Hoy tenemos el placer de conversar con Juan Jesús Gutiérrez, autor de la novela Arrebol, publicada por la editorial La Esfera de los Libros. En esta entrevista digital, nos adentramos en los entresijos de su obra, su proceso creativo, el camino hacia la publicación y mucho más. Una conversación cercana y literaria para conocer a fondo al escritor y su universo narrativo.
¿Qué significa para ti la
publicación de Arrebol: Eternidad secuestrada con una editorial
tradicional consolidada como es Esfera de Libros?
Un bonito accidente, un golpe de
suerte y una oportunidad que, sin saber exactamente cómo ni porqué, apareció en
mi vida. Decir que sería un sueño cumplido sería inexacto, porque nunca pensé
que publicaría una novela, muchos menos con una editorial grande y de prestigio
como la Esfera. Sencillamente, por mi camino pasó uno de esos trenes que hay
que coger y no lo dudé demasiado.
¿Por qué elegiste Arrebol
como título de la novela?
Arrebol es un color muy
particular, un rojo intenso y vibrante que toman las nubes algunas tardes justo
antes de ponerse el sol. Me gusta la palabra, su música, la fuerza con la que
suena y que no sea demasiado conocida. Por supuesto, guarda cierta relación con
la trama, pero no desvelaré demasiado. Solo diré que soy muy aficionado a la
fotografía, he hecho cientos de fotos a atardeceres arrebol y, por alguna razón,
dicho color no lo captura ninguna cámara. De alguna forma, escapa de la
máquina…
¿Cómo surgió la chispa que dio
origen a esta novela?
En mi novela hay muchos fuegos
artificiales: trucos de magia, conspiraciones, mensajes imposibles, secuestros
de almas… pero en última instancia es una historia sobre el duelo y sobre la
paternidad, dos temas prácticamente monopolizaban mis pensamientos cuando la
estaba escribiendo, por circunstancias personales. Siempre digo que,
independientemente de la temática a un nivel superficial, en esos meses no
podría haber escrito de otra cosa.
Por otro lado, Arrebol es, en
cierta medida, un tecno-thriller y lanza algunas ideas referentes a la
tecnología que creo que, si no están ya en el debate público, lo van a estar.
Hablemos de géneros. A la hora de
escribirla, ¿te has ceñido a una etiqueta concreta o has querido moverte
libremente entre fronteras narrativas?
Ni puedo ni quiero negar que
Arrebol es una novela de ciencia ficción. Es un género que me encanta y que
disfruto, aunque durante la escritura del libro he huido muy conscientemente de
ciertos vicios que, en mi opinión, lastran las novelas de géneros fantásticos
(narrativa a veces poco cuidada, falta de fluidez, complejidad desmedida, poca
carga emocional…).
Todos mis lectores beta fueron
personas ajenas a la sci-fi porque tenía como premisa innegociable que el libro
pueda ser entendido y disfrutado por cualquier persona.
Diría que el resultado es una
historia que se aleja mucho del cifi canónico y que coquetea con otros géneros
como el suspense, la intriga, incluso el drama familiar.
¿Podrías contarnos, sin desvelar
demasiado, de qué trata la novela y qué conflicto principal mueve la acción?
Cádiz. 2033.
Gael recibe una videollamada de
su padre. Es un mensaje misterioso, críptico, pero sobre todo imposible ¿Por
qué?
Porque su padre lleva muerto 20
años.
Ni siquiera eso es lo más
extraño. Su padre, desde ‘el otro lado’, le cuenta que allí, el más allá, está
comprometido, en peligro, y que es él, Gael, el único que puede ponerle fin al
secuestro más grande jamás contado: el de nuestras almas.
Los personajes suelen ser el alma
de cualquier historia. ¿Cómo es tu protagonista?
Gael es un padre de familia, un
tipo anodino, perfectamente gris. No tiene madera de héroe, ni es especialmente
valiente, ni tiene la última palabra ingeniosa, ni es un hombre de acción. Es
una persona sobrepasada por las circunstancias, que lo único que tiene claro es
que haría lo que fuera por su hijo.
