sábado, noviembre 29, 2025

ENTREVISTA a Alicía López Tarrida - Versión escrita

Alicia López Tarrida nació en Arahal (Sevilla) es una creadora multidisciplinar que combina la escritura, la pintura y el modelado en arcilla. Reconocida en certámenes literarios como el Concurso de Cuento Corto del Día de la Mujer de Espartinas (ediciones VI y VII), ha publicado su primera novela, "Cómo empezar... Hay un camino interior" (2012), con Editorial Círculo Rojo, y posteriormente teatro con Editorial Almuzara en su sello Mascarón de Proa. Compagina su vocación artística con su labor en la administración de un centro escolar, manteniendo viva su pasión por las letras mientras prepara futuras publicaciones desde su blog "Adama Naciente".

Alicia, ¿hubo algún libro o autor que despertara en ti esa pasión por las letras?

Entre mis libros de cabecera siempre han estado las obras de J.R.R, Tolkien, “El Hobbit” y la Trilogía “El Señor de los Anillos”. Otros autores como Michael Ende (“Momo” y/o “La historia interminable”), despertaron en mí esa pasión por el simbolismo que se refleja en sus obras y en la forma de proceder de sus personajes.

En particular mi admiración redunda en la capacidad literaria de Tolkien, en cuanto a la creación de lenguas de su propia invención, con su particular gramática, y en la elaboración de los Mapas de la Tierra Media. De hecho he leído estas obras en varias ocasiones, siempre descubriendo algo nuevo e imperceptible que no capté en una primera lectura.

Antes de publicar tu primera novela, participaste en concursos literarios, siendo premiada en dos ocasiones en el Concurso de Cuento Corto del Día de la Mujer de Espartinas. ¿Qué significaron esos reconocimientos para ti como escritora?

En aquel momento supusieron un empuje literario para seguir en esa proyección, en ese querer compartirme siempre y cuando así lo quisieran las musas, a las que aclamo cuando creo estar preparada para ese acto de perpetuar la palabra, dándole luz pública.

En 2012 publicaste "Cómo empezar... Hay un camino interior" con Editorial Círculo Rojo. ¿Cómo fue el proceso de materializar tu primera novela?

Se vive con una ilusión muy particular. Desvelar un proyecto, el primero; hacer realidad un sueño. Llevar, de la idea a la materia, un sentimiento, emociones, un legado…Podría compararlo con la semilla que brota desde la oscuridad sin saber cómo va a germinar, cómo va a crecer, a dar sombra o fruto. Vértigo y esperanza en la espera.

Recuerdo la primera vez que contemplé ese fruto, mi novela, en el escaparate de una librería. Me pareció sentir una emoción que ni siquiera era de este mundo. Como un sueño que se cumple pero, a su vez, como algo que ya no controlas… porque tiene su propia identidad. Como tener un hijo… (Otro).

El título de tu novela sugiere una búsqueda, un camino de introspección. ¿Qué querías transmitir con esta obra?

El camino de todo renacimiento es una búsqueda. ¿Desde dónde re-inicio?

En el caso de la protagonista de la novela, la búsqueda debe ser interna, íntima, desde el dolor y las heridas que aún sangran puesto que la sanación es el primer paso para poder adquirir fortaleza, sobre todo y ante todo, espiritual. Sin sanar no se puede avanzar y el dolor es parte de ese proceso. Una vez que acaricias la posterior cicatriz y ya no duele, avanzas. Esas son las reglas del juego a la que la protagonista está sometida y, en esa aceptación, su progreso vital.

Después de la narrativa, diste el salto al teatro publicando con Almuzara en su sello Mascarón de Proa. ¿Qué te atrajo del género dramático?

Quizás el momento vital que estaba trascendiendo: el duelo tras la pérdida de mi madre. Las musas (siempre ellas) quisieron que el continúo diálogo en la consecución y aparición de los personajes, se escenificara en diversos contextos que facilitaron el guion teatralizado.

En Adama hay drama pero también risas, las máscaras bien definidas de la tragedia y la comedia, musas ambas de la dramaturgia. El teatro es buena muestra de un género en el que planteamiento, nudo y desenlace se pueden gestionar en poco más de una hora. Tal que así sucede don Adama.

Eres escritora, pero también pintora y modeladora de arcilla. ¿Cómo se complementan estas disciplinas artísticas en tu vida?

Actualmente con mayor dificultad pero siempre he encontrado el momento para alternar unas y otras disciplinas. Pinto por instinto, modelo por pasión, escribo por necesidad de expresarme y…trabajo en la administración por avatares de la experiencia, pero me satisface mi trabajo (muchísimo) y, económicamente, es mi sustento. Todo se complementa; todo se puede, si una quiere.

