lunes, diciembre 08, 2025

ENTREVISTA a Almudena Fuentes - Versión Vídeo y Audio

Almudena Fuentes es una escritora y pianista gaditana natural de Tarifa, creadora del innovador Proyecto Educativo Zolfa. Su obra combina la enseñanza del piano con la literatura infantil y el desarrollo de la inteligencia emocional, creando un método único que ha transformado la forma en que niños y adultos se acercan a la música. Como miembro del trío Armonía, columnista en La Alternativa Digital y estudiante de Pedagogía, Almudena ha dedicado su vida a tender puentes entre la música, las letras y la educación a través de talleres "Cuentos y Piano" por toda Andalucía.

¿Cuándo supiste que la música iba a ser el hilo conductor de tu vida?

En el momento que acepté trabajar con 20 años dando clases en una escuela de música Yamaha (que están por todo el mundo) y en el Hotel Reina Cristina de Algeciras (Cádiz) como pianista y cantante. Desde entonces mis actividades profesionales se han centrado en el mundo musical.

Háblanos de esos viajes que hacían tus padres atravesando una de las carreteras más peligrosas de Europa para llevarte al Conservatorio. ¿Qué significó ese sacrificio para ti?

He tenido la suerte de tener unos padres que me han sostenido en mi camino académico. Me siento agradecida, les debo todo lo que soy, me dieron la vida, no me ha faltado nada, han estado en la enfermedad y, en mis últimos años de colegio e instituto atravesaron tres y hasta cuatro días a la semana una de las carreteras más peligrosas de Europa para que cumpliera mis sueños y estudiara lo que me gustaba en el Conservatorio de Música.

Tu primer profesor, Don Luis Gerardo Ortiz de Luque, marcó profundamente tu relación con la música. ¿Qué te enseñó más allá de las teclas del piano?

Don Luis es una de las mejores personas que he conocido en mi vida, tiene una matrícula de honor como ser humano. Gran profesional dentro del mundo de la Educación y la Música. Me enseñó con gran paciencia, es super educado, respetaba mis tiempos, no se estresaba si no me salía a la primera. Su pasión por la música hizo que la amara de la misma manera. Me contagió con su inagotable paciencia, y me enseñó con una técnica exquisita.

¿En qué momento nace la idea de crear el Método Zolfa?

El Proyecto Educativo Zolfa ha conseguido captar la atención de mis alumnos/-as para poderles enseñar piano. En esta era Digital y del Conocimiento hay mucha información, la he seleccionado con un material único, atractivo, ameno y divertido con el que enseñar piano sin conocimientos de lenguaje musical. El método Zolfa son una serie de libros con partituras de piano originales y arreglos de modernas y clásicas, algunos contienen cuentos para desarrollar la inteligencia emocional, biografías de músicos/-as, juegos de mesa y dibujos para colorear. La idea de Zolfa nace por la escasez de recursos para enseñar, para darle un enfoque diferente al estudio del piano, con cuentos, colores, integrando la gamificación en el aprendizaje, la inteligencia emocional, etc.

 Los cuentos tradicionales no consiguen abordar algunos problemas de las nuevas generaciones, era necesario hacer un estudio exhaustivo para saber con las dificultades que se encuentran y crear cuentos con los que los niños/-as en cualquier lugar del mundo se sientan identificados. Zolfa va creciendo en un espacio atemporal, y no es perfecto, a veces se equivoca, pero junto a su familia y amigos/-as va superando los conflictos emocionales.

¿Por qué un elefantito?

Por un lado, el elefante simboliza universalmente sabiduría, fortaleza, lealtad, buena suerte. Por otro, cuando hace unos años vi en el telediario un reportaje en el que los estaban maltratando para apoderarse de su marfil me impactó tanto que decidí ponerlo de protagonista de mis libros, para que las futuras generaciones lo protejan.




Combinas en tus libros música, cuentos e inteligencia emocional. ¿Cómo se entrelazan estos tres mundos en tu método?

Los cuentos se leen de manera independiente a las partituras, en ellos se abordan las temáticas que más preocupan a los educadores sobre el desarrollo de la inteligencia emocional. Las partituras van apareciendo durante los cuentos, con Zolfa vestido de verde y el número de lección para poder seguirla cuando estudian piano.

 

Dices que con Zolfa no es necesario tener conocimientos musicales previos. ¿Cómo se rompe esa barrera que a menudo intimida a principiantes?

No es necesario, a cada dedo de la mano se le adjudica un número(digitación) y aparece en la partitura el número y la nota musical. Se indica donde poner cada dedo en el piano. Empiezas a tocar desde el primer día melodías de canciones populares clásicas y modernas. Pasado un tiempo, el alumno/-a memoriza cada dedo con su número y el nombre de la nota.

Escribes historias y tocas el piano desde niña. ¿Cuál de las dos vocaciones llegó primero o llegaron juntas?

