Título: El altruista
Autora: Esteban Navarro
Sinopsis:
En el año 1995, la Policía Nacional de Barcelona se enfrenta a una cadena de accidentes y suicidios, que tienen la particularidad de ocurrir en terrazas de edificios donde los fallecidos no vivían. Esas muertes, en un principio inconexas, llevan de cabeza al Grupo 3 de Homicidios, dirigido por el inspector Bellido y la subinspectora Mónica.
Con el inminente despliegue de la Policía Autonómica, las vacaciones del mes de agosto a la vuelta de la esquina, los cada vez más precarios recursos económicos de la Policía Nacional y la acumulación de casos, seguir la pista de esas muertes, aparentemente fortuitas, se convierte en un auténtico suplicio para los investigadores.
Pero la mayor sorpresa de la policía sucede cuando, recopilando los datos, comprueban que todas esas muertes se producen en el mismo día de la semana: el jueves. Y que entre un hecho y otro suelen pasar entre cinco o seis meses. Y en todos los casos, siempre hay un testigo que dice haber visto a la víctima en compañía de alguien que nunca han podido reconocer.
Mi opinión:
Hoy subimos a la palestra a “El altruista”, una de las últimas obras publicadas por Esteban Navarro. En ella, el prolífico escritor murciano (lleva más de veinte títulos publicados en apenas nueve años de carrera) nos demuestra su conocimiento del mundo policial, en una historia que él mismo clasifica como un thriller policiaco.
Comencemos por el estilo del autor. Si me pidieran que lo describiría en dos palabras, serían sobrio y directo, quizá demasiado minimalista para mi gusto en ocasiones, pero he decir que convence por su efectividad. Del mismo modo, las descripciones de los personajes y las localizaciones son escasas y escuetas a lo largo de la obra. Dicha parquedad de lenguaje también se refleja en la acotaciones presentes en sus diálogos, que no por ello dejan de ser realistas. Eso casa con el comportamiento de los personajes, que es bastante plausible a lo largo de la obra. El hecho de que no estén descritos en exceso ayuda al lector a imaginárselos más por la manera en la que se comportan y actúan, lo que hace que cada uno pueda imaginarse a alguien físicamente diferente en su cabeza, algo que a mí particularmente me agrada.
Lo positivo de su manera de escribir es que sabes que al ir al grano, debes estar atento a la lectura en todo momento, porque saltarte un párrafo o no prestarle la atención necesaria durante un par de páginas, puede ser determinante para no entender el porqué de la siguiente escena.
La estructura queda bien apuntalada desde el principio y la historia va de menos a más a medida que vamos avanzando en ella, si bien es bastante lineal. El desenlace es correcto y coherente a pesar de haber varias sub-tramas abiertas, que el autor cierra de manera perfecta.
El hecho de que los capítulos sean cortos agiliza la lectura y ayuda a que el lector quiera continuar devorando páginas una tras otra antes de cerrar el libro por ese día.
Mencionar que ante este tipo de historias poco o nada de la trama me gusta contar para no destripar la novela y espantar a algún posible lector, más si cabe cuando la sinopsis nos narra a la perfección lo que nos vamos a encontrar cuando nos sumerjamos en la historia.
Siempre me gusta hablar de las portadas de los libros, por ser el escaparate en el que todos nos fijamos antes de optar por comprarlo o no. En este caso, a pesar de que no sea brillante, sí que se consigue transmitir el mensaje que la obra pretende transmitirnos en ese gesto de arrepentimiento del retratado.
En definitiva, la novela me ha gustado bastante, ya que además de ser entretenida, es de fácil lectura, lo que llevará a que en un futuro próximo me lea otra obra de este autor.
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