Decenas
de preguntas nos asaltan cuando nos adentramos en el mundo de la escritura. Y
son más las que lo hacen a medida que continuamos escribiendo y enfrentándonos
a proyectos cada vez más ambiciosos. Algunas de ellas son: ¿Qué debería crear
antes los personajes o la historia? ¿Debería escribir algunos relatos cortos
antes de afrontar una novela? ¿Debería hacerme un dosier con los detalles de la
trama y una ficha de los personajes principales o estaría perdiendo el tiempo?
¿Utilizo la primera o la tercera persona para la narración de la historia que
tengo entre manos? ¿Cuál es mi estilo? ¿Cómo podría depurar mi técnica?
Son infinitas las preguntas que nos hacemos, pero hay una recurrente que todos nos hemos hecho alguna vez: ¿qué tipo de escritor soy?
Habitualmente, los escritores se clasifican como de dos tipos de acuerdo con su manera de trabajar: mapa o brújula.
¿Qué quiere decir cada una de ellas?
Trataremos de definirlas de la manera más sencilla posible.
El escritor de mapa es aquel que antes de sentarse a escribir ha trabajado su historia durante varios días, semanas, algunos incluso meses. Le gusta tenerlo casi todo “bajo control” y planificar sus escritos para de ese modo ganar el mayor tiempo posible cuando se sienta a escribir su historia. El tiempo que tarde el autor de mapa en realizar este bosquejo dependerá normalmente de la experiencia que tenga como escritor y de la extensión de su obra. No es lo mismo alguien que haya publicado ocho novelas a otro que ha escrito un par de cuentos, sin ánimo de desmerecer al segundo.
Por lo tanto, el escritor de mapa se caracteriza por:
· Tiene
su historia clara y los pasos que seguirán los personajes: introducción, nudo y
desenlace.
· En
el caso de tratarse de una novela, ha realizado un resumen de sus capítulos
previa escritura de estos.
Beneficios del escritor
de mapa:
Tiene una visión más clara de lo que quieres escribir.
·
Conoce
bastante mejor a sus personajes física y psicológicamente.
·
Ha
visualizado con anterioridad el camino que más tarde recorrerá para llegar a su
meta.
·
Necesita
de menos escrituras antes de pasar al proceso de corrección.
·
Hay
un menor riesgo de bloqueo.
Desventajas del escritor de mapa:
·
Deja
poco lugar para la improvisación.
· Necesita
una mayor inversión de tiempo antes de ponerse a escribir, tiempo que a su vez
luego habrá invertido en escribir de una manera más rápida y fluida.
Del otro lado tenemos al escritor de brújula, que se mueve más por su intuición. No necesita más que una semilla que germine en su cabeza. Esa misma idea desembocará en una serie de personajes y escenas que irá hilvanando a medida que escribe hasta tener montada una trama a la que irá dándole forma a medida que avanza en su escritura.
·
Mayor
espacio para la improvisación (originalidad).
·
Ideas
más frescas.
·
Aborda
la escritura con un mayor ímpetu y de una manera más natural.
Desventajas del escritor de brújula:
·
Más
posibilidad de bloqueo por la falta de planificación.
·
Necesidad
de un mayor número de borradores.
· Surgen
nuevos capítulos y situaciones inesperadas que hacen que la historia se alargue
de manera imprevista para atar los cabos de las nuevas tramas con los que no
contaba el autor.
Es posible que te sientas un híbrido de ambos. Aunque eso no es lo realmente importante, sino aprovechar al máximo el tiempo del que disponemos, ya que la mayoría que escribimos lo hacemos a tiempo parcial y en los ratos que tenemos (o buscamos) para hacerlo. Por lo que lo mejor es experimentar, y si te funciona un método de trabajo, perfecciónalo y no lo cambies a menos que veas que algo falla. A veces, no es necesario encasillarnos, sino encontrar el método de trabajo con el que nos encontramos a gusto.
Mi recomendación es que planifiques tus escritos. ¿Por qué? La respuesta es sencilla. Todo sale mejor cuando has invertido tiempo en proyectarlo y visualizarlo. Incluso realizar un bosquejo de un pequeño cuento en un papel, podría servirte para que surjan nuevas ideas o nuevos personajes que te ayudarán a enriquecerla, a mí me ha pasado.
Piénsalo, cuando te vas de vacaciones, ¿no planificas la ruta de viaje, las gasolineras en las que repostar y/o los lugares en los que pararás a comer o harás noche? Cuando tienes invitados en casa, ¿no te aseguras de tener los ingredientes y las cantidades necesarias antes de ponerte a cocinar? Si te enfrentas a un día intenso de trabajo, ¿ordenas las actividades que tienes que llevar a cabo o las improvisas sobre la marcha? ¿No son esas suficientes razones para pensarse planificar antes de sentarte a escribir?
Y tú qué, ¿te consideras escritor/a de brújula o de mapa?
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