¿Cuándo supiste que la música iba
a ser el hilo conductor de tu vida?
En el momento que acepté trabajar con 20 años
dando clases en una escuela de música Yamaha (que están por todo el mundo) y en
el Hotel Reina Cristina de Algeciras (Cádiz) como pianista y cantante. Desde
entonces mis actividades profesionales se han centrado en el mundo musical.
Háblanos de esos viajes que
hacían tus padres atravesando una de las carreteras más peligrosas de Europa
para llevarte al Conservatorio. ¿Qué significó ese sacrificio para ti?
He tenido la suerte de tener unos padres que me
han sostenido en mi camino académico. Me siento agradecida, les debo todo lo
que soy, me dieron la vida, no me ha faltado nada, han estado en la enfermedad
y, en mis últimos años de colegio e instituto atravesaron tres y hasta cuatro
días a la semana una de las carreteras más peligrosas de Europa para que
cumpliera mis sueños y estudiara lo que me gustaba en el Conservatorio de
Música.
Tu primer profesor, Don Luis
Gerardo Ortiz de Luque, marcó profundamente tu relación con la música. ¿Qué te
enseñó más allá de las teclas del piano?
Don Luis es una de las mejores personas que he
conocido en mi vida, tiene una matrícula de honor como ser humano. Gran
profesional dentro del mundo de la Educación y la Música. Me enseñó con gran
paciencia, es super educado, respetaba mis tiempos, no se estresaba si no me
salía a la primera. Su pasión por la música hizo que la amara de la misma
manera. Me contagió con su inagotable paciencia, y me enseñó con una técnica
exquisita.
El Proyecto Educativo Zolfa ha conseguido captar
la atención de mis alumnos/-as para poderles enseñar piano. En esta era Digital
y del Conocimiento hay mucha información, la he seleccionado con un material
único, atractivo, ameno y divertido con el que enseñar piano sin conocimientos
de lenguaje musical. El método Zolfa son una serie de libros con partituras de
piano originales y arreglos de modernas y clásicas, algunos contienen cuentos
para desarrollar la inteligencia emocional, biografías de músicos/-as, juegos
de mesa y dibujos para colorear. La idea de Zolfa nace por la escasez de
recursos para enseñar, para darle un enfoque diferente al estudio del piano,
con cuentos, colores, integrando la gamificación en el aprendizaje, la
inteligencia emocional, etc.
Los cuentos
tradicionales no consiguen abordar algunos problemas de las nuevas
generaciones, era necesario hacer un estudio exhaustivo para saber con las
dificultades que se encuentran y crear cuentos con los que los niños/-as en
cualquier lugar del mundo se sientan identificados. Zolfa va creciendo en un
espacio atemporal, y no es perfecto, a veces se equivoca, pero junto a su
familia y amigos/-as va superando los conflictos emocionales.
¿Por qué un elefantito?
Por un lado, el elefante simboliza universalmente
sabiduría, fortaleza, lealtad, buena suerte. Por otro, cuando hace unos años vi
en el telediario un reportaje en el que los estaban maltratando para apoderarse
de su marfil me impactó tanto que decidí ponerlo de protagonista de mis libros,
para que las futuras generaciones lo protejan.
Los cuentos se leen de manera independiente a las
partituras, en ellos se abordan las temáticas que más preocupan a los
educadores sobre el desarrollo de la inteligencia emocional. Las partituras van
apareciendo durante los cuentos, con Zolfa vestido de verde y el número de
lección para poder seguirla cuando estudian piano.
Dices que con Zolfa no es
necesario tener conocimientos musicales previos. ¿Cómo se rompe esa barrera que
a menudo intimida a principiantes?
No es necesario, a cada dedo de la mano se le
adjudica un número(digitación) y aparece en la partitura el número y la nota
musical. Se indica donde poner cada dedo en el piano. Empiezas a tocar desde el
primer día melodías de canciones populares clásicas y modernas. Pasado un
tiempo, el alumno/-a memoriza cada dedo con su número y el nombre de la nota.
Escribes historias y tocas el
piano desde niña. ¿Cuál de las dos vocaciones llegó primero o llegaron juntas?
Primero llegó la música porque mi prima Eva tenía
una escuela donde impartía clases de piano y yo desde pequeña me pasaba las
horas viendo tocar el piano a sus alumnos/-as. Después llegaron mis pequeñas
narraciones de lo cotidiano para desahogarme, escribía en libretas escolares
mis pensamientos, poemas, llegué hasta ganar el típico concurso escolar y
publicaron el poema. La escritura y la música son poderosas herramientas
psicológicas que permiten el autoconocimiento, la reducción del estrés, la
gestión emocional y la organización de los pensamientos.
