¿Por qué
escribes?
La escritura
siempre fue la salida, aquella que siempre buscamos cuando la vida nos sacude
con fuerza; fue la manera de transformar cada sentimiento o emoción en
fortaleza; fue el hogar que todos necesitamos abrazar cuando nos sentimos solos
o desorientados; fue el salvavidas que me enseñó que todos pasamos por momentos
delicados, pero que, a través de las palabras, podemos viajar a otros
escenarios o simplemente reflejar todo lo que hemos superado.
Escribo para
encontrarme cuando el dolor regresa a mi vida, para que otros se sientan
identificados y crean en sí mismos, para que, en un futuro, mi nombre persista
dejando estas huellas en papel.
«Todo esto sin
conocernos» fue mi primera obra, donde cada relato está escrito con el corazón
en un puño, sin ficción. Cada uno de ellos es personal, un sentimiento que
recorrió mi cuerpo antes de plasmarse en el papel. Por ello, quise dejar claro
en su sinopsis que no hay invención en las palabras que el lector va a leer,
que ocurrieron de verdad y que, si por un casual se sintió igual, jamás estuvo
solo.
Tu primera obra
nació como autopublicación en 2019. ¿Qué te llevó a dar el paso de pasar de
compartir relatos en Instagram a publicar un libro completo?
Antes de
publicar, llevaba años escribiendo estos relatos sin intención de mostrarlos en
público, como si se tratase de un diario privado, pero recuerdo un día en el
que un compañero del trabajo me mostró un ejemplar de unas cartas que había
escrito a su pareja durante unos años y que decidió transformarlas en un libro
una vez dada por terminada la relación. En ese momento pensé: «¿Y yo por qué
no?». Fue cuando recopilé los relatos y comencé con la aventura literaria, mi
mejor decisión.
En cuanto a Instagram, fue hace aproximadamente dos años cuando me comprometí conmigo misma a subir contenido todas las semanas, porque, a día de hoy, es la herramienta que más visualización nos puede proporcionar de cara a conectar con más escritores y lectores. Sentir que personas completamente desconocidas valoran cada escrito es una sensación reconfortante y te anima a seguir creciendo, a seguir escribiendo.
Soy consciente de
que, para muchas personas que no me conocen, pueda llegar a parecer que una
joven de 32 años haya estado expuesta a tanto como para definir la vida de ese
modo, pero, por desgracia, fue así. Desde muy pequeña entendí que cada
situación complicada que había vivido me proporcionaba una fortaleza
indescriptible y que la suma de todas ellas definía por completo la palabra superación.
Con este mensaje espero que otros lleguen a entender que la resiliencia está en
su interior, en sus ganas de seguir luchando.
La novela «10
motivos» tampoco llega a ser ficción como tal; sí hay escenas o momentos
completamente inventados o exagerados para que el lector sienta la tensión que
requiere cada instante, pero está basada en hechos reales.
Desde que empecé
a escribir siempre tuve en mente realizar este proyecto: describir aquellas
situaciones por las que personalmente había pasado a lo largo de mi vida y que
habían creado a la Sofía Sancho que podemos conocer ahora, pero no con relatos
cortos como en «Todo esto sin conocernos», sino con una historia y una trama
que atravesaran el corazón de quienes me lean, con el mensaje de superación
latente en cada capítulo.
En "Yo
también he pecado" abordas los siete pecados capitales desde experiencias
reales. ¿Cómo fue el proceso de decidir qué contar y qué callar sobre tu propia
vida?
Nunca le he
tenido miedo a exponerme tal y como soy, por lo que no me supuso mucha
dificultad confesar los pecados que he cometido o he visto en personas cercanas
a través de mis relatos, porque al describir dichos momentos no busco juzgar,
sino que todos entendamos que somos humanos y podemos equivocarnos, que debemos
estar orgullosos de nuestro camino y que, si en algún momento nos avergonzamos,
será porque hemos aprendido de aquel error y debemos perdonarnos por ello,
buscando siempre mejorar como personas.
¿Qué parte de este libro te costó más escribir y por qué?
Diría que me gusta mucho la sincronía y, para «Yo también he pecado», quería que cada uno de los pecados capitales contase con quince relatos, lo cual me supuso un reto en algunos casos, puesto que no encontraba qué más escribir y llegué incluso a bloquearme.
"No fue tan
fácil" es una obra coescrita con Andrea Casero sobre violencia de género.
¿Cómo fue escribir a cuatro manos sobre un tema tan delicado?
El título
"No fue tan fácil" resuena con el 016, el teléfono de atención a
víctimas. ¿Qué querías transmitir con ese juego de palabras?
