Eduardo, Espirales de luz es tu
primer poemario y surge en plena pandemia. ¿Cómo influyó aquel contexto en tu
necesidad de escribir poesía?
La pandemia, y en
especial el confinamiento, fue un antes y un después para toda la sociedad,
pues estar encerrados en el domicilio sin realmente haber cometido ningún
delito, fue un shock, que en mi opinión aún perdura, para dicha sociedad
y para mí personalmente.
La necesidad de
expresar lo que sentía en ese momento me impulsó a escribir, en mi caso en
forma de poesía, un género en el que había escrito algún texto previamente,
siempre sin publicar, y que es excelente para expresar el estado emocional,
principalmente de desasosiego que yo, como mucha otra gente, sentía.
El libro se compone de 17 fábulas
poéticas. ¿Qué te llevó a elegir la fábula como forma para transmitir tu visión
del mundo?
La fábula es un género que desde siempre
se ha utilizado para transmitir de una forma amable y quizás sutil determinados
conceptos e ideas, y que se puede observar en muchos textos sagrados, como puede
ser en las parábolas de los evangelios, o en la permanente fabulación presente
en el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas quiché.
Estas fábulas pueden estar perfectamente
inspiradas en hechos de la vida real, como ocurre en mi libro en el poema La
otra mejilla, inspirada en la sonora bofetada que le propinó Will Smith a Chris
Rock en la gala de los Oscar, la cual, aunque el lector no la asocie fácilmente
al poema, posiblemente le resuene.
Tus versos dialogan con textos
espirituales como el Evangelio de Mateo, las Analectas de Confucio o el Tao Te
King. ¿Qué significa para ti beber de esas fuentes tan diversas?
Para mí estos textos contienen
una sabiduría eterna que brota de un lugar que nadie conoce bien, pero que se
intuye, y que claramente trasciende y complementa nuestra realidad otorgando
una visión positiva y amplia del mundo que debe facilitar nuestra existencia.
En mi caso
particular, ojalá que esta sabiduría se haya transmitido de forma adecuada al
poemario, y el lector pueda en algún grado disfrutarla.
En tus poemas aparece la idea de
libertad como condición inherente al ser humano. ¿Hasta dónde consideras que
debe llegar la libertad de una persona?
El ser humano para mí es totalmente libre,
lo cual le permite trascender los condicionamientos sociales, con efecto tan
limitante, siempre que se conecte interiormente con la fuente, que yo podría
definir con el amor.
En este sentido para mí la libertad del
ser humano no tiene límites.
Espirales es una metáfora poderosa. ¿Por
qué ese título? ¿Por qué Espirales de luz?
La espiral como metáfora corresponde a
una estructura que asciende, y en este sentido fue elegida en mi poemario Espirales
de Luz para reflejar el ascenso que se logra por medio de la luz que emana de
los textos sagrados, que no es otra que el amor (o si empleamos conceptos de cosmología
oriental, la virtud, definida en base a cuatro conceptos, amor, disciplina
interior, armonía y verdad).
¿Qué tiene la oscuridad para estar tan
denostada?
Pienso que la oscuridad es denostada porque
nos hace sufrir, nos genera dolor, y la consideramos ajena a nuestro ser, seguramente
porque socialmente estamos condicionados a aceptarnos solo como luz, pero sin
duda la sombra es parte de nosotros y debemos aprender a gestionarla, lo cual,
para mí, se puede realizar a través de los textos sagrados, conectándonos con
la luz espiritual, que siempre se manifestará en el plano material.
Con Santiago Expósito Amaro hablaba yo
de ritmo, de música. ¿Qué papel juega el ritmo en tu escritura?
La música en mi escritura está muy presente
a través de la permanente rima con que está escrita, que pienso le confiere un
ritmo musical de lectura, y, consecuentemente, armonía.
Este efecto armónico lo he extendido a
la presentación del poemario, tanto en las estrofas que contienen versos de una
longitud similar, lo cual visualmente resulta atractivo, como a la maquetación,
en la que la editorial Loto Azul ha puesto un exquisito cuidado.
Hablemos del silencio, ¿qué lugar ocupa
en tu poesía?
En mi caso silencio y
poesía son sinónimos, pues sin alcanzar un estado de silencio resulta complicado
encontrar la inspiración que ha de resultar en el poema que uno sabe tiene en
su interior, el cual solo se puede derivar de un conocimiento, que ha de ser
profundo, de los sentimientos, emociones y de la problemática que los ha
generado.
Lógicamente mi poesía
deriva de ese silencio previamente buscado.
En este sentido puedo
decir que soy un «ratón de biblioteca», pues me encanta el ambiente que se
encuentra ahí, el cual, evidentemente, también se puede hallar en la
naturaleza.
¿Podrías explicarnos qué es una analecta
y cómo influyó en la construcción de tu obra?
Una analecta es un
pensamiento de Confucio (nacido en el S. VI aC), o la de algunos de sus
discípulos principales, que fue recogida por sus seguidores una vez fallecido,
y cuya recopilación constituye lo que se ha denominado las Analectas de
Confucio.
Las Analectas,
conjuntamente con el I Ching y el Tao Te King, son los textos orientales en los
que he encontrado más inspiración dentro de su cosmología, siendo un
complemento perfecto a los Evangelios.
