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| Marina Moreno: Escritora Mutante (el arte de ser mil voces) |
No “encasillarme”. Tengo tantas cosas que contar que no me caben en un
solo género.
¿Cómo
surgió Celeste tiene que nacer?
Del aburrimiento: me denominó “Escritora pandémica”. Surgió por la
necesidad de escapar de todo el ruido que teníamos alrededor. Recomiendo un
mínimo de diez minutos al día para “aburrirse” surgen las mejores ideas.
¿Te
sirvió la experiencia de haber escrito tu primera obra para llevar a cabo la
escritura de Gondomar: El secreto de la taberna?
¡Por supuesto! Todo suma. Pero no volvería (por ahora) a plantearme
escribir una novela con otro escritor.
Mi estilo, voz, registro… como quieras llamarlo no encaja mucho con el
de los demás. Es una ventaja sí, pero también un inconveniente. Costó encajar
mi relato, esa es la verdad.
¿Qué
te llevó a convertirte en escritora indie y cómo ha sido tu experiencia en la
autoedición?
Al principio, como a casi todos: “no te conoce ni el Tato” pero tienes
que soltarlo, como sea, y autopublicar es casi tu única opción.
Ahora, si tuviera que mandar mi manuscrito (que no me lo planteo) a
alguna editorial, sería a los dos grupos editoriales más grandes. Los que todos
sabemos: “pa poca salud, ninguna.”
Pero lo tengo más complicado que los demás: soy multi-género, y eso,
para las editoriales, es como hablar Kinglon con acento andaluz. Y usar
seudónimos no entra en mis planes.
Mi eslogan “El arte de ser mil voces”, se refiere a una sola persona, es
decir; yo. No tendría sentido si los usase.
Tu
canal de Youtube @escritoramutante se ha convertido en un espacio para
compartir contenido literario. ¿Qué te motivó a crear esta comunidad?
Justo eso: crear comunidad que resuene conmigo.
No quiero ser viral, quiero crear una comunidad fiel en la que mis
textos hagan eco en su interior. Mis novelas son entretenimiento sí, pero
pretendo que mis personajes los acompañen, al menos, durante unos días. A mí me
acompañan siempre.
Prefiero las novelas reflexivas; las que te plantean preguntas
incómodas.
¿Qué
consejo le darías a quienes quieren publicar pero dudan entre la editorial
tradicional y la autopublicación?
Si no los conoce nadie y sienten la necesidad: autopublicación. La
precisa tiene un pincho.
Ahora bien, no es incompatible. Yo misma, soy híbrida.
Consejo extra: no lo mandes a todas, a cualquiera. Investiga primero y a
la que más resuene contigo, a esa… (y a las que no filtren manuscritos con IA)
sobre todo si escribes CiFi.
Y, siempre, mándalo a las dos grandes. Nunca sabes quién te puede leer,
aunque no seas conocido.
En tu
experiencia como escritora indie, ¿cuál ha sido el mayor reto al que te has
enfrentado y cómo lo superaste?
Fácil: “la distopía de ser escritor orquesta.”
Se me entienda: empiezas con el sueño puro de escribir, de ser “mil
voces”, en mi caso.
Pero descubres súper rápido que el ecosistema indie es una máquina
traga-talentos (que no el mío) que te exige ser community manager, editor de
vídeos profesional, inviertes en herramientas como CapCut Pro, realizas cursos,
te formas para ser mejor escritor.
Te conviertes en estratega de RRSS, en diseñador, copywriter y
presentador de televisión de tu propio canal.
Eres el CEO de “Marina Moreno, S. A.”, una empresa unipersonal donde el
producto eres tú y el cliente es todo el mundo.
Y ahora aparece el síndrome del escritor fantasma: pasas días enteros
hablando de escribir, promocionando tus escritos, diseñando la portada de lo
que escribirás, maquinando el Booktrailer de tu futura novela… mientras tu
manuscrito te mira con el reproche silencioso de un perro al que no sacas a
pasear.
