Vamos a por la primera pregunta: ¿Quién es José Ignacio Pérez?
Soy un periodista que lleva dos décadas, prácticamente la totalidad de mi carrera profesional, en el diario MARCA, donde empecé como becario y he pasado durante este tiempo por diversas secciones: Segunda división B, Segunda, Primera, Atlético… y ahora formo parte del equipo de internet. Además del trabajo del día a día de un periódico deportivo, que consta de directos, crónicas, ruedas de prensa…, mi pasión son los reportajes. Es, sin duda, el género que más me gusta y con el que realmente disfruto, por eso siempre que puedo intento enfocarme en alguno. Además, soy un amante de los libros, de la lectura, y alguien muy interesado en la Historia, sobre todo en lo relacionado con la II Guerra Mundial y el Holocausto, y de ahí nacieron una serie de reportajes sobre cómo el deporte, el fútbol y el boxeo, ayudó a muchos presos a sobrevivir en los campos de concentración nazis. Uno de ellos, el de ‘Los púgiles de Auschwitz’, posteriormente, se convirtió, gracias a la Editorial Córner, en el libro ‘K.O. Auschwitz’, que es lo que en esta entrevista nos ocupa.
¿Qué nos cuentas en ‘K.O. Auschwitz’?
‘K.O Auschwitz’ cuenta una historia de dolor, de mucho dolor, de muerte, de asesinato, pero también es un relato de esperanza, de vida, de supervivencia. En el libro se reflejan las dos caras del ser humano. El lado oscuro de los hombres, el de los nazis que asesinaron indiscriminadamente y sin ningún motivo a millones de personas durante el Holocausto, y el lado humano, el solidario, el de aquellos presos, en este caso los boxeadores del campo de concentración, que, a pesar de luchar como todos por sobrevivir, compartieron ese poco más de comida que los SS les daban por los combates con otros compañeros para que ellos también pudieran tener alguna opción de escapar de la muerte.
Cuando los transportes llegaban a Auschwitz, poco después de que los presos bajaran del tren, los nazis preguntaban: “¿Quién sabe boxear?”. Y los que levantaban la mano y decían ‘yo’, aunque ellos en ese momento no lo sabían, acaban de encontrar una pequeña posibilidad de sobrevivir. Hitler era un amante del boxeo e inculcó su práctica en la Alemania nazi, los que provocó que los SS, los guardianes de los campos de concentración, se aficionaran a este deporte. De ahí que para su entretenimiento decidieran organizar combates entre los prisioneros en Auschwitz, lo que a muchos les permitió llegar con vida a la liberación.
Por terminar, como se lee en la sinopsis del libro, en ‘K.O Auschwitz’ se narra la sobrecogedora historia de los presos que tuvieron que boxear para sobrevivir en el campo de concentración, un relato concebido con los recuerdos de muchos de los supervivientes: Noah Klieger, Tadeusz Pietrzykowski, Jacko Razon, Judah Vandervelde, Solomon Roth, Salamo Arouch, Andrzej Rablin...
¿En qué momento te das cuenta de que tienes que contar la historia de estas personas?
Desde el primer momento que hablé con un superviviente. En 2016, publiqué en MARCA el primer reportaje sobre el deporte en los campos de concentración, en concreto, sobre el fútbol en Mauthausen. Para escribirlo entrevisté a tres españoles que habían estado presos en aquel infierno nazi. El primero con el que hablé fue José Marfil. Durante la conversación, él constantemente me decía: ‘Tenga coraje, José’. Para no interrumpir su discurso, yo no le replicaba, pero cuando ya me lo dijo tres o cuatro veces, pregunté: “¿Para qué?”. Y su respuesta jamás la olvidaré. “Para contar lo que pasó allí”, contestó. Ahí entendí la importancia del recuerdo, de que no se olvide lo que ocurrió, de mantener viva la memoria del Holocausto. El conocimiento es la herramienta más potente para evitar que se repita algo similar y que millones de personas sean enviadas a la muerte sin motivo. Este mensaje, el del contar, el de recordar, me lo he ido encontrando siempre a lo largo de los años en las conversaciones con los supervivientes con los que he tenido la oportunidad de hablar. Noah Klieger, uno de los protagonistas de ‘K.O. Auschwitz’, dedicó su vida a viajar por el mundo para contar su testimonio. Y ese es, sin duda, el mejor modo de concienciar y de entender el terrible sufrimiento por el que tuvieron que pasar estos hombres y mujeres.
Eres licenciado en Ciencias de la Información, ¿te sirvió tu formación universitaria a la hora de escribir este ensayo?
Sí, por supuesto. Los estudios universitarios
siempre son una base cultural. Como se suele decir, ‘el saber no ocupa lugar’.
