Secretos olvidados en el fondo del mar,
entre corales de
color fantasía,
formas en las que domina esa alegría,
que jamás he conseguido olvidar.
Tu elegancia,
imposible de alcanzar,
Tu esplendor, la
perfecta utopía,
vistes una paz y una armonía,
que siempre te hacen brillar.
El rocío empapa las mañanas de abril,
mientras oigo desde
mi habitación,
el tintineo de las
campanillas en el jardín.
Dulce brisa que trae consigo tu olor,
lágrimas que tiñen el cielo de añil,
y anuncian tu llegada con honor.
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