Hola Javier, encantado de que nos hayas dado la oportunidad de tenerte hoy en nuestro blog
Hablar de literatura nunca deja de ser maravilloso, así que el placer es mío.
Pues comenzamos quizá por la pregunta más complicada de las diez que te voy a hacer: ¿Quién es Javier Pellicer?
Alguien que siempre ha tenido la cabeza llena de pequeñas y grandes historias, y que gracias a la escritura ha podido sacarlas al exterior.
Tu primer premio digamos importante lo ganas en el Cryptshow Festival de Relato Fantástico en el 2008, ¿qué nos puedes contar de ese momento?
En realidad aquel premio fue algo modesto, ni siquiera tenía dotación económica. Pero era honrado, no había ningún tejemaneje detrás, y llegó en el mejor momento posible. Los escritores solemos pasar por muchos baches emocionales cuando las cosas no van como queremos, es parte de nuestra naturaleza especialmente sensible, y yo pasaba por uno de estos estancamientos. Aquel galardón me hizo ver que iba por el buen camino, que debía seguir trabajando con constancia y esperando mi momento. Que al final llegó.
A este galardón le suceden otros éxitos posteriores en otros certámenes de terror, ciencia ficción y otros géneros, lo que deja claro que dominas varios géneros, pero ¿en cuál de ellos dirías que te sientes más a gusto (y por qué)?
Siempre digo que, aunque mis publicaciones profesionales son mayoritariamente novelas históricas, yo no soy un escritor de novela histórica. Soy, simplemente, un escritor. Un contador de historias que no tiene un género literario asignado. Me he formado a través del relato, de todo tipo: fantástico, terror, ciencia ficción, infantil e incluso he coqueteado con el erótico. La obra de Tolkien fue la que me inspiró en mis inicios, y además soy un auténtico enamorado de la ciencia ficción desde que tengo uso de razón. La cuestión es que las editoriales han apostado por mis novelas históricas, género que por supuesto también adoro, y esas son las que han llegado al gran público.
Has contribuido con tus relatos a distintas antologías colectivas como “Su universo a través”, “Fantasmagoria”, “Ilusionaria 2” o “Crónicas de la Marca del Este”. Tú que tienes experiencia en este tipo de publicaciones, ¿sabrías decirnos cómo se fraguan este tipo de proyectos y de qué modo se puede participar en ellos?
Hay multitud de motivos por los que puede nacer una antología. El proyecto «Ilusionaria», por ejemplo, surgió de un movimiento solidario; «Su universo a través» o «Fantasmagoria» son iniciativas promovidas en inicio por un autor (en este caso el vigués Darío Vilas) al que nos sumamos otros compañeros; y «Crónicas de la Marca del Este» nació como complemento a un juego de rol que se publicó en 2012, y que dio lugar después a mi segunda novela, «Legados». Pero hay otros modos de participar en una antología. El más conocido es a través de algún certamen de relato, quedando entre los seleccionados.
Tu primera novela es “El espíritu del lince” (2012), una novela histórica centrada en la vida de Icórbeles, el edetano, que además fue finalista del Premio de Literatura Histórica Hislibris en la categoría de mejor autor novel, ¿cuánto tiempo te llevó escribirla?
Fue mi mayor reto hasta la fecha, porque yo había leído mucha novela histórica, jamás me tuve que enfrentar a este género como escritor. El aspecto de la documentación fue especialmente complicado, porque al principio no sabía dónde podía acudir. Así que esa parte del trabajo se prolongó casi un año. En comparación, la escritura fue muy breve, y aún así no me llevó menos de seis meses.
Tan
solo un año más tarde, publicas “Legados”, una obra que podríamos
enmarcar más dentro del género
fantástico, ¿cómo se gesta esta idea
en tu cabeza?