Y en la carrera de Ciencias de la Información, además de lo puramente
periodístico, se estudian otra serie de materias que contribuyen a la cultura
general. En concreto, por centrarlo en este caso del que estamos hablando, de
‘K.O. Auschwitz’, por ejemplo, recuerdo que durante mi etapa universitaria tuve
que leer en una de las asignaturas ‘Si esto es un hombre’, uno de los libros de
Primo Levi, un superviviente de Auschwitz, y un testimonio que he utilizado
como referencia bibliográfica en ‘K.O. Auschwitz’.
¿Cuánto tiempo tardaste en documentarte para la
obra?
Alrededor de un año y medio. El reportaje ‘Los púgiles de Auschwitz’, que fue el origen del libro, se publicó en el diario MARCA en julio de 2019 y ‘K.O. Auschwitz, en abril de 2022. Fue un intenso trabajo de investigación en el que me ayudaron muchas personas, a las que aprovecho para volver a darles las gracias. Además de encontrar los testimonios de los supervivientes que mencionaban estos combates de boxeo en el campo de concentración en distintos Archivos, Museos, Memoriales, libros… después, las traducciones nos ocuparon bastante tiempo, porque todos estos recuerdos estaban en múltiples idiomas: polaco, alemán, griego, hebreo, francés… En cuanto al proceso de escritura, me llevó alrededor de un año.
Una de las partes principales del libro se basa en la entrevista a Noah Klieger, prisionero 172 345 de Auschwitz, con el que pude conversar durante una de sus visitas a Madrid con motivo del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Había venido para contar su testimonio, para concienciar sobre lo que pasó allí. Yéssica San Román, en aquel momento directora del Área de Educación, Holocausto y Prevención del Antisemitismo del Centro Sefarad-Israel de Madrid, quien ya me había ayudado con anteriores reportajes, me ofreció la posibilidad de hablar con Noah. La entrevista la hicimos la tarde del 22 de enero de 2018 en el Hotel Intercontinental de Madrid. Y ese fue el origen, primero, del reportaje en MARCA y, después, del libro. Posteriormente, a esa entrevista con Klieger, se añadieron numerosos testimonios de otros supervivientes que se conservan en el Archivo del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau y en otros Museos repartidos por todo el mundo. También contacté con algunos familiares, en concreto con la hija de Noah Klieger y con el hijo de Harry Haft, otro de los boxeadores del campo de concentración. Ambos contribuyeron en ‘K.O. Auschwitz’ con una carta que escribieron a sus padres, unos textos que se incluyeron en el libro.
¿Tienes algún espacio favorito a la hora de escribir?
Sí, una de las habitaciones de mi casa. Es el lugar donde estoy tranquilo, en silencio y enfocado en la historia en la que estoy trabajando en ese momento. Ahí me aíslo y conecto realmente con lo que escribo. Si estoy centrado en algún reportaje, o en este caso en el libro, necesito aislarme. Si no, no puedo concentrarme. No es lo mismo, por ejemplo, si estoy escribiendo una crónica de un partido que lo puedo hacer en cualquier sitio, incluso rodeado de ruido.
Como lector, ¿qué tres títulos consideras que deberíamos leer al menos una vez en la vida?
Más que títulos, que también te los diré, prefiero hablar de autores. Para mí todo el mundo tendría que leer algo de Arthur Conan Doyle, de Charles Bukowski y de Paul Auster. Del primero, las ‘Obras Completas de Sherlock Holmes’; del segundo, ‘Cartero’; y del tercero, ‘Leviatán’. Añadiría, por supuesto, muchos más. Si me permites la licencia, incluiría también a Leopoldo Alas Clarín, porque la lectura de ‘La Regenta’, un libro que tuve que leer en el Instituto, me marcó profundamente.
¿Tienes algún proyecto entre manos en la actualidad?
Reportajes, sí. Tengo un par de ellos relacionados con el deporte y el Holocausto bastante encaminados. Y en cuanto a libros, alguno tengo en mente también de esa misma temática pero, de momento, está sólo en una fase inicial. Por ahora, nada concreto.
Y para finalizar, ¿qué consejos le darías a alguien que está empezando en la escritura?
Más que escritor, yo soy periodista. Por el momento, sólo he publicado un libro. Pero como lo preguntas, sí te diré lo que yo considero importante a la hora de escribir. Lo primero, y fundamental, leer mucho. Cuanto más, mejor. Lo segundo, ser constante, tenaz, escribir mucho, leer y releer los textos para afinarlos, para mejorarlos. Cada párrafo cuenta. Ya que soy periodista deportivo, permíteme extrapolar las palabras de Simeone, esas de ‘partido a partido’, y transformarlas en algo así como ‘párrafo a párrafo’. Es decir, escribir cada línea como si fuera la más importante. Creo que ese el camino.
Muchas gracias, José Ignacio. Un honor tenerte hoy entre nosotros. Mi enhorabuena por tu ensayo. Me gustó mucho.
Me alegro mucho de que tengas esa opinión sobre el libro. Muchas gracias a ti por darme esta oportunidad.
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