jueves, noviembre 20, 2025

ENTREVISTA a Ana Cristina González Aranda - Versión escrita

Ana Cristina González Aranda es psicóloga y escritora, nacida en Hinojosa del Duque (Córdoba) y formada en la Universidad de Granada. Durante más de una década ejerció como psicóloga general sanitaria, especializada en terapia familiar, con un marcado interés por la filosofía estoica y el taoísmo.

Desde niña encontró en la escritura un refugio y una forma de dar vida a mundos imaginarios. Tras convertirse en madre y vivir una etapa como homeschooler, regresó a la escritura aunando su mirada psicológica con su pasión narrativa. Escribe desde la cotidianidad, el humor y la reflexión, apostando por historias que emocionen, inspiren y dejen una huella duradera.

Su primera novela, A la abuela le crecen los enanos, se publicó en septiembre de 2025 con la editorial Aliar. Una historia tierna y subversiva sobre el encuentro intergeneracional, la autenticidad y la capacidad de la vida para sorprendernos cuando le damos una oportunidad.

Dijiste que escribes desde niña como refugio. ¿En qué momento sentiste que esta historia en particular necesitaba ser contada, y qué te llevó a rescatar esa niña escritora después de años dedicada a la psicología?

Respecto a la primera pregunta: en un mundo donde niños y ancianos son marginados y relegados a la invisibilidad, se me hace una cuestión de justicia recuperar el lugar que merecen en la sociedad. Poner el foco en que no siempre lo esencial está en lo productivo, que la imaginación es un arma muy poderosa y que la experiencia vital no se agota, sino que cristaliza con los años.

La segunda pregunta:  Sentía que había unos renglones sin escribir en mi vida, y que ya había llegado el momento. Cuando echo la vista atrás, entiendo que nunca de dejé de narrar, aunque fuera en silencio y sin llegar a plasmar las ideas en el papel. Había temporadas que me llegaban historias sin que yo las buscase. Recuerdo una tarde, que estando con mi marido le pregunté si le venían relatos o escenas a la cabeza. Cuando vi su sorpresa en el rostro, lo supe. Esa inquietud nace contigo y te acompaña, lo quieras o no. De ti depende cultivarla o ignorarla.

La novela nace de ver cómo niños y ancianos quedan marginados. ¿Hubo algún momento concreto, alguna escena vivida o presenciada, que te hiciera decir "esto tiene que estar en una novela"?

No recuerdo una escena, en concreto, sino la repetición de una necesidad asomando en muchos rostros: ser escuchados y oídos desde la autenticidad, tal y como somos. Cuando trabajas de cerca con niños, con solo mirarlos a los ojos, te das cuenta de cómo necesitan que los veas sin juicios y con la escucha atenta. ¿Qué dicen los niños cuando están en el parque? “mírame, mírame”. Y si no se encuentran con la mirada de sus padres, buscan otros ojos que los miren. Pero, acaso, ¿no es una necesidad para todas las personas? Urge salir de la enfermedad del egocentrismo, para saber ver al otro. La satisfacción encallada en lo propio alimenta un hambre que no se sacia nunca. Quizás, la lección más importante a aprender sea que el amor por uno mismo ha de resolverse en el amor hacia el otro, para no caer en el vacío de una existencia sin sentido.

Eulalia se rebela contra el veredicto de su nieta. ¿Hasta qué punto esta rebeldía refleja algo que has observado en tu consulta como terapeuta, o quizás en tu propia familia?

En consulta, más que rebeldía he observado reactividad. El ego se resiste al cambio. Las personas te dicen sin decirlo: cámbieme sin cambiar yo. Porque el cambio es incómodo, te hace salir de la zona de comodidad, te hace afrontar escenarios desconocidos. Y eso no le gusta al ego, porque vive en el pasado.

Mencionas que combinas la mirada psicológica con la pasión narrativa. ¿Cómo equilibras el conocimiento técnico del comportamiento humano sin que tus personajes se conviertan en "casos clínicos" en lugar de personas de carne y hueso?

En terapia yo no veo casos clínicos sino personas de carne y hueso. No prejuzgo, observo con todos mis canales abiertos. Por eso mismo, no me es difícil concebir personajes reales con todos sus matices, contradicciones y complejidad.

Has creado una historia con elementos insólitos y giros sorprendentes. ¿Cuánto planificas y cuánto te dejas sorprender por tus propios personajes mientras escribes?

Más bien, me dijo sorprender mientras escribo. A veces, a medida que escribo asisto emocionada a la evolución de mis personajes, como si cobraran vida propia. Para mí escribir es un acto de creación intuitiva inspirada. A algunas tramas hay que darles cierta forma, por lo que la planificación se hace necesaria, pero trato de ser lo más abierta posible a lo imprevisible y no limitarme a un guion rígido.