Cuando una
persona sufre este tipo de violencia, no es consciente de ello. Por lo general,
piensa que es «lo normal», que en todas las parejas puede haber conflictos;
confía en que quien le daña cambiará porque «le quiere»… No es fácil quitarse
esa venda y asumir que esa relación no es sana, sentirse vulnerable por haber
consentido aquello que se llegó a jurar que jamás permitiría, pero mucho más
difícil es marcar ese número y pedir ayuda. De ahí ese título, reforzando que,
aunque suponga una decisión complicada, debemos afrontarla y ser valientes.
En "10
motivos" presentas a Amelia enfrentándose a "la visión idealizada que
tenía de su vida". ¿Hubo algún momento en el que tú también tuviste que
soltar esa visión idealizada?
Sí, según
escribía cada capítulo de «10 motivos», me daba cuenta de lo idealizada que
llegué a tener a muchas personas que han pasado por mi vida, y de la cantidad
de veces que he justificado actos que no lo merecían.
Creo que todos lo
hemos hecho: hemos buscado cualquier motivo para seguir confiando, pese a que
sus actos o palabras no fueran los correctos, como si la esperanza fuera lo
único certero y la única excusa para mantenerlos en aquel lugar.
En "10
motivos" Amelia se enfrenta a sus mayores pesadillas para encontrarse a sí
misma. ¿Tú ya te encontraste o todavía estás en ese proceso?
Yo me encontré
hace seis años. Hay un dicho popular que dice: «Lo primero que hay que hacer
para salir del pozo es dejar de cavar». Yo llegué a encontrarme ahí,
entendiendo que yo era mi peor enemiga, quien evitaba que las heridas
cicatrizasen porque las hacía sangrar para no olvidarme de ese dolor. Y créeme
que, al escribir esto, aún siento cómo la culpa me golpea, pero desde aquella
oscuridad aprendí a buscar la luz y a quererme más, a no ponerme la zancadilla
cuando las cosas no salen como espero.
Sí, pensar que
alguien, al leerme, se ha sentido abrazado en la distancia produce una
satisfacción que las palabras no alcanzan a describir. Muchas veces sucede que
necesitamos leer algo que refleje exactamente lo que sentimos, y justo aparece
ese relato o frase que lo expresa a la perfección. Saber que ese texto fue
escrito por mí y que ha tocado el alma de alguien es, simplemente, mágico.
Compartes tu
escritura en redes sociales antes de llevarla al formato libro. ¿Cambia mucho
un texto cuando pasa de la inmediatez de Instagram a la permanencia del papel?
Sí, al final,
cuando publico cualquier relato o poesía a través de redes, suele estar escrito
unos días antes de subirlo. En cambio, para publicar en papel primero debo
seleccionar qué contenido quiero incluir, y al releer cada escrito, la
exigencia y perfeccionismo se apoderan de mí, modificando tanto ortotipografía
como estilo, porque ser escritor es una evolución continua.
Tu obra más
reciente, "10 motivos", se publicó en diciembre de 2024. ¿Cómo ha
cambiado tu escritura desde tu primera publicación en 2019?
Desde mi punto de
vista, es un antes y un después.
Cabe destacar que
son géneros literarios muy diferentes, pero con «10 motivos» aprendí cómo
escribir una conversación con los signos correctos, cómo desarrollar una trama
compleja con numerosos detalles que deben aparecer continuamente para mantener
la esencia de la novela, y cómo crear descripciones que sitúen al lector,
haciéndole imaginar qué está ocurriendo en cada escena… Todo aquello lo
desconocía al enfocarme únicamente en relatos y frases cortas, que seguiré
publicando porque me parecen mensajes directos al alma, pero que posiblemente
se queden para redes sociales mientras me centre más en novelas de cara a un
futuro próximo.
Si tuvieras que
elegir un solo relato o frase de toda tu obra que resuma quién eres como
escritora, ¿cuál sería y por qué?
«Que una puerta
nunca te impida avanzar», de mi novela «10 motivos». Elijo esta frase porque es
la esencia de Sofía Sancho: un mensaje de resiliencia en el que todos debemos
centrarnos cuando el mundo que está a nuestros pies se desmorona. Siempre hay
opciones, siempre hay motivos para seguir luchando.
¿Nos dejarías una
recomendación para esas personas que comienzan en la escritura y que a ti te
haya servido?
Mi mejor consejo para aquellas personas que están empezando es, en
primer lugar, creerse lo que valen y entender que sus escritos merecen la pena
ser leídos.
Una vez esto esté claro, que se lancen por completo a las redes, que son
el lugar donde pueden promocionar sus obras, además de conocer a muchos
escritores y escritoras de los que aprender y con los que realizar
colaboraciones.
Por último, que no dejen de soñar en grande, porque todos los sueños se
pueden hacer realidad.







