Hoy tenemos en “Mi experiencia como escritor” a Manuel Devesa, comunicador, podcaster, bloguero y cuenta historias.
Hola Manuel, un gusto tenerte hoy en el blog con nosotros.
El gusto es mío aunque más que escritor, que me parece algo muy serio, lo que yo me considero es un cuenta historias. Tanto en la radio, como en la tele como en mi blog lo que hago siempre es eso, contar historias.
Uff, pues alguien muy inquieto que ha pagado muy caro el haber tenido las cosas muy claras desde el primer día. Yo desde pequeño soñé con dedicarme a los medios de comunicación no barajando la posibilidad de que eso podía no suceder y sin ser consciente de la ciudad en la que vivía. A partir de ahí cuando la vida te muestra la cara con la que tú no contabas pues solo te queda sobrevivir. Y yo lo hago con lo que más me gusta: comunicar. Ya sea oralmente o por escrito.
¿Qué significa para ti la escritura?
Desde pequeño siempre me ha gustado escribir y de hecho me acuerdo que en EGB nos mandaron a escribir una historia y recuerdo perfectamente leerla en voz alta a mis compañeros: la historia de Paco y Fortunato, unos caguetas de mucho cuidado. Jajajajaja. Y luego ha sido una válvula de escape.
En 2013 lo consigues y publicas tu primera obra. Su título “El regreso de Inés”, ¿qué nos cuentas en ella?
Pues tengo un recuerdo agridulce, fíjate. Porque aquello lo escribí en medio de un estado psicológico complicado por culpa del desempleo y fue una manera de sobrevivir a lo que estaba viviendo. Por eso te decía que es una válvula de escape también. No estaba previsto ni mucho menos que se publicase pero las buenas críticas en cuanto a la historia me animaron a hacerlo. Sin embargo yo la reescribiría de nuevo porque pienso que ahora podría hacerlo mucho mejor. Vamos, está en mis planes volverla a sacar…
Tu segunda novela “La noche que miramos al cielo” ve la luz en el 2017. ¿De qué trata? ¿Te resultó más fácil escribirla teniendo en cuenta tu experiencia como escritor?
Bueno “La Noche que miramos al cielo” es un homenaje a un suceso que como gaditano que soy vengo escuchando desde que soy un niño en boca de mi abuela o mis padres. Una historia con la explosión que tuvo lugar en 1947 en Cádiz como telón de fondo con unos personajes y una serie de tramas que no hacen sino explicar un poco el tiempo que vivían.
Fue más fácil pero también más complicado a la
vez a la hora de escribirla porque cuando uno trata algo que ha sucedido de
verdad tiene que andarse con mucho cuidado. En el caso de la explosión doy fe
de que hay gente muy sensible todavía cuando se habla de este tema. Estamos
hablando de una tragedia donde murieron ciento cincuenta y dos personas.
¿Cómo fue el proceso de documentación?
A base de mucha hemeroteca, algo que me encanta: Luego es verdad que el fantástico trabajo de José Antonio Aparicio Florido me lo puso más fácil porque había varios libros de investigación con muchos datos a los que consulté en muchas ocasiones.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
Fíjate que no sabría qué contestarte a eso. Yo siempre digo que voy con dos libretas: una en la mochila y otra en la cabeza. Hay determinados momentos en el día a día que me sirven de mucho para escribir: situaciones que vivo. Pero luego un determinado olor o sonido me puede trasladar a un punto en que puede surgir una historia. Luego yo trabajo de cara al público y eso es una auténtica mina de oro porque a pesar de mi “despiste crónico” soy muy observador y a veces me baso mucho a la hora de humanizar personajes en gente que voy conociendo y me llama la atención. De hecho en la novela que estoy escribiendo ahora hay un personaje que está basado en alguien que conozco y que estoy seguro va a arrancar más de una sonrisa al lector.
¿Necesitas tener la historia perfectamente planificada antes de sentarte a escribirla o te dejas llevar por la improvisación?
En general más o menos sabes qué historia quieres contar pero es cierto que a veces, supongo que no soy el único al que le ha pasado, a pesar de tener ya el esquema de lo que va a suceder de repente ocurre algo que lo cambia todo y hay que reescribir todo de nuevo. De hecho en “La noche que miramos al cielo” ocurrió con un personaje para el que tenía clarísimo su final y cuando me tocó escribirlo decidí cambiarlo.
Tú además de las novelas que tienes escritas, publicas artículos, colaboras en varios programas de radio, y llevas para adelante un podcast y varios blogs en el que tratas tus inquietudes y pasiones. Uno de ellos es “La azotea de Cádiz”, el cual tiene un claro componente cultural. ¿Cuándo nació y qué temas tratas en dicho blog?
Pues mira “La Azotea de Cádiz” nació en mayo de 2016 y lo hizo por la impotencia que sentí al ver como la prensa no disimulaba su partidismo. Entonces pensé: ¿Por qué no crear un blog donde tratar la actualidad siempre desde la objetividad?, que está claro que es difícil porque al final cada persona tiene sus ideales. Pero bueno yo siempre digo que algo habré hecho bien para que me hayan llamado “podemita” y “facha” a partes iguales. Jajajaja. Luego lo del componente cultural es que es algo que lo da la tierra. Es que Cádiz tiene unas historias que son apasionantísimas. Aparte pienso que un ciudadano debe conocer la ciudad en la que vive. Lo que pasa es que hay que contárselo de manera que no sea un tostonazo y que sea lo más ameno posible. Luego la nostalgia, que forma parte de “La Azotea” siempre funciona porque es bonito recordar el pasado sabiendo ser objetivos y quedándose con lo positivo, claro.
En cuanto al podcast o el programa de Youtube
que hago ahora, son parte de ese “cuenta historias” que te hablaba al
principio. Me apasiona ponerme delante del micro o de la cámara y conversar con
personajes para aprender de ellos y mostrárselos a todo el que quiera asomarse.
¿Cómo ves de importante que un escritor tenga su propia web o perfil de redes sociales que le permita tener un trato directo con sus lectores?
Yo siempre intento mirar las cosas positivas porque en esto de las redes sociales sabes que no todo es de color de rosa. Pero me parece muy importante para saber a qué público te diriges y a partir de ahí trabajar para que vean sus necesidades cubiertas. Yo siempre digo que a mí me lee gente que no necesariamente son grandes lectores. Yo no utilizo una narrativa excesivamente pormenorizada porque pienso que muchas veces lo que haces es perder al lector y a mí me gusta escribir lo que a mí me gustaría leer. Es cierto que desde la primera novela he evolucionado y tiro un poco más de narrativa pero siendo fiel a mi estilo, que es el de no pararme excesivamente en los detalles. Esto no quiere decir que mis lectores no puedan ver en mis palabras lo que les quiero contar ¿eh? Pero es que yo he llegado a estar leyendo un libro y de repente me han metido tantos detalles, descripciones e incluso explicaciones que no venían a cuento en medio del texto, que me he dicho: ¿yo qué estaba leyendo? Jajajajaja. Entonces eso yo no lo quiero para mis novelas. Respeto y hasta admiro a quien lo hace pero no va con mi estilo. Creo más en los diálogos que hacen la lectura más amena y que no te hacen cerrar el libro a la mitad.
Muchas gracias, Manuel. Un
placer haber podido tener esta charla contigo en nuestro espacio.
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