Tus libros abordan las
problemáticas reales de los niños a través de las vivencias de elefantitos en
edad escolar. ¿Qué temas te parece más importante tratar en la infancia?
El desarrollo integral, abarcando el juego, la
nutrición, higiene, sueño, motricidad, la salud, la educación emocional y
social, la exploración segura del entorno, la identidad, la autoestima, la
narración oral y la lectura, la colaboración familia-centro, etc.
Incluyes en "El Mundo de Zolfa" la biografía de Clara Schumann. ¿Por qué era importante para ti visibilizar el papel de la mujer en la música?
Dentro de los derechos humanos está el derecho a
la igualdad y aún existe una brecha de género pues en los planes de estudios
tales como el bachillerato de Arte no se estudia figuras tan importantes en el
mundo de la música como Clara Schumann, la primera mujer en tocar de memoria un
repertorio de piano, que además era madre de familia numerosa, daba conciertos
por Europa y clases de piano en plena época del Romanticismo. En el
Conservatorio de música existe la obligación de tocar de memoria una obra en
cada evaluación, sin este requisito no
apruebas. Clara Schumann fue la primera persona que lo impulsó, y, sin embargo,
no aparece en el diseño curricular de algunos estudios específicos de arte.
Los talleres "Cuentos y
Piano" que impartes por Andalucía combinan interpretación musical con
narración. ¿Qué magia surge cuando se unen estas dos artes en vivo?
La magia de los cuentos y la música siempre es una
puerta al inconsciente para poder superar traumas, heridas y poder expresar
emociones. En los cuentos tradicionales existe ese elemento mágico y yo he
querido respetarlo, porque esa metáfora puede ayudar a los niños/-as y adultos
a superar situaciones o problemas, como Dumbo con la pluma en la trompa. De
momento puede aparecer un duende o una bruja y hacer volar la imaginación, tan
esencial para desarrollar la creatividad.
¿Qué te llevó a estudiar
Pedagogía en la UNED mientras ya ejercías como profesora de piano?
Intento ser mejor profesional, aprender, busco
recursos educativos.
Tarifa, tu pueblo natal, es un
lugar único entre dos mares. ¿Cómo ha influido ese paisaje en tu creatividad?
Tarifa es cosmopolita. Cuando empecé a dar clases
2/3 de mis alumnos/-as eran inmigrantes: alemanes, ingleses, neoyorquinos,
belgas, cretenses, etc. Eso te hace abrir la mente, ser más flexible. El
paisaje tarifeño invita a la introspección, con esos kilómetros de playas de
arena fina en la que puedes practicar deporte, y hablar alemán, francés o
inglés con nativos. Lo mismo puedes degustar una gastronomía tailandesa, que
comer un burrito mejicano. Hacer un senderismo o bucear en ese entorno único de
fauna marina alrededor de la Isla de las Palomas. Sin duda la música es un
lenguaje universal, y eso me hizo poder comunicarme con mis alumnos/-as
extranjeros sin barreras por el idioma. Aprendí mucho de su cultura. Un
“gazpacho” cultural en el que ellos aprenden a decir “quillo” y yo “Ich bin”
Almudena.
¿Cómo es ese momento en el que ves a un niño tocar el piano por primera vez con tu método?
Aprendí a llorar sin que me diera vergüenza, a
veces me emociono y se me saltan las lágrimas. Sobre todo, cuando consiguen
tocar el piano con las dos manos a la vez o cuando Manuel Ayra, que fue mi
alumno, ganó el popular concurso de “La Voz”. Pero también si es necesario
confrontar lo hago, aunque no me guste demasiado. Son imprescindibles los
límites.
Como columnista en La Alternativa
Digital, ¿qué temas te apasiona abordar más allá de la música
La Historia me encanta, y las biografías. Lo de
ser columnista me va bien porque soy más de escuchar. En mis entrevistas me fascina
ver como un ser humano se va forjando, va creciendo. Aprendes mucho con el
testimonio de otros.
Si tuvieras que elegir una pieza
musical que represente tu filosofía como educadora, ¿cuál sería?
La Cuatro Estaciones de Vivaldi.
Y
para despedirnos, ¿una recomendación para quienes se adentren en el mundo de la
escritura o de la música y no se atreven a dar ese primer paso?
La
música y la escritura son terapéuticas, mejoran la salud, dan vida, os las
recomiendo.




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