Primero llegó la música porque mi prima Eva tenía una escuela donde impartía clases de piano y yo desde pequeña me pasaba las horas viendo tocar el piano a sus alumnos/-as. Después llegaron mis pequeñas narraciones de lo cotidiano para desahogarme, escribía en libretas escolares mis pensamientos, poemas, llegué hasta ganar el típico concurso escolar y publicaron el poema. La escritura y la música son poderosas herramientas psicológicas que permiten el autoconocimiento, la reducción del estrés, la gestión emocional y la organización de los pensamientos.

Tus libros abordan las problemáticas reales de los niños a través de las vivencias de elefantitos en edad escolar. ¿Qué temas te parece más importante tratar en la infancia?

El desarrollo integral, abarcando el juego, la nutrición, higiene, sueño, motricidad, la salud, la educación emocional y social, la exploración segura del entorno, la identidad, la autoestima, la narración oral y la lectura, la colaboración familia-centro, etc.

Incluyes en "El Mundo de Zolfa" la biografía de Clara Schumann. ¿Por qué era importante para ti visibilizar el papel de la mujer en la música?

Dentro de los derechos humanos está el derecho a la igualdad y aún existe una brecha de género pues en los planes de estudios tales como el bachillerato de Arte no se estudia figuras tan importantes en el mundo de la música como Clara Schumann, la primera mujer en tocar de memoria un repertorio de piano, que además era madre de familia numerosa, daba conciertos por Europa y clases de piano en plena época del Romanticismo. En el Conservatorio de música existe la obligación de tocar de memoria una obra en cada evaluación,  sin este requisito no apruebas. Clara Schumann fue la primera persona que lo impulsó, y, sin embargo, no aparece en el diseño curricular de algunos estudios específicos de arte.

Los talleres "Cuentos y Piano" que impartes por Andalucía combinan interpretación musical con narración. ¿Qué magia surge cuando se unen estas dos artes en vivo?

La magia de los cuentos y la música siempre es una puerta al inconsciente para poder superar traumas, heridas y poder expresar emociones. En los cuentos tradicionales existe ese elemento mágico y yo he querido respetarlo, porque esa metáfora puede ayudar a los niños/-as y adultos a superar situaciones o problemas, como Dumbo con la pluma en la trompa. De momento puede aparecer un duende o una bruja y hacer volar la imaginación, tan esencial para desarrollar la creatividad.

¿Qué te llevó a estudiar Pedagogía en la UNED mientras ya ejercías como profesora de piano?

Intento ser mejor profesional, aprender, busco recursos educativos.

Tarifa, tu pueblo natal, es un lugar único entre dos mares. ¿Cómo ha influido ese paisaje en tu creatividad?

Tarifa es cosmopolita. Cuando empecé a dar clases 2/3 de mis alumnos/-as eran inmigrantes: alemanes, ingleses, neoyorquinos, belgas, cretenses, etc. Eso te hace abrir la mente, ser más flexible. El paisaje tarifeño invita a la introspección, con esos kilómetros de playas de arena fina en la que puedes practicar deporte, y hablar alemán, francés o inglés con nativos. Lo mismo puedes degustar una gastronomía tailandesa, que comer un burrito mejicano. Hacer un senderismo o bucear en ese entorno único de fauna marina alrededor de la Isla de las Palomas. Sin duda la música es un lenguaje universal, y eso me hizo poder comunicarme con mis alumnos/-as extranjeros sin barreras por el idioma. Aprendí mucho de su cultura. Un “gazpacho” cultural en el que ellos aprenden a decir “quillo” y yo “Ich bin” Almudena.

¿Cómo es ese momento en el que ves a un niño tocar el piano por primera vez con tu método?

Aprendí a llorar sin que me diera vergüenza, a veces me emociono y se me saltan las lágrimas. Sobre todo, cuando consiguen tocar el piano con las dos manos a la vez o cuando Manuel Ayra, que fue mi alumno, ganó el popular concurso de “La Voz”. Pero también si es necesario confrontar lo hago, aunque no me guste demasiado. Son imprescindibles los límites.

Como columnista en La Alternativa Digital, ¿qué temas te apasiona abordar más allá de la música

La Historia me encanta, y las biografías. Lo de ser columnista me va bien porque soy más de escuchar. En mis entrevistas me fascina ver como un ser humano se va forjando, va creciendo. Aprendes mucho con el testimonio de otros.

Si tuvieras que elegir una pieza musical que represente tu filosofía como educadora, ¿cuál sería?

La Cuatro Estaciones de Vivaldi.

Y para despedirnos, ¿una recomendación para quienes se adentren en el mundo de la escritura o de la música y no se atreven a dar ese primer paso?

La música y la escritura son terapéuticas, mejoran la salud, dan vida, os las recomiendo.

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