jueves, octubre 02, 2025

ENTREVISTA a Eduardo Lacambra - Versión escrita

Hoy nos acompaña en Mi experiencia como escritor Eduardo Lacambra. Eduardo tiene una trayectoria que nos recuerda que la poesía puede brotar de cualquier territorio: de la ingeniería, de la sabiduría ancestral o de la vida diaria puesta a prueba. Con Espirales de Luz nos ofrece un refugio y una revelación, un lenguaje que une razón y espíritu, y que invita a encontrar belleza en medio de la cicatriz que anuncia una vieja herida. Hoy no presentamos solo un libro, sino a un autor que siembra luz allí donde antes hubo sombra.

Eduardo, Espirales de luz es tu primer poemario y surge en plena pandemia. ¿Cómo influyó aquel contexto en tu necesidad de escribir poesía?

La pandemia, y en especial el confinamiento, fue un antes y un después para toda la sociedad, pues estar encerrados en el domicilio sin realmente haber cometido ningún delito, fue un shock, que en mi opinión aún perdura, para dicha sociedad y para mí personalmente.

La necesidad de expresar lo que sentía en ese momento me impulsó a escribir, en mi caso en forma de poesía, un género en el que había escrito algún texto previamente, siempre sin publicar, y que es excelente para expresar el estado emocional, principalmente de desasosiego que yo, como mucha otra gente, sentía.

El libro se compone de 17 fábulas poéticas. ¿Qué te llevó a elegir la fábula como forma para transmitir tu visión del mundo?

La fábula es un género que desde siempre se ha utilizado para transmitir de una forma amable y quizás sutil determinados conceptos e ideas, y que se puede observar en muchos textos sagrados, como puede ser en las parábolas de los evangelios, o en la permanente fabulación presente en el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas quiché.

Estas fábulas pueden estar perfectamente inspiradas en hechos de la vida real, como ocurre en mi libro en el poema La otra mejilla, inspirada en la sonora bofetada que le propinó Will Smith a Chris Rock en la gala de los Oscar, la cual, aunque el lector no la asocie fácilmente al poema, posiblemente le resuene.

Tus versos dialogan con textos espirituales como el Evangelio de Mateo, las Analectas de Confucio o el Tao Te King. ¿Qué significa para ti beber de esas fuentes tan diversas?

Para mí estos textos contienen una sabiduría eterna que brota de un lugar que nadie conoce bien, pero que se intuye, y que claramente trasciende y complementa nuestra realidad otorgando una visión positiva y amplia del mundo que debe facilitar nuestra existencia.

En mi caso particular, ojalá que esta sabiduría se haya transmitido de forma adecuada al poemario, y el lector pueda en algún grado disfrutarla.

En tus poemas aparece la idea de libertad como condición inherente al ser humano. ¿Hasta dónde consideras que debe llegar la libertad de una persona?

El ser humano para mí es totalmente libre, lo cual le permite trascender los condicionamientos sociales, con efecto tan limitante, siempre que se conecte interiormente con la fuente, que yo podría definir con el amor.

En este sentido para mí la libertad del ser humano no tiene límites.

Espirales es una metáfora poderosa. ¿Por qué ese título? ¿Por qué Espirales de luz?

La espiral como metáfora corresponde a una estructura que asciende, y en este sentido fue elegida en mi poemario Espirales de Luz para reflejar el ascenso que se logra por medio de la luz que emana de los textos sagrados, que no es otra que el amor (o si empleamos conceptos de cosmología oriental, la virtud, definida en base a cuatro conceptos, amor, disciplina interior, armonía y verdad).

¿Qué tiene la oscuridad para estar tan denostada?

Pienso que la oscuridad es denostada porque nos hace sufrir, nos genera dolor, y la consideramos ajena a nuestro ser, seguramente porque socialmente estamos condicionados a aceptarnos solo como luz, pero sin duda la sombra es parte de nosotros y debemos aprender a gestionarla, lo cual, para mí, se puede realizar a través de los textos sagrados, conectándonos con la luz espiritual, que siempre se manifestará en el plano material.

Con Santiago Expósito Amaro hablaba yo de ritmo, de música. ¿Qué papel juega el ritmo en tu escritura?

La música en mi escritura está muy presente a través de la permanente rima con que está escrita, que pienso le confiere un ritmo musical de lectura, y, consecuentemente, armonía.

Este efecto armónico lo he extendido a la presentación del poemario, tanto en las estrofas que contienen versos de una longitud similar, lo cual visualmente resulta atractivo, como a la maquetación, en la que la editorial Loto Azul ha puesto un exquisito cuidado.

Hablemos del silencio, ¿qué lugar ocupa en tu poesía?

En mi caso silencio y poesía son sinónimos, pues sin alcanzar un estado de silencio resulta complicado encontrar la inspiración que ha de resultar en el poema que uno sabe tiene en su interior, el cual solo se puede derivar de un conocimiento, que ha de ser profundo, de los sentimientos, emociones y de la problemática que los ha generado.

Lógicamente mi poesía deriva de ese silencio previamente buscado.

En este sentido puedo decir que soy un «ratón de biblioteca», pues me encanta el ambiente que se encuentra ahí, el cual, evidentemente, también se puede hallar en la naturaleza.

¿Podrías explicarnos qué es una analecta y cómo influyó en la construcción de tu obra?

