Las primeras gotas de lluvia humedecen las dunas de la playa mientras me pregunto cuál habrá sido tu destino. Quizás estés allá en El Parnaso narrando nuestras aventuras a tus hermanas entre risas. O simplemente , te hayas cansado de mí y andes rumbo a otros mundos guiando a otra pluma más prolífica que la mía.
Extraño los momentos en los que abrazada a mi cintura, vertías en mi oído palabras repletas de significado, que yo encadenaba creando fantásticos relatos que impresionaban a todos.
Ahora, con tu marcha, has abierto una brecha en mi corazón que ha aprovechado el mayor de mis enemigos para colarse sin invitación. El síndrome, que tantas burlas ocasionaba entre mis colegas en sus citas literarias, llama ahora a mi puerta y amenaza con quedarse.
Yo, que otorgué vida a monstruos inimaginables para la mente humana, que doté de la inmortalidad a héroes invencibles para que los vencieran. Yo, que erigí templos en honor de las reinas más despiadadas, he sucumbido al miedo como tantos otros que se enfrentan por primera vez al abismo. Y desde esta recóndita morada en la que me hallo oculto, tan solo me queda esperar tu vuelta. Aguardar tu regreso para por fin ser capaz de rellenar esta maldita página en blanco.
Leonardo Jiménez
¡Me ha encantado! un microrrelato dedicado a tu musa, que fácil cuando está entre nosotros, pero que difícil cuando desaparece y nos deja esa página en blanco delante de nuestros ojos. ¡Te entiendo perfectamente!
ResponderEliminarAsí es, hay que adorarlas cuando vienen 😍
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