Título:
La
enfermedad de escribir
Autora:
Charles
Bukowski
Editorial:
Anagrama
Año
de edición: 2020
ISBN: 978-84-3398-08-16
Número de páginas: 240
Mi opinión: ¿Qué decir sobre Bukowski que no sepamos o
creamos saber? Una figura tan polémica como esencial de la literatura moderna.
Supongo que debería
catalogar esta obra como una biografía en clave epistolar, ya que a través de
las cartas publicadas en él, el autor se desnuda ante el lector de un modo
cercano. Se nos muestra la cara y la cruz de un hombre próximo y leal, a la par
que tosco y grosero. Un trabajador incansable, adicto a la escritura. Melómano,
solitario, maniático, mujeriego, alcohólico, fumador empedernido y enganchado a
las apuestas de caballos. Alguien capaz de vender su máquina de escribir, su
herramienta de trabajo, para poder emborracharse. Y llegar a pasarse meses
escribiendo a mano. Un autor sin pelos en la lengua, que alaba la sinceridad y
que no duda en condenar la mediocridad, independientemente de cuál sea el
nombre y estatus de aquel al que critica.
En este libro se
resumen casi cincuenta años de vida ordenados cronológicamente y contados
mediante cartas enviadas a editores de revistas, poetas, amigos y algunos autores
anónimos. Las hay de agradecimiento, otras (las más íntimas) cuenta detalles más
personales de su vida. En algunas reconoce su lamentable estado físico, su
adicción a la bebida. Admite tener periodos de sequía literaria al igual que de
máximo esplendor, de los rechazos que sufrió de revistas y editoriales, sus
renuncias, sus fracasos, sus secretos, todo aquello que le importaba en la
vida, y a lo que renuncio por su sed.
Deja claro en muchas de
ellas que para vivir necesita escribir, expresarse sin tapujos. Prefiere
hacerlo a través de poemas (a veces cartas), aunque también dejó grandes
relatos y novelas.
En una parte del libro nos
narra su etapa en la revista Harlequín y el tiempo que empleó a escribir cartas
de rechazo explicando a sus autores los motivos por los cuales no tendrían
cabida en la revista, además de explicar el motivo por el que las editoriales
no se molestan en contestar a autores noveles y envían respuestas robóticas e
impersonales a los que envían obras no solicitadas. Un tiempo que él mismo
considera que podía haber usado para escribir y que malgastó de algún modo por
querer ser justo con aquellos que enviaban sus poemas, la mayoría mediocres, a
la revista.
Su espíritu indómito
queda patente al dejar clara su postura sobre la creación literaria y su total
repulsa hacia las continuas revisiones de los textos, a las que cataloga como
un pulido antinatural que destruye su pureza.
La portada del libro es
en sí una declaración de intenciones y ya deja clara lo que el lector va a
encontrarse en su interior. Una máquina de escribir en llamas que resume la
pasión que Bukowski ponía en sus escritos y que sentía hacia la escritura. La
necesidad que tenía de escribir y de plasmar sobre el papel sus emociones y
pensamientos. Y es que si no lo hacía, se ponía enfermo.
Destacaría tres cartas,
una a Henry Miller por su cuarenta cinco cumpleaños. Otra a Josh Martin, que
deja claro lo legal y leal que era Bukowski. Y la última, al editor de la
revista Poetry, Joseph Parisi para agradecerle haber publicado varios de sus
poemas tras múltiples rechazos a lo largo de los años
El libro acaba con un
delicioso epílogo en que se nos habla de su estilo desde el principio hasta el
final de su carrera literaria y se analizan aspectos de su figura personal y
literaria.
Recomendaría este libro por su manera directa de escribir, su toque ácido y su peculiar sentido del humor. Las confesiones de este autor no dejan indiferentes a nadie, y todo el mundo debería darle una oportunidad alguna vez. ¿Por qué? Bukowski es único, original y tiene magia, la misma que usa para transmitirnos el mensaje de cada párrafo cuando le pone punto y final a golpe de martillo.
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