¿Hay algún personaje hacia el que sientas especial afecto?
La historia se divide en tres
tramas principales (que se van entrecruzando hasta converger al final del
libro) y una de ellas sigue los pasos de Robert Miller, un ingeniero que
trabajó en las misiones Apolo que llevaron el hombre a la luna a finales de los
60.
De alguna forma, él es el alma
del libro, el personaje más complejo, el mejor perfilado y el que me ha
regalado las reflexiones más lúcidas para incluir en la novela.
Dos preguntas en una: ¿Qué parte
del proceso de escritura fue el que supuso un mayor desafío para ti? ¿Cuál
disfrutaste más?
Los más desafiante es el proceso
quasi infinito de revisiones del manuscrito. Escribes todo, revisas, revisas,
revisas y vuelves a revisar en un circuito cerrado en el que nunca pareces
tener cada párrafo con el nivel de calidad que te autoexiges. Hay que saber
parar. En este sentido, el trabajo de la editorial fue clave para mí ya que
tuve a mi disposición personas que me ayudaron tanto en la parte narrativa como
en la estrictamente técnica, porque, aunque es una historia en la que todo es
ficción, no quería cometer ninguna incongruencia histórica ni dar ningún dato
impreciso. (algunas tramas abarcan más de 70 años).
Disfruté especialmente el proceso
de planificación de la historia. Soy un escritor de mapa llevado al paroxismo y
hasta que no tuve cada aspecto de la novela perfectamente planificado no empecé
con la escritura de la misma.
¿Tienes alguna rutina a la hora
de escribir?
Ya me gustaría, pero no me lo
puedo permitir. Escribo cuando puedo: durante las extraescolares de mis hijos,
si saco algunos minutos y un poco de fuerza antes de dormir, planifico y ensayo
diálogos mientras voy en el coche, etc. Al igual que la práctica totalidad de
padres trabajadores con niños pequeños, mi tiempo está casi en su totalidad
agendado y de momento la literatura no deja de ser un hobby que se ha ido un
poco de madre.
En cuanto a la publicación, ¿cómo
fue la búsqueda de editorial?
No hubo búsqueda, ellos contactaron
conmigo. Yo procedo del mundo del relato corto y algunas de mis historias en
Twitter (ahora X) se han viralizado mucho. Mi editora, que me seguía en redes
sociales y disfrutaba con mis historias cortas (repletas de ideas
out-of-the-box), fue quien me lo propuso.
Aunque me abrumó un poco al
principio, supe ver que era una oportunidad única porque soy plenamente
consciente de que una editorial grande llame a tu puerta no es ni mucho menos
lo habitual en este mundillo.
¿Cómo se forjó la publicación de Arrebol
con La Esfera de los Libros? ¿Podría considerarse una negociación fácil?
Lo fue, porque ellos querían una
historia mía y yo quería publicar con ellos. No había mucho que pensar, ni que
negociar: las condiciones eran buenas, me ofrecían servicios de edición
profesionales y una distribución amplia, solo hubo que pactar el calendario de
entregas.
¿Qué recomiendas a otros
escritores que estén buscando editorial para su primera obra?
No soy de dar consejos, mucho
menos en un mundo -la escritura- en el que soy un neófito. Si tuviera que decir
algo, a nivel general, a quien quiere publicar una novela, sería que escribiera
durante un tiempo sin preocuparse demasiado del medio, de la publicación, ni
del futuro, simplemente que diera a conocer su trabajo y su narrativa a cuanto
más gente mejor. A mí me fue bien exponiendo mis relatos en redes sociales,
aunque soy consciente de que ese mundo es una selva y la lucha por la atención
es despiadada.
En tu opinión, ¿qué buscas
transmitir con Arrebol?
Arrebol no es una novela de
tesis, ni que gire en torno a una única idea. Lo que he intentado, a parte de
lo obvio (entretener, que tenga una narrativa disfrutable..) es, por encima de
todo, despertar el sentido de la maravilla del lector, que se sorprenda con las
ideas, que se pregunte cómo se me han podido ocurrir, que lea tres o cuatro
cosas que de verdad le sorprendan.
