viernes, abril 09, 2021

ESCRITURA CREATIVA: ¿Dónde se encuentra la inspiración?

He de reconoceros que cuando decidí afrontar este tema como entrada en el blog, sentí un poco de miedo. Y justamente era porque no sabía demasiado bien cómo afrontarlo. Creía que iba a necesitar de una buena dosis de inspiración para afrontarlo, así que lo que hice fue sentarme y dejar que las palabras fuesen surgiendo solas.

La musa cuando te visita, lo hace como un sueño, dejándote la misma sensación que cuando te levantas por la mañana y sabes que si no vas al escritorio y anotas en un papel lo que acabas de soñar, se te va a olvidar en cuestión de segundos. Así que si la ves revoloteando a tu alrededor, deja que te susurre los secretos que trae consigo al oído, porque si la ignoras, se disipará como una voluta de humo en el ambiente.

Lo que me lleva a comparar la inspiración con una semilla. La simiente germina gracias a los nutrientes que les proporcionarán la tierra y el agua, al igual que la inspiración es producto de las inquietudes que acechan tu corazón. Pero es tu cerebro quien al percibir esa idea original, se encarga de alimentarla y brindarle el potencial que conseguirá convertirla en una buena historia. Al igual que ese tallo frágil, que asoma tímido de la tierra, fruto de la semilla que plantaste en tu jardín, irá creciendo cada vez más robusto hasta convertirse en un poderoso tronco, tu obra ganará en envergadura a medida que vayas suministrándole nuevas ideas. Del mismo modo que las raíces de tu árbol se irán haciendo cada vez más profundas, los protagonistas de tu obra se harán más creíbles a medida que vayas avanzando en tu libro y encadenando los acontecimientos que ocurren en él. Y de la misma manera que de las ramas de tu árbol brotarán hojas, y de ellas, flores, que darán lugar a los frutos que tanto anhelas, tus lectores se interesarán por tu trabajo y estarán esperando que les envíes tu último relato.

Un libro no se escribe en un día, ni tampoco en una semana, ni en un mes. Tendrás que trabajar muy duro y ser muy constante antes de poder poner la palabra “FIN” en la última página. Como todo en esta vida, escribir requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Y también de paciencia, porque muchas de las tramas que crees que funcionarán, una vez que las plasmes sobre el papel harán aguas por todos lados. Aunque lo importante es que seas tú quien se dé cuenta antes de publicarla. De ahí la importancia de tener unos buenos lectores cero que te prevengan de tus errores antes de publicar.

Yo asimilo mi aprendizaje en la escritura con el que tuve en el mundo de la carrera popular. Quizá no os la haya dicho aún, pero me gusta hacer deporte, y uno de los que más practico es el running. Cuando retomé el hábito de correr, tras unos años sin hacer ejercicio, tuve que empezar caminando, para semanas más tarde alternar con la carrera. Hasta tres meses más tarde no fui capaz de correr durante treinta minutos seguidos. A partir de ahí fui ampliando cada vez más la distancia hasta llegar a correr mi primera maratón (41.197 metros) en cuestión de un par de años.

A la hora de escribir, hablamos de algo parecido. Muchos se agobian porque se sientan un día delante del ordenador y quieren escribir un superventas de quinientas páginas. Pero, las cosas no funcionan así, requieren de un entrenamiento previo. Para poder escribir un relato de cinco mil palabras, antes habrás tenido que escribir uno de mil, dos de dos mil, tres de tres mil, etcétera. Lo que hay que tener claro es que antes de escribir una novela de quinientas páginas, pues  quizá deberías haber acabado una de doscientas.

Pero no nos vayamos por las ramas y volvamos al tema principal de esta entrada. Y pasamos a otra pregunta difícil de responder: ¿Cómo funciona la inspiración? Si bien los griegos creían que las musas eran las divinidades encargadas de visitar a los mortales que las invocaban para alumbrarlos con ideas brillantes, la historia ha demostrado que detrás de toda gran obra artística, hay innumerables horas de trabajo.

Una obra literaria, como cualquier otra es un 10% inspiración y un 90% trabajo. Si no que le pregunten al gran Pablo Picasso, que acuñó la frase: “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”. Y si él que era un genio, dijo eso, imagínate lo que debemos currárnoslo los que no lo somos. Porque si estás en este blog, será porque te consideras de los míos, y tienes que pasarte horas delante del papel para hacer algo que merezca la pena leer. De todas formas, no desesperes, cuanto más entrenas la labor creadora, más ideas te asaltan. O al menos, eso es lo que me pasa a mí, que a medida que voy hilvanando las ideas nuevas que se me van ocurriendo, me abordan otras que tengo que ir encajando en la historia para que no se pierdan en el olvido. La inspiración es caprichosa e incontrolable, de ahí que cuando te asalta, debas atacarla de inmediato. No puedes dejarla escapar porque ella es la chispa que va a poner en marcha el motor de la creación que habita en tu interior.