Confieso que modelar arcilla es una experiencia única. El barro ordena y yo obedezco. No soy alfarera; no es mi fuerte la cacharrería, aunque la admiro. Modelo figuras, personajes que toman sus nombres propios a placer, cuando el fuego los hace perpetuos y de alguna forma, únicos para la posteridad.

En tu blog "Adama Naciente" compartes reflexiones, poemas y textos. ¿Es un laboratorio de ideas para futuros proyectos?

Así es… “Adama Naciente”, quiere perpetuarse a través del conocimiento de lo que somos, en el caso de Adama, los sevillanos. Nací en Arahal y crecí en Montellano, pero mi adolescencia y madurez pertenecen por entero a la ciudad de Sevilla, aunque ahora la habite desde una de sus cornisas.

Adama Naciente”, como blog, pretende ser un enlace al patrimonio de la ciudad, al conocimiento que guarda incluso en las pequeñas/grandes cosas, como ejemplo, en la Vidriera de los Evangelistas, en la Catedral gótica de Santa María de la Sede. Ahí, a través de la contemplación de esa vidriera, de sus cristales de colores, se desenlazarán un millón de perspectivas…ese es un futuro proyecto.

Has comentado que "el arte no paga las facturas" y que ya quisieras dedicarte completamente a él. ¿Qué significa para ti ser artista en un contexto donde es difícil vivir del arte?

El ARTE, así, en mayúsculas, se hace por amor. No puedo poner precio al arte porque es inconmensurable. No se puede medir. Como, en mi caso, no sé poner precio ni sé calcular el valor de lo que hago, me nutro de la vía administrativa, de mi entrega a todo lo que ella implica dentro del engranaje de la empresa a la que me debo, profesionalmente hablando.

Es por esa consecución de pensamientos y realidades que ya quisiera yo poder vivir de ello, del arte. Pero ¿no sé hacerlo?... seguramente. Sólo puedo decir que amo lo que hago. De ahí que confiese que hago arte por amor. Sin más.

Cuando escribes, ¿tienes algún ritual o momento del día preferido?

Mi momento preferido no tiene reloj, no hay tiempo (ni fronteras), con lo cuál puede ser cualquier momento del día/noche.

En el No-tiempo habita todo lo posible; situada ahí, ante la página en blanco, cierro los ojos antes de prodigarme en el teclado. Así conecto mejor con lo que las musas quieren aportar. También hay “musos”… ¡Jajajaja!, pero ellos suelen asistir, acudiendo a la hora de pintar.

¿Qué autores o corrientes literarias han influido más en tu forma de escribir?

Sin duda, el realismo mágico. Isabel Allende, Gabriel García Márquez, Ana Mª Matute… No creas, también me gusta la novela negra, pero más como lectora.

De pequeña me bebía todo lo que tuviese que ver con la mitología, las leyendas artúricas, la prosa misteriosa de Bécquer, los grandes relatos (para mí los son) de J.R.R Tolkien…una grata amalgama de lecturas.


En tus textos se percibe una sensibilidad especial hacia lo humano y lo íntimo. ¿Qué temas te conmueven más a la hora de escribir?

Un particular lirismo… la sinceridad, mi perspectiva, cómo me siento, cómo percibo en mis células la nitidez de mi pensamiento a partir de lo que vivo.

Siempre me he prodigado como una libre pensadora, pero para admitir esta verdad, que es mía,  hay que soportar el arduo castigo de la incomprensión.

No busco que se me comprenda al escribir,  pero sí que se me sienta y sobre todo, el respeto a la verdad de cada cual; también a la mía.

Me comparto (mucho) escribiendo. Intento publicar breves pensamientos utilizando mi perfil de Instagram. Ahí se puede comprobar que soy netamente humana, con mis luces y mis sombras… y me comparto porque soy libre. ¿Qué más se puede pedir?

¿Cómo vives el proceso de corrección y revisión de tus textos?

En los textos de andar por casa, como yo les llamo, y resto de escritos por publicar, la corrección ortográfica está en manos de la aplicación que esté utilizando. En mi caso es Word. De la expresión gramatical me encargo yo hasta el momento final en el que, si procede, pido revisión editorial.

Cuando publiqué la primera novela, puse el texto en manos de una filóloga.

Para la obra de teatro, yo misma he adaptado el texto, acotando las escenas y guionizando la interacción de personajes.

Has mencionado que te nutres de la escritura para futuras publicaciones. ¿Puedes adelantarnos algo sobre tus proyectos actuales?

La hija del carpintero” es una novela escrita en 2012 y aún no publicada. Ha sufrido varias correcciones posteriores y espera el momento de ver la luz.