Más allá de eso, he pretendido
que la novela tenga una carga emocional potente. El subtexto apela a emociones
muy universales y muy primarias: el duelo, la paternidad, el sacrificio… así
que espero y deseo remover algo dentro del lector de mi novela.
¿Hay autores referentes que te
acompañan como escritor?
Soy un lector ávido que, con
total seguridad, está influenciado por los libros que se han cruzado en mi
camino, pero de forma consciente, no tenía a nadie en mente cuando estaba
escribiendo Arrebol.
Si hablamos de ciencia ficción,
me gusta mucho la valentía, rozando con lo kamikaze, de Liu Cixin y las ideas
pasadas de vueltas de Greg Egan.
En cuanto a escritores más
generalistas, hubiera vendido mi alma al diablo porque Arrebol tuviera un 1% de
la poesía que encierran las palabras de Saramago, un 1% de la gracia de Eduardo
Mendoza o un 1% de la capacidad de Houellebecq para capturar el espíritu de
nuestro tiempo.
Desbordante, mejor de lo que
podría imaginar. He recibido toneladas de cariño por parte de los lectores y la
difusión ha sido amplia. El mundo editorial es complicado, con cientos de
novedades cada semana y la ventana de atención que puedes obtener es limitada,
pero aún así, la recepción de la novela me ha dado momentos preciosos, que
tengo la intuición de que saborearé más cuando pase un poco de tiempo.
¿Algún comentario que te haya
sorprendido especialmente?
Muchos. Me ha llamado mucho la
atención que diferentes lectores han disfrutado el libro por razones muy
diversas. Una persona que no conocía me envió un (sobre)análisis de Arrebol con
una decena de páginas, otros me han comentado que han llorado con algunos
capítulos.
Sin querer ser demasiado
explícito, diré que de entre todos, me quedo con un comentario de una persona
que me escribió y me contó algo muy personal y cómo la novela le había ayudado
en un momento complicado de su vida.
¿Habrá secuela de Arrebol?
Rotundamente no. Me gustan los
finales cerrados y creo que la novela brilla especialmente al final, cuando se
atan todos los cabos (y son muchos). No creo que se deje nada sin explicar y,
siento que la historia tiene el cierre que debe tener, vería forzado
continuarla y perezoso reutilizar el universo y los personajes de la novela.
¿Qué proyectos tienes en mente
tras la publicación de esta novela?
No tengo un plan maestro, ni
planes a muy largo plazo. De momento seguiré en el mundo del relato corto, que
es mi medio natural, el que me permite experimentar y arriesgar lo que me
gusta. No sé si será en redes sociales o en otro formato, pero sé que me gusta
contar historias y que seguro que encontraré algún modo de que vean la luz.
¿Has pensado en dejar la
escritura en algún momento?
Ni me lo planteo. Es algo que me
gusta y que creo que es beneficioso, no veo ningún motivo para no escribir.
Puede ser que el mundo editorial me depare sinsabores, eso no lo sé, pero creo
que incluso en ese caso escribiré como lo he hecho casi siempre, con un
cuaderno, un bolígrafo y un cajón donde guardar mis escritos.
Que se profesionalice, la
repercusión, el alcance y el éxito son factores secundarios, minúsculos e
irrelevantes comparados con el placer de escribir.
Y ya para despedirnos, qué le
dirías a ese Juan Jesús Gutiérrez que de niño soñaba con ser escritor?
Que escriba, que escriba y que
escriba. Que escriba sin importarle donde van a llegar sus textos. Que es la
mejor herramienta que tiene para pensar, para conocerse a otras personas y
conocerse a sí mismo, para saber qué opina de verdad de las cosas, y cuál es su
mirada del mundo.
Que escriba, y que se divierta
escribiendo. A eso se resumen todo.
Ha sido un auténtico placer
compartir este espacio contigo, Juan Jesús. Gracias por abrirnos las puertas de
Arrebol y permitirnos asomarnos al proceso y la pasión que hay detrás de
la escritura. Te deseamos muchos lectores, muchas historias por venir y un
largo recorrido literario. Hasta muy pronto.

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