Una analecta es un pensamiento de Confucio (nacido en el S. VI aC), o la de algunos de sus discípulos principales, que fue recogida por sus seguidores una vez fallecido, y cuya recopilación constituye lo que se ha denominado las Analectas de Confucio.

Las Analectas, conjuntamente con el I Ching y el Tao Te King, son los textos orientales en los que he encontrado más inspiración dentro de su cosmología, siendo un complemento perfecto a los Evangelios.

¿Cómo fue ese proceso de selección de los textos que finalmente conforman Espirales de luz?

Los textos que conformaron mi poemario fueron elegidos entre los que se caracterizan por ser fábulas poéticas o cuentos de índole espiritual, en los que existe una inspiración, a veces oculta, en los textos sagrados de la antigüedad.

La Editorial Loto Azul se caracteriza por un catálogo con fuerte impronta espiritual. ¿Qué significó para ti publicar tu primer poemario con ellos?

Trabajar con Loto Azul ha sido una experiencia muy satisfactoria, pues buscan más que escritores, amigos, así como una literatura que pueda aportar algo positivo a la sociedad, teniendo una componente espiritual que marca su línea y catálogo editorial, en la que la trascendencia está muy presente.

Puedo decir además que el trato recibido ha sido excelente por parte de todas las personas con las que he interactuado de esta editorial, por lo que estoy muy agradecido.

En tus poemas hablas de retos del camino, de bienaventuranzas y de pruebas vitales. ¿Qué retos personales marcaron tu escritura?

Evidentemente escribir sobre temas de actualidad con un componente espiritual ha exigido un intenso proceso de conocimiento, tanto interior, como del entorno en que vivimos, así como de la espiritualidad, y por tanto un crecimiento interior, acompañado sin duda alguna de crisis e interrogantes.

Además esta temática exige un respeto profundo a las opiniones ajenas, lo que precisa también de un persistente trabajo interior, y que, en mi opinión, es facilitado por la lectura y comprensión de los textos sagrados.

En tu libro aparecen tanto temas eternos como problemáticas actuales. ¿Buscas un diálogo entre lo atemporal y lo contemporáneo?

Por supuesto, de hecho el libro tal como se ha concebido es la consecuencia de este diálogo.

El mundo actual en el poemario está siempre presente, como no podría ser de otra forma, con sus luces y sombras.

La incorporación de forma dialogada de lo atemporal (tan denostado e ignorado por nuestra sociedad), como puede ser una bienaventuranza, creo que le aporta el complemento preciso para darnos soluciones a las problemáticas contemporáneas, cada vez, desgraciadamente, más complicadas.

Has participado en un libro benéfico. ¿Qué nos puedes contar sobre ese proyecto y cómo conecta con tu visión de la literatura como servicio?

Sí, he sido seleccionado para participar en el libro benéfico «Pero no te olvides de Valencia», en favor de los damnificados de la Dana, con un relato corto inspirado en las jornadas técnicas organizadas por el Colegio de Ingenieros de Caminos, del cual formo parte.

Yo, además de colaborar con este relato, lo haré con los beneficios de la venta del poemario durante el crowdfunding del libro benéfico.

Personalmente creo que la literatura debe estar en servicio de la sociedad, más allá de los intereses personales de cualquier índole, y, en la humilde medida en que me sea posible, yo aportaré acorde a ello.

¿Cómo reaccionan los lectores cuando se acercan a tu obra por primera vez? ¿Qué comentarios te han marcado más?

En general bien, a muchos les sorprende la dureza con la que empieza, con relatos basados en la actualidad, pero acaban entrando en el poemario conforme se desarrolla.

Los comentarios que más me han marcado son los de lectores que expresan que el libro les ha producido emociones extremas, como pueden ser pesadillas, o una necesidad imperiosa de tener que parar unos días en su lectura para reposar dichas emociones y después continuar.

También me han marcado los comentarios de lectores que afirman han encontrado espiritualidad y misticismo en sus letras, pues lo han expresado en un grado que quizás yo ni siquiera busqué.

Si tuvieras que definir en una sola imagen lo que significa escribir poesía para ti, ¿cuál sería?

Para mí el concepto de poesía se puede expresar precisamente en la imagen de la portada del libro, una espiral de luz, pues escribiendo poesía puedes elevarte hacia la luz y encontrar así las mejores soluciones a los problemas presentes y cotidianos de nuestras existencias

¿Qué esperas que quede en el lector después de cerrar las páginas de Espirales de luz?

Me conformaría con que al lector le quede un rictus de satisfacción, con la sensación de que ha leído un libro, que, aunque realmente no entiende muy bien, pues tanto la poesía como los textos sagrados no son para entenderlos, sino para sentirlos, le quede una sensación agradable y positiva.

Y por último, Eduardo, una recomendación para quienes empiezan en el camino de la escritura.

Mi recomendación es que no se centren en tener éxito, sino en escribir algo que les haga crecer como personas, a ellos y a la sociedad en que se enmarcan.

Si consiguen disfrutar y escribir algo con lo que se sienten satisfechos, el éxito será lo de menos, y de alguna forma, tarde o temprano, les llegará entre su público verdadero.

 

Gracias, Eduardo, por acompañarnos, por mostrarnos que la palabra puede ser alimento para el alma. Espero que cada nuevo verso que escribas esa pureza que toca, con hondura y sin artificio, el corazón de quienes te leen.

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