¿Cómo fue ese proceso de selección de
los textos que finalmente conforman Espirales de luz?
Los textos que conformaron mi poemario fueron
elegidos entre los que se caracterizan por ser fábulas poéticas o cuentos de
índole espiritual, en los que existe una inspiración, a veces oculta, en los
textos sagrados de la antigüedad.
La Editorial Loto Azul se caracteriza
por un catálogo con fuerte impronta espiritual. ¿Qué significó para ti publicar
tu primer poemario con ellos?
Trabajar con Loto Azul ha sido una
experiencia muy satisfactoria, pues buscan más que escritores, amigos, así como
una literatura que pueda aportar algo positivo a la sociedad, teniendo una
componente espiritual que marca su línea y catálogo editorial, en la que la
trascendencia está muy presente.
Puedo decir además que el trato recibido
ha sido excelente por parte de todas las personas con las que he interactuado
de esta editorial, por lo que estoy muy agradecido.
En tus poemas hablas de retos del
camino, de bienaventuranzas y de pruebas vitales. ¿Qué retos personales
marcaron tu escritura?
Evidentemente escribir sobre temas de
actualidad con un componente espiritual ha exigido un intenso proceso de
conocimiento, tanto interior, como del entorno en que vivimos, así como de la
espiritualidad, y por tanto un crecimiento interior, acompañado sin duda alguna
de crisis e interrogantes.
Además esta temática exige un respeto
profundo a las opiniones ajenas, lo que precisa también de un persistente
trabajo interior, y que, en mi opinión, es facilitado por la lectura y
comprensión de los textos sagrados.
En tu libro aparecen tanto temas eternos
como problemáticas actuales. ¿Buscas un diálogo entre lo atemporal y lo contemporáneo?
Por supuesto, de hecho el libro tal como
se ha concebido es la consecuencia de este diálogo.
El mundo actual en el poemario está
siempre presente, como no podría ser de otra forma, con sus luces y sombras.
La incorporación de forma dialogada de lo
atemporal (tan denostado e ignorado por nuestra sociedad), como puede ser una
bienaventuranza, creo que le aporta el complemento preciso para darnos
soluciones a las problemáticas contemporáneas, cada vez, desgraciadamente, más
complicadas.
Has participado en un libro benéfico.
¿Qué nos puedes contar sobre ese proyecto y cómo conecta con tu visión de la
literatura como servicio?
Sí, he sido seleccionado para participar
en el libro benéfico «Pero no te olvides de Valencia», en favor de los
damnificados de la Dana, con un relato corto inspirado en las jornadas técnicas
organizadas por el Colegio de Ingenieros de Caminos, del cual formo parte.
Yo, además de colaborar con este relato,
lo haré con los beneficios de la venta del poemario durante el crowdfunding
del libro benéfico.
Personalmente creo que la literatura
debe estar en servicio de la sociedad, más allá de los intereses personales de
cualquier índole, y, en la humilde medida en que me sea posible, yo aportaré acorde
a ello.
¿Cómo reaccionan los lectores cuando se
acercan a tu obra por primera vez? ¿Qué comentarios te han marcado más?
En general bien, a muchos les sorprende
la dureza con la que empieza, con relatos basados en la actualidad, pero acaban
entrando en el poemario conforme se desarrolla.
Los comentarios que más me han marcado
son los de lectores que expresan que el libro les ha producido emociones
extremas, como pueden ser pesadillas, o una necesidad imperiosa de tener que
parar unos días en su lectura para reposar dichas emociones y después
continuar.
También me han marcado los comentarios de
lectores que afirman han encontrado espiritualidad y misticismo en sus letras,
pues lo han expresado en un grado que quizás yo ni siquiera busqué.
Si tuvieras que definir en una sola
imagen lo que significa escribir poesía para ti, ¿cuál sería?
Para mí el concepto de poesía se puede
expresar precisamente en la imagen de la portada del libro, una espiral de luz,
pues escribiendo poesía puedes elevarte hacia la luz y encontrar así las
mejores soluciones a los problemas presentes y cotidianos de nuestras
existencias
¿Qué esperas que quede en el lector
después de cerrar las páginas de Espirales de luz?
Me conformaría con que al lector le
quede un rictus de satisfacción, con la sensación de que ha leído un libro, que,
aunque realmente no entiende muy bien, pues tanto la poesía como los textos
sagrados no son para entenderlos, sino para sentirlos, le quede una sensación agradable
y positiva.
Y por último, Eduardo, una recomendación
para quienes empiezan en el camino de la escritura.
Mi recomendación es
que no se centren en tener éxito, sino en escribir algo que les haga crecer
como personas, a ellos y a la sociedad en que se enmarcan.
Si consiguen disfrutar
y escribir algo con lo que se sienten satisfechos, el éxito será lo de menos, y
de alguna forma, tarde o temprano, les llegará entre su público verdadero.
Gracias, Eduardo, por acompañarnos, por
mostrarnos que la palabra puede ser alimento para el alma. Espero que cada
nuevo verso que escribas esa pureza que toca, con hondura y sin artificio, el
corazón de quienes te leen.
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