invirtamos. Por mi parte, sigo trabajando y siento que lo mejor está aún por llegar.

Has cosechado a lo largo de tu carrera literaria varios géneros, ¿cuál es con el que más disfrutas?

Uno de los libros con los que más me he divertido escribiendo ha sido “Bacterrobot”, y encaja en ciencia ficción, pero también en juvenil o en ficción interactiva. Cuando escribo, disfruto de las obras individuales más que de los géneros, pero, si tuviera que decantarme por uno, quizá elegiría la ciencia ficción.

Has escrito dos libros de ficción interactiva: ¡Supercoche! (2019) y Bacter-robot (2020). Para aquellos que no lo sepan, ¿qué es la ficción interactiva?

La ficción interactiva es un tipo de narración en la que el lector puede tomar decisiones que afectan a la trama. El ejemplo más conocido es el de la colección de librojuegos Elige tu propia aventura, que tuvo mucho éxito en los años 80 y 90 y aún hoy sigue siendo una de las series de libros más vendidas de toda la historia. Pero la ficción interactiva es mucho más amplia. Comprende un abanico tan inmenso de obras, géneros, diversidad de públicos a los que va dirigidos o sistemas de juego de diferente complejidad que definirlo con un solo ejemplo es incompleto. Recomiendo visitar la web librojuegos.org (https://librojuegos.org/), a aquellos que quieran saber más, es probablemente la referencia más completa en español sobre ficción interactiva.

Según he oído, llevar a la práctica un librojuego no es sencillo, ¿cómo fue tu experiencia?

Es cierto que existe una dificultad técnica propia de los librojuegos, adicional a la escritura de obras convencionales, ya que su creación requiere gestionar las secciones y organizarlas en un árbol de decisión. También es necesario controlar todas las variables posibles en los librojuegos que incorporan elementos aleatorios como tiradas de dados u otras sofisticaciones como hojas de personaje, inventario, etcétera. Pero, para mí, existe otra dificultad mayor, de carácter más estratégico.

Los librojuegos que yo escribo, por sus características, no se apoyan en una estructura de arco de personaje o de viaje del héroe. Me suelo centrar en librojuegos para público infantil y juvenil en los que el niño lector es el protagonista. Para conseguir que este lector se identifique con la historia, es recomendable facilitarle pensar que él realmente vive la aventura. Por eso, el protagonista de un librojuego suele colocarse directamente en la acción y no se le diseña un pasado. Tan solo hago referencias muy generales y comunes a todos los niños, como “tu casa”, “tus profesores” o “un familiar lejano”. Pero jamás me refiero a “tu gato siamés de color gris” porque es probable que el niño lector no tenga un gato siamés gris, ni al “polvoriento desván de tu casa” porque habrá muchos lectores cuyas casas no tengan desván. Evito entrar en detalles para que el lector pueda imaginar su propia casa, su propia mascota, su propio pueblo o ciudad en los escenarios. Esta manera de escribir no es ni más fácil ni más difícil que la convencional, pero sí muy diferente y hace que, en mi caso, planificar un relato lineal sea algo que no tiene nada que ver con diseñar un librojuego.

También eres autor de cuentos infantiles. “La bruja Maruja y su castillo” (2018) y “Zodiana, la estrella viajera” (2020) son dos de ellos. ¿Cuál es el proceso que se sigue a la hora de escribir un libro para niños?

