Hoy tenemos con nosotros en el blog a José Torres Criado, escritor, creador de contenidos y autor de las tiras cómicas “Coaching para esclavos”.
Vamos con la primera pregunta. ¿Quién es José Torres Criado?
José Torres Criado es un autor de Málaga que publicó su primera
novela, “Imagen corporativa”, en 2018 con la editorial El Transbordador. Desde
entonces, ha sacado numerosos relatos en patreons y revistas y, en este 2022,
ha creado también su tira cómica “Coaching para esclavos”, donde trata de
satirizar las cosas que no le gustan de la sociedad y que publica cada viernes
en su Twitter (@torres_criado) y en su Instagram (josetorrescriado).
¿Cuándo empiezas a escribir?
Escribo desde niño: siempre quise ser escritor y contar mis
propias historias. El punto de inspiración fueron las series animadas como
“He-Man y los Masters del Universo” o las películas de Indiana Jones. Luego,
seguí en la adolescencia y también en la universidad, y así he llegado hasta
hoy.
¿Qué es lo que te ofrece la escritura?
La escritura, como la narrativa en general (cómic, cine…) me lo da
todo. Sencillamente todo. Es un refugio contra las cosas feas de la vida y
también es una forma de retratar de una forma crítica estas cosas. Igualmente,
está también el goce estético, el acto de crear, que es algo maravilloso.
Un melómano como tú, ¿escribe con música o sin música? (qué tipo de música)
Escribo con música, pero corrijo sin ella: en completo silencio.
Corregir y releer sí creo que es indispensable hacerlo sin ningún sonido. Y en
lo referente a lo que escucho… ¡Pues me gusta de todo! Adoro el rock o el jazz,
pero también me pongo flamenco o metal y me entusiasman las fusiones de
géneros, que me parecen muy estimulantes.
En el 2018 publicaste tu primera obra. Su título: “Imagen corporativa”. ¿Qué es lo que puedes contarnos sobre ella?
Surgió dentro de la colección de narrativa breve de El Transbordador,
la colección Soyuz. Quería escribir una obra de terror de corte clásico, pero
quería, a la vez, alejarme de los tópicos más gruesos del género: casas
encantadas, bosques oscuros, castillos abandonados… No quería usarlos en esta
historia y, entonces, se me ocurrió algo: ambientarlo todo en una oficina (que
es un lugar verdaderamente terrorífico en realidad, sobre todo hoy en día). De
ahí surgió el contexto final: la crítica al mundo laboral, que, sobre todo en
los años de la crisis de 2008 a 2014, fue especialmente infernal (e “Imagen
corporativa” se ambienta en estos años deprimentes de paro disparado, rescates
financieros y miedo atroz a perder el puesto laboral).
También has escrito varios relatos, algunos de los cuales han formado parte de antologías. ¿Te sientes más cómodo en el relato o en la novela?
Escribir un relato puede ser más difícil que escribir una novela:
tienes que sintetizar mucho, tienes que aplastar las ideas y medir al milímetro
los diálogos o las descripciones de personajes. El espacio es a veces mínimo y
tienes que sacar de ahí una historia completa con todo su contexto por lo menos
sugerido. Pero son muy estimulantes por eso mismo también. Me encantan ambas
cosas: la novela y el cuento. Y ambas son un arte diferente dentro del mismo
arte.
Seguro que para alguien como tú esta pregunta resulta difícil de contestar: ¿Qué prefieres? ¿Una buena película o un buen libro?
Creo que prefiero un buen libro, pero no podría vivir sin el cine tampoco. Adoro el séptimo arte: voy a ver películas a las salas todas las semanas y en casa tampoco paro en mi tiempo libre. También consumo muchas series, que desde hace unas décadas tienen montones de ellas una calidad asombrosa.
Hace unos meses te embarcaste en un nuevo proyecto: la publicación de tiras, ¿podría hablarnos sobre él?
Siempre he amado el arte de la tira. Adoro desde los clásicos como “Peanuts”, “Garfield” o “Mafalda”, con los que me crie, hasta las publicaciones más modernas de revistas de humor crítico como El Jueves, Mongolia o Charlie Hebdo. Creo que la tira cómica es un arte a veces injustamente menospreciado que nos permite, en un espacio pequeño de dibujo y diálogo, dar auténticos sopapos en toda la cara a la realidad y a sus hipocresías y contradicciones. He tenido muy malas experiencias en algunos trabajos a lo largo de mi vida y muchas personas que conozco no dejan de contarme las suyas. Pensé un día que el mundo laboral, con todos sus horrores cotidianos, era un buen ambiente para satirizar y destruir, y de ahí nació mi tira “Coaching para esclavos”, que acaba de cumplir seis meses. Creo que muchísimos de los problemas que la gente tiene, desde económicos a de salud mental, están relacionados con el nivel enfermizo de competitividad, exigencia y frustración de este mundo laboral: hay mil cosas que se pueden retratar y denunciar. No obstante, “Coaching para esclavos” también está evolucionando hacia tiras políticas y sociales: quiero tratar todos los temas que me preocupan, en realidad, y esta línea variada es la que voy a seguir.
¿Qué tres libros te llevarías a una isla desierta?
Muy complicado si son sólo tres. De hecho, no sé ni por dónde
empezar y posiblemente me arrepienta de haberte dado los tres que te voy a dar
dentro de cinco minutos, pero allá voy: “El coronel no tiene quién le escriba”
de Gabriel García Márquez, “La ciudad y los perros” de Mario Vargas Llosa y
“Meridiano de sangre” de Cormac McCarthy.
¿Género favorito? ¿Nos recomiendas un libro de ese mismo género?
El realismo. Por ejemplo, de este género recomendaría “El coronel
no tiene quién le escriba”, que he mencionado antes. Es una novela realista y
atroz de García Márquez que, si bien transcurre en un pueblo cercano a Macondo,
no tiene elementos de realismo mágico.
Muchas gracias, José. Un placer haberte podido conocer más a fondo.
Muchas gracias a ti por esta entrevista y este espacio fantástico
que has creado para escritores y artistas.
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