Es curioso, repasando el texto en una de mis últimas lecturas me asombré al constatar que los personajes sólo usan la tecnología para enviar algún que otro SMS. Esto da muestras de cómo ha evolucionado todo en el contexto social y tecnológico desde 2012 hasta nuestros días.

En otro orden de cosas, hilvano una nueva novela que necesita de una digestión constante. En ese proceso estoy…

¿Qué consejo le darías a alguien que, como tú en su momento, sueña con publicar su primera obra pero aún no se atreve a dar el paso?

Es difícil dar un consejo cuando la realidad literaria actual es tan permisiva a la hora de publicar. Para mí es fundamental la calidad gramatical y, por supuesto, ortográfica. Cuando he publicado siempre he tenido que estar muy segura de poder aportar algo novedoso al futurible lector, ya sea por ideología o por un particular punto de vista de la que escribe.

Escultura del Sombrerero Loco
Alicia López Tarrida
El mundo editorial puede ser desafiante, especialmente para autores independientes. ¿Qué has aprendido de tu experiencia con Círculo Rojo y posteriormente con Almuzara?

Con Círculo Rojo, cuantas correcciones envié, más paciencia recibí. A la hora de maquetar no recibí objeciones de ningún tipo, incluso haciendo cambios de última hora. Una grata experiencia y, físicamente, muy buena calidad en el ejemplar físico de la novela.

Mi experiencia con Mascarón de Proa (filial de la editorial Almuzara) ha sido un bálsamo. Date cuenta de que me encontraba en pleno proceso de duelo. Me facilitaron mucho el procedimiento editorial.

Javier Barbero Rubio, mi Director Editorial, estuvo a mi disposición cuántas veces lo necesité por vía telefónica y telemática. La editorial aceptó cada perspectiva, corrección o cambio de parecer de la autora, además de

 no objetar la decisión de incluir las ilustraciones de mi autoría que, aun siendo teatro, en mi humilde opinión realzaban el proyecto literario. Muy agradecida.

Infinitas gracias a mis prologuistas: Salvador Ortiz Serradilla (para la novela) y Regla Contreras Rodríguez-Jurado (para la obra de teatro), ambos escritores, entre otras apasionantes habilidades.

¿Crees que la literatura, el teatro y las artes plásticas tienen algo esencial en común?

Dice La niña de los Peines, en un pasaje de Adama:

«Te compartes y repartes, y lejos de resumir, se multiplica el deseo con las ganas de vivir. De ser una con el todo, de cruzar de puntillas un sueño... taconeando, recitando, bailando, aportando este boceto en torpe palabrería de la visión de un anhelo ¡Tu desvelo!»

Taconeando, recitando, bailando, escribiendo, actuando, modelando…En todo cedes parte de tu esencia, te compartes y repartes, y en el hecho de compartir te sumas al entramado de la actividad creadora y así, ser una con el todo.

Viviendo en Andalucía, ¿sientes que tu tierra, su luz y su cultura impregnan de alguna manera tu escritura?

Esta tierra, su luz, su gente…la cultura, la impronta de todo lo que resistió dejando su huella en el paso del tiempo y en los habitantes que, a través de él (el tiempo), nos precedieron.

Impregnada está mi escritura de todas esas atmósferas, de todos esos colores, sonidos y sabores que tiene el privilegio de lucir esa Diosa poderosa que se llama Andalucía.

Si pudieras conversar con un personaje literario, real o de ficción, ¿quién sería y qué le preguntarías?

Yo confieso que si bien mi nombre me condiciona, con quien me identifico (en el loco mundo de las maravillas) es con el Sombrerero, y no con Alicia.

Preguntaría al Sombrerero Loco si se arrepiente de haber matado al tiempo. Al parecer al hacerlo quedó atrapado por siempre en la fiesta del Té, quedando relegado a una existencia infinita, plagada de locuras.

Me aventuro a desvelar su respuesta. Quizás me contestaría con un “¡Feliz, feliz no- cumpleaños!” y una frase lapidaria: ¡Abrazad vuestra personalidad única!

Que así sea, también a la hora de escribir.

Para finalizar, Alicia, ¿qué esperas que los lectores se lleven de tus obras?

Un punto de vista que, por inesperado, les cause emoción…la que sea.

 

2 comentarios:

  1. Efectivamente: tuve el honor (y también el atrevimiento), de prologarle su Obra de Teatro *ADAMA* a esta artista múltiple con un nombre, ya de por sí, perteneciente a un mundo maravilloso.

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    1. Mi querida amiga, fuiste y eres un auténtico privilegio en mi camino literario. Gracias por tu apoyo como prologuista y como persona.

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