En algún momento del proceso te darás cuenta de que la inspiración es como un ave sin dueño, que llegado el momento, se marcha volando a visitar a otros autores dejándote huérfano de ideas. Cuando eso ocurra, te aconsejo que dediques tu tiempo a hacer otras cosas que te ayuden a relajarte, desconecta, camina, lee, aprovecha para pasar tiempo con amigos, acábate esa serie que tanto te gusta y que tienes aparcada hace días… Aléjate de la escritura durante unos días (o dedícate a otras tareas relacionadas con ella como corregir, revisar,… hay tantas cosas que siempre nos quedan por hacer) y verás como cuando menos te lo esperes, la verás volver por el horizonte en dirección a tu balcón. Acógela, aliméntala y continúa con tu historia.

Se pueden encontrar fuentes de inspiración en muchos sitios. Os doy algunos ejemplos que a mí me han servido para desarrollar algunas de mis historias:

Libros: Estoy seguro de que uno de tus mayores temores es escribir una obra que ya ha sido publicada. El mío también, pero aún no me ha pasado. Y debe de ser porque cada persona tiene su particular forma de ver el mundo y de abordar los temas que trata (miedo, amor, pérdida, duelo...) de una manera diferente. Y es esa la que el mundo está esperando que cuentes.

Cine y series: La visión de un simple personaje en la pantalla puede hacer que en tu cabeza se encienda una bombilla y te haga crear una historia alrededor de él. Por supuesto, no hablo de que sea ESE mismo personaje. Tú no quieres copiar, sino crear TU propio personaje con sus propios rasgos y una personalidad única, pero para ello tendrás que trabajar en él y escribir sobre qué le ha llevado a ser quién es, por qué tiene esa cicatriz en el hombro y qué motivos le llevaron a abandonar a su familia.

Conversar: Sobre todo con aquellas personas con más vivencias que tú y que consideres que puedan alumbrarte (suelen ser nuestros mayores). Y cuando digo conversar, hablo de abrir bien las orejas y escuchar, porque justamente eso es lo que hará crecer tu sabiduría.

Programas de radio / Podcasts: Soy un asiduo a la radio, sobre todo a los podcasts. Me gustan porque justamente me ayudan a formarme en muchas de las materias que me interesan y de las cuales querría escribir, pero no domino.

Documentales y Revistas especializadas: Si bien no son tanto una fuente de inspiración como de documentación, es importante si tienes la premisa para una historia y no sabes aún cómo afrontarla, que te empapes de películas y artículos relacionados con la misma. Eso podría ayudarte a encontrar la manera de hacerlo.

Cursos de escritura creativa: El tutor se encargará de estimularte para sacar lo mejor de ti proponiéndote textos que te hagan escribir sobre diferentes temas y distintos puntos de vista.

Arte: En uno de los talleres que asistí cuando retomé los hábitos de la escritura, la profesora nos instó a escribir sobre una visita que hicimos a una cueva llamada “La cova del Parpalló”. Os dejo el relato a continuación: El descubrimiento. Y en ese mismo año, también nos mostró una serie de dibujos e ilustraciones de diferentes artistas. Yo elegí uno de Miguel Ruibal, que me inspiró el siguiente relato corto: Vacío, y que casualmente, tanto tiene que ver con el tema que tratamos hoy en nuestra entrada.

Periódicos: Según la temática que manejes, los diarios también pueden ser fuente de inspiración. De hecho, una vez le oí al escritor Jordi Serra i Fabra decir en una de sus entrevistas sobre escritura creativa que muchas de sus historias estaban basadas en noticias y artículos. Si quieres verla, solo tienes que pinchar sobre el nombre del autor y te llevará al enlace en Youtube. A mí me pareció muy interesante.

Observar: Quizá no te hayas parado a pensar que estando atentos al mundo que nos rodea, podemos mejorar mucho en nuestra escritura. La mayoría de cosas que nos rodean pasan desapercibidas a nuestro alrededor, pero es tan simple como ponernos las gafas de escritor y fijarnos en el paisaje que vemos desde el autobús, en cómo se comporta la gente, la manera en la que hablan cuando están esperando su turno en la carnicería,… Eso nos ayudará a crear diálogos mucho más orgánicos y describir las acciones de nuestros personajes de una manera mucho más natural. Y es tan sencillo como ponernos nuestras gafas de escritor de vez en cuando y observar el mundo que nos rodea. Claro está, siempre de una manera disimulada, que a nadie le gusta que invadan su intimidad.

Y eso es todo por hoy. Espero que hayas disfrutado esta entrada y te haga querer leer la siguiente. Estará dedicada a cómo planificar tu jornada de escritura. Te espero la semana que viene.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario