lunes, mayo 03, 2021

ESCRITURA CREATIVA: El sexto sentido del escritor

 

Ya hablamos de la importancia de la planificación en nuestra entrada dedicada a las diferentes etapas que forman parte del proceso de la escritura. Eso sí, una vez tengamos clara cuál será la estructura de nuestra historia, quiénes serán los personajes que formen parte de ella y el escenario en el que se desarrollará, siempre deberemos dejar un margen para la improvisación. ¿Y eso por qué? Aunque creamos que la trama está perfectamente hilada, en un momento o en otro, nos surgirán nuevas ideas que podrían enriquecerla. Es más, esos pequeños detalles que parecen nimios suelen ser los que les proporcionan a los relatos ese puntito extra que les hace brillar de entre las demás.
La improvisación está estrechamente vinculada con la intuición, y como dijimos en un post anterior, el escritor siempre debería hacerle caso y jamás darle la espalda a la inspiración. Seguir nuestro instinto es algo primordial a la hora de crear, ya que confiar en ese sexto sentido que todos poseemos podría garantizarnos el éxito sin darnos cuenta. Y digo “sin darnos cuenta”, porque cuando algo es fruto de nuestro olfato de escritores parece que no valga un pimiento.
Me imagino lo que estarás pensando ahora: ¿pero y si me equivoco y pierdo el tiempo y cambiando la hoja de ruta que tenía predeterminada desde un principio se me va al traste la historia? La respuesta es sencilla. Tan solo tienes que volver atrás y borrar, y si no, siempre puedes corregir algunos aspectos de tu trama en tu siguiente sesión. Es obvio, que seguir nuestra intuición no tiene por qué garantizarnos el éxito, pero está claro que no perdemos nada por probar. Sé que es duro tirar una hora de trabajo a la papelera, pero es a lo que debes acostumbrarte cuanto antes si quieres dedicarte a esto de la literatura aunque sea a nivel aficionado. Es más, la mayoría de las veces es positivo que cometas errores porque, tal como dice el refrán, es de ellos de los que se aprende y son los que nos ayudan a crecer día a día. Créeme, más doloroso es que un lector te diga que una escena no se entiende o que el desenlace no tiene sentido alguno una vez tengas acabado tu cuento.  
Me pregunto por qué tendemos a poner en tela de juicio afirmaciones como “tengo una corazonada” o “me lo dice mi olfato de escritor” cuando en la mayoría de las ocasiones los que las profieren suelen acertar en sus pronósticos. Si no, dime, ¿cuántas veces te has dejado llevar por tu intuición y has acertado? Probablemente, muchas más que las que has fallado. Lo más posible es porque en ella también hay una base importante de sabiduría que no tenemos en cuenta cuando realizamos nuestra elección, pero de lo que no cabe duda, es que de algún modo está marcada por nuestra experiencia vital.
¿Cuántas veces has oído eso de que siempre debes elegir la primera respuesta que se te viene a la cabeza cuando te enfrentas a un examen tipo test? Ten por seguro que ese primer pálpito no se produjo por el azar, sino por una manera diferente de responder de tu cerebro diferente a la que estás acostumbrado. Eso no quiere decir que en la mayoría de los casos no sopesemos nuestras repuestas y tratemos de tomar las decisiones de un modo más racional para calibrar los riesgos y reducir las posibilidades de equivocarnos, lo cual es totalmente lógico.
Parece que aquellos que siguen su instinto se estuvieran entregando a los brazos de la providencia cada vez que lo hacen. Sin embargo, muchos grandes genios de diferentes áreas se valieron de su intuición en algún momento de su vida. Te pongo un par de ejemplos diferentes para explicarme:
El inolvidable Marlon Brando incorporó a escena por decisión propia a un gato que pululaba por el set de rodaje de “El Padrino” en esa enorme escena en la que Bonasera le hace una visita el día de la boda de su hija para pedirle un favor. Probablemente, ese momento imborrable del cine no hubiese transmitido la misma fuerza y tensión si no se hubiese dejado llevar por la intuición. De hecho, uno de los atributos más valorados por los directores entre los actores es su capacidad de improvisar y de adaptarse a las situaciones adversas no previstas en el guion.
Del mismo modo, Albert Einstein siguiendo su intuición un día se imaginó cabalgando un rayo de luz. Eso le ayudó a comprender y desarrollar su teoría de la relatividad de una manera más clara y efectiva. Sobre todo a la hora de explicársela al mundo.
Estudios científicos dejan claro que tanto la intuición como la improvisación nacen del hemisferio derecho del cerebro, que a su vez está vinculado con el hemisferio izquierdo, que es el responsable de la inteligencia racional. Este hecho nos transmite aún más evidencias de la importancia de tener bien marcado el camino que seguiremos cuando nos sentemos a trabajar frente al ordenador y pongamos en marcha los mecanismos necesarios para un buen funcionamiento de nuestra intuición, lo que de seguro nos ayudará a la hora de improvisar.
El que tengas éxito en tus decisiones basadas en las emociones (feeling, corazonada o instinto) implica un trabajo y un entrenamiento previos, otra cosa es que no sean palpables. Por ese mismo motivo, cuando de repente surge esa chispa en tu cabeza y se expande por todo tu cuerpo como un rayo hasta invadir tu corazón, debes darle forma lo antes posible y la única manera es trabajando en ella.
Por lo tanto, ¿cómo darle la espalda a la intuición cuando es una de las bases de cualquier creación y ese mismo concepto está estrechamente relacionado con el origen de la escritura?
Y tras esta pregunta, pongo punto y final a esta entrada con una breve recopilación de frases célebres de famosos que dejan clara la importancia de la intuición a la hora de tomar decisiones:
“Escucha más a tu intuición que a tu razón. Las palabras forjan la realidad pero no la son”. Alejandro Jodorowsky, artista, dramaturgo y guionista; entre otras facetas.
“La intuición es una facultad espiritual, y no explica, simplemente muestra el camino.” Florence Scovel, artista e ilustradora de libros.
“La lógica es el instrumento de la demostración, la intuición el de la invención.” Henry Poincaré, matemático, físico y filósofo.
¿Y tú? ¿Te consideras alguien intuitivo? ¿Crees en el sexto sentido del escritor o prefieres tenerlo todo bien planificado y atado antes de sentarte a escribir?
En nuestra próxima entrada, daremos unos consejos útiles a la hora de presentarte a los concursos literarios.

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