Hola, José Luis. Un placer tenerte como invitado en este humilde rincón.
Gracias a ti, Leo, un honor estar aquí contigo.
Vamos con la primera pregunta: ¿Quién es José Luis Rodríguez-Núñez Ramón?
Soy un hombre que ha vivido varias vidas, y que, en la de ahora, tengo el gran privilegio de poder vivir por y para la literatura.
¿Qué le aporta la escritura a tu vida?
Es una vía de crecimiento personal, no solo por el hecho de escribir en sí, sino también por la suerte de poder impartir talleres de escritura y conocer a decenas de personas con las que comparto esta pasión.
¿Cuál es el proceso que sigues a la hora de escribir?
Suelo apuntar las ideas que se me ocurren, el esquema básico, en notas escritas o de voz. A partir de ahí, le doy vueltas en mi imaginación, voy creando pequeños avances, hasta que escribo la historia. Después viene un proceso de reposo y revisiones hasta que estoy contento con el resultado.
Además de escribir, eres director y profesor en Bibliocafé. Cuéntanos un poquito cómo nace la escuela de escritura.
Antes de esta vida, como te decía, yo me empecé a formar en algunos talleres presenciales y online con escritores como Santiago Posteguillo o Jorge Eduardo Benavides. Ahí me di cuenta de que podría empezar otra existencia, ya que había una oportunidad de crear una escuela de escritura creativa en Valencia con más estructura y un profesorado más variado.
¿Qué es un taller literario?
Es una oportunidad, para la gente que desea escribir, de aprender y mejorar técnicas y herramientas para la ficción, en un proceso donde además puede compartir con otras personas esa afición y sus progresos.
¿Cuáles son sus ventajas?
Por supuesto la primera es el abandono de la soledad de escribir, que es y debe ser un proceso solitario, pero que a través de un taller puedes compartir con otras personas. Además, es una forma amena de seguir la mejoría gracias a los consejos del profesorado. Por último, uno de los grandes beneficios que tiene es la posibilidad de compartir con el resto del alumnado los textos que produces, porque su visión te aporta ideas y áreas de mejora.
¿Consideras que alguien que comienza a escribir debe empezar formándose en algún taller?
No, no es necesario. Lo primero es haber leído mucho y tener ganas de contar esas historias que no has podido encontrar en tus lecturas. Un taller puede aportarte después mejoras en tus conocimientos, pero lo importante es la pasión, la imaginación y la memoria.
Pues tenemos en marcha el concepto de librería móvil, es decir, llevar la venta de libros allá donde son necesarios para charlas, conferencias, etc. También organizamos muchas actividades culturales, como presentaciones de libros o festivales literarios. Nuestro último gran proyecto ha sido la organización de Escrivivir, Congreso de Escritura, con gran éxito. Por último, también ofrecemos servicios para escritores, donde corregimos originales, hacemos coaching de proyectos o asesoría editorial.
Como tutor de escritura, ¿te has vuelto más exigente con tus propios textos a medida que te has ido creciendo como docente?
Por supuesto, uno debe ser más exigente siempre, no solo por ser docente o tutor, sino por propia iniciativa.
¿Qué proceso recomiendas seguir a tus alumnos la hora de trabajar los textos?
Lo importante es que en la fase de creación, el yo creativo fluya con libertad, sin ningún tipo de interferencia. Una vez terminada la fase creativa, hay que dejar ejercer su función al yo crítico para que nos ayude a mejorar ese primer boceto. También recomiendo dejar reposar los textos entre la primera revisión y las siguientes y, desde luego, someterlo a la opinión de amigos, conocidos o profesores que tengan criterio para mejorarnos con críticas constructivas.
¿Y a la hora de presentar una obra a una editorial?
Ser muy pulcros con la presentación y la corrección ortográfica y gramatical, presentar un buen dossier de la obra y, ante todo, armarse de paciencia.
Una pregunta que nos trae de cabeza a quienes escribimos: ¿cuántas revisiones por parte del autor son necesarias hasta dar por finalizada una corrección?
No creo que haya una regla, es algo más bien intuitivo. Uno debe recibir una señal emocional que le diga que poco más se puede mejorar con nuevas revisiones. No hay que obsesionarse con ello, porque cada vez que lo revisamos, vamos a encontrar algo que cambiar.
Hemos escuchado en multitud de ocasiones que para escribir bien, hay que leer (y mucho). ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
Para mí, ya lo he dicho antes, es fundamental. Leer mucho y variado. Y analizar lo que leemos.
¿Qué libros recomendarías para quienes quieran mejorar su técnica de escritura?
Hay muchos manuales de gran calidad. A mí me gustan mucho Escribir, de Enrique Paez; Manual de escritura creativa y premios literarios, de Vicente Marco; y Consignas para escritores, de Jorge Eduardo Benavides.
¿Algún consejo para quienes comienzan en el arte de la escritura?
Que deben ser conscientes de que, más que un arte, es un oficio. Que hay que ser disciplinados, constantes y esperar a que la inspiración nos pille trabajando. Y que se apunten a talleres de escritura, claro.
Muchas gracias, José Luis. Un honor que nos hayas acompañado.
Gracias a ti, Leo, un placer.
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