Autor:
Spencer
Johnson, M.D.
Editorial:
Empresa
Activa
Año
de edición: 2011
ISBN:
978-84-95787-09-5
Número
de páginas: 106
Mi opinión: Como se indica en la parte trasera de la cubierta, podría describirse ¿Quién se ha llevado mi queso? como “un cursillo rápido de adaptación al cambio”.
El libro posee un mensaje claro para aquellos que quieran recibirlo: “Adáptate al cambio” en cualquiera de sus vertientes, pero sobre todo en el plano profesional, porque de esa adecuación va a depender tu éxito o tu fracaso.
En mi caso, cayó en mis manos
porque mi jefe quiso que aquellos empleados que quisiéramos leérnoslo,
pudiéramos hacerlo y lo puso a nuestra disposición. Me alegré de hacerlo, es
más, al tratarse de una lectura corta y amena, cada año trato de leérmelo al
menos una vez para recordar sus consejos.
Cuando hablo de una lectura breve,
me refiero a poco más de cien páginas con algunas imágenes en las que se
resaltan algunas frases recurrentes del libro que deberían quedar grabadas en
la retina del lector.
En cuanto a la obra, Spencer
Johnson, doctor en Medicina y Licenciado en Psicología, nos presenta una
alegoría en la que nos encontramos con cuatro personajes: dos ratones (Fisgón y
Escurridizo) y dos liliputienses (Hem y Haw). Cada uno de ellos tiene una
personalidad con rasgos bastantes marcados, que en nuestra cabeza podremos
relacionar con nosotros mismos y con personas a la que conocemos.
Como decía más arriba, esta obra
está muy relacionada con los cambios que se producen a nuestro alrededor en
diferentes terrenos, ya sean en el plano más cotidiano y personal (amistad,
dinero,…) como en el profesional, ya que el queso no es más que una
representación metafórica de aquello que buscamos conseguir o conservar. A lo
largo de la obra se nos muestra el camino que debemos seguir para que podamos
afrontar esos mismos cambios insalvables que se dan en la vida de la manera más
receptiva posible.
Cada uno de los personajes de esta
fábula representa un modo de afrontar el cambio, que el autor nos presenta como
la desaparición de una fuente de queso tras su anterior hallazgo.
Por un lado, tenemos a los ratones
Fisgón; que curiosea detectando pronto el cambio y Escurridizo; que se lanza a
la acción. Mientras tanto, los dos liliputienses se debaten en lo que deben
hacer. Haw se toma su tiempo, pero finalmente, acaba por comprender que adecuarse
al cambio es la mejor manera de afrontar su nueva realidad, y que quizá, tras
esa oportunidad, se encuentre una situación mejor que la anterior. Hem, por su
parte, se enfurruña y se resiste a asumir las nuevas circunstancias que les ha
llevado a quedarse sin queso, lo que no hace más que empeorar la situación,
puesto que eso le debilita física y psicológicamente. Dos historias enfrentadas
que nos muestran las diferentes maneras que tenemos de percibir una misma
realidad y hacerle frente.
A lo largo de la obra, se nos
demuestra que la constancia, el esfuerzo y la creatividad obtienen su
recompensa mientras que el conformismo, la negatividad y la vagancia, todo lo
contrario.
Por tanto, nos encontramos ante un
ensayo que podría catalogarse como un libro de autoayuda por su carácter
motivacional. Recomiendo su lectura para aquellos que tengan trabajos en los
que se experimentan continuos cambios y que requieren de ellos una actitud de
alerta ante ellos, así como una actitud positiva y abierta que les ayudará a recuperar
cuanto antes esa “fuente de queso” (o encontrar otra) en el caso de que alguien
ajeno o las propias circunstancias se hayan encargado de cambiarnos de sitio o de
echar a perder.
Esta obra me llevó a otra de este autor (escrita a cuatro manos junto a Kenneth Blanchard) que también leí y me gustó y cuyo nombre es “El ejecutivo al minuto”. En ella enseñan técnicas de gestión empresarial y de dirección, pero eso ya formaría parte de otra entrada :-)
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