Su obra tiene
claras influencias de poetas como Miguel Hernández y Gloria Fuertes. Y con sus
relatos y novelas intenta dar voz a personajes cotidianos que en ocasiones
pueden pasar desapercibidos pero que en su opinión siempre tienen mucho que
decir y aportar.
Hola, Juana. Bienvenida a nuestro espacio.
Encantada de poder colaborar en un espacio que da voz a escritores y escritoras de todos los géneros y estilos. Y a su vez ponernos en contacto con lectores ávidos de nuevas lecturas.
Vamos con la primera pregunta ¿Quién es Juana Cantos Valverde?
Juana es una persona muy sencilla y compleja al mismo tiempo.
Siempre me he
considerado un “perro verde” porque desde muy pequeñita todo en mí solía
salirse de lo habitual. Durante años pensaba que eso era una debilidad.
Con el paso de los años he descubierto que precisamente es lo que me da la fortaleza
para crear y escribir todos mis poemas e historias.
¿Qué es para ti la escritura?
La escritura es el medio para expresar todas mis emociones a través de personajes diversos que en un momento determinado reflejan un sentimiento o situación que yo misma he podido sentir o con el cual he podido empatizar.
Ser escritora para mí va de la mano de una curiosidad y necesidad de observar y analizar todo lo que ocurre a mí alrededor. Observar a las personas, en diversas situaciones: sus gestos, la manera de comunicarse, de expresarse, lo que enseñan y lo que pretender ocultar. Por supuesto siempre desde un total respeto hacia la persona observada (no se trata de “voyeurismo”, jaja).
¿Qué libro recuerdas como el primero que tuviste entre las manos?
No recuerdo un título en concreto. Pero recuerdo que mi abuela Clotilde, la madre de mi madre venía todas las noches a darme un beso y a arroparme para dormir. Venía de trabajar tarde, era limpiadora en Valencia capital y casi todas las semanas me traía un libro que había adquirido en alguna de las librerías de los alrededores de donde trabajaba. Yo esperaba ese momento con emoción y devoraba el libro regalado en un par de días. Las dos creamos un vínculo maravilloso que siempre guardaré en mi interior así como alguno de los ejemplares que me regaló.
En 2021 publicaste tu primera obra: Relatos cortos que se leen tomando café. ¿Cómo fue tu experiencia?
Publicar mi primera obra fue un momento de aceptación decisivo en mi vida. Un antes y después a nivel personal y profesional. Aceptación y reconocimiento de una vocación que había tenido silenciada y casi negada en mi interior durante años. Un antes y un después porque desde el momento en que decidí escribir y publicar Relatos cortos que se leen tomando un café, no he parado de escribir y de realizar actividades literarias que llenan mi vida y le dan un amplio sentido.
Te sentiste más rodada cuando escribiste Relatos cortos que se leen tomando café, segundas partes siempre fueron buenas (2022).
Posiblemente un poquito más. Ya había pasado una primera experiencia en la que desconocía por completo el proceso de publicar un libro y en ese sentido fue un poco mejor. Aunque el proceso de aprendizaje y rodaje en este aspecto ha ido creciendo y evolucionando con las obras posteriores. Y hoy en día sigo siendo consciente de lo mucho que me queda por aprender y superarme.
¿Existe un nexo común entre los relatos que componen ambos volúmenes?
Sí, son dos libros hermanos. Segundas partes siempre fueron buenas es un recopilatorio que añade más historias sobre la protagonista en diferentes etapas de su vida.
A modo de confidencia a día de hoy hubiera hecho con
ambos libros uno solo. Pero la emoción por publicar mi primera criatura me
llevó quizás a precipitarme y publicar un libro posiblemente demasiado corto en
extensión de páginas. Pero también es verdad que si no lo hubiera publicado en
ese momento podría haberme echado atrás y el resto de libros y aventuras que he
vivido y sigo viviendo no hubieran tenido lugar.