«Legados» fue una propuesta que me encantó aceptar. Tras mi participación en «Crónicas de la Marca del Este», y mientras hablaba con el editor de esta antología y del juego de rol en el que estaba inspirada, surgió la idea de que sería genial tener una novela ambientada en dicho juego. Al instante mi editor me soltó un «escríbela y la publicamos». Y así surgió todo. Creo que es la novela en la que más me he divertido, porque podía dar rienda suelta a todo mi frikismo y hacer homenajes a mi género favorito sin preocuparme de casi nada. Porque al final «Legados» es eso, un homenaje continuo a las obras que me marcaron de joven, como «El Señor de los Anillos», «Añoranzas y Pesares» o «Crónicas de Dragonlance».
Por tus palabras parece que hubieses estado vinculado al mundo de los juegos de rol como lo he estado yo durante años. ¿Es así o es solo mi impresión?
En realidad jamás he jugado a juegos de rol tradicionales, salvo quizás en alguna adaptación en formato videojuego. Y no por falta de ganas. Pero en mi entorno más cercano durante los años más apropiados para iniciarse, la adolescencia, nunca hubo nadie interesado en ello. Descubrí todo ese mundo mucho después, a través de «Crónicas de la Marca del Este». Por desgracia, las obligaciones de una escritura más profesional, así como el trabajo con el que pago las facturas, no me han dejado tiempo para convertirme en un rolero.
Yo, que he tenido el placer de leer tu obra “Leones de Aníbal”, una novela elaborada y madura, y que recomiendo a los amantes de la literatura histórica, me preguntaba mientras la leía: ¿cuánto tiempo le habrá llevado a Javier documentarse antes de escribirla?
Afortunadamente no tanto como con mi primera novela. Como son obras que transcurren en la misma época, aunque sean independientes una de la otra, gran parte de los datos ya los tenía en mi poder. A pesar de ello es una obra más compleja, con más personajes protagonistas a desarrollar, y eso hizo que el trabajo de escritura se prolongara más.
Recientemente has publicado tu última novela, cuyo título se “Lerna. El legado del minotauro”, ¿qué nos puedes contar sobre ella?
Que es mi mejor obra. Sé que es un tópico que no paramos de repetir los escritores, que nuestro último libro es el mejor, pero en mi caso es la verdad. En primer lugar porque la primera semilla de «Lerna» surgió hace 15 años, en un pequeño relato sobre el mito de la llegada de Partolón a Irlanda. Esa vinculación que los años otorgan, nacida de mi pasión por la mitología irlandesa, hace además que sea mi obra más personal y querida.
Argumentalmente el libro empieza con el
personaje de Starn, el hijo menor del rey Minos, justo a su regreso al palacio
de Cnosos tras una larga ausencia. Y allí se encuentra con que la placidez que
recordaba se ha desvanecido. Su padre y su hermano mayor están enfrentados y
hay una profecía que anuncia el final de la casa del rey Minos, así que Starn
tendrá que decidir qué partido tomar y cómo afrontar esos problemas.
Es una historia totalmente
novedosa, sin parangón en la literatura de nuestro país. Nunca se había escrito
sobre la cultura minoica que se desarrolló en Creta durante la Edad del Bronce,
y menos aún conectándola con los mitos fundacionales de Irlanda. El resultado
es una obra repleta de emociones que, curiosamente, pone énfasis en los
personajes y su desarrollo personal, y en cómo éste es el motor del argumento.
Y no puedo despedirme sin antes pedirte que des algún consejo a aquellos que empiezan en este fascinante mundo de la escritura y que te haya podido servir en tu carrera.
Que no se obsesionen con el objetivo de publicar. Escribir con el único pensamiento en mente de publicar es un tremendo error. Esa presión ensucia una actividad tan bonita y personal como debería ser la escritura. Primero pásalo bien, aprende, crea unos cimientos fuertes, y cuando llegue el momento ya darás el salto a la publicación.
Javier, muchas gracias por permitirnos conocerte un poquito más a fondo. Mis mejores deseos para el futuro.
Gracias a ti por ofrecer a los autores tu blog. Y Feliz 2022 para todos tus seguidores.
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