Autor: Antoine de Saint Exupéry
Editorial: Salamandra
Año de edición: 2020
ISBN: 978-84-9838-149-8
Número de páginas: 96
Mi opinión:
Hoy subimos a la
palestra “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry, un clásico mundialmente
conocido y del que poco o nada voy a descubriros a estas alturas. No obstante,
tras releerlo después de muchos años, he querido dar mi aporte a través de este
canal.
Se trata de una obra
llena de reflexiones y metáforas, y que cautiva desde la primera hasta la
última página. Un historia, que a pesar de haber sido escrito hace casi un
siglo, a la vista está que sigue viva, ya que conserva el mismo espíritu fresco
y original que cuando fue escrita en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial.
En ella, un piloto
(mencionar que el propio autor lo fue) sufre una avería y se ve obligado a
aterrizar en mitad del desierto. Mientras arregla su avión, se encuentra con un
pequeño príncipe de cabellos dorados, el cual está realizando un viaje por
varios planetas, entre los que se halla la Tierra, donde conoce a nuestro
aviador, con el que hace buenas migas.
Los escenarios presentados
no requieren de una descripción amplia, con lo que se permite al lector prestar
atención a los diálogos, que es lo que realmente importa, ya que contienen la esencia
de la historia. De hecho, a medida que avanza el viaje de nuestro Principito, se
nos van presentando nuevos personajes, que representan a diferentes tipos de
adultos, sus carencias y necesidades, y que al protagonista le resultan tan
extrañas en su mente de niño.
Antoine de Saint-Exupéry
usa un lenguaje sencillo, un estilo claro y directo que ayuda a entender aún
mejor la obra, y que hace que pueda llegar a un público mayor. Pero ojo, no por
ello debemos confundir “El Principito” con un cuento infantil, ya que oculta un
mensaje principalmente dirigido a los adultos.
Se trata de un libro
que no dejará a nadie indiferente y que supone una vuelta a la infancia, de
hecho, ese es el eje principal de la obra, una oda a esa inocencia y sencillez,
que hacen que los niños necesiten muchas menos cosas que los adultos para ser
felices.
Un clásico atemporal,
que todos deberíamos leer una vez en la vida (incluso releer de vez en cuando) para
así aparcar durante un ratito nuestros problemas cotidianos y dejar volar
nuestra imaginación y viajar a un mundo mágico.
Mencionar que la
portada mantiene la esencia de la obra original y las hermosas ilustraciones
del propio Antoine de Saint-Exupéry.
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