Tengo muchos proyectos en la cabeza que intento ir dándoles paso y forma concreta. Tanto en poesía como en narrativa hay dos libros que ya están tomando grosor y color. De una manera más lenta de la que desearía porque entre medias siempre van surgiendo compromisos y obligaciones que ralentizan el proceso de la escritura pero que a medio o largo plazo verán la luz.
Tus últimas obras publicadas se titulan Veintisiete poemas de juventud y una canción para Irene, a nivel de poesía y La búsqueda de Gala Millán Lajara como novela ¿qué destacarías de estas obras?
Veintisiete poemas de juventud y una canción para Irene es un poemario que tuve olvidado en un cajón durante muchos años. Lo escribí en mi adolescencia y primera juventud y prácticamente lo abandoné. Ya en mi madurez lo recuperé, lo pulí y le di el espacio que merecía para hacerle justicia a mi yo juvenil que no tenía demasiada autoestima. Lo concluí con la canción para Irene, que es mi hija, como relevo generacional y expresión de mi amor por ella.
La búsqueda de Gala Millán Lajara es la “niña de mis ojos” literaria. Me ha hecho dar el salto como escritora a un vacío que paradójicamente no deja de llenarme como persona. Como yo misma la narrativa de Gala es sencilla y compleja a un mismo tiempo. Me nutro de personajes cotidianos pero a los que les doy una vuelta de tuerca que les convierte es seres únicos y genuinos.
Háblanos un poco de tu libro Poemas menudos para gente menuda.
Poemas menudos nació como un regalo para mi hija Irene. De hecho aparecieron primero las ilustraciones y después surgieron los poemas. Íbamos juntas a un taller de dibujo y los personajes del libro nacieron de esas horas de trabajo. Yo no soy ilustradora, los defectos en las imágenes son patentes pero no los hemos eliminado porque ese es el encanto del libro, un trabajo personal, artesano, de casa que fue evolucionando y donde vimos que podía ser disfrutado por más niños y niñas.
En un principio pensé en acompañar las
ilustraciones con cuentos pero creo que las generaciones actuales de peques
están faltos de poesía. Yo me crie viendo a Gloria Fuertes en la televisión y
entonces sí o sí los poemas formaron parte del proyecto.
Juana, tú siempre has disfrutado escribiendo
versos. Con el paso de los años, ¿puede llegar alguien a ser mejor poeta?Creo que disfrutar es la clave de todo. Yo no sé si soy una buena poeta. Hay un gran componente subjetivo en definir tal cosa. Yo escribo poesía porque es una manera de volcar emociones de mi alma que no podría expresarlas de otra manera. Si son buenas o malas no sabría afirmarlo con seguridad y honestidad. Desde luego si trabajas, te formas y practicas siempre tendrás más posibilidades de escribir con una calidad mayor. Pero ante todo y sobretodo recomiendo que se haga como medio de gozar de la literatura, de la vida, de canalizar sensaciones, emociones y sentimientos.
¿Crees que la lectura te ha ayudado a ser mejor escritora?
Seguro. Es imprescindible leer para escribir. Te forma, te forja, te da ejemplo, te ofrece diferentes perspectivas.
Otra confidencia: estoy superando un parón
lector que me está costando mucho tiempo superar. Siempre he sido una lectora
empedernida pero este parón me ha revolcado por el suelo y ha hecho que se
remuevan muchas cosas en mi interior. Afortunadamente lo estoy superando y
volviendo a disfrutar de la lectura.
Y para despedirnos, ¿qué consejo/s les darías a quienes están empezando en la escritura?
Escribe y disfruta, escribe y sé paciente, escribe e investiga el mundillo literario, escribe y crea lazos con otros autores y autoras que seguro que van a enriquecerte. Escribe y aunque habrán momentos de profundo desánimo sigue adelante y no dejes de hacerlo nunca.
Juana, muchas gracias por habernos acompañado hoy en el blog. Mis mejores deseos.
Gracias a ti y todos tus lectores por ofrecerme la oportunidad de compartir este momento de convivencia literaria tan maravilloso.
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