Para los cuentos infantiles dirigidos a menores de seis años sigo un esquema muy sencillo y ceñido a los tres actos de Aristóteles. Primero, presento al protagonista. Segundo, planteo el problema. Tercero, el protagonista soluciona el problema. A partir de esta base se puede sofisticar la trama. Funcionan cosas como la regla de tres (el protagonista hace tres intentos de resolver el problema, falla en los dos primeros y lo consigue en el tercero), la lógica de causa y consecuencia: si el protagonista hace algo malo, tendrá una consecuencia negativa (y mejor si es inmediata), si el protagonista hace una buena acción, tendrá una recompensa (y aquí importa menos si no es inmediata). Pero lo más importante es procurar entrar en un modo de pensamiento cercano al de un niño. Hay que entender que los niños menores de ocho años tienen un pensamiento mágico, no existe un pacto ficcional como tal, sino que para ellos los elementos de un cuento tienen el mismo valor de verdad que la realidad tangible. Procuro entrar yo también en ese tipo de pensamiento cuando ideo un cuento infantil, es algo así como volver a una lógica infantil. Para conseguirlo, uno puede recordar su infancia, pero es también muy efectivo pasar tiempo y jugar con un niño a cualquier cosa que sea imaginativa (coches, muñecos, juegos de construcción…). Por ejemplo, “La bruja Maruja y su castillo” lo ideé con mi hijo cuando él tenía cuatro años. Lo inventamos juntos. Creamos una primera versión oral que mejoramos poco a poco contándolo varias veces. Una vez afinado y tras comprobar que funcionaba (mi hijo no se cansaba de escucharlo una y otra vez y se divertía mucho), me lancé a ponerlo por escrito. Poder validar con un niño que el cuento funciona de verdad es genial y no se me ocurre ningún método mejor para crear un cuento.

Escribiste uno de ellos a cuatro manos. Su título: “La chistera de Abracadán” (2019). ¿Cómo fue tu experiencia de compartir publicación con otro autor?

La chistera de Abracadán es una obra de teatro. La primera versión la escribí solo y respondía a un encargo muy concreto, con el objetivo de ser representada por los niños del curso de animación a la lectura de la Universidad Popular de Alcorcón. Fue años después de aquella primera versión cuando acudí a mi amigo Alberto García para revitalizar el texto y darle más profundidad. Él aportó su formación especializada en teatro y su experiencia como actor en una compañía, y así llegamos a una nueva versión mejorada, muy adecuada para ser representada ya que se adapta totalmente a la realidad de las compañías de teatro. Esta es la versión que tenemos publicada. Escribir a cuatro manos fue una muy buena experiencia. Es cierto que hay una relación de amistad y que trabajamos bien juntos, pero si el proyecto funcionó fue también gracias al bagaje en teatro que aportaba Alberto.

Has publicado varios volúmenes de relatos cortos. “Futurantis” (2022) es el último de ellos, ¿existe una conexión entre los diferentes relatos que componen el libro?

Sí, en Futurantis se plantean cinco relatos que van desde un futuro inmediato hasta uno muy lejano. El hilo conductor de Futurantis es, precisamente, el cronológico. Comparten también un sustrato de reivindicación de la igualdad y el feminismo, que he querido reflejar en la portada. He querido ir un punto más allá del mero hecho de incluir protagonistas femeninas. Espero haberlo conseguido. Mi educación se forjó en la cultura de los ochenta, con predominio de modelos familiares escorados a lo masculino y admirando películas de Hollywood llenas de testosterona. Parto, como casi todas las personas de mi generación, de una base social y unos códigos machistas y, a pesar de mis esfuerzos por ejercer y reivindicar la igualdad, soy consciente de que hablo feminismo con acento. En cualquier caso, en los relatos predominan las tramas, los elementos científicos y tecnológicos y los nuevos paradigmas y conflictos a los que pueden dar lugar.

Con tu experiencia, no puedo despedirme de ti sin pedirte algún consejo para aquellos que comienzan en la pasión de la escritura.

Todos los escritores, de alguna manera, llevamos colgado del cuello el Áuryn que nos ha entregado la mismísima Emperatriz Infantil de Fantasía. No tengo mejor consejo que el que ya figura escrito en el reverso del Áuryn: “HAZ LO QUE QUIERAS”.

Cada escritor debe encontrar su propio camino y creo que lo principal es escribir con total libertad, fieles a nuestro instinto.

Más allá de esto, y como consejo más concreto, recomendaría rodearse de otros escritores y conformar un grupo de confianza. La escritura es una labor con una componente importante que se realiza en solitario, tener un grupo de apoyo te hará disfrutar más de ser escritor y puede marcar la diferencia entre abandonar la literatura o continuar creando.

Muchas gracias Joseto por visitarnos. Espero que te vaya muy bien en tus proyectos futuros.

Muchas gracias a ti y a tu audiencia. ¡Un abrazo enorme!


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