Es una paradoja letal: trabajas tanto en ser escritor, que dejas de
serlo.
Es muy cruel: tienes que dejar de escribir para vender lo que
escribiste, para tal vez, seguir escribiendo.
¿Cómo se supera todo ésto?
Reorganizando tu tiempo y esfuerzo, el caos en bloques temáticos:
tardes/noches para escribir, fines de semana para RRSS: grabar, editar,
programar.
Hay que recordarse que, al principio, sólo hubo una idea. El núcleo de
todo ésto no es un algoritmo, es una historia.
| Celeste, su ópera prima |
Respuesta visceral: Las ventas. Sin romanticismo, con la crudeza del que
paga facturas.
Las ventas no son el fin, son el oxígeno. Sin ellas, el sistema completo
se colapsa. Son el “sí” incial, el primer acto de fe. Sin ellas, el teatro
estará vacío y la función se cancela.
Cada venta es un “continúa” que te llega de algún lugar del mundo. El
combustible que mantiene encendida tu propia maquinaria de la “distopía indie”.
Pura biología; sin circulación, no hay vida.
¿Cómo
manejas las críticas negativas?
¡Me encantan!
Y no es postureo.
A mis conocidos, no familiares y amigos, (a ellos siempre les va a
encantar todo lo que hagas…)
A los que me conocen mucho menos siempres les hago las tres mismas
preguntas:
- ¿Te ha enganchado desde el principio?
- ¿Te ha sorprendido el
final?
- ¿Qué es lo que NO te ha
gustado, no has entendido o te ha chirriado…?
¡Es lo que necesito para mejorar!
Una reseña horrible y sincera vale más que diez tutoriales de escritura
en YouTube. Señala el agujero exacto en tu propio barco. Y créeme, casi siempre
tienen razón.
Y yo, como autora inmersa en mi mundo, era incapaz de verlo.
Es el feedback más puro que existe. No está contaminado por la lástima,
la amistad o la educación.
Es el golpe de realidad que te obliga a mutar, a replantearte un
diálogo, un giro o un final. Es la prueba de que alguien te leyó con tanta
atención que se sintió con el derecho –y casi la obligación– de decirte dónde
fallaste.
Es el taller de escritura más honesto y gratuito del mundo
¿Qué más quieres?
¿Te
han ayudado a crecer como escritora?
Son mis lectores betas no solicitados, mis editores gratuitos y mis
profes más severos. No solo me ayudaron, me esculpieron.
Antes de una mala reseña, crees que escribes bien. Después de ella;
escribes de verdad.
Prefiero mil veces una verdad que me duela a una mentira que adormece mi
creatividad y mi capacidad para superarme.
Detrás
de cada escritor hay lecturas que lo formaron. ¿Qué libro te gustaría que todos
leyeran al menos una vez en la vida?
Me parece una pregunta-trampa, con todos mis respetos.
La respuesta quizás no sea un título, sino un antídoto contra la
certeza.
No sueño con un mundo que haya leído el mismo libro, sino con uno que no
teme leer lo que le plazca. Sobretodo, lo que te incomoda.
Porque la lectura cómoda te entretiene, pero la incómoda te muta.
No se lee para acumular razones, sino para encontrar mejores preguntas.
¿Mi recomendación?
Cualquier libro que jamás leerías sin que te lo recomienden. Empieza por
ahí. Y luego, que tu estante sea un campo de batalla: que un ensayo de Thoreau
le levante la ceja a Tyrion Lannister.
Un choque de mundos donde nazca tu propia voz escritora o lectora.
“Querida yo del pasado: guarda ese manuscrito en un cajón seis meses.
Ahora crees que es la primogénita perfecta, pero en realidad es un diamante en
bruto que aún no sabes pulir.”
Me avergüenzo un poco de su versión publicada no por lo que es, sino por
lo que podría haber sido si le hubiese dedicado el tiempo y la artesanía
necesarios.