En una época de redes sociales y postureo constante, ¿qué significa para ti la autenticidad y por qué crees que es tan difícil de alcanzar?

Jung dijo una frase impactante: “todos nacemos originales y morimos copia”. Para mí la autenticidad es ser tú mismo siempre, cuando sepas quién realmente eres. Lo cual no es tan fácil, porque antes tienes que admitir que tú no eres eso que crees que eres. Y a partir, de ahí, ir quitando capas de la cebolla. Realizar el viaje hacia adentro puede ser doloroso y requiere coraje, por eso puede suele generar resistencia.

La novela es "tierna y subversiva" a la vez. ¿Necesitamos ambas cosas?

Totalmente. No hay nada más subversivo que ser auténtico, y que, a la vez requiera más coraje y ternura. Coraje para saltar, ternura para acogerte y perdonarte a lo largo del camino.

La soledad no deseada es una epidemia silenciosa. El oficio del escritor es solitario. ¿Cómo vives tú esos momentos de escritura en esa soledad?

La soledad no deseada tiene un efecto demoledor porque es una soledad que cala el alma. Es la soledad de las personas que no tienen a nadie que les escuche. Sobre todo, es la soledad de muchas personas mayores, que viven olvidadas en sus viviendas. Las personas somos seres sociales, nos necesitamos. Nadie debería sufrir esa soledad.

Escribir es solitario pero gozoso. Me conecta a ese mundo en el que todas las posibilidades son posibles, donde entras en ese estado de fluidez en el que las tramas cobran vida.

Mencionas tu interés por el estoicismo y el taoísmo. ¿Cómo han influido estas filosofías en tu forma de construir personajes y conflictos? ¿Hay algo de Séneca o de Lao-Tsé en Eulalia?

El estoicismo y el taoísmo son formas de concebir y afrontar la vida. Marcos o anclas que te conducen a una forma de ver, sentir, pensar y actuar. No todos los personajes lo encarnan, pero, por ejemplo, Eulalia sí. Es una mujer que se ha hecho a sí misma en la adversidad. Que trata de actuar desde la calma y la templanza, si bien es cierto que a veces se le va la mano con su estilo directo.


Para ver el booktrailer de la obra, pulsa el enlace: A la abuela le crecen los enanos

Tu estilo se describe como "fresco y directo". En un panorama literario donde a veces se valora más la complejidad formal, ¿fue una decisión consciente apostar por la sencillez, o es simplemente tu voz natural?

La cuestión es quién valora. Escribo para que el lector disfrute de la lectura de mis novelas, para que se emocione y se quede enganchado desde la primera página. La sencillez bien armada no es simpleza sino eficacia narrativa. Para mí lo importante es que lo que narre, llegue e impacte al lector, no hacer las delicias de quien busque artificios literarios sofisticados y rebuscados. Esta forma de narrar es mi voz natural, me representa.

Vienes de Hinojosa del Duque, un pueblo de Córdoba, y te formaste en Granada. ¿Cómo crees que tus raíces y tu recorrido vital han influido en tu estilo literario?

Todo influye, pero no sé decirte la relación que hay entre ello y mi estilo narrativo. Me considero una persona abierta y receptiva, que gusta de ir más allá de las raíces. El contacto con la diversidad en una fuente de riqueza inagotable de la que nutrirse.

La novela está dirigida también a jóvenes a partir de 10 años. ¿Qué crees que necesitan escuchar los adolescentes de hoy que quizás nosotros, los adultos, no estamos sabiendo transmitir?

Necesitan que los adultos sean referentes de valor, no tigres de paja. Que escuchen sus inquietudes de verdad, evitando la tentación de dar sermones. Que los acerquen a herramientas valiosas, como la filosofía, para orientarse en el mundo.

Planteas una trama donde una inmobiliaria amenaza el hogar de los vecinos. Es una realidad muy actual: gentrificación, especulación... ¿Tienen estos problemas un reflejo en tu día a día?

Tienen reflejo en el día a día. No hace mucho que estalló el escándalo de las preferentes.

Esta es tu primera novela publicada, pero seguramente no la última historia que llevas dentro. Sin desvelar demasiado, ¿hacia dónde apuntan tus próximos proyectos literarios?

Sigo dándole voz a niños y personas mayores, desde otra trama, época y género. Quiero hibridar realismo con fantasía.

¿Seguirás explorando los márgenes de la sociedad o te llaman otros territorios?

Estoy abierta a donde la inspiración me lleve. No le pongo puertas al campo.

¿Una recomendación para los nuevos escritores?

Que confíen en sí mismos, por encima de todos y de todo. Que cierren sus oídos a los comentarios desalentadores porque ni todo está escrito ni el camino a seguir es el de todo el mundo. Que se planteen por qué quieren escribir y disfruten de ello sin apegarse a los resultados.

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