Hola Ariel, bienvenido a “Mi experiencia como
escritor”
Hola, Leonardo. Es un gusto y un honor que me hayas invitado a este espacio.
Vamos con la primera pregunta. Para aquellos
que no te conozcan, ¿quién es Ariel F. Cambronero?
Aparte de ser un enamorado del terror, el esoterismo, la mitología, el
simbolismo y el misticismo católico, soy un amante de la literatura, de la
buena literatura, y de la escritura. Por esta misma razón estudié Literatura en
la universidad, para comprender ambas áreas desde un punto de vista
profesional. Fuera de ello, como todo ser humano, soy un cúmulo de
contradicciones en medio de este universo.
Tienes algunos relatos publicados en varias
revistas digitales conocidas, ¿eliges a las que presentas tu candidatura por el
género que tratan, la extensión o por otros motivos?
Esto ha
cambiado con el tiempo. Al principio no tenía un filtro en específico; sin
embargo, después fui centrándome en revistas que trataran el género de terror y
en revistas académicas, las cuales suelen valorar los textos no solo por aspectos
de entretenimiento, sino también por aspectos de índole profesional.
En el tiempo que llevo siguiéndote en las
redes sociales, he visto que eres un autor en continua formación. ¿Crees que
eso es algo necesario para ser mejor escritor?
Definitivamente.
Conocer cómo funcionan la literatura y la lengua siempre hará que se escriba
mejor. ¿Por qué? Porque se deja de lado la idea de la literatura como mero gozo
y se le otorga la seriedad que realmente merece. La buena literatura es
compleja, básicamente porque nace de un organismo aún más complejo: el ser
humano. Así que para develar esa complejidad se requieren herramientas que nos
permitan adentrarnos en el texto y decodificarlo. En mi caso, el haber
estudiado Literatura me ha servido de mucho, no solo para leer mejor, sino
también para analizar textos profesionalmente. Es fascinante cuando uno puede
navegar entre las entrañas de un texto y descubrir todo lo que este puede
ofrecer y que oculta a simple vista. Y es aún más fascinante escribir analizando
lo que escribes.
¿Qué consejos a este respecto les darías a
aquellos que comienzan su andadura como autores?
Normalmente
se recomienda leer mucho, lo cual me parece muy acertado; sin embargo, yo
agregaría leer mucho y bien. Es decir, uno debe aprender a leer bien,
desmenuzando el texto para identificar los mecanismos literarios empleados por
el narrador. Es indispensable desnudar el texto para descubrir cómo está
construido. Dicho de otra forma, hay que hacer lecturas de calidad. No hay que
conformarse con las capas más superficiales de un texto, sino que hay que
sumergirse lo más profundo que se pueda. Para ello, como diría Lotman, es
indispensable hacerse con las herramientas necesarias para desarrollar las
competencias que nos permitan decodificar los distintos niveles del texto.
También
les aconsejaría que no se desesperen ni se desanimen si les rechazan un texto.
Va a haber muchos fallos y muchos aciertos, así que desesperarse no va a servir
de nada. Es necesario que confíen en ellos mismos y que escriban lo que
realmente les gustaría leer, no lo que el mercado o la gente espera que ellos
escriban; para ello, no hay que tener ninguna clase de tabú o pudor a la hora
de escribir. No hay que limitarse. Asimismo, deben aprender que la magia del
escritor no radica únicamente en la escritura, sino en la edición.
¿Qué autores consideras que te han influido a
la hora de escribir?
Principalmente,
hay tres autores que han influido mucho en mí y en mi estilo. Y estos son
Yasutaka Tsutsui, por su genialidad en el tratamiento de lo grotesco y lo
absurdo, Leopoldo Lugones, por el tratamiento de los temas científicos y
religiosos, y Shakespeare, por ser el autor que me motivó a escribir con su
maravillosa tragedia Hamlet. Aparte de ellos, ha habido otros autores
que me han influido para relatos específicos, como Gastón Leroux, Roberto Arlt,
García Lorca o Witold Gombrowicz.
¿Cómo construyes tus relatos? ¿Parten de una
idea inicial que vas desarrollando y te ayuda a anidar la trama completa de la
historia, de un personaje protagonista, o eres más bien de los que crea sus
relatos a partir de un buen final?
Bueno,
hay de todo un poco. Algunas veces voy formando en mi cabeza un personaje que
me gustaría crear y lo vinculo a una idea que me gustaría plasmar, ya después
todo va cayendo en su sitio. En otras ocasiones, tengo en mente un tema que
quiero tratar y voy estudiando las formas más adecuadas para desarrollarlo.
Aunque la mayoría de las veces, se me ocurre una idea, la dejo añejar para que
se vincule a otras ideas y fiat lux: todo cae en el lugar que le
corresponde.
¿Qué cualidades crees que debe tener un buen
narrador?
Para
mí, un buen narrador debe desarrollar la trama de la mejor manera posible. Debe
explotar la historia y los personajes al máximo; debe sacar lo mejor del texto.
El narrador es como un titiritero, así que debe saber mover bien a sus títeres,
memorizar bien los tiempos de cada acontecimiento y conocer el escenario en el
que se va a llevar a cabo la obra. De lo contrario, todo resultará en desastre.
¿Qué tipo de narrador te hace sentirte a ti
más cómodo a la hora de escribir y por qué?
Con
todos me siento cómodo en realidad. A todos los veo como herramientas que me
sirven para desarrollar un determinado texto. Por ejemplo, si necesito
introducirme en la mente de diferentes personajes, creo un narrador
extradiegético; por el contrario, si necesito narrar desde el interior de la
historia, entonces creo un narrador intradiegético. Todo depende de lo que me
demande la historia para ser narrada de la mejor manera posible.
Ya sabes que si fuera por nosotros,
tendríamos los textos siempre en continua revisión. ¿Cuál es el límite que
consideras oportuno a la hora de corregir nuestros textos?
Cada
texto exige un tiempo diferente. Hay textos que necesitan meses o incluso años
de edición, mientras que otros están prácticamente listos desde el momento en
que son escritos y solo requieren si acaso una o dos revisiones. Uno como escritor
logra desarrollar la intuición necesaria para darse cuenta de ello.
Y la última pregunta: Se te ve cómodo como
cuentista. Supongo que ya te habrán hecho esta pregunta en muchas ocasiones,
pero me veo obligado a hacértela de igual modo: ¿Tienes pensado dar el salto a
la novela en algún momento?
Claro,
me encantaría. De hecho, ya he experimentado con la novela. Tengo una novelita
corta experimental que aún no he publicado. Me gustaría publicarla y adentrarme
más en ese mundillo.
Muchas gracias, Ariel. Espero que tengas
muchos éxitos y quieras volver a este pequeño rincón literario para
compartirlos con nosotros. Ha sido un placer tenerte aquí hoy.
Muchas gracias a ti por la invitación y por este rato tan ameno. Y claro, yo encantado de volver a este bello espacio. Ha sido un placer haber estado aquí.
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