Creemos que publicar es la meta y es solo el primer paso de un recorrido
mucho más largo.
Pero también le diría: “Esa vergüenza que sientes ahora es la prueba de
lo que has crecido. Así que no lo edites, consérvalo como conservas la foto de
los ochenta con granos. Esa imagen imperfecta es el origen de todo lo que
merece la pena. A escribir se aprende escribiendo.”
Tu canal de
Youtube @escritoramutante se ha convertido en un espacio para compartir
contenido literario. ¿Qué te motivó a crear esta comunidad?
Un acto de desobediencia: contra la soledad del escritor, contra la
tiranía del algoritmo, contra la idea del que lo culto debe ser solemne.
Los canales literarios son más bien vitrinas de “Bookhaul”, reseñas
maravillas, entrevistas a escritores y resúmenes de “3 Tips para convertirse en
Bestseller”.
No quería una academia, quiero un laboratorio de ideas.
Un espacio donde leer no sea suficiente, donde haya que mutar con lo
leído en acción, pensamiento o conexión. Donde el pensamiento crítico no está
en extinción.
Hay una sección
que me llamó la atención especialmente. Se llama Entrevistas Imposibles,
cuéntanos un poco sobre ella.
Es mi sala de disección de arquetipos literarios. Los clásicos no son
intocables.
Es el lugar donde la crítica se casa con lo absurdo. Y pongo a prueba mi
propia creatividad.
Muy simple; resucitar a un autor clásico, a quién me plazca, ya sea
personaje de novela o ficticios -de mi propia imaginación-, y los sentamos en
el banquillo de las ideas.
No son lecciones de Literatura, ni reseñas de libros tuneadas. Son
laboratorios de humanidad.
¿A quién traigo? A cualquiera que tenga algo urgente que decirnos hoy.
Desde La Criatura de Frankenstein a Lope de Vega.
¿Recuerdas el
momento exacto en el que supiste que querías ser escritora?
Es la típica pregunta de la que todos esperan una historia con olor a
goma de borrar y lágrimas.
La verdad es mucho menos cinematográfica; no lo supe, me encontré
siendo.
Nunca pensé en ser escritora con siete años.
Ha sido algo más orgánico y menos glorioso.
El “querer ser” llegó después del “estar siendo”.
| Gondomar, escrita junto a otros autores |
No soy capaz de escoger a uno. Quizá el que me hizo adicta a la lectura
fue Julio Verne en mi adolescencia.
Cada libro que amas o detestas te deja una capa nueva: unos te dan el
ritmo, otros el diálogo, el valor para transgredir.
Mi forma de entender la Literatura es mi biblioteca personal; un coro
donde todos armonizan, sería muy injusto escoger a una sola voz como solista.
¿Cuál ha sido el
comentario o mensaje de un lector que más te ha emocionado?
Un simple gracias me desarma por completo.
Lo que valoro no es lo que dicen, es el acto en sí.
El comentario que más me halaga no es el más largo ni el que me pone por
las nubes.
Es el simple hecho de que exista.
Piensa el hecho: una persona invierte su dinero en mi libro -un autora
que no conoce nadie-, luego su tiempo en leerlo y luego ¡diez minutos más para
escribir unas palabras para mí!
En una era de consumo rápido, un “estoy aquí” y “tu historia ha merecido
que pause mi día” es el antídoto perfecto para la soledad del creador.
Más allá de la
escritura, ¿qué otras pasiones o hobbies alimentan tu creatividad?
Como pasión, la música.
Y leer no es algo que haga “además” de escribir: es la savia, el
combustible, el mapa y el territorio.
¿Qué me gustaría tocar el piano? Sí, pero mi creatividad no pide más
estímulos, sino profundizar en los que ya tiene.
Así que no, no tengo un jardín Zen ni sé bordad en punto de cruz.
Si pudieras cenar
con tres escritores, vivos o muertos, ¿quiénes serían y qué les preguntarías?
