Rayco Machín es poeta y sanitario, nacido en Las Palmas de Gran Canaria y residente en Santa Cruz de Tenerife. En 2023 publicó su primer libro "Diez minutos más: alma, sueño y deseo" con la editorial Diversidad Literaria. Recientemente ha publicado su segundo libro, "Diez minutos más: el vínculo", donde explora el amor, la identidad, la pérdida y la fuerza de voluntad. A través de su poesía, Rayco construye un universo emocional donde cada verso invita al lector a un viaje íntimo y profundo.
Dices que la poesía surgió como
refugio cuando te sentías atrapado en una jaula mental. ¿Puedes contarnos cómo
fue ese momento en el que la poesía abrió esa cerradura?
Todo surgió a raíz de la pandemia de COVID-19. En
aquel momento, mi refugio fue la literatura; experimenté un despertar literario
gracias al libro Lo que escribí antes y después de ti, de Fran López Castillo.
Al leerlo, sentí una revelación y me dije a mí mismo: “Yo también puedo
hacerlo”. En ese instante de claridad nació mi proyecto “Diez minutos más”.
Esas experiencias de tu infancia
que despertaron tu vocación sanitaria, ¿también alimentaron tu sensibilidad
poética de alguna forma?
Sin duda. Todo forma parte del mismo camino y de
mi personalidad volcada en ayudar a los demás, en la ternura y la humildad. De
niño ya disfrutaba dibujando y escribiendo en mis cuadernos, pero fue al crecer
cuando floreció de verdad esa sensibilidad que guardaba en mi interior.
"Diez minutos más" es
un título que habla de tiempo. ¿Por qué diez minutos? ¿Qué sucede en ese tiempo
suspendido?
Es algo que siempre he tenido muy claro. Durante
el confinamiento, les preguntaba a mis compañeros: “¿Qué harías si tuvieras
diez minutos con tu persona especial?”. De esa pregunta nació mi propia
respuesta: la importancia de aprovechar el tiempo al máximo, sin esperas; de
disfrutar del silencio, del aroma y del alma del otro. Porque, cuando el tiempo
se agota, lo que perdura en nosotros es el recuerdo de esa conexión.
Tu primer libro aborda alma,
sueño y deseo. Tres palabras inmensas. ¿Cómo conviven en un mismo universo
poético?
Son tres conceptos mágicos que me definen. El alma
es la conexión profunda con uno mismo y con los demás; el sueño es el objetivo
por el que luchas incansablemente; y el deseo es el disfrute de alcanzarlo, la
recompensa tras el esfuerzo realizado.
¿Qué te llevó a escribir una
continuación? ¿Sentiste que quedaban cosas por decir?
En "Diez minutos más: el
vínculo" exploras el amor, la identidad y la pérdida. ¿Cuál de estos tres
temas fue el más difícil de habitar mientras escribías?
Especialmente la pérdida. Escribir sobre ello fue
un ejercicio de superación personal. He perdido a seres muy queridos, como mi
padre y mi abuelo, y he atravesado situaciones personales que me marcaron
profundamente. Traducir ese dolor en palabras fue sanador; me ayudó a liberar
la angustia que se escondía en mis pensamientos.
Has abordado en redes sociales
temas como la salud mental. ¿Crees que la poesía puede ser terapéutica, o es
algo más que eso?
Es mucho más. Es un vínculo que creas con las
personas. A través de la palabra logramos despejar la mente y las dudas que nos
invaden. Es un refugio donde el lector puede sentirse identificado y
acompañado.
¿Qué te enseñó tu primer libro
que aplicaste de manera diferente en el segundo?
Me aportó elegancia, sabiduría, honestidad y,
sobre todo, la certeza de que siempre se puede mejorar. Soy una persona
ambiciosa en el buen sentido: me nutro de los conocimientos a mi alcance para
crecer y ofrecer a los lectores mi mejor versión.
Has colaborado en proyectos
colectivos y antologías. ¿Qué aporta compartir páginas con otras voces
poéticas?
Es un regalo para la sociedad. Se trata de
compartir esencias increíbles y crear magia entre autores. Formar parte de una
comunidad donde todos tenemos derecho a brillar es maravilloso; y si lo hacemos
juntos, mucho mejor.
En tu segundo libro hablas de
"ese espacio donde el tiempo y el sentimiento se entrelazan". ¿Puedes
describirnos cómo es ese espacio?
Es un espacio único de conexión plena. Es un
sentimiento que perdura y la necesidad de florecer en libertad. Allí el tiempo
es valioso y se disfruta sin mirar atrás, bajo la premisa de: “No dejes para
mañana lo que puedas disfrutar hoy”.
Destacaría dos: Los diez secretos del amor
abundante, que moldeó mi personalidad, y el ya mencionado Lo que escribí antes
y después de ti, de mi mentor Fran López Castillo, que fue la llave para salir
de mi “jaula mental”.
Cuando compartes tu poesía en
redes sociales, ¿cómo es recibir las respuestas de lectores que se sienten
identificados con tus versos?
Es una sensación única, un subidón de adrenalina.
Me confirma que estoy haciendo las cosas bien y que mi forma de ver el mundo
resuena en los demás. Eso me impulsa a seguir creciendo.
Si alguien está atravesando su
propia "jaula mental", ¿qué le dirías sobre el poder de la escritura?
Le diría que entre las letras se encuentra el
camino. Siempre hay un refugio donde hallar la paz y obtener respuestas a las
preguntas que nos perturban. La escritura es una terapia que te permite ver
mucho más allá; siempre hay una salida.
¿Qué viene después de El vínculo?
¿Hay algún proyecto literario al vista?
Mi plan es cerrar la trilogía con un tercer poemario y, posteriormente, publicar la novela definitiva de Diez minutos más, donde contaré mi historia personal. Además, estoy trabajando para una revista con una sección propia titulada “Diez minutos con Ray” y pronto tendré un rincón literario en la radio para dar voz a otros compañeros de letras. Mi meta es seguir creando una comunidad donde todos podamos cumplir nuestros sueños.


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