martes, julio 13, 2021

RESEÑA: "La enfermedad de escribir" de Charles Bukowski

Título: La enfermedad de escribir

Autora: Charles Bukowski

Editorial: Anagrama

Año de edición: 2020

ISBN: 978-84-3398-08-16

Número de páginas: 240 

Mi opinión: ¿Qué decir sobre Bukowski que no sepamos o creamos saber? Una figura tan polémica como esencial de la literatura moderna.

Supongo que debería catalogar esta obra como una biografía en clave epistolar, ya que a través de las cartas publicadas en él, el autor se desnuda ante el lector de un modo cercano. Se nos muestra la cara y la cruz de un hombre próximo y leal, a la par que tosco y grosero. Un trabajador incansable, adicto a la escritura. Melómano, solitario, maniático, mujeriego, alcohólico, fumador empedernido y enganchado a las apuestas de caballos. Alguien capaz de vender su máquina de escribir, su herramienta de trabajo, para poder emborracharse. Y llegar a pasarse meses escribiendo a mano. Un autor sin pelos en la lengua, que alaba la sinceridad y que no duda en condenar la mediocridad, independientemente de cuál sea el nombre y estatus de aquel al que critica.

En este libro se resumen casi cincuenta años de vida ordenados cronológicamente y contados mediante cartas enviadas a editores de revistas, poetas, amigos y algunos autores anónimos. Las hay de agradecimiento, otras (las más íntimas) cuenta detalles más personales de su vida. En algunas reconoce su lamentable estado físico, su adicción a la bebida. Admite tener periodos de sequía literaria al igual que de máximo esplendor, de los rechazos que sufrió de revistas y editoriales, sus renuncias, sus fracasos, sus secretos, todo aquello que le importaba en la vida, y a lo que renuncio por su sed.

Deja claro en muchas de ellas que para vivir necesita escribir, expresarse sin tapujos. Prefiere hacerlo a través de poemas (a veces cartas), aunque también dejó grandes relatos y novelas.

En una parte del libro nos narra su etapa en la revista Harlequín y el tiempo que empleó a escribir cartas de rechazo explicando a sus autores los motivos por los cuales no tendrían cabida en la revista, además de explicar el motivo por el que las editoriales no se molestan en contestar a autores noveles y envían respuestas robóticas e impersonales a los que envían obras no solicitadas. Un tiempo que él mismo considera que podía haber usado para escribir y que malgastó de algún modo por querer ser justo con aquellos que enviaban sus poemas, la mayoría mediocres, a la revista.

Su espíritu indómito queda patente al dejar clara su postura sobre la creación literaria y su total repulsa hacia las continuas revisiones de los textos, a las que cataloga como un pulido antinatural que destruye su pureza.

La portada del libro es en sí una declaración de intenciones y ya deja clara lo que el lector va a encontrarse en su interior. Una máquina de escribir en llamas que resume la pasión que Bukowski ponía en sus escritos y que sentía hacia la escritura. La necesidad que tenía de escribir y de plasmar sobre el papel sus emociones y pensamientos. Y es que si no lo hacía, se ponía enfermo.  

Destacaría tres cartas, una a Henry Miller por su cuarenta cinco cumpleaños. Otra a Josh Martin, que deja claro lo legal y leal que era Bukowski. Y la última, al editor de la revista Poetry, Joseph Parisi para agradecerle haber publicado varios de sus poemas tras múltiples rechazos a lo largo de los años

El libro acaba con un delicioso epílogo en que se nos habla de su estilo desde el principio hasta el final de su carrera literaria y se analizan aspectos de su figura personal y literaria.

Recomendaría este libro por su manera directa de escribir, su toque ácido y su peculiar sentido del humor. Las confesiones de este autor no dejan indiferentes a nadie, y todo el mundo debería darle una oportunidad alguna vez. ¿Por qué? Bukowski es único, original y tiene magia, la misma que usa para transmitirnos el mensaje de cada párrafo cuando le pone punto y final a golpe de martillo. 

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