Esa pregunta no es una fantasía pata mí. Es mi jueves habitual.
Mi lista de espera es tan larga como la el historial de mis ideas. Y no,
no puedo quedarme con solo tres escritores.
Y no, no tengo que esperar a una cena hipotética, cada semana, en mi
canal, esa “Entrevista Imposible” ya está ocurriendo.
¿Cuál es la mayor
lección que has aprendido desde que publicaste tu primer libro?
Varias:
- Esto es una carrera de fondo.
- El ego.
- El síndrome
del impostor.
Son las trinidad tóxica que todo escritor indie debe aprender a manejar
o exorcizar.
Pero la más liberadora es: “Tu primera novela no es tu primer hijo, es
tu primer maestro”.
Reescribir es más importante que escribir.
Por eso cuando me preguntan cuál es mi mejor novela, siempre digo lo
mismo: “la siguiente”.
Y sobre el ego y el impostor… son dos caras de la misma moneda falsa. La
clave está en no preguntarse si eres bueno, sino en esforzarse en mejorar una
escena, diálogo o trama.
¿Eres de las que
planifica cada detalle de sus historias o te dejas llevar por la inspiración
del momento?
No, jamás.
De hecho, solo tengo el principio y el final. Nunca sé que pasará en el
durante, a veces, hasta yo misma me sorprendo con los trayectos de cada
personaje. Ellos, en mi cabeza, son reales, y como tal, hacen y deshacen como
les viene en gana. Más de una vez, he tenido que cambiar el final o adaptarlo
porque han tomado un rumbo distinto al que yo les suponía.
Cuéntanos sobre
tu experiencia en ese taller literario donde fuiste protagonista de un
cuentacuentos. ¿Cómo fue vivir la historia desde dentro?
He hecho dos; un taller como tal de “Escritura Creativa” y un
“Cuenta-cuentos”.
Una de las experiencias que han marcado mi vida como “escritora” sin
duda alguna.
Cuando se destapó
que Carmen Mola eran tres hombres, ¿cuál fue tu primera reacción?
LO HEMOS HABLADO EN LA ENTREVISTA.
¿Qué opinas de
toda la polémica que se generó?
LO HEMOS HABLADO EN LA ENTREVISTA.
¿Qué
opinas del Premio Planeta?
LO HEMOS HABLADO EN LA ENTREVISTA.
¿Crees que el
humor es necesario en la escritura, incluso en las historias más oscuras?
Sí ¿dónde no es necesario el humor?
De hecho, en mi canal, tengo un guión hablando del tema. Muy interesante
y ameno. Os lo recomiendo ;)
Tu escritor
favorito de todos los tiempos.
CREO QUE ENA 16 O 17 LA CONTESTÉ.
Recomiéndanos un
escritor emergente que te haya sorprendido últimamente.
Sinceramente, no he descubierto a ninguno.
Y una escritora
emergente que creas que deberíamos tener en el radar…
Tan emergente no es, pero ahí va: Elvira Sastre. Hay que seguirla muy de
cerca.
Une la tradición literaria con los nuevos formatos y no teme explorar
las emociones humanas con honestidad.
La
autopublicación está en pleno auge. ¿Hacia dónde crees que va este modelo?
Lejos de ser solo una alternativa. Se consolidará como un modelo robusto
con identidad propia.
No se limita a ser un plan B, avanza hacia una profesionalización donde
el propio autor se convierte en un centro de negocio creativo y sostenible.
¿Qué proyectos
literarios tienes entre manos?
Cuatro:
- Un cuento infantil que publicaré para Navidad (si me da la vida)
- Una histórica ambientada en la posguerra de Galicia con un mineral como protagonista: el Wolframio.
- Un drama romántico por encargo.
- Mi segunda novela de Sci-Fi.
Relatos, secciones nuevas para mí canal, otro canal con una compañera y
colega…
Y muchos proyectos más con lo que espero sorprender a mi